Chico de Barrio II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Amanecía, y casi todo el mundo estaba borracho en el barrio, me solté de los brazos de Miguel y me vestí, note que Willy estaba dormido al otro costado de la cama, esto me dio un poco de temor porque no sabía si él había visto algo de lo que su hermano y yo habíamos hecho, salí despacio de la casa de la vecina Lidia, y al llegar afuera vi a los últimos vecinos sentados tomando y escuchando música, entre todos ellos estaba mi mama tomando con la vecina, mi mama me miro, me llamo y me dijo, anda a dormir a la casa, le dije que ya había dormido, igual me increpo que fuera a la casa. Ya más tarde todo quedo en silencio, casi al medio día todos los adultos dormían, los muchachos empezaron a salir a jugar, yo estaba en mi ventana mirando la calle, y fue ahí que vi salir a Miki, me miro me guiño el ojo, miro para todos lados y se acercó a mi ventana; Que haces? me pregunto; Nada, acá mirando la calle y aburrido, conteste con desgano; Tu mama? me pregunto; Está durmiendo le dije; Vamos al parque?; Ya; le dije. Salí despacio de mi casa, él ya estaba casi en el parque, avance despacio y fui a su encuentro, el parque de la vuelta era casi un matorral, había un pampón de tierra donde jugábamos futbol y arbustos y arboles crecidos y descuidados, además había una caseta de concreto donde estaba el motor de la bomba de agua de la zona, en ella había una silla vieja, material de construcción y cosas de todo tipo, la puerta estaba amarrada con un alambre y casi nadie entraba ahí, estaba detrás de un montículo de tierra y tapada en gran parte por unos arbustos.
Una vez en el parque vi a Miki ir hacia allí, le seguí el rastro y luego lo vi entrar , dejo la puerta junta y entre tras él, una vez adentro me beso apasionadamente, yo aprendí a besarlo, nuestras manos acariciaban cada parte de nuestro cuerpo, se quitó el polo y me enseño a besar cada parte de su piel, lamí su pecho, sus axilas que olían a jabón y así baje por su abdomen hacia su verga, el me azotaba el rostro con su verga, me la metía a la boca, yo se la chupaba con vehemencia, pasión y desenfreno, como gozaba Miguel con mis labios, la succión era rápida y profunda, pausada por momentos, se adueño de mis cabellos y hundía con fuerza su pieza hasta el fondo de mi garganta, así por mucho rato hasta que reventaba su pene en chisguetazos de semen espeso y caliente. Como gozaba haciendo eso con Miki, así por mucho tiempo fui su mamador oficial, no había día que no se la chupara, a veces hasta dos veces al día, soñaba con él, pero el solo hurgaba mi culo, me pasaba el pene por le entrada de mi anito y se corría entre mis nalgas.
Así paso como un año, y casi por cumplir los 10 una tarde de domingo estuvimos juntos en ese escondite, al salir de ahí, pude ver a lo lejos a su padrastro, el profesor Rubén, yo trate de disimular , cuando estuve cerca, lo salude serenamente, y me pregunto: Ramírez que hacían ahí con Miguel; nada profe, buscábamos un juguete que se perdió ayer que estábamos jugando con Willy, MiKi me ayudaba a buscarlo, respondí y me fui corriendo, parecía que el profesor Rubén algo sospechaba, pero según Miki a él no le pregunto nada.
Al día siguiente, después de clase el profesor Rubén me pidió que lo ayude a llevar unos materiales al salón de Material Didáctico, que quedaba al fondo del colegio, que por cierto era bastante grande, caminamos por el patio hacia el fondo del colegio, no llamábamos la atención porque no era la primera vez que lo hacía, y otros niños también lo hacían, al llegar entramos y detrás mío el profe cerró la puerta y dejo las cosas sobre su escritorio, yo hice lo mismo y me dijo: Dime Ramírez, que haces tanto con Miguel; andas mucho con el nomas y ya varias veces te he visto escondiéndote con él en el cuarto de la bomba de agua del parque; me puse pálido, no sabía que decir, Te escucho, que me tienes que contar; dijo el profe, mientras se sentaba en una silla; yo de pie no decía nada, estaba asustado, Acaso es tu marido???; eso fue peor , quería llorar, temblaba, me puse helado como un tempano de hielo, pensaba mil cosas y estaba a punto de salir corriendo; de repente me dijo: Ven acércate pequeño; estiro su mano y tomo la mía, me atrajo hacia él y me dijo: No te sientas mal, esto es normal, no todos los niños son iguales cada uno es distinto de otro, y tú eres especial, yo no diré nada si tú me cuentas que haces con Miki, y además nosotros podemos ser amigos, te parece???; me quede pensando, no entendía lo que me quería decir, se paró y echo un vistazo por la ventana, se agarraba su paquete por encima del pantalón, se lo sobaba duro, me miraba y sonreía, ahí comencé a entender lo que pasaba; Ya casi no hay nadie, podremos conversa tranquilos; acto seguido apago la luz, solo se veía la luz del gran patio del colegio, yo aún estaba parado cerca del escritorio del salón, él se sentó sobre la carpeta y se desabotono el pantalón, se abrió la correa y dejo abierto los pantalones, me tomo mi mano y la metió dentro de sus bóxer, pude tocar un pene enorme, me asusto, quise retroceder pero el profe me atrajo hacia él y me beso, su barba un poco crecida y sus manos fuertes hacían la diferencia con los besos de Miguel, el profe era más rudo y fuerte, además de más alto, así nos besamos por un rato mientras mis manos reconocían el material que el tenia entre las piernas, su pene crecía y se ponía cada vez más húmedo, mi cabeza estaba por estallar, estaba con el marido de mi vecina, casi como mi segunda madre.
En profe paro y se bajó los pantalones hasta los tobillos, y quede mudo al ver su verga, era grande, gruesa y cabezonaza, con un glande rojo y más grueso que todo su miembro, lo tomo con sus manos y me dijo: Ven pequeño, enséñame lo que sabes, con temor, pero además con sumo placer y excitación me acerque y empecé a devorármelo con la boca, era duro el trabajo por hacer, su verga a duras penas me cabía en la boca, trataba de comérmela toda pero era casi imposible, aun así el profe gozaba, me acariciaba el pelo y me obligaba a hundirme más, juro que lo trataba, esa era mi intención y lo estaba disfrutando, después de mucho rato lo conseguí, me relaje y entro hasta el fondo de mi garganta, el profe se retorcía de placer, me separo de él y se desnudó, e hizo lo propio conmigo, tiro una colchoneta al suelo y se tiro al suelo, yo seguí con mi tarea; Ramírez lo haces mejor que cualquier mujer; acto seguido me puso sobre su cara y sus labios y su lengua se adueñaron de mi culito, me lo chupaba deliciosamente, escupía y su lengua buscaba entrar, era difícil pero él no dejaba de hurgar esa cuevita cerradita; eres virgen??? pregunto; hhhhhhmmmmmm, fue lo único que pude decir tenía la boca bien llena, el siguió, después sentí un escalofrió, era que me había metido uno de sus dedos, sus dedos eran largos y gruesos, sentí algo raro, pero rico, una ligera sensación de dolor, así seguía, chupaba , me llenaba el culo de saliva y seguía hurgando, yo me comía sus bolas y su verga, luego de un rato me metió otro dedo, me dolió un poquito más, así por un rato siguió jugando, para el tercer dedo, quería zafarme pero no me dejo; Así es al principio después te va a gustar muchísimo, me dijo; paso el dolor, el profe tenía su táctica o método y efectivamente me estaba gustando, luego cambiamos de posición, me echo sobre mi espalda y levanto mis piernas sobre sus hombros, me empezó a besar con pasión todo su cuerpo fuerte y duro sobre mí me daba placer todo esto, el profe era fuerte rudo, delgado pero bien macizo, era profe de gimnasia, era fibroso y extremadamente agil, mientras me besaba y me decía cosas lindas,
sentí su glande como reconocía terreno, lo pasaba por toda mi rajita, subía y bajaba, el llenaba todo de saliva, y continuaba con su labor, de repente sentí que se estaciono en la entrada de mi anito virgen, y comenzó a presionar, Así poco a poco; no cierres bebe, suéltate, relájate, que si te pones duro te va a doler, me dijo al oído; así lo hice, entre sus caricias, palabras dulces y besos me relaje, cuando entro la cabeza, tuvo que tapar mi boca para acallar mi grito de dolor, se detuvo pero no la saco, me siguió acariciando y poco a poco la fue metiendo más, yo sentía que me destrozaba el ano, que mi culo estaba por estallar, sentía como entraba cada centímetro dentro de mí, el dolor era intenso, quemaba, me ardía, no sabía qué hacer, la hundía milímetro a milímetro, yo sufría, empujaba pero aun así el no paraba, después de mucho luchar sentí sus huevos en mis nalgas, el gozo se dibujaba en el rostro de mi profe; Ahora por fin eres mío, ya te revente tu culito, ya sabes que es verga de hombre, de TU hombre y verga de la buena, ahora te toca gozar; así se fue moviendo despacio, hacia los lados, en círculos y la hundía mas como queriendo que entren también las bolas, se movió así me apretaba contra su cuerpo y después sentía como latidos de corazón en el fondo de mis entrañas,
el profe se estaba vaciando, me lleno el culo de leche, se dejó caer sobre mí y me beso, esta vez tiernamente me comió a besos todo mi rostro, pero aun sentía mi culo lleno de esa carne enorme y dura, de pronto un ritmo, taladrante, el profe empezó a meterla y sacarla, primero despacio, después rápido, el ritmo era variante, pero ambos eran profundos, sentía como su verga tocaba la base de mi estómago, tenía ganas de ir al baño, de orinar pero el seguía, el sudor corría por nuestros cuerpos, los jadeos eran fuertes, el ritmo era rítmico y contundente, quería zafarme, pero en el fondo me gustaba, lo estaba disfrutando, el semen de la primera eyaculación estaba cumpliendo su cometido, servía de lubricante, entonces empezó a acelerar el ritmo, a hundirlo más rápido más fuerte, tanto que pensé que me reventaría el culo, el sonido de nuestros cuerpos golpeándose era fuerte, su pelvis contra mi vientre, sus bolas con mis glúteos, duro muy duro, era una máquina de penetrar, las gotas de sudor caían de su rostro sobre el mío, su espalda, sus brazos, su pecho brillaban, , era excitante y finalmente, aaaggggggggggggggggg, y otra vez esos latidos fuertes, me lleno de leche el culo, caímos rendidos, me rompió el culo, me lleno de leche y fui felizzzz, casi seguido me dijo que me vistiera y que esto era nuestro secreto,
yo se lo jure y que tampoco se lo diríamos a Miguel, así quedamos, me fui al baño, ahí bote harto semen y sangre, me asuste, pero el profe dijo que era porque me había roto el culito, me limpie, me vestí y salí feliz, sentía que mi culo tenía un agujero, pero era feliz, no sabía que aun vendrían más cosas por descubrir.
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