Cinco desfloramientos de doce años, el relato prohibido del Siglo XI. Primera parte.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ezeloro.
¡Ohh la pubertad, qué bella época! Todavía recuerdo cuando tenía doce años de edad recién cumplidos y no sabía casi nada de sexo. Recuerdo cuando, en una charla con mis compañeros de clase, a un amigo se le ocurrió una idea un poco alocada. Es que hablábamos de sexo, pero ninguno sabía exactamente lo que significaba esa palabra.
Con cabello rubio, piel blanca, ojos marrones, y el cuerpo en desarrollo de un niño normal de doce años, era el carismático y mal criado hijo único de una abogada y de un contador. Ambos exageradamente muy pendientes de sus trabajos. Así que siempre tuve libertad de ir y hacer lo que quiera.
En ése tiempo estaba en 7mo grado de la Escuela Primaria, transcurría el año 2002 y las cosas comenzaban a cambiar radicalmente en la sociedad tanto culturalmente como, obvio, tecnológicamente. Yo iba a una escuela privada, de esas católicas donde, en realidad, ninguno de los chicos suele ser fanático de la biblia.
Yo formaba parte de un grupo de cinco amigos, todos del mismo curso y de la misma edad, con el que solíamos juntarnos siempre en los recreos a jugar y hablar estupideces, siempre elegíamos la casa de alguno de nosotros e íbamos a jugar con el juego más popular de ése momento, el SEGA GÉNESIS, nos encantaba el "Mortal Kombat" y otros juegos de pelea.
Una vez, en un recreo, en la escuela, a Matias(un chico de pelo castaño, piel blanca y ojos verdes, uno de mis amigos del grupo) comenzó a hablar de chicas y sus agujeros. -"Chicos, chicos, ayer encontré en el armario de mis padres un VHS con la tapa llena de mujeres desnudas con las piernas abiertas y vi que tenían 3 agujeros allí".
Mauro, uno de los chicos del grupo, el cual tenía cabello negro, piel trigueña y ojos negros, lo miró con desconfianza y le dijo- "¡No te creo!, sé que las chicas son raras, pero de ahí a tener tres agujeros es muy exagerado… Para mi que estas inventando".
Matias, algo enojado por la desconfianza de Mauro, dijo desafiante-"Si no me crees, podemos juntarnos en una casa y llevo el vídeo para que lo veamos todos, así dejan de verme como a un mentiroso":..
Nicolas, otro de nuestros amigos, el del pelo colorado, pecas en la cara y ojos azules, acotó a la conversación-"Vayamos a la casa de Tomás(o sea, yo) que tiene un televisor y una reproductora de VHS en su habitación".
Yo-"No tengo problema en que vengan a dormir una noche en mi casa para que veamos el vídeo, pero… ¿Y si nos ve alguno de mis padres?… ¡Me matan!". Dije, en algún punto con muchas ganas de ver el vídeo pero asustado con la idea de que mi mamá nos encuentre viéndolo.
El que nunca habla durante las charlas, pero siempre terminaba por tomar las decisiones "importantes" era Sebastían, el más rebelde del grupo, el blanco con cabello negro y ojos más negros que el petróleo, el que tenía una bicicleta con caños cromados color plata, el que usaba un collar con una calavera en el cuello, el que se arremangaba los brazos de las camisas… En aquella época, Sebastían era visto por nosotros como el jefe, ¿por qué?… Simplemente porque nunca se reía, solía tener un humor sarcástico y siempre se animaba a hacer las cosas que a los demás nos daba miedo o verguenza. Como en la vez en que un hombre nos quitó la pelota de fútbol en la plaza del barrio, y no nos la quería devolver. Sebastían, agarró una piedra, y con la puntería de un atleta profesional, se la tiró entre las cejas… El hombre se cayó al piso y soltó la pelota, Nicolas la agarró rápido y salimos corriendo como cebras… Cosas como esas lo convirtieron en el indiscutible jefe del grupo.
Sebastían, dijo-"Bueno chicos, el Viernes salimos de la escuela y vamos los cinco a la casa de Tomás, cada uno que lleve una gaseosa y algo para comer durante la noche".
Nicolas, Matias, Mauro, y yo lo miramos a Sebastían y asentimos con las cabezas dando el okey al plan.
Fue una semana muy larga, es que el plan se realizó un Martes y la reunión en mi casa se produciría el Viernes. En esos días no parábamos de hablar del vídeo y de lo que íbamos a ver. De los cinco, solo Sebastían y Matias ya conocían la masturbación, el resto de nosotros todavía no despertábamos la necesidad.
Por fin había llegado el día, era Viernes. En la escuela no parábamos de hablar de chicas, del sexo, y hasta de "wasca"(los chicos llamábamos así al semen, jaja).
Salimos de la escuela y no nos aguantábamos las ganas de ver ese vídeo porno que Matias traía en su mochila celosamente escondido entre las carpetas y los libros de estudio. Mi casa quedaba a once cuadras de la escuela, así que en el camino Nicolas, Sebastían ,y yo compramos coca cola, papas fritas, chitos y comida chatarra para comer mientras veíamos la función. En ése momento, lo que menos íbamos a imaginar es que, durante la película, no comeríamos nada de lo que compramos. Tomaríamos algo, pero no precisamente un refresco.
Llegamos a mi casa alrededor de las 3 de la tarde, es que salíamos del colegio 2:15hs de la tarde. En mi casa, estaba mi mamá que se preparaba para ir a reunirse con clientes y cosas de ella. Tanto mi mamá y mi papá se tomaban sus trabajos muy en serio y por eso era difícil encontrarlos en casa. Prácticamente yo vivía solo desde que aprendí a ir al baño solo, ya que desde temprana edad convencí a mis padres de que no necesitaba niñera.
Con mis amigos nos pusimos a jugar con el SEGA GÉNESIS en mi habitación mientras tomábamos la leche con chocolate y cereales, en tanto esperábamos con deseos que mi mamá se vaya pronto a trabajar. Cuando por fin se fue, inmediatamente dejamos de jugar y conectamos la reproductora de VHS´s en el televisor.
Matias sacó el vídeo de su mochila y todos nos abalanzamos a ver las fotos del estuche. A simple vista se notaba que Matias no mentía, las chicas tenían 3 agujeros. Mientras todos chusmeabamos las fotos, no se porqué, pero se me ocurrió mirar los pantalones de mis amigos, con mucho disimulo, a todos se le notaba un pequeño bulto entre las piernas. Luego miré las caras de mis amigos y, realmente parecía que pensáramos lo mismo, vi que todos con bastante disimulo desviaban los ojos hacia los paquetes de los demás.
En ése punto mi alma ardía, no sabía que me pasaba pero el más leve contacto con alguno de mis amigos hacía que mi pene "titile" como si estuviera por estallar. Sentía la necesidad de tocármelo, pero me daba verguenza. En tanto ya veía que Sebastian se había metido una mano en el pantalon y se veía que se pajeaba. Nicolas, quién siempre se destacó por ser el que manipulaba la tecnología de ese tiempo, fue quién agarró el estuche, lo abrió, quitó el VHS, cerró el estuche y metió el VHS en la reproductora. Muentras hacía esto, los demás ya nos habíamos sentado en el borde de mi cama usando la pared de respaldo, y mirábamos atentos cómo Nicolas ponía el VHS, vestido con el short azul marino corto(por arriba de las rodillas) que usábamos para gimnasia en la escuela, y una remera gris, también de gimnasia. No puede evitar sentirme hipnotizado por sus curvas de chico de 12 años, también recién cumplidos, con sus piernas pálidas, como una de las chicas rubias en las fotos del estuche… No aguanté más y me comencé a sobar el pene(en esa época me media 13 cm parado) por sobre el short. Mientras me sobaba pensando en las piernas de Nico, miré hacia mi derecha, donde estaba sentado(muy pegado a mi, Matias, quién se estaba masturbando, como Sebastían, con la mano ya dentro del pantalón).
En mi cama estábamos sentados de la siguiente manera, de derecha a izquierda, Sebastian, Mauro, Matias, y Yo. Nicolas se sentó en la alfombra, delante de nosotros.
La película comenzó, no hablában mucho los personajes, eran dos amigos y 3 mujeres que festejaban el cumpleaños de uno. No terminaban de saludarse que ya estaban desnudos y follando como si no se cansaran, cada escena de sexo tardaba una eternidad, pero realmente lo disfrutaba… En un momento, Sebastian se pone de pié y dice, chicos bájense los pantalones y masturbemonos todos a la vez. Fue la primera vez en que algunos pensamos seriamente en contradecirlo, por la verguenza, ya que jamás nos habíamos visto desnudos. Pero como siempre, Seba tomaba la delantera, se paró delante de Nico, que estaba sentado en la alfombra mirándolo como todos los demás, y se bajó el pantalón largo azul oscuro que usábamos para las clases comunes, junto con su calzoncillo tipo slip con dibujos de batman. Se bajó todo de un tirón dejando al descubierto su pene blanco y, a diferencia de los hombres de la película, lampiño. Con un pié, tiró hacia un costado su ropa y quitándose la remera, se agarró el pene y comenzó a masturbarse frente a todos nosotros. Dicha acción logró que lo que pasaba en la película ya no nos importara.
Sebastían era blanco, flaco, y un poco alto para esa edad. Su cabello negro, y ojos aún más negros realmente lo destacaban. Su pene medía unos 14cm y cuando se masturbaba se escuchaba un traqueteo proveniente del contacto de su mano con sus bolas pálidas. Sus nalgas, bueno, no llamaban la atención.
Detrás de él, Matías fue el segundo en animarse, fue muy rápido, dijo-" Vamos muchachos, se siente re bien". Y con una cara de excitación que nunca le había visto, se paró al lado de Seba y se quitó toda la ropa más rápido que el viento. Su pene, también blanco y con unas bolas rosadas se veía como de unos 13 cm, tenía lindas piernas, blancas como sus nalgas, redondas y paradas. Cuando lo veía de atras sentía que veía a una chica, con su cabello castaño claro, tenía una cara muy bonita, sus ojos verdes le quedaban como los dioses.
Un segundo después de Mati, Mauro fue el tercero en animarse, se levantó de la cama y se paró al otro costado de Seba. Con un poco de pudor, pero no por eso menos excitado, Mauro se sacó toda la ropa lo más rápido que pudo. Mauro era el rellenito del grupo, no era gordo, simplemente tenía un poco de pansa. Al quitarse la ropa, su trigueña piel de su cuerpo lo destacaba del resto, al ser rellenito, tenía unas curvas más marcadas que el resto, incluso que las curvas que me habían gustado de Matias. Sus nalgas y su ingle tenían una piel más clara que el resto de su cuerpo. Su pene medía unos 12 cm y sus huevos eran color café con leche. Cuando se comenzó a masturbar, y viendo cómo se masturbaban Matias, Sebastian y Mauro… Mi pene comenzaba a dolerme al hacer presión con mi calzoncillo. Cuando me iba a parar y desnudarme, me ganó Nicolas, que de un salto, se puso de pié y mirándo a Sebastian, Se para delante mio, dándome la espalda. Dejando que yo viera en primer plano todo su hermoso trasero rosado y redondo, junto con su espalda suave que perdía a gritos que la tocaran… Yo ya no podía más, es que de los cinco, Nicolas se podría decir que es el más afeminado, como viene de una familia inglesa, tiene modales muy marcados y movimientos muy finos. Su piel blanca como la porcelana, su cabello un poco largo y desprolijo, rojo como el fuego y unos ojos del color del cielo. Se podría decir que era el más lindo de los cinco. Aunque, honestamente, las nalgas de Mauro me llamaban como si fuera un megáfono que me pide a gritos que lo folle…
Detrás de Nicolas, me paré yo, haciéndome el distraído hice todo lo posible por rosar con mis manos y mis brazos su espalda y una de sus nalgas, no sé si le molestó, solo me miró de reojo con una sonrisa de éxtasis indescriptible. Creo que los cinco, incluyendonos a los que jamás nos habíamos masturbado, nos surgió naturalmente todo el montón de pensamientos sexuales, creo que en ningún momento pensamos que lo que hacíamos nos podría valer la etiqueta del "grupo de los jotitos". Simplemente, queríamos sentir la sensación de tener en nuestros penes el calor de unas lindas nalgas siendo folladas por nosotros.
En la película habíamos visto cómo el hombre les metía el pene en el culo a las chicas hasta que las bolas hacían "splash" al hacer contacto con sus nalgas. Era éso lo que yo quería sentir, esa sensación del "splash" de mis huevos haciendo contacto con las nalgas de mis amigos, comenzando por el culito precioso de Mauro que me pedía a gritos que lo viole con la lengua y luego con mi pene…
Mientras yo pensaba todo ésto sobre Mauro, Sebastían de pronto se arrodilló frente a Nicolas, y comenzó a chupar esos 13 cm de carne blanca y lampiña que se erguía en la ingle del colorado del grupo. Ante la mirada de todos nosotros que envidiábamos su falta de pudor para disfrutar.
El segundo volvió a ser Matías, quién se arrodilló frente a mi, ante mi asombro, y se metió mis 12cm de verga en su boca. con una mano me masturbaba mientras me chupaba la punta del pene, y con la otra me manoseaba el culo. Que por cierto no estaba mal, redondo y blanco, bastante firme. Realmente disfrutaba de las caricias que me propinaba en las nalgas y de la mamada que me estaba dando.
Mientras Matias me la chupaba, y Sebastian se la chupaba a Nicolas. Mauro se paró frente a la tv y, mirando la película, se masturbaba con un ritmo acelerado, se escuchaba el traqueteo de sus huevos impactando con su mano. Yo realmente moría por abalanzarme sobre esa cola blanca en un cuerpo de piel trigueña. Su cuerpo rellenito pero muy bien formado me ponían a mil. Me sentía un animal, no sabía qué era lo que me estaba pasando. De pronto, Matias se pone de pié y me mira como invitándome a mamársela. Entendí el mensaje, así que no lo pensé mucho, y aunque estaba un poco impaciente porque quería tratar de follar a Mauro, no quería quedar mal con Matías, quién por cierto no estaba nada mal. Realmente todos en mi habitación estábamos físicamente muy lindos en nuestros cuerpos frescos, sanos, sin imperfecciones.
Me metí el pene de Matías en mi boca, e hice lo mismo que él me hizo a mi. Con una mano lo masturbaba y con la otra tocaba su perfecto cuerpo. Sus nalgas firmes pero esponjosas me fascinaban. De reojo, trataba de mirar a Sebastian, quién se veía que hizo recostar boca arriba en mi cama a Nicolas, mientras le lamía todo el recorrido de su ano hasta sus huevos y pene. Sebastian realmente estaba como loco comiéndole la hombría a Nico.
En un momento, veo que Nico pone sus piernas sobre los hombros de Sebastian, y éste le trata de meter su pene en el culo. Se ve que no tuvo problemas para meterle sus 14 cm ya que se comenzaban a escuchar los "splash" que yo tanto moría por hacerlo con Mauro. Pero Mauro estaba hipnotizado con la película, se seguía masturbando sin parar. Con una mano se sostenía de la mesa del televisor, con la otra se masturbaba. Se veía cansado, a punto de explotar. En tanto los "splash splash" de Sebastian y Nico se hacían más fuertes e intermitentes.
Comenzaba a sentirse un cierto aroma a "vestuario de club" en mi habitación. Bastante "rico", aportaba mucho a la excitación en general.
De pronto, Matias me toma de los costados de mi cabeza, y comienza a arremeter con su pene en mi boca. Me incomodaba un poco, me hacía sentir un objeto, pero de alguna forma misteriosa lo disfrutaba. Su pene de 13cm me tocaba la campanita en mi garganta. Sus huevitos rosados, y lampiños comenzaban a hacer "splash splash" contra mi barbilla. Cerré los ojos y traté de concentrarme en el sabor de su pene, la textura de su ingle tocando mi nariz, y sus huevos tocando mi barbilla. Trataba de identificar su aroma, mientras me tomaba de los costados de la cabeza, yo recorría su cuerpo suave con mis manos. Sus piernas, sus brazos, su pansa, su espalda, sus nalgas, su entrepierna. Sentía que estaba en un sueño del que no quería despertar. Hasta que sucedió lo inevitable, su pene estaba tocando mi campanita de la garganta cuando su "wasca" comenzó a salir, mis labios estaban en la base de su pene, con mi nariz en su ingle y mi barbilla en sus testículos cuando su néctar natural cayó sin obstáculos en mi garganta. No lo dudé, si bien no tenía noción de lo que tenía en la garganta, no sudé en tragarlo. Quería sentir el sabor, realmente no me gustó, pero la excitación del momento hizo que me parezca delicioso. Le agarré el pene nuevamente y se lo apretaba de abajo hacia arriba para que terminara de salir lo que tenía que salir.
Agotado y muy agitado, Matias, se arrodilló frente a mi, no supe de dónde vinieron las palabras que me dijo, si realmente lo pensó o si no era consciente de lo que decía. Yo seguía arrodillado, así que cuando se arrodilló quedamos enfrentados, con nuestras caras a muy pocos centímetros, me dijo entre suspiros-"Oye Tomy, te amo". Y me comenzó a besar, metió su lengua en mi boca y yo solo me dejaba llevar. Hasta que se paró y se recostó en mi cama, a un costado de Sebastian y Nico que seguían en lo suyo. Nico estaba en una posición de perrito, en tanto Seba seguía con su imparable follada anal.
Fue en ese momento, mientras veía a Seba dándole por la cola a Nico, que me acordé de Mauro, quién no se encontraba en mi habitación. Así que me paré y salí de mi pieza en su búsqueda, pidiéndole a Dios que tenga ganas de follar. Lo busqué por todos lados, en el baño, en la habitacion de mis padres, en la de huespedes, en la cocina. Hasta que lo vi sentado en el sofá, frente a la Televisión viendo Dragon Ball Z. Estaba tomando un vaso con jugo de naranja, pero seguía desnudo, "es buena señal", pensé.
Al acercarme, me siento a su lado y le pregunto- "¿Qué ves?". Él me mira como quién mira a un loco, y me contesta- "No vez que están peleando Cell y Gokú?, ¡¿por qué preguntas algo obvio?!"… Me contestó algo mal humorado, pero con su mirada me di cuenta de lo que ocurría, es que fue el único a quién nadie eligió para tener sexo.
Yo-"Oye, Mauro. ¿Sabes qué quiero?".
Mirándome con mala gana, me pregunta."¡ Ya!, ¿qué quieres?".
Me arrodillo frente a él, que seguía sentado en el sofá, y comienzo a darle besos en sus rodillas suaves, de color trigueño, él se acomoda bien abriendo bien las piernas. Y su pene se comienza a parar.
Comienzo a pajearlo con mis dos manos, mientras recorro todo su cuerpo suave con mis ojos. Me dice-" Oye amigo, me encanta lo que me haces pero no me mires tanto, me apenas". Le contesto con lo que me salió en el momento-" Eres perfecto, me encantas, y me meto su pene blanco, que contrasta con su cuerpo tostado, en mi boca. Lo que quería yo era lograr follar su hermoso culito, pero no sabía como decirle sin asustarlo. Es que me daba pena, nunca había hecho nada sexual en mi vida. Y lógicamente, él tampoco.
Mauro se comienza a excitar con mi mamada, comienza a despegar sus tiernas nalgas del sofá y las va dejando cada vez más en el aire, en el borde del sillón. Es cuando aprovecho a recorrer con mi lengua todo el caminito entre sus raja y sus pene con mi lengua. Por momentos me regalaba algún que otro gemido, que me incentivaba a, ya no sólo recorrerlo con mi lengua, sino que prácticamente mis labios estaban como aspiradora por todo sus genitales.
Vale recordar que mis padres no estaban, ya que trabajaban mucho y había veces que no aparecían por casa ni en la noche. Yo estaba confiado de que en ésta oportunidad sería igual que siempre…
Mientras lo mamaba, yo sabía que Mauro estaba entrando en el éxtasis, y no quería que acabara por eyacular y se vaya a dormir como lo hizo Matias. Así que dejé de chuparle el pene y fui subiendo con mis mamadas hacia su barriga, luego a su pecho, basicamente le comí el cuello a lenguetazos y le di un beso en la boca. Fue en ese momento en que Mauro me miró con una sonrisa y sentí que me dió el okey para darle el mismo beso que me dio Matias anteriormente.
Mientras jugabamos con nuestras lenguas, ambos con los ojos cerrados. Mauro me acariciaba todo el cuerpo, y yo el suyo. Sentí que ambos estábamos hiper-excitados con el cuerpo del otro. De alguna manera, logré comenzar a besarle el cuello y darlo vuelta en el sillón para besarle la espalda. Entre caricias y lamidas le "enjaboné" la espalda con mi saliva.
Cuando terminé con su espalda, aunque casi con la boca seca, bajé mi cara hasta su colita parada. Mi sueño se estaba haciendo realidad. Sus nalgas blancas, esas esponjosas nalgas redondas. Que me piden a gritos que lo viole primero con mi lengua y luego con mi pene. No aguanté más, estaba enamorado de su cola, comencé a darle besos a su raya, cada vez más profundos, mientras con mis manos le acariciaba y a la vez le trataba de abrir sus nalgas para ver bien su culo.
Por mi cabeza pasaban muchas cosas, era mi amigo, uno del grupo de los cinco con quienes crecimos desde el jardín de infantes. Inseparables desde el día en que nos conocimos, ya teníamos doce años, y quizá era el último año en que nos veíamos. Cursábamos 7mo grado, el último antes de pasar a la escuela secundaria, y tener que elegir si seguir en una misma escuela o cambiar a otra especialidad…
Me puse sentimental, pero a la vez me calentaba. Mauro, cada vez que le pasaba la lengua por su culo parecía que hacía el intento de mantenerlas abiertas, a sus nalgas. Mi pene estaba que explotaba, sin pensarlo más, me coloqué lo más cómodo que pude posicionando mi pene sobre su oyito. Y de un golpe, traté de que entre, no fue dificil( hoy se que, por el tamaño de nuestros penes en ése tiempo, no había problemas para abrir camino en nuestros anos).
Sentí bien el momento en que mis huevitos lampiños chocaron por primera vez con sus nalgas, mi ingle haciendo contacto directo con esas dos pompas perfectas. Mauro levantó un poco su cabeza, haciendo un gemido, creo que de gusto, porque no se quejó. Posicioné bien mis manos una en cada hombro de Mauro, le dí dos besos en su espina dorsal. Y comencé el movimiento de caderas, cada vez que mi pene entraba y mi ingle tomaba contacto directo con sus nalgas, sentía que a mi pene le estaba poniendo un “guante hecho a la medida”.
Después de unos minutos, sentí el impulso de arremeter contra su culo lo más rápido y fuerte posible. Mauro gemía y yo sentía, de alguna manera, cómo lo disfrutaba. Eso me excitaba cada vez más, ya se escuchaba el “splash splash splash” que soñaba lograr.
Cada segundo era más y más intenso, sentía como sus nalgas y todo mi cuerpo sudaban. De pronto ¡LA EXPLOSIÓN!. Sentí cómo de mi pene salía un líquido tibio que se derramaba dentro del culito de mi amigo. Mi pene se comenzó a deshinchar y caí rendido en la espalda de Mauro. Él se quitó de abajo mío rápidamente, se sentó en el sofá. Me miró a los ojos sonriendo, y me dijo-”¿Me measte en el culo?”… Yo le contesté- “No sé!!! jajaja” y me reí.
Mauro se levantó con la mirada hacia la TV, dejándome una primera vista de su retaguardia de oro. Pude ver cómo un hilo de un líquido medio blanco pero transparente comenzaba a recorrer su raya entre sus nalgas. En ése momento me dijo que iba al baño y fue corriendo. Me paré y fui corriendo a tras de él. Sin mirar hacia atrás, se sentó en el inodoro y cagó todo el líquido que tenía en la cola. Mientras tanto, me miraba parado yo en la puerta, y se reía. Me salió de adentro, le dije- "te amo". Mauro se rió y me dijo-"yo no soy marica". Me arrodillé frente al inodoro, donde estaba sentado Mauro, y le comencé a mamar el pene. Mientras el cagaba mi semen, yo se la mamaba. Me daba un poco de asco, pero estaba realmente muy excitado con él desde que se quitó la ropa en mi habitación.
Cuando terminó de hacer caca, se paró, me corrió con una mano y se fue a mi habitación, donde estaban Sebastian, Nicolas, y Matias, durmiendo los tres en mi cama, con Nico en el medio. Me volví a excitar cuando los vi, quería besarlos a los tres. Mauro, desconectó el reproductor de VHS, y conectó el SEGA. Se puso a jugar Mortal Kombat.
Yo decidí tirarme arriba de Nico que dormía boca abajo, y follarmelo. Me acomodé bien en sus nalgas, y al igual que con Mauro, puse mis manos en sus hombros, le besé la espalda y se la metí de un tirón. No tardé mucho en acabar, de hecho Nico estaba despierto y me preguntó ¿fue todo?. Y me recosté en su espalda, justo en ése momento. Miro hacia la puerta de mi habitación, y estaba mi papá mirando toda la escena sin mover un muzculo de su cara.
Un chico desnudo jugando con el sega, tres chicos desnudos durmiendo en la cama de su hijo de doce años, y su hijo en medio de los tres. Yo no sabía que decir, me puse rápidamente de pié y mi papá me hizo un movimiento con su mano llamándome… Afortunadamente mis amigos no se dieron cuenta de que mi papá los vio.
YO- "Papá, es que… Encontramos un VHS porno y… Bueno, queríamos probar".
Sin quitar su mirada de mis piernas, como si mis ojos estuvieran en mi ombligo, mi papá me dejo-" ¿Probar qué?… ¿Con hombres?… ¿Una película gay o qué?"
YO-"Nada, no lo pensamos…"
Mi papá se arrodilló frente a mi, y colocando sus manos en mi cintura, me dijo-" Que lindo que estas, mi princesito"…
Sus palabras de alguna manera me gustaron, pero me incomodó su mirada y sus manos en mi cintura desnuda, además sentía que me traspasaba con la mirada. Y él, normalmente me ignoraba. -"Papá, ¿me vas a castigar?"
Hoy en día, lo pienso y me doy cuenta, esas palabras le dieron una idea "loca". -"Si, hijo, no hay más remedio… Pero a ver.. Gira un poco el cuerpo(y con sus manos en mi cintura me giró, dándole la espalda)". Se quedó en silencio y pude setir cuando me dió un beso en una nalga. Luego pegó un cachete en mi espalda y con sus brazos me abrazó alrededor de mi cintura, haciendo presión hacia su cara. Me dio un beso en el otro cachete, luego se puso de pié. Me besó la nuca, y me dijo-"Cuando se vayan tus amiguitos vas a sentir lo que puede hacer un hombre con un culito como el tuyo"…
Continuará…
(Historia producto de una masturbación fantasiosa en la noche, nada es real… En teoría)
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