Clases particulares para Rafita
Podía Rafita ser más putito? Sí, si podía .
Después de ese primer día dándole «clases» a Rafita pasaron otros dos en los que simplemente le enseñaba, pues su mamá siempre estaba presente y yo cumplía sin más con la función por la que me pagaban, cabe aclarar en esos dos días tampoco hubo presencia del primo.
Llegó un miércoles más y con ello otra visita a Rafita para darle su tutoría, su mamá me recibió como de costumbre invitándome a pasar,
– Rafa está arriba con su primo, ya baja- Me dijo la señora, cosa que me llamó la atención inmediatamente y me quedé sentado esperando un momento, pensando en cómo se estaría cogiendo el primo a Rafita, fué entonces que usé como pretexto ir al baño para subir, pues el baño de abajo estaba fuera de servicio y era necesario pasar por fuera del cuarto de Rafa para llegar al de arriba. Caminé lento con precaución de no hace ningún ruido, la mamá de Rafa abajo miraba televisión y gracias a ese sonido ayudaba a cubrir mis pasos, lentamente llegué fuera del cuarto de Rafa y pegué mi oído a la puerta, más no alcanzaba a escuchar nada, presioné un poco más fuerte mi oreja contra la puerta y ésta se abrió un poco sin hacer ruido. Me quedé paralizado, pues en mi mente la puerta habría rechinado al abrirse, sin embargo al notar que ningún ruido había salido de las bisagras me animé a abrir lentamente un poco más la puerta y echar una mirada dentro. Metí la cabeza en la habitación y lo que ví me dejó boquiabierto, miraba al primo de Rafa con los pantalones y ropa interior a las rodillas dejando ver perfectamente su culo desnudo, se balanceaba de atrás hacia delante y justo en ese momento alcancé a distinguir un gemido de Rafita, no había duda, se lo estaba culiando de a perrito. Me quedé viendo un poco más, contenía mis respiraciones para no delatarme y observé hasta notar que el primo se estaba viniendo, había dejado de moverse y sujetaba a Rafa de las caderas, no había duda que estaba acabando, hacía un sonido contenido con su respiración y boca y un par de segundos después se desprendía de Rafita sacándosela. Saqué la cabeza y con extremo cuidado volví a cerrar la puerta, para mí fortuna esta nuevamente no hizo ruido alguno y al parecer tenía el seguro mal puesto, por lo que la pude poner de vuelta en su lugar, cerrada. Rápidamente y con pies ligeros entré al baño procesando lo que había visto, todo ese tiempo yo había sacado conclusiones propias, pero ahora estaba cien porciento seguros que los sospechas eran ciertas, el primo de Rafa se lo estaba cogiendo quién sabe desde cuándo, y realmente no lo culpaba, pues detrás de esa fachada de niño lindo y tímido estaba un completo putito de culo tragón hambriento de vergas que se entregaba completo tan pronto le ponían una verga entre las nalgas.
Estaba en el baño haciendo tiempo cuando de pronto alguien trató de girar la perilla de la puerta del baño, pero como le había puesto seguro no cedió,
– Está ocupado- Dije.
– Perdón- Escuché decir a la vocecita de Rafa
– Rafita? Ya voy- Le respondí y entonces abrí la puerta del baño, Rafita se me quedó viendo y sonrió con un poco de pena, ni idea tenía que yo acababa de ver cómo se lo estaba culeando su primo en su camita de ropa infantil.
– Hola- Me dijo simplemente Rafita y entró al baño, debía estar apurado por limpiarse los mecos que le acaba de echar su primo en el culo
– Hola, te espero abajo- Le dije con total normalidad y regresé a la sala donde la mamá de Rafita esperaba con el primo a un lado de ella.
– Ay, Joel, que bueno que ya bajaste, llevaré a mi sobrino a su casa y ocupo también pasar al súper, te importa si me tardo un poco?- Preguntó.
– No, no hay problema, la esperamos Rafita y yo, verdad, Rafita?- Dije refiriéndome al niño que ya bajaba por las escaleras con su cuaderno en mano.
– Si, mami- Dijo Rafa, y entonces su mamá se retiró con su sobrino siguiéndole los pasos, yo me le quedaba viendo al primo de Tavo imaginando su culo desnudo que acababa de ver minutos antes.
– Ok, entonces vamos a empezar- Le dije a Rafita y nos colocamos en el comedor como de costumbre para estudiar, pude escuchar cuando el auto de su mamá salía y todo estaba normal entre los dos.
Estuvimos solo unos 5 minutos en el estudio, cuando de pronto hizo un comentario que me dejó muy pensativo.
– Oye, y vamos a jugar a las luchitas otra vez?- Preguntó sin despegar la vista del cuaderno. Nuevamente Rafita sacaba a relucir el putito que llevaba dentro, se lo acababa de coger su primo y ya me estaba preguntando si yo también»jugaría» con él.
– Pero si te acaba de coger tu primo hace un ratito, a poco ya quieres más verga?- Pregunté notando la sorpresa en sus ojos que había Rafita puesto como platos viéndome.
– No es cierto- Respondió Rafa volteando la mirada.
– Como de que no, yo ví como te cogía en tu cuarto- Le dije con seguridad, Rafita permanecía callado con la mirada lejana, – Entonces vas a querer más verga o no?- Le dije, para ese entonces ya tenía una erección perfectamente formada dentro del pantalón pero Rafita continuó en silencio, así que tomé la iniciativa y me levanté de la silla bajándome el pantalón junto con la ropa interior dejando mi pene y huevos al aire y me le acerqué apuntándole con mi pene, empecé a restregarle la verga por la cara a Rafa hasta pasársela por entre los labios cuál hot dog, le puse la mano atrás de la nuca y sin ninguna presión él solito abrió la boca engullendo mi palanca y comenzando a mamarla. Mientras Rafita me la mamaba tomé una de sus manos libres y la puse en mis huevos, él de inmediato comenzó a masajearlos sin dejar de chupar mi duro pene y en una de esas se la saqué de entre los labios para azotarle la cara, – No que no querías mi verga?- Le dije en tono burlón mientras le daba en el cachete con ella.
– No quiero- Respondió Rafa con evidente enojo.
– Ah, no?- Le dije, y tomándolo del brazo lo hice levantarse de la silla, tomé del borde el pans que llevaba puesto y de tirón se lo bajé con todo y ropa interior dejando su pequeño y erecto pene al descubierto, – Y porqué tienes la verguilla parada?- Le dije con el mismo tono de burla mientras le empezaba a jugar sus huevos y después lo masturbaba, Rafita seguía en silencio con cara de enfado así que le hice dar la vuelta dejando su culo a la vista y comencé a manosearle las nalgas, – A poco no quieres que te meta toda la verga por este culito?- Le decía mientras pasaba mis dedos por su hoyito. Rafita respiraba pesado mientras le metía y sacaba el dedo por su húmedo ano,
– Métemela- Dijo Rafita, igual que la vez anterior que lo habíamos hecho en su cuarto.
– no que no querías- Le dije con burla en mi voz mientras le apretaba una nalga, Rafita respondió con un gruñido y acto seguido lo tomé en mis brazos y lo tendí boca abajo en el comedor, – Cómo de que no te cogió tu primo, si todavía tienes el culo abierto y húmedo de los mecos que te echó, – Le dije, metiendo y sacando dos dedos con mucha facilidad, se sentía viscoso dentro del ano de Rafita, era obvio al estar batiendo los restos de semen que tenía de su primo adentro, le saqué los dedos y puse la cabeza de mi palanca en su agujero, – Entonces, cuál verga te gusta más, la de tu primo o la mía?- Pregunté, mientras me masturbaba con mi glande en su arrugado y rosado hoyito,
– La tuya- Exclamó Rafa, entonces con una sonrisa empujé empalándolo, prácticamente me dejé caer sobre él, y mi verga se le fué como cuchillo sobre mantequilla por el culo a Rafa.
– Entonces gózala- Le dije acercando mi boca a su oreja, y empecé a cogérmelo. Se hacía eco del sonido ahogado de mi pelvis chocando contra las nalgas de Rafita, mis huevos se balanceaban y chocaban de la misma forma en su culo, el recto del niño estaba totalmente relajado y era obvia la lubricación que había dejado el semen de su primo, porque mi verga deslizaba con tal facilidad que me parecía sentir cuando masajeaba su próstata,
– Que rico- Se le escapó a Rafita en un suspiro,
– Cómo te encanta la verga, Rafita, te gusta como rebato la leche que te dejó tu primo en el culo?- Le dije, podía ver cómo cubría mi verga la leve espuma generada por los fluidos que le estaba batiendo a Rafa en su hoyo goloso.
– Si me gusta- Respondió Rafita y gemía más fuerte,
– Ya ves, que te costaba decir que sí te había cogido tu primo?- Le cuestioné.
– Es que me gusta más cuando me lo haces tú- Dijo Rafita, parecía como si ya no pensara y simplemente dijera lo primero que le venía a la cabeza, estaba bien flojito y no dejaba de gemir, me calentaba mucho que admitiera que le gustaba más cuando me lo cogía yo, y como si pensara por sí misma mi mano cayó fuerte en su nalga derecha dejándole su blanca piel enrojecida, – Ayy!- Se quejó Rafita y levantó la cabeza buscando verme,
– Cállate y para más el culo- Le dije, pensé que Rafita se resistiría un poco más porque la nalgada había sido considerablemente fuerte, sin embargo solo dejó caer de nuevo su pecho en la mesa y obediente levantó más las nalgas. La calentura se apoderó completamente de mí, tenía a un niño aún más sumiso que Tavito, quizás no tenía el culo igual de rico que él y lo tenía ya prácticamente más usado también, pero era perfecto al menos en lo que pasaba un poco los días y podía volver a cogerme a Tavito. Rafita se quejaba muy rico ante las metidas de verga que le daba, pero me estaba cansando por la altura de la mesa,
– Vamos a la sala- Le dije, y entonces le saqué mi pene, Rafita respiró un momento y entonces se bajó de la mesa, me fuí con el pene al aire hasta la sala que se entraba continua al cuarto del comedor, Rafita me siguió atrás, igual, con los pantalones abajo y se detuvo dónde yo, – Quítate el pantalón- Le ordené, no objetó nada, simplemente hizo caso y comenzó a quitarse por completo la ropa baja, se le estaba complicado un poco sacarse la ropa que se había enrollado en una pierna, así que me agaché para ayudarlo, tomé las prendas en con mi mano y él tiró la pierna para sacarse la ropa. Teniendo a Rafita así y con su pene en frente, no pude invitar darle una mamada más, notando un ligerito sabor a pipí y mientras tanto le manoseana las nalgas, me gustaba sentir en mi boca el pene de Rafita con el prepucio cubriendo el glande, era como la sensación del nudo de un globo en los labios y pelarselo de la misma forma con ellos era una sensación que me agradaba.
– Cómo quieres que me ponga?- Interrumpió Rafa, me empezaba a quedar claro que a Rafa lo que le interesaba más era tenerla adentro, la estimulación de su miembro no era importante para él, para él era mejor ser él quien mamaba o directamente que se la dieran por el culo.
– Ponte igual que ahorita, aquí- Le dije, haciéndole un gesto hacia la mesita del centro de la sala.
– Aquí?- Preguntó Rafita dudoso.
– Sí, o si ya no quieres verga entonces no- Dije encogiéndome de hombros.
– Si quiero- Respondió inmediatamente, y haciendo a un ladito los adornos que se encontraban en la mesita de madera, nuevamente se puso culo al aire dándome la retaguardia, yo me saboreaba para mis adentros, Rafita haría prácticamente lo que fuera que yo le dijera con tal de que me lo cogiera. Me quité el pantalón y boxer y me acomodé encima de Rafita, la mesita era pequeña, me cabía entre las piernas sin problemas, así que solamente alcancé el agujero de Rafa con mi verga y bajando se la metí, inevitablemente solté un sonoro bufido mientras mi pene se iba adentrando en el interior del niño de nueve años y me quedé ahí mirando al enfrente, sintiendo los huevos reposando en las nalguitas del pequeño, literalmente estaba cabalgando a Rafa y me gustaba, me gustaba mucho estar así, me había convertido en un amante de niños, pero y qué? A ellos tanto como a mí les gustaba estar así, los tenía enamorados de mi verga y yo aprovecharía cuánto pudiera tenerlos así. Empecé el vaivén, movía con suavidad las caderas metiendo y sacando solo una parte de mi pene, con el moviendo rítmico sentía mis huevos sobándose en las nalgas de Rafita y lograba una penetración bien profunda, trataba de hacer el mínimo ruido posible y miraba detenidamente desde atrás la nuca de Rafita que se dejaba llevar con la mejilla pegada en la mesa disfrutando ser atravesado analmente por mi hinchada y dura verga, era como algunas de las películas porno que había visto donde un hombre de enorme polla se cogía sin piedad a una chica pequeña, así que lo quise intentar y cambiando drásticamente el ritmo comencé a cogerme a Rafa bien duro y profundo, mis huevos ya no acariciaban delicadamente sus nalgas, sino que chocaban contra ellas al mismo tiempo que le volvía a clavar mi tieso badajo en su culito, Plam! Plam! Plam! Sonaba cada choque de cuerpos y Rafita emitía sonidos fuertes de placer, unas arremetidas más y comencé a botar semen, me pegué lo más que pude al culo de Rafa clavándosela hasta el tallo y sentía como mi pene se ensanchaba estirando sus paredes rectales al llenarle el culito de leche. Miré el reloj en la pared de la sala, había pasado ya media hora desde que la mamá de Rafita se había marchado, teníamos aún un poquito más de tiempo para seguir cogiendo, me separé de Rafita sacándole la verga dejando ver su culo bien abierto y de color más intenso
– Tu primo ya te ha cogido en el aire?- Le pregunté a Rafita, él se levantó quedando sentado en la mesa viéndome
– En el aire? No, a él le gusta así, poniéndose atrás de mí o arriba- Respondió Rafita. Me resultaba lógico que su primo le gustará cogérselo de perrito, poder ver tu verga yéndose por el culito de un niño era un poema que también a mí me encantaba ver.
– Quieres hacerlo?- Le pregunté,
– Sí – Respondió Rafita enérgicamente moviendo también la cabeza, nuevamente Rafita me hacía sonreír, cuántas veces en un fin de semana se lo culearía su primo? Siendo Rafa tan caliente y su primo tan joven (y seguramente igual de caliente), seguro se la pasaba con su verga ensartada en el culo de su primito en esas supuestas «pijamadas» que tenían los sábados.
– Párate – Le ordené a Rafa, él rápidamente se puso en pie y yo me agaché pasando mis manos por debajo de sus muslos y lo cargué en mis brazos, – agárrate de mi cuello- Le dije, él, obediente, se abrazó de mi cuello y puso su mentón en mi hombro derecho, con mi mano tomé mi pene y lo puse en la entrada de Rafita, sin miramientos se lo metí, – Te voy a coger bien duro, ok?- Le dije al oído,
– Sí – Respondió Rafita con una voz contenida, casi un susurro,
– Te voy a dejar el culo más abierto que tú primo- Le dije, respiraba hondo sintiendo la sangre en los tímpanos,
– Sí – Volvió a responder Rafa, con su vocecita afligida y dócil.
– Y la próxima vez que venga, no te limpies la leche de tu primo, te la voy a batir con mi verga- Le dije apretándole las nalgas.
– Sí – Respondió nuevamente Rafita, esta vez con un tono más ligero, cómo si hubiera recibido un regaño, y entonces empecé a cogérmelo de nuevo, duro, lo sostenía de las nalgas y fuerte lo pegaba a mí al metérsela, lo único que se escuchaba en la casa de Rafita era su culo chocando contra mí al meterle la verga, se dejaba ir totalmente, era como cogerme un muñeco de carne, Rafita pesaba un poco menos que Tavito, así que podía con más soltura subirlo y bajarlo en mis brazos al penetrarlo, no era la primera vez que se lo hacía en esa posición, ya antes lo habíamos hecho junto con Tavito en su baño, pero era el poderlo hacer en medio de su sala lo que le daba un plus de cachondeo a la situación,
– Quieres mi leche en el culo o en la boca?- Le dije pegando mi boca a su oído.
– En el culo- Respondió Rafita sin pena alguna, parecía un niño diferente, se le iban los temores cunado se trataba de que se lo cogieran. Sentía que me venía, tenía la frente sudorosa y sentía la ingle transpirada, también el canal del culo de Rafa se sentía algo húmedo y claro, caliente, pero más caliente lo sentía en el pene cuando en impulsivos espasmos su recto empezó a apretar, – Ay… Ay… Ay…- Se quejaba Rafita súper rico y casi como su hubiera sido intencional, comencé a venirme, parecía que las contracciones de su culo y mi verga se habían sincronizado, y cuando su recto aflojaba, mi verga se ensanchaba vaciándose en ese culito. Olía mucho a sexo, Rafita seguía pegado a mí, aferrado a mi cuello y le tenía toda la verga adentro, sentía que una gota gorda de sudor me bajaba por el culo y me terminaba en los huevos, estábamos transpirados y sentía en el vientre la verguita y huevos de Rafita pegados en mi piel cuando un sonido me descolocó, un auto se había detenido fuera de la casa y rápidamente voltié como si pudiera ver a través de la puerta, espantado bajé a Rafita de mis brazos,
– Córrele arriba y limpiate- Le dije, espantado, Rafita, igual de espantado que yo, hizo caso a mi orden y corriendo tomó su ropa del piso, al agacharse le pude ver el ano completamente abierto y reborbotando semen, corriendo subió la escalera, con la ropa en mano y desnudo de la cintura para abajo, al hacerlo una gota grande de semen le salió del culo cayendo en el tercer escalón de la escalera, yo por mi parte, salté de prisa y tomé mi ropa, con mi boxer limpié el semen de la escalera y en un salto me coloqué la ropa interior, estaba apurado poniéndome los jeans cuando escuché como el auto de afuera de nueva cuenta arrancaba, me quedé con los jeans a medio poner y me acerqué a la ventana, haciendo un poco a un lado la cortina ví como el susto había sido en vano, no se trataba de la mamá de Rafa, era solo una persona que simplemente se había tenido ahí un momento. Recuperando la calma, subí la escalera y alcancé a Rafita en el baño, toqué la puerta,
– Quién?- Preguntó Rafa adentro
– Soy yo, no era tu mamá- Le dije, entonces abrió, estaba aún desnudo y se limpiaba el culo con papel, me le acerqué y comencé a acariciarle las nalgas, bajaba mi mano derecha par palpar con dos dedos su ano dilatado,
– Me espanté – Dijo Rafita mientras yo le seguía tocando el culo,
– También yo – Le dije, a la vez que me volvía a desabotonar el pantalón y saqué mi pene a media erección, – Limpialo- Le ordené, Rafita se dió la vuelta y engulló mi palanca chupándola, los restos de semen rápido fueron limpiados, le saqué la verga de la boca y se la puse en la cara, le sonreí mientras apresiaba esa carita bajo mi verga, Rafa me regresó la sonrisa y entonces me guardé mi miembro de nueva cuenta, acomodando correctamente está vez la ropa, tomé una botella de aromatizante y bajé para rociar un poco en la sala, que aún olía a sexo, regresé al baño a tiempo para ver a Rafita terminando de acomodarse la ropa y entonces echándomelo en hombros cuál caballito bajamos de regreso a nuestro lugar en la cocina.
La realidad es que a penas y tuvimos tiempo de estudio, de un momento a otro llegó la mamá de Rafa, le ayudé a cargar las cosas que había comprado y pronto ya iba de regreso a mi casa, bien atendido, bien cogido.
Saludos sonlc23 calidad de relatos hermano eres hiper mega genial con tus relatos WoW WoW uff me hice una buena paja
Que buena serie, sigue así… Como se integrará el primo a estás andanzas? Seguro que Joel hará de las suyas…
Entre tavito y Rafita me tienen loco, que maravilla de relatos