Chico de mamá 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Javieron.
Soy Alex, tengo 26 años y quiero contaros sobre mi, nací en una ciudad andaluza del sur de España, Cádiz, famosa por sus originales carnavales, con gente muy afable y cordial y con un gran sentido del humor, mi madre, Clara, una madre guapa donde las hubiere, de voluptuosa figura, de cabello rubio y unos ojos verdes como la esmeralda, contrajo matrimonio muy joven, debido al inesperado embarazo del que fue fruto mi nacimiento, papá era comercial en una empresa de óptica, a los meses de yo nacer, murió mi padre en accidente de tráfico.
Mama gracias a la ayuda de mi abuela, su madre, pudo prepararse una plaza de profesora interina (término usado en mi país para profesores sin destino fijo) sus obligaciones laborales le impedían residir en un lugar fijo durante esos años.
En esos años mi educación, debido a los cambios de destino de mi madre, se la habían repartido entre mi mamá y su madre, mi abuela, que acompañaba a mi madre en sus destinos laborales, pues el resto de mi familia se reducían exclusivamente a abuelos, a mis nueve años ya los había perdido a todos los abuelos.
Yo era un crio sobreprotegido, y mama, ya no podía contar con la ayuda de la abuela para cuidarme, era un niño delicado, al que no habían enseñado a asomarse al mundo solo, mi vida giró entre el colegio de primaria y las faldas de mi madre o la abuela, no había tenido espacio ni tiempo de afianzar amigos por esos cambios de destino de mamá, ella, a sus 34 años joven aún, pensó que lo mejor sería aceptar las proposiciones matrimoniales que se le presentaban.
Entre sus pretendientes estaba un señor de mediana edad, Carlos de 42 años, que al igual que mi madre, era viudo y tenía 3 hijos adolescentes, además Carlos contaba con una buena posición económica, pues poseía tierras agrícolas y era industrial ganadero, le ofrecía seguridad.
El día que mama me habló de él, me recordó la figura paterna que tenía olvidada, pero que en casa tampoco fue requerida, me habló de sus tres hijos y de mi parecer, no se como lo pintó en mi mente infantil, pero a mi imaginación no le desagradó la posibilidad de pertenecer a una familia más numerosa con hermanos-amigos con los que poder jugar y abandonar la exclusividad de mi madre en mi exigua familia. Tras ello organizaron una comida para las presentaciones familiares, Carlos me pareció un hombre aún más joven de su edad quizás, alto, delgado, cabello moreno ondulado, y cuerpo fibrado, mi mama hizo buena elección, sus hijos Javi de 19 años, delgado musculado, 1,80 de estatura, moreno de piel y cabello negro como el azabache, de cejas pobladas y ojos negros penetrantes, al que acompañaba su novia-amiga, Sara, una chica rubia de cuerpo pequeño pero de formas exuberantes, el hijo mediano era Roque 17 años, alto 1,85 de complexión delgada de piel clara y cabello negro, con ojos celestes heredados de su madre, y Pablo de 15 años, castaño claro 1,75 de estatura, delgado de complexión fuerte, jugaba al futbol en categorías inferiores de un importante Club de Andalucía, yo, a mis 9 años era el benjamín de la reunión gastronómica, y a esa edad debo decir que mis rasgos y maneras denotaban la delicadeza con que había sido educado, era un chico alto para mi edad pero algo delgado, con los bellos ojos verdes de mi madre, y un cabello rubio lacio que caía sobre mis hombros. Debo aclarar que en esa edad, aún no definía mi identidad sexual, pues todo lo relacionado, con ella lo ignoraba, no obstante podía juzgar la belleza de los que me rodeaban.
Tras mi parecer positivo a ese enlace, llego la boda , la ausencia de familia por parte de mamá no impidió que fueran muchos de sus compañeros y amigos invitados, por parte de Carlos, pude comprobar la extensa familia que tenía, y tras la celebración fui acompañado por mis nuevos hermanos, a mi nueva casa, en una de las fincas que Carlos poseía en la provincia de Cádiz.
Aunque la casa de la hacienda, era sumamente grande y contaba con suficientes habitaciones, por mi edad y el cambio de hábitat, mama y Carlos pensaron que mejor compartiera un tiempo la habitación con Pablo.
Desde esa primera noche pude comprobar que mis nuevos hermanos, también contaban con otras intenciones, para jugar con su nuevo hermanito.
Después de la boda, Mama y Carlos partieron de viaje de recién casados a visitar México, y yo me quedé al cuidado del personal de servicio de la hacienda de Carlos en compañía de sus hijos.
La hacienda era una extensa finca de monte bajo, con encinas y frondosa arboleda que era atravesada por un caudaloso arroyo, y en un altiplano de la finca se ubicaba la casa, como Javi el hijo mayor se había retrasado con su amiga Sara, Roque y Pablo pospusieron enseñarme la hacienda con la luz del día siguiente, pues el día había sido largo, me dirigí a la habitación de Pablo con él, las habitaciones contaban con baño privado y Pablo me invitó a pasar antes a la ducha, cosa que hice sin mayor reparo, pero al instante de de abrir el agua, entro Pablo y me dijo:
– Alex como es tarde y somos hombres no te importará que compartamos ducha?
Yo, un poco sorprendido ante algo inesperado, al instante pensé y respondí con voz pudorosa
– Bueno, si es lo que deseas, por mi no hay objeción
Cuando Pablo pasó al interior pude comprobar que la diferencia de edad, no sólo se apreciaba en la estatura, su miembro comparado con el mio, era exagerado, en reposo podían ser 14 cm y un grosor considerable, para su edad de 15 años, pude averiguar después, que eran medidas exageradas.
– Alex, te frotaré yo con la esponja y después tu a mi, tardaremos menos,
No ponía objeciones ante sus palabras, que aunque me sorprendían, tampoco me inquietaban, y lo dejé hacer, me pasaba la esponja por los hombros y fue bajando por mi espalda, frotó con la esponja mi diminuto pito, y se recreó en mi culito, cosa que empezó a inquietarme, pero ya era tarde para dar marcha atrás, y lo deje hacer, noté como sus dedos comenzaron a urgar en la entrada de mi culito, pero en ningún momento fue brusco, esa delicadeza y el roce de sus dedos en mi escroto, hizo que instintivamente mi pito comenzará a erectarse, yo, todo ruborizado, intentaba cubrir mi pito, pero Pablo comenzó un nuevo diálogo, que me sorprendió aún más y me dejó sin defensa.
– Huy! parece que al rubito le gusta que le toquen su culito? Toma la esponja y frótame tu, después acabo contigo.
Me dispuse a coger la esponja y frotarlo, él estaba frontalmente hacia mi, su pito estaba completamente erectado y mediría 20cm, y me quede boquiabierto e impactado, a lo que le pregunté
– Pablo, tu pito también esta grande y apuntando para arriba?
– Pues claro Alex, no solo a ti, se te empalma, además esto, no es un pito, es una polla! De hombre.
Sus palabras algunas desconocidas, y su expresión de su derecho al igual que a mi de erectarse, le dio a la situación un carácter de naturalidad, y continuó Pablo yendo más allá
– Alex deja la esponja y con tu manita frótamelo de arriba abajo, lo dejarás así más limpio y comenzará la polla a sudar.
Al no poner objeciones, a lo que se iva dando como natural, me encontraba en la obligación de satisfacer sus instintos, al rato de estar masajeándolo con la mano, el jadeaba y se inclinó a besarme en mi cabeza, al tiempo que me decía bajito,
– Así, así, rubito, te voy a enseñar hoy un juego, esta polla será tu juguete, y tu chupete.
Empezó a empujar mi cabeza hacia abajo, y retiro mis manos de su polla, y cogiéndola él la condujo a mi boca, y me dijo
– Abre bien la boquita y chupa como a un helado, no roces con los dientes, sólo con los dientes y la lengüita, ahj!, Ahj!, Así, así, muy bien, vas a aprender a ser toda una zorrita!
La situación me había desbordado, sin saber siquiera lo que hacia, ahí estaba yo, dándole mi primera mamada a Pablo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!