Chico de mamá 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Javieron.
Allí me encontraba yo dándole una tremenda mamada a Pablo, no sabía de que iba eso, pero la seguridad de sus palabras y gestos me dominaban, aunque era nuevo para mí, no me encontraba a disgusto, más bien feliz de provocar ese momento de placer en mi hermanastro Pablo, que con una imborrable sonrisa dirigía su cintura follándome literalmente la boca, sacaba la lengua, me decía lo putita que era, y que me daría lecciones diarias hasta convertirme en un experto mamador.
– Sigue rubito, sólo usa tus labios y lengüita, esconde tus dientes, así, así, aaj aaj, pasa tu legua por los huevitos, así, así, traga… traga…
– Unmm, unmm, me ahogo, Pablo unmm,unmm
– Traga mariconcito, traga…, aaj, vas a aprender a ser toda una putita, vas a ser mi zorrita Alex,aaj, aaj, a partir de ahora te llamaré Alexia, y harás caso a mis mandados, así todo te irá bien, así y todo serás feliz, no te va a faltar polla que tragarte mamoncita… aaj, aaj
Sujetándome la nuca y de un último empujón soltó una abundante carga de leche, que me sorprendió, no sabía que era aquello, pero sus palabras me indicaban que era bueno, su sabor realmente, me convenció, esa leche calentita recorriendo mi garganta, mientras sus manos, mantenían mi barbilla pegada a sus huevos, y mi nariz olía y cosquilleaba el incipiente vello de aquel pubis adolescente.
– Vamos alexita, es hora de dormir, bueno dormir, ya veremos, espera que reponga ganas, no te pongas braguitas, no te harán falta
– ¿Braguitas, Pablo?
Mi joven hermanastro tenía un extenso plan para feminizarme desde el primer día, y ser el juguete sexual que calmara su calentura adolescente, cerró con seguro la puerta, desplegó la cama nido inferior a la suya, y sujetándome de la cintura, pegó su polla a mi culito.
Estando ya en mi primer sueño, noté que algo hurgaba en mi esfínter, no fue brusco, comenzó a susurrarme al oído…
– Vamos Alexita, aún no hemos acabado, esto sólo comienza, déjate llevar, serás toda una hembrita,
Yo, sólo escuchaba y lo dejaba actuar, aunque todo me sorprendía, estaba igualmente excitado, me encontraba, asido en postura de cucharita entre sus brazos, su lengua repasaba el lóbulo de mi oreja, la mano que lujuriosamente relajaba mi culito, iba haciendo su trabajo, mientras la otra pellizcaba mis pequeños pezones, que ya en ese momento se erizaban…
– Pablo, me gusta lo que me haces, siento un cosquilleo en mi pancita…
– Si, nenita, y aún queda lo mejor, relájate, que hoy vas a ser estrenado por esta polla que has comido antes
Pablo, se había preparado el escenario con un bote de crema, y apuntando su verga a mi hoyito, fue ubicando su capullo en mi esfínter, sin romperlo bruscamente, más bien dándole juego a su cintura, adelante y detrás, controló aquella mi primera y su primera vez, los impulsos de penetrarme completamente, mordía sutilmente mi orejita, y decía…
– Así, nenita, suéltate, relájate, te va a gustar, acostúmbrate a mi polla, que no te abandonará, siéntela zorrita, siente como va entrando, prontito sentirás que te rozan mis huevos, que dejarás nuevamente vacios
– Pablo esto me gusta, pero siento algo de dolor, me duele ahí detrás, retírate, no me empujes tan deprisa, hay Pablo, hay, me duele
Pablo entendió esa súplica, y aminoró su ímpetu, y cuando mis quejidos se tornaron suaves retornó a sus movimientos pélvicos, y ya con mi relajación consiguió completar su penetración, la dejó en mi interior un buen rato, sin moverse, su brazo me asía hacia él fuertemente, para que acostumbrara mi interior a aquel intruso, y mi culito se amoldó a aquella verga como si siempre hubiera sido parte de él, comenzó un acompasado vaivén entrando y saliendo, en momentos aceleraba, en otros paraba, y pegaba sus testículos con fuerza, haciéndome sentir la profundidad de sus embestidas
– Te gusta, putita?, siéntela, me estás haciendo gozar de lo lindo aaj, aaj, voy a dejarte el culito como un chochito, aaj, aaj, que rico aprietas putita, verás cuando cuente a mis hermanos la putita que tenemos aaj, aaj, tu madre es de mi padre, tu, serás nuestra mujercita, aaj, aaj, así, así, aprieta, muévete,
A esas alturas yo volaba en un placer desconocido, de mi absoluta inexperiencia pasé a sentirme centro de sus atenciones, la mezcla de su lujuria adolescente, con palabras de confianza, el abrazo de sus manos, sus susurros y caricias en mi oreja, habían sucumbido a sus propósitos, en un momento sacó su polla de mi culito y recostándome de espaldas, subió mis piernas a sus hombros para facilitar su penetración, a esas alturas yo deliraba de placer, medio me avergonzaba por sentirme en esa intimidad toda una niña, pero también gozaba de ese inesperado estreno sexual, Pablo aumentaba su ritmo pélvico, llegando a ser por momentos desenfrenado, mientras sus palabras no cesaban
– Así se folla alexita, te voy a dejar tu chochito preparado para dar gustito, aaj, como aprieta, y ya ni se resiste, como te entra toda mi polla, nenita, aaj, aaj
Llevábamos unas tres horas de estreno sexual, y mi culito le pertenecía, así me lo hacía saber, y yo aceptaba aquel destino, me giraba de varias posturas y yo sumisamente atendía sus requerimientos, había notado en varias de sus embestidas que mi pito y huevitos se contraían de una forma extraña, desconocida para mi, y aunque aún no sentía la expulsión de mi semen, por mi edad, experimentaba esas convulsiones de placer que literalmente abrían mi boca y exhalaban gemidos de satisfacción, Pablo estaba llevándome a un placer hasta entonces desconocido, y lejos de sentirme usado, me hizo sentir cómplice de sus deseos.
– Me corro, putita, me corro, ya no aguanto más, aaj, aaj, aaj, ahí te va mi lechecita, siéntela, calentita en tu vientre, es toda tuya, siéntela te la has ganado, que gusto me vas a dar putita, que nos vamos a divertir, verán que lo sepan Javi y Roque, ya verás que bien vamos a acostumbrar a tu culito, ven échate aquí, duerme sobre mis huevos nenita, acostúmbrate a ella, esta polla te pertenece, es toda para ti, bésala de vez en cuando en la noche, recuesta tu cabecita sobre mi abdomen,
Y, así, oliendo su sexo, con su mano sobre mi cabeza, comencé a entrar en un profundo sueño, cuando bien entrada la mañana, sentí como me llamaba en la intimidad con mi nuevo nombre feminizado,
– Vamos Alexita, chúpamela, hazme correr de nuevo, tomate tu biberón, este va a ser tu primer desayuno, tenemos mucho que hacer, tengo que contar a Javi y Roque, y presentarte a mis primos, chupa, nenita, así, que bien estas aprendiendo, chupa, aaj, que bien, aprendes, ahueca esa boquita, traga hasta la garganta, aaj, si, si, dale nena,
Yo le miraba a los ojos, y veía esa expresión de placer que me hacía saber lo bien que realizaba mi trabajo, usaba mi lengua como él me indicaba, la pasaba por el borde de su glande, lo acariciaba con ella mientras mis labios apretaban su capullo, subía y bajaba, humedecía y succionaba, él con sus manos sobre mi cabeza llevaba el ritmo,
– Así, así, putita. Ahí va mi leche, aaj, aaj, me corro, me corro… traga, traga toda, es tuya, límpiamela toda, así, no derrames nada, vamos a despertar a Roque,
Era comienzo del verano, y nos vestimos con ropa deportiva, me indicó que tan sólo llevara calzón corto, y cogiéndome por los hombros me llevó hasta el dormitorio de Roque, al que sorprendimos en una masturbación matutina, y nos dirigió una mirada mitad pícara mitad fruncida, hasta escuchar las palabras de Pablo
Para, Roque no gastes energía, aquí te traigo a la nena, le he dado verga toda la noche, no veas lo bien que ha aprendido a mamar, y como le he estrenado su culito…
– No me digas, hermanito, aprendes rápido, te has adelantado a mis planes, ven aquí rubito, haber que has aprendido con este calenturiento, chúpamela, mariconcito, esta polla te va a encantar, es más grande que la que te ha estrenado, haber que sabes hacer…
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