Chupando y Lamiendo en mi Infancia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por leopoldodiga12.
Esta historia comienza en la etapa de mi infancia, tenía alrededor de 7 años, vivíamos en casa de mis abuelos maternos, ahí también vivía una Tía, hermana de mi mamá y su único hijo Felipe de 14 años, Él cursaba el tercer año de Secundaria y era muy popular con las chicas pues jugaba Fútbol además tenía un físico muy bueno, alto como de 1.75, delgado, piel muy blanca y cabello castaño. Mi primo era realmente guapo Yo la verdad a esa edad solo sentía admiración hacia Él, lo veía como a un ídolo, lo consideraba mi ejemplo a seguir y mi hermano.
Él era el típico adolescente revoltoso, grosero, creído pero sobre todo lo anterior era muy caliente, me hacia bromas sobre sexo, me agarraba por detrás y bromeando se movía como sí me estuviera follando y se reía, me daba comentarios vulgares sobre mis nalgas como "tienes una nalgas bien sabrosas", "las tienes mejor que mi novia" y cuando me decía eso me las apretaba con sus manos, Yo me molestaba por que no me gustaba que me hiciera ese tipo de comentarios.
Dormíamos en la misma habitación pero en diferentes camas, una día salió con su novia y sus amigos a una <tardeada> adonde se la pasaban bien, bailaban y algunos a esa edad consumían alcohol. Yo por mi parte me quedé en casa viendo la televisión o haciendo cualquier cosa, luego llegó la noche y me fui a descansar.
Duermo cómodo en mi habitación cubierto de una ligera sábana solo por sí la noche se pone fresca, la habitación se ilumina y con ello viene la molestia que interrumpe mi sueño, es Él, Felipe mi primo que va llegando de su reunión, al ver que me he despertado no dice nada, me mira a los ojos y se comienza a quitar la playera Yo por mi parte me tapo con la sábana para no verlo mientras se pone la pijama, después de unos segundos oigo que me llama y me dice "mira lo que se perdió Marcela", inesperado me tomó por que cuando lo miré estaba desnudo hasta las rodillas, me sorprende lo grande que tiene sus genitales, de su obligo desciende una línea muy fina de vellos cafés casi dorados una línea que dirige directo a su miembro viril, un montículo de vellos púbicos se sitúan por encima del pene, su pene es flácido, pálido, pero justo en la punta se torna rosa, un rosa apenas distintivo, el pene le cuelga cabeza abajo, sus venas le resaltan y lo marcan por todo su ancho y largo, los testículos grandes y ovalados colgantes se ven muy distintos a los míos, se ven grandes y cargados. Después de esta escena ríe como sí hubiera hecho otra de des maldades conmigo y termina de ponerse la pijama, acostado ahora Él en su cama la con la luz apagada me comienza a platicar que en la Reunión tuvo un <faje> con su novia, se besaron, se tocaron más allá de lo normal y que se calentó mucho pero Ella no quiso seguir más allá. Yo por mi parte sólo lo escuchaba e imaginaba la escena en mi mente.
La habitación se queda en silencio por no tener tema de conversación y por cansancio, pero Felipe parece que no tiene ganas de dormir y como de costumbre comienza a bromear de la manera que hasta entonces me desagradaba y que me dice " Primito, y si me la chupas" a lo que Yo inocente le respondo "que te chupe, que?" Él ríe malicioso, toma un respiro y me dice "La verga, que me chupes la verga", su contestación me sorprendió pero ya me tenía acostumbrado a ese tipo de bromas y naturalmente le digo "mañana", Terminando de pronunciar la última letra Él inmediatamente me dice "mañana?,y por que no hoy?", al oír eso comencé a sentirme incómodo por la situación. Felipe persiste, pero sólo lo tomo a broma hasta que se levanta de su cama y se mete a la mía, "Andale es que me quede con ganas de que me la chupen" susurra mientras toma mi mano y la guía hasta su pene, lo toco y está ardiendo, su temperatura no es común, lo primero que se me viene a la mente es que esta enfermo o que algo que comió le está ocasionando eso, me imaginaba todo menos lo que en verdad le estaba ocurriendo, el esta caliente pero por motivo de su excitación, por culpa de su lujuria que por algún motivo quería descargar con mi ser.
Su <trozo> al simple tacto era suave pero a la vez rígido, al tocarlo brincaba haciendo saltos espontáneos sin ningún patrón, cuando la tenía en mis manos, el corazón latía con una velocidad que me asustaba! pero más me asustaba lo que estaba haciendo! tenía metido mi mano dentro de su pijama sosteniendo su PENE, era algo que jamás había hecho con otra persona.
Se acerca al oído hablándome en voy baja "sólo te pido que me chupes el pito como sí fuera una paleta", dicho eso me toma de la cabeza y me dirige a la parte baja del abdomen, yo sin saber que hacer exactamente se me ocurrió sacar la lengua, rozándola desde su pecho, pasando por su abdomen humedeciendo la línea fina de vellos que dirigen a su pene, la verdad era una sensación extraña que sentía pero a la vez me parecía que me gustaba.
Estoy en su zona más erógena, y el sé baja aún más sus pijamas para darme mayor comodidad, mientras esto ocurre su verga da una aparición espectacular, de un solo salto sale completamente de sus ropas, su olor es fenomenal, un olor distinto a los que estaba acostumbrado, un aroma a adolescente con un poco de orín, ese olor me encanta y de alguna manera quiero impregnarme de el, sacó la lengua y comienzo a dar pequeños lengüetazos, Felipe gime, gime y no para de retorcerse de una manera extraña, no sé si le está gustando o lo estoy lastimando pero Yo sigo haciendo lo mismo, lamo, lamo y vuelvo a lamer una y otra vez cada instante más y más rápido parezco un niño atragantando se con una paleta de dulce pero en esta ocasión era un buen trozo de carne, me toma de la cabeza y me aleja de él, Yo preguntándome en la mente si he hecho algo mal o por que me detiene, me susurra de nuevo "Veo que te gusta mucho esta paletota, espera a que le quite la envoltura", dicho esto veo que con una mano se retrae un <pellejito> (ahora se que es el prepucio) y por la poca luz veo que parecía una paleta pero ahora sin envoltura, una paleta roja y reluciente, "Ahora si Leo, disfrútala que es toda tuya", inmediatamente obedecí sus órdenes lamiendo y chupando su VERGOTA que parecía saber mucho mejor solo que ahora un poco saladita.
Lamía, lamia y seguía lamiendo con mucho entusiasmo con una manera descomunal, y Felipe se notaba que gozaba de lo bien que al parecer lo hacía, su respiración es más fuerte, sus gemidos más fuertes y Yo con el miedo que alguien escuchara, me toma de los cabellos dirigiéndome hacia sí glande y hace que me lo introduzca abruptamente causándome arcadas y ganas de toser pero creo que eso a el no le importa y sólo escucho que gime, gime y de nuevo gime de placer, y sólo alcanzo a escuchar que me dice "ahí te van los mecos", cuando me introduce toda su verga en la boca sin que me cupiera por completo y descarga todo su material, un líquido salino a primer contacto pero dulce al fina, chorros, chorros y chorros de semen inundaban mi no ca y garganta . No tuve remedio más que tragarlos.
Agotados nos recostamos uno a lado del otro totalmente sudados y recuperando el aliento, "no quiero ir a limpiarme, me limpiarías la verga con tu boca" susurra de nuevo, a lo que yo sin más me bajó de nuevo y lo lamo hasta dejarlo totalmente limpio de semen.
Se levanta de mi cama y se va a acostar a su cama, diciendo "le traigo ganas a tu culito, otro día me lo vas a tener que dar". Esa noche dormí como nunca, el haber experimentado todo eso me hizo sentir muy bien.
Este fue un relato propio.
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