Chupando y chupando con mi amigo borracho
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por chris_32.
Tengo un amigo que se llama Erick, de 23 años (yo tengo 22), y que me ha gustado desde hace tiempo pero pues nunca le he dicho nada por lo mismo de que es mi amigo y sé que él no me vería nunca de la misma forma que yo lo veo, eso es lo que pienso, sólo me estima como amigo y hasta ahí. Él tiene unos brazos fuertes debido al trabajo pesado que hace y unos pectorales y abdomen que se marcan con las playeras que ciñen su cuerpo, y como práctica futbol tiene unas piernas bien formadas, y ni hablar de sus nalgas que con los pantalones de mezclilla que usa se marcan de una forma que me derriten cada que lo veo y del pene que se le marca también en sus pantalones; tiene una cara de niño bueno y una sonrisa y mirada tan seductora que cada que lo noto hace que mi imaginación vuele, en fin, perfecto el hombre.
Como sea, un día escuché rumores de que cuando se emborrachaba le daba por sacar su lado gay y se ponía a pedir besos a los amigos y a querer hacer cosas con hombres pero pues nunca pasó nada por lo mismo de que estando entre cuates era puro choro, de hecho siempre entre cuates todos se ponen a bromear haciendo cosas de esas, pero él más. Yo desde que escuché eso sentí que una luz iluminó mi ser, pensando en que podría tener una oportunidad con él, y desde entonces mi objetivo fue irme a tomar con él para ver si podía lograr que se fuera conmigo y pudiéramos hacer algo.
Llegó el día de la clausura del evento y estaba más que dispuesto a hacer que esa noche pasara lo que tanto había querido. En la tarde en el evento para todos se hizo una comida y de tomar hubo cerveza para todos (que éramos como 35), ahí empezamos todos a tomar como a las 5 y poco a poco se empezaron a ir muchos. Se acabó la cerveza y empezamos con tequila hasta que como a las 9 ya sólo quedábamos 10 ahí, nada más puros amigos que nos fuimos al departamento de un cuate a seguirle, y entre ellos claro estaba el amigo con el que quería… todo estaba saliendo bien, ya se veía algo tomado y yo me estaba reservando.
Llegamos al departamento de mi amigo ya nada más 6 y pues seguimos tomando, fueron por más alcohol y todos ya estaban algo mal. Yo desde que llegamos me quedé junto a Erick para no perder ninguna oportunidad que pudiera presentarse. Estuvimos platicando y como ya estaba más borracho que yo ya estaba abrazándome y diciendo cosas de eres mi cuate y te quiero un chingo y esas cosas; al sentirlo tan cerca me moría por besarlo pero estábamos ahí entre todos, en grupitos pero en un mismo cuarto, por lo cual sólo lo tenía cerca de mí y me aguanté las ganas.
Después de un tiempo Erick dijo que ya estaba muy borracho y que mejor se iba a acostar, así que se fue a un cuarto tambaleándose y se acostó, apenas podía caminar pero se fue él sólo. Yo me quedé un rato con mis otros cuates pero tan pronto como pude me despegué de ellos y me fui al cuarto también a “acostarme”, los demás se quedaron en la sala a seguir. Cuando llegué al cuarto ahí estaba Erick acostado y durmiendo boca arriba, fui y me recosté a su lado.
Le hablé en voz baja para comprobar qué tan dormido estaba llamándolo por su nombre, pero no respondía, ni a eso ni cuando lo movía poco a poco, entonces empecé a acariciar su cara, sus mejillas y sus labios, pasando mis dedos por todo su rostro y a inhalar el olor de su cuello. Besé su cuello y nuevamente le hablé para ver si seguía dormido, no me contestó. Bajé mi mano por su pecho y abdomen y toqué por primera vez a través del pantalón su pene, puse mi mano sobre ese bulto y comencé a frotarlo suavemente de arriba hacia abajo; quité la mano no sin antes apretar esa montaña que tenía entre la mano.
Me acerqué a su cara y me puse de frente, lo llamé una vez más y como no contestó me coloqué justo hasta quedar frente a sus labios, los suyos con los míos, me incliné y le di un beso, era la primera vez que sentía sus labios y fue una de las sensaciones más deliciosas y excitantes que pude experimentar; me aparté rápido por temor a que despertara, pero no lo hizo, así que me deslicé para besar su cuello que olía y sabía riquísimo. Me acomodé para tocar su pene nuevamente.
En ese momento giré la cabeza para ver hacía la puerta y asegurarme que nadie llegara y me viera, ya que la puerta no tenía seguro y en cualquier momento alguien podría entrar, pero nadie apareció.
Lo toqué otra vez a través del pantalón por un tiempo pero la emoción era tanta que me decidí a desabrochar el pantalón y tocar directamente ese regalo que Erick tenía para mí y que tanto quería. Desabotoné el pantalón y metí mi mano para tocar primero a través del bóxer, que era un bóxer color azul marino y ajustado que marcaba a la perfección el contorno de su pene, y después ya directamente ese pene tan perfecto. Wow, se sentía tan bien, cálido, el tamaño (que era como de 13 centímetros en estado de reposo), la sensación, era lo que había querido, y lo estaba consiguiendo. Froté una y otra vez el pene y los testículos, todo era para mí y lo tenía en mi poder y mientras hacía eso besaba su cuello y su mejilla. Saqué la mano de su bóxer y me retiré nuevamente; inhalé el olor de su pene impregnado en mi mano y volví a comprobar su sueño llamándolo y como siguió sin contestar me acerque para besar cuello, mejilla y labios, toda esa cara tan sexy que tiene.
Ya no podía más, estaba muy excitado y fue entonces que en un instante me acomodé para meter ese delicioso manjar a mi boca, ya estaba ahí y no podía desaprovechar la oportunidad. Metí el pene de Erick a mi boca y comencé a chupar; sólo chupé una vez por temor a que despertara o que alguien apareciera, así que me retiré rápido. Como no hubo cambio en su sueño y nadie entró al cuarto bajé nuevamente para meterme ese pene a la boca otra vez, pero ahora sí jalé el prepucio hacia abajo y vi su cabeza, lo olí y lo volví a meter a mi boca dándole más chupadas… que rico sabía ese pedazo de carne fresca que me estaba comiendo, era la primera vez que lo probaba y era delicioso, pero cuando estaba chupando ese delicioso pene Erick emitió un suspiro, un quejido, un sonido de placer que me asustó; pensé que se había despertado y todo se iba a poner muy mal, así que me levanté y alejé rápido, acomodándome junto a él simulando estar dormido, ni siquiera pensaba en qué pasaría si despertaba y veía que su pantalón estaba desabrochado. Pero no, sólo se movió un poco y lanzó el quejido, eso me alivió y al mismo tiempo me indicaba que le había gustado, lo llamé otra vez y como no respondió bajé hacia su pene otra vez, bajé primero su pantalón hasta las rodillas y tras contemplar por un minuto la escena de él en su bóxer ajustado que se ceñía de una forma tan sexy a su cuerpo, me incliné para oler y probar a través del bóxer sus piernas, su pene, hasta que ya no pude y bajé el bóxer hasta sus rodillas y continué chupando, tocando esas piernas de futbolista tan bien formadas y deslizando mis manos por ellas y por la parte trasera de las piernas, hacia sus nalgas que estaban duritas y bien formadas, era el hombre más rico del planeta y era sólo para mí. Ya nada me importaba, si Erick despertaba, si alguien entraba y me veía, ya no podía pensar, ya estaba completamente perdido ese pene y sólo podía disfrutar el momento que estaba pasando.
Mi excitación ya no se podía controlar, desabroché mi pantalón para masturbarme mientras tenía ese pene tan delicioso en mi boca, mi pene ya estaba completamente duro. Me acomodé para besar nuevamente su boca y baje a seguir chupando su pene y seguir masturbándome.
Después de un tiempo noté que su pene estaba creciendo, justo dentro de mi boca, era tan duro, ya en estado erecto su pene alcanzaba los 17 o 18 centímetros, era perfecto ese momento, ahí me perdí entre tanta majestuosidad y ya no supe hacer otra cosa más que seguir gozando de todo eso, y saber que ese hombre que tanto me gustaba, mi hombre, Erick, lo estaba disfrutando por los quejidos de placer que ocasionalmente salían de él.
Chupaba y chupaba ese hermoso pene, besaba las piernas y regresaba al pene y a los testículos saboreando y deseando que no terminara ese momento, hasta que Erick lanzó un quejido seguido del delicioso fluido que salió de ese pene, cinco chorros grandes y calientes del semen más rico que he probado, semen que no permití que escapara ni una gota de mi boca.
Sentí como la erección de Erick iba desapareciendo lentamente y me fui retirando, besando y tocando por última vez toda esa perfecta parte de su cuerpo, su pene, testículos, su abdomen bajo y sus piernas; ya no resistí más y me acomodé para que poder jalar su mano izquierda hacia mi pene, froté con esa mano mi pene poco tiempo y en un momento eyaculé mientras sentía su cuerpo al lado mío y veía como su erección se iba desvaneciendo. Subí su bóxer y pantalón y lo dejé como al principio, me acomodé junto a él y le di un último beso, me recosté y caí dormido.
Cuando llegó la mañana eran como las 8 cuando desperté y vi que en la habitación ya estaban todos mis amigos acomodados, quién sabe a qué hora llegarían pero al igual que yo ya estaban despertando. Despertó Erick que había sido mío la noche anterior y nos saludamos como si nada, platicando de lo buena que había estado la fiesta y a ver cuándo se hacía otra. Nos despedimos de mi amigo el del departamento y todos nos fuimos.
Ya cada quien nos empezamos a despedir dirigiéndonos a nuestras respectivas casas y al final sólo quedamos Erick y yo, y ahí fue cuando pasó algo que me congeló… cuando nos despedimos le dije que hay después nos veíamos en la escuela y él me dijo que claro, que en la escuela nos veíamos y cuando nos dimos las manos para despedirnos me dijo “gracias” y le pregunté que por qué me daba las gracias a lo cual me dijo “ya sabes por qué, pero después hablamos va”, y soltó mi mano y vi esa sonrisa y mirada que me encantan de él y se fue.
Me quedé pensando en sus palabras y claro que después platicamos, pero esa es otra historia que espero contar pronto.
Este es mi primer relato, espero les haya gustado y me dicen qué opinan…
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