Cediendo a mi Acosador
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Los hechos de este relato se remontan a mi adolescencia, desde la escuela siempre fui molestado y golpeado por mis compañeros, por decirlo sufría de bullying aunque en ese tiempo no tenía ese nombre.
Me llamo Julián y actualmente tengo 27 años y mi historia sexual comenzó a los 14, cuando iba en décimo grado de secundaria.
Como dije siempre fui víctima de bullying por mi apariencia y mi manera de comportarme, soy de piel muy blanca y cabello oscuro, y en aquel tiempo era algo delgado pero tenía un trasero redondo que resaltaba en mi figura de chico, lo cual me daba aún más problemas porque me generaba burlas de mis compañeros, y hasta solían nalguerame diciendo que parecían nalgas de chica.
Entre todos quienes me molestaban había uno que lo hacía de manera constante, su nombre es Darío, era un chico más alto y fuerte que todos en clase por tener dos años más que el resto, había reprobado dos años.
El solía acosarme mucho, me jalaba del cabello y me golpeaba las nalgas y me decía que mi trasero estaba para cogerlo, sabía pasar a mi lado y me decía al oído "cuando te dejas coger el culo".
Yo me molestaba mucho cuando lo hacía y el solo reía a carcajadas.
Su acoso fue subiendo de nivel y ya no sólo me nalgueaba sino que aprovechaba las clases de gimnasia para tocar mi trasero y poner su dedo entre mis nalgas como simulando meterlo.
Cierto día entré al baño y ahí estaba Darío, traté de no mirarlo y continuar al urinario, terminé y cuando me di vuelta, Darío estaba parado con su pene erecto fuera del pantalón y me dijo "mira lo que tengo para tu culito".
Me quedé paralizado por un instante viéndolo y luego salí corriendo de ahí mientras Darío se reía.
Luego de unos días de seguir soportando su acoso, en clase de inglés nos colocaron en parejas para realizar un proyecto, y como yo era muy aplicado mi compañero elegido fue Darío por ser bastante dejado en la materia.
Yo no lo acepté y pedí cambiar de compañero pero el profesor no lo hizo, en fin me tocaría estudiar con mi acosador.
Nos encontramos en la biblioteca del colegio y el dijo "voy a estudiar tu culito", yo me enojé y quise retirarme, y fue ahí cuando Darío metió su mano dentro de mi pantalón y bóxer jalándome hacia la silla, caí sentado con la mano de Darío en mi trasero, me quedé quieto mirando si alguien había visto lo que pasó, pero nadie se había fijado.
Le pedí que sacara su mano y en lugar de eso puso su dedo en mi ano intentando meterlo, sentí una corriente en mi cuerpo y quedé inmóvil.
Pasaron algunos segundos hasta que reaccioné y saqué la mano de Darío de mi trasero, el se reía y pasaba su dedo por su nariz diciendo "hueles a culito virgen".
Yo estaba muy sonrojado y salí de ahí sin decir nada.
Al siguiente día volvimos a estudiar con Darío pero esta vez nos veríamos en mi casa para eso, yo pensaba que en mi casa él ya no me acosaría.
Por esos azares de la vida ese mismo día mi madre salió y tuve que recibir solo a Darío, cuando llegó y subíamos las gradas él jaló mi pantalón dejando mi trasero desnudo delante suyo, me dió una nalgada y dijo "que lindo trasero tienes".
En ese momento llegué al límite de mi enojo y traté de golpearlo pero se esquivó, Darío reía y me dijo que me tranquilizara, le dije gritando "por qué me molestas tanto.
que quieres", y fue cuando él me dijo "quiero cogerte por el culo.
dámelo y te dejo de molestar".
Me quedé en silencio unos momentos y dije "lo que sea con tal que dejes de acosarme", Darío sonrió y entramos a mi cuarto, "que quieres que haga" le pregunté, y él me pidió vaselina o aceite de bebés.
Yo había visto porno anal por lo que pensaba que podría soportar lo que Darío me pedía con tal de terminar con su acoso.
Regresé al cuarto con el aceite y Darío estaba en mi cama completamente desnudo, la imagen que tenía de su pene era muy diferente a lo que ahora veía, era un pene grueso de unos 16 cm, tenía mucho vello para su edad, la piel era oscura y lleno de venas.
Empecé a temblar mientras me acercaba a la cama, Darío me pidió que me desnudara y así lo hice.
Yo no estaba excitado ni nada, solo temblaba de nervios, nadie me había visto desnudo y menos un chico.
Me senté a su lado y Darío me pidió que me acostara, colocó unas almohadas bajo mi cadera quedando mis piernas levantadas, se notaba que él ya tenía cierta experiencia.
Me miró y comenzó a acariciar mis muslos y mis nalgas, "por fin me voy a comer este culito" dijo mientras acercó su boca a mi ano, comenzó a lamer desde la base de mis testículos hasta la entrada de mi culito, mis piernas temblaban por la sensación, de pronto siento que mete uno de sus dedos, mi virginal ano permitía por primera vez la entrada de algo.
Respiraba hondo mientras Darío metía y sacaba su dedo de mi ano, no me fijé a que momento, pero ya no era uno sino dos los dedos que estaban abriendo mi culito.
Mi pequeño pene de 12 cm estaba erecto y yo disfrutaba de lo que Darío hacía, Darío sacó sus dedos y embarró de aceite su verga y también mi ano, sentí la punta buscando mi entrada virginal y de un solo golpe metió su verga desvirgando por completo mi culo adolescente.
Grité como loco, sentía que su verga me partía a la mitad, la tenía toda adentro y el dolor de mi primera vez recorría todo mi cuerpo.
Jadeaba agitado y me mordía los labios, empecé a gemir al tiempo que Darío comenzaba a culearme, lo hacía despacio, su verga casi no se movía por lo apretado de mi ano.
Puso más aceite y de a poco el pene de Darío se deslizaba más libre, mi culo dilatado empezaba a darme gozo en cada embestida.
Darío sudaba y me decía que tenía el mejor culo y que desde que me vió sabía que me culearía.
Chupaba mis pies y yo gritaba pero de placer, su verga le daba a mi culo un placer difícil de explicar a quién no lo ha sentido.
Los dos sudábamos y mi cama se sacudía mucho, no se cuánto tiempo Darío estuvo dándome verga, pero fueron varios minutos hasta que con una expresión de felicidad gritó "ssiiiiii", entendí que había llenado mi culo de su semen.
Darío estaba muy agitado y seguía lamiendo mis pies, sacó su verga semidura y yo sentí que mi culo quedó abierto.
Empezó a besar mis piernas hasta llegar a mi pene erecto, se lo metió a la boca y sentí mi primera mamada, Darío metió dos dedos en mi culo mientras chupaba mi pene, la sensación de sentir ese doble placer me hizo eyacular en la boca de Darío, se levantó y fue al baño sonriendo, yo me quedé en la cama con todo el cuerpo electrificado por el placer recibido.
Cuando regresó me dijo que yo le encantaba, mi acosador me había dado el mejor placer hasta ese momento.
Desde ese día su actitud hacia mi cambió, ya no me molestaba, en cambio se volvió mi protector y mejor amigo.
Lo hicimos dos veces más y aunque por cuestiones de vida no lo volví a ver, pero nunca olvidaré los momentos de placentera intimidad con Darío mi acosador.
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