Chupando y chupando con mi amigo borracho (Parte 2: El Cumpleaños)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por chris_32.
Cuando nos despedimos Erick y yo me quedé pensando toda la tarde en lo que me había dicho, ¿acaso se había dado cuenta entonces?, ¿a qué se había referido con el “gracias” que me dijo?, si se había dado cuenta de todo lo de la noche anterior ¿por qué no me dijo nada?, ¿qué significó la sonrisa que vi en su cara cuando se fue? Le di muchas vueltas a lo que había pasado y a lo que me había dicho y la forma en la que me lo dijo pero decidí dejarlo tal y como se había quedado, si quería hablar de lo que fuera yo lo iba a escuchar y que pasara lo que tenía que pasar, tenía todo el fin de semana hasta verlo de nuevo el lunes.
Cuando lo vi en la escuela yo no le di ninguna insinuación sobre platicar de la fiesta o la noche, de lo que me había dicho, ni él tampoco dio muestras de querer hablar… nos saludamos normal igual que a todos los amigos, platicando otra vez de la fiesta y lo que había pasado, todos nos reíamos de ese día y yo sólo veía discretamente a Erick pero él como si nada.
Pasaron los días como si nada entre clases, el partido de futbol que había cada semana y yo iba a ver sólo para ver jugar a Erick, todo normal hasta una tarde como tres semanas después de lo anterior me habló para invitarme a una fiesta por su cumpleaños, se estaba organizando algo entre los cuates para festejar y claro que no me iba a perder de eso, a parte como esos días no tendría supervisión, pues nadie estaría en casa, nada me impediría ir a celebrar.
El día del cumpleaños llegó y quedamos Erick, otro amigo y yo para vernos en un bar y festejar, los demás amigos no fueron por diversos compromisos. Estuvimos tomando, platicando y divirtiéndonos los tres en el bar hasta que como a las 9 de la noche le hablaron por teléfono a mi otro amigo y se tuvo que ir, le dio el respectivo abrazo a Erick felicitándolo y se despidió, ahora sólo estábamos Erick y yo que seguimos un buen rato en el bar tomando y hablando de cosas realmente sin importancia, pues yo sólo me perdía entre su cara y veía mover sus labios tan sexys y sólo asentía ocasionalmente y me reía con él.
Dieron como 11:30 de la noche cuando salimos del bar, la verdad ya muy mareados los dos así que nos íbamos tambaleando y por lo mismo caminábamos entre abrazados por la calle. Erick me dijo que quería seguir festejando su cumpleaños y seguir tomando pero no en su casa, no podía llegar tan mal a su casa, así que le dije que yo tenía un par de botellas en mi casa y como estaba sola no habría ningún problema de seguir tomando ahí. La cara de Erick sacó una gran sonrisa y me agradeció la oferta que claro aceptó. En una de esas tambaleadas que dábamos fuimos a parar a una barda en la calle, quedando yo con la espalda en la pared y él enfrente riendo.
En eso Erick pone su brazo en el muro como prohibiéndome el paso y me dice “oye, no me has dado mi abrazo eh” y le dije que claro que le había dado el abrazo pero que si quería le daba otro, así que le di un abrazo felicitándolo, un abrazo que me dejó oler a fondo su cuerpo al tenerlo junto a mí. Nos separamos y quedé de nuevo recargado en el muró y él en la posición que tenía antes; ahora me dijo “y mi regalo, no me vas a regalar nada” con un tono entre de niño triste y provocador.
— ¿Qué quieres de regalo, dime? —le contesté
— Dame un beso sí —y mordió su labio inferior de una forma tan sexy que casi me aviento a su cara en ese instante, pero sólo me reí y le contesté.
— Ya estás borracho compadre, vamos a la casa —claro que quería besarlo pero y si era una broma como las que solíamos jugar entre todos y yo caía, me resistí y traté de avanzar pero su brazo seguía impidiéndome el paso.
— Anda wey, un beso y ya, por qué no quieres, si ya chupaste mi pito el otro día, crees que no me acuerdo, y ahora te haces de rogar —en ese momento todo lo que había estado pensando en decir cuando me preguntara se me olvidó, fuera por el alcohol que circulaba por mi cuerpo, o el tener a Erick tan cerca de mi o por lo que me había dicho, sólo estaba tartamudeando.
Erick se acercó más hacia mí diciéndome, “te dije que luego hablábamos verdad; entonces, me vas a da mi regalo o qué, yo no le digo a nadie ¿y tú?”. Claro que no le diría nada nadie, ni le había dicho, sólo le dije “no, a nadie” y me acerqué a sus sexys labios y le di un beso que duró poco tiempo, me separé casi de inmediato.
— ¿Tan poquito me quieres? —me preguntó Erick— ese regalo fue muy chiquito.
Tan pronto terminó de decir eso se acercó para darme un beso magnifico, un beso que pareció durar para siempre de lo perfecto que fue, sus labios jugaban con los míos y su lengua recorría cada parte de mi boca con una delicadeza y una pasión que se sincronizaron de una forma que yo sólo pude poner mis brazos alrededor de sus hombros y sentir su espalda mientras nuestras bocas se seguían acoplando compartiendo saliva en ese exquisito beso, todo el efecto del alcohol que tenía en mi cuerpo desapareció en ese momento, o al menos ya no sentía su efecto. Nos separamos no sé cuánto tiempo después de ese beso.
— Vaya, ese beso estuvo mucho mejor, mejor que el primero y mejor que los que me diste ese día —me dijo Erick.
— Pero sabías, ¿cómo, por qué? —las palabras seguían sin salir con coherencia de mi boca.
— De verdad que besas rico, me gustas mucho —seguía Erick hablando y parecía que no me oía.
Nuevamente se acercó para besarme y yo ya no podía más, estaba en el paraíso sintiendo a ese hombre tan perfecto conmigo, acariciando su rostro y él tocando mi pecho; entonces se retiró un instante y me dijo mientras hacía pausas entre besos y palabras.
— Sabes, aquel día tú ya probaste mi pito, y yo sólo pude tocar él tuyo un ratito —y cuando dijo eso sentí su mano que se posó en mi pene sobre mi pantalón, masajeándolo—. Vaya que lo quiero probar eh.
— Y a mí qué me vas a dar entonces —le pregunté a Erick respondiendo a sus besos y deslizando mis manos de su espalda a sus nalgas y apretándolas fuerte, como si fueran a escapar de mí. Erick sólo rió
— Bueno pues ya veremos, me quedé con muchas ganas aquél día —me respondió y nos fundimos en un nuevo beso aun más intenso que el anterior.
Sentí una ráfaga de viento y entonces me di cuenta, seguíamos en la calle oscura los dos abrazados, aunque ya era tarde alguien podría aparecer así que le dije a Erick que nos fuéramos a mi casa, que ahí podíamos hacer lo que quisiéramos y él sólo decía “no, por qué, esto es tan rico” mientras deslizaba su mano por mi entrepierna y sus dedos trataban de desabrochar mi pantalón. Lo detuve con una mano y le dije “en mi casa será aun más rico, además, yo también quiero volver a probar tu pene Erick” y con la otra mano toqué sobre el pantalón su pene que ya estaba duro, lo apreté por un momento y nos fuimos riendo s mi casa, que por suerte ya estaba cerca de donde estábamos.
Al llegar a la casa apenas podía con las llaves pues Erick se puso detrás de mí y me besaba el cuello, que rico era esa sensación. Al fin entramos y como no había nadie fuimos hacía mi cuarto sin temor a ser descubiertos por alguien; tan pronto como llegamos a mi cuarto me puso contra la pared y me dijo “¿ahora sí?” y claro que le respondí
que sí, ahora sí.
Erick me besó en los labios y se deslizó como un loco hacía mi cuello, poniendo sus manos en mi cintura y bajando a mis nalgas, yo sólo lo abrazaba e inhalaba su olor que me excitaba y me volvía loco, tocando cada parte de su espalda y su cara, besando su cara y su cuello. Ahora sí desabrochó mi pantalón y metió la mano para bajarlo y tocar mi pene sobre el bóxer; se puso de rodillas y bajó mi bóxer dejando al descubierto todo lo que él estaba por devorarse, mismo que ya estaba completamente duro y caliente, palpitando por su hombre. “Wow, este sí que es un gran regalo” fue lo que lo oí decir y yo le dije que claro, que ese regalo sería completamente para él. Comenzó besando todo el tronco de mi pene y los testículos y metió la cabeza a su boca para seguir sumergiéndolo todo en un instante. Yo estaba completamente loco, sintiendo como Erick movía su lengua y la pasaba alrededor y hacía movimientos de vaivén chupando y chupando como si de una paleta de hielo se tratara; se separó un instante y me dijo “está riquísimo tu pito papi, como no lo probé antes” e hizo un sonido de succión de saliva antes de meterse todo mi pene de nuevo a su boca.
Tuve que hacer un esfuerzo por no venirme en su boca pues de lo caliente que estaba ya no me podía controlar, pero no quería que todo eso terminara tan pronto, era un momento que debía disfrutar lo más posible, así que separe mi cuerpo de él y lo jalé para que se pusiera de pie y poder darle otro beso, nuestras respiraciones estaban agitadas y las manos de Erick recorrían todo mi cuerpo, desabroché su pantalón y con la mano lo deslicé para que cayera por sí solo y le di la vuelta para que ahora él quedara con la espalda contra la pared y le dije “ahora me toca a mí bebé” y bajé para comenzar a chupar su pene.
Esta vez Erick traía puesto un bóxer blanco, ajustado al cuerpo igual que la última vez, su pene parado se marcaba perfecto dando la forma de una barra, una barra que estaba a punto de saborear, ahora de una forma distinta a la anterior. Acaricié sus piernas y su abdomen mientras me perdí entre su pene el cual inhalé y probé a través del bóxer que ya estaba mojado por el líquido pre seminal que Erick había sacado y que quedó más mojado debido a mi saliva. Comencé entonces a bajar con los dientes su bóxer para tener completamente para mí ese manjar. Cuando lo vi quedé atontado por completo, lo veía aún más grande que la última vez, estaba parado y apuntando hacia mí, moviéndose hacia arriba y hacia abajo, con sus pelos negros alborotados alrededor de él.
Me lo metí a la boca para chupar todo eso mientras oía los quejidos de placer de mi hombre, Erick puso sus manos en mi cabeza y comenzó a empujarla contra su cuerpo, yo por mi parte tenía sus nalgas en mis manos apretándolas y empujando su cuerpo hacia mí de modo que sus pelos llegaban hasta mi nariz y sentía como raspaban mi cara; sacaba su pene de mi boca y chupaba sus testículos y regresaba a su pene, la cantidad de saliva que dejaba era asombrosa, di una pequeña mordida a su pene, misma que provocó que Erick diera un pequeño salto pero sólo salió de su boca un suspiro seguido de un “que tal mi pito papi, te gusta verdad” a lo que le contesté “claro, es un pito delicioso bebé” y seguí chupando un rato más mientras él se quitaba la playera.
Subí besando su abdomen y sus tetillas, mismo que le provocó escalofríos con lo que noté que eran de sus partes más sensibles; besé varias veces ambas tetillas y seguí con su cuello hasta llegar a su boca para besarnos nuevamente mientras me decía que yo era el primer hombre con el que hacía esto y se moría por sentir más de mí.
Fuimos a la cama y Erick y yo comenzamos a hacer un delicioso 69, uuuyyy que rico era sentir la boca de mi hombre en mi pene y probar el de él al mismo tiempo. Estuvimos así un rato hasta que nos separamos y Erick quedó boca abajo y yo me levanté de la cama para ver su torso completamente desnudo, observé sus nalgas tan redondas, tan bien formadas, que parecía que me llamaban; me deslicé tocando y besando sus piernas hasta subir a la altura de sus nalgas para comenzar a besar y abrirlas pasando mis dedos suavemente por su culo, Erick daba quejidos y decía “sí papi sigue, que rico mmmmm, más” cada que mi lengua pasaba por su culo.
Ese sabor era delicioso, sentir sus nalgas y tenerlas en mi poder, abrirlas para saborear todo eso y sentir lo suave y bien formadas que tenía ese par de nalgas, bien podía haber dormido sobre ellas mientras lamía todo eso, de repente escucho que Erick me dice “papi cógeme, por favor, méteme tu pito quiero sentir un hombre en mí” y fue elevando su trasero poco a poco hasta que quedó en forma de “V” invertida, yo estaba muy caliente y Erick iba a ser mío, pasé mi pene entre sus nalgas varias veces y me quité un momento para buscar un condón, lo encontré y Erick vio que lo tenía en la mano y me dijo que para que quería eso, que ni que lo fuera a embarazar y soltó una risita que me contagió pero le dije que no era eso pero antes de decir algo más me cayó con un beso, esa era una de sus armas más poderosas contra mí, me besó mientras me decía que quería que lo cogiera así, sin nada, pero con cuidado porque era la primera vez que alguien lo cogía; eso me excitó aun más y me puse detrás de él de nuevo y para cogerlo, yo sería el primer hombre que tendría ese culito en su poder, así que fui introduciendo mi pene poco a poco en su culo, Erick soltó un gritó algo fuerte cuando entró toda la cabeza por lo que me detuve y pensé en sacarlo, le pregunté si estaba bien y quería que me detuviera pero me dijo que le dolía pero que continuara metiéndolo. Seguí hasta que mi pene desapareció entre sus nalgas y comencé con movimientos, primero lentos y después rápidos, Erick se acostumbró pronto al ritmo y en un momento acomodó su espalda contra mi pecho para besarnos mientras lo cogía y me decía que eso le gustaba más que cualquier otra cosa “si, que pitote tienes papi, dame más sí que rico se siente” decía Erick.
Mi corazón estaba a mil, y el de él también, lo podía sentir, ambos estábamos volando y con el cuerpo completamente lleno en sudor, lo estaba cogiendo con movimientos rápidos y se escuchaba como mi cuerpo chocaba contra sus nalgas y le decía que tenerlo entre mis brazos era lo mejor que me había pasado; pero yo quería todo en ese momento, así que mientras le besaba la boca y el cuello y lo abrazaba, sintiendo su cuerpo tan cerca de mí y tocando su pene le dije que quería que él también me cogiera, quería sentir su fuerza de hombre en mí y que deseaba tanto sentir su pene dentro de mí, a lo cual me respondió “claro papi, lo que tú me digas” y cambiamos de posición, Erick se recostó en la cama y yo metí su pene nuevamente a mi boca para excitarlo aun más y que recuperara su erección; una vez listo me monté en él y fui metiendo poco a poco su pene, cada centímetro que entraba en mí era la gloria. Cuando entró todo empecé a subir y bajar, viendo la cara de mi hombre reventar de placer, con los ojos cerrados y jadeando y una sonrisa en su rostro… ver el rostro de mi macho gozando es lo que más me excita, tanto cuando me coge como cuando yo lo cojo, mientras tanto yo seguía saltando sobre él con las manos sobre su pecho y sintiendo un placer inmenso con gotas de sudor cayendo en su cuerpo cuando escuché que dice “me vengo, me vengo papi” y yo le dije que sí, que quería que se viniera dentro de mí y justo entonces sentí sus chorros de semen recorrer dentro de mí, el fluido caliente y viscoso salió de su pene en cinco chorros poderosos y deliciosos; cuando Erick terminó yo comencé a masturbarme para terminar sobre él pero me dijo “no papi, quiero que te vengas en mi cara, quiero probar la leche de tu pito”, entonces me levanté y le dije “oh, mi bebé quiere su lechita, voy a darle su lechita calientita” y le di un caliente beso mientras sentía como su leche salía de mi culo y se escurría entre mis piernas y Erick tocaba mis nalgas sintiendo su semen salir de mí; después acomodé mi pene para que se lo metiera a la boca. Chupó por poco tiempo ya antes de que sintiera que iba a eyacular, descargué todo lo que tenía para él en su cara y Erick lo aceptó con gran placer. Le limpié la cara con mi lengua y compartimos mi semen con más besos, terminando los dos completamente exhaustos de todo lo que había pasado.
Erick se acomodó para dormir y yo también, no sabía cuál sería su reacción después de esto, pero me pidió que lo abrazara y así lo hice, lo abracé y le dije “feliz cumpleaños bebe, te quiero mucho” besé su espalda y él me respondió diciendo que ese había sido el mejor cumpleaños que había tenido, que también me quería, y así quedamos los dos juntos dormidos.
Lo que pasó en la mañana siguiente espero poder contarlo en otra ocasión pues en este relato es todo por el momento.
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