Clases particulares para T̶a̶v̶i̶t̶o̶ Rafita
Tavito estaba fuera de mi alcance por ahora, pero, y Rafita?.
Enero había llegado con todo, las vacaciones habían terminado y yo había regresado a mi cotidianidad de escuela y casa, había aplicado a mi propósito de mantenerme alejado de Tavito para no levantar más las sospechas del novio de Mayra, aunque en una de esas cuando iba a la tienda me tocó encontrarme con el niño jugando en las maquinitas, al verme el chiquillo no podía dejar de pedirme que se la metiera, estaba tan caliente como yo que se había bajado la ropa estando ahí solo cubiertos de la vista por las máquinas de videojuegos, estube a punto de caer, me lo iba a coger ahí en el pequeño local de las arcade pero logré contenerme un poco y solo le dí a mamar mi verga hasta llenarle de leche la boca.
– Cuando me vas a coger?- Me dijo Tavito aún con un poco de leche por el borde de sus labios.
– Después- Le respondí acariciándole el culo una última vez y después le subí la ropa, le pasé el dedo índice por los labios a Tavo recogiendo el semen que tenía y el lo comió de mi dedo, ya habían pasado diez días desde la última vez que habíamos estado juntos y ya sentía que me hormigeaban los huevos cada que veía un culito, había tenido problemas disimulando mis erecciones frente a Flor la última vez que la había visitado, incluso estaba seguro ella había notado en una ocasión como se marcaba mi verga bien parada dentro de mi pantalón pero claro había fingido no darse cuenta y yo igual.
Estaba una tarde descansando después de la escuela cuando un SMS llegó a mi celular, «Hola, soy la mamá de Rafael, amiguito de Tavo, su mamá me dijo que le habías dado clases a él, te puedo llamar?», Decía, yo completamente extrañado le dije que sí y en unos minutos mi teléfono comenzó a sonar con el mismo número del SMS reflejado en la pantalla,
– Buenas tardes, Joel, verdad? Me llamo Lucia, sou mamá de Rafita- Me dijo la mujer.
– Sí, hola- Le respondí sin más, me resultaba muy extraña la situación.
– Hola, oye, me contó la mamá de Tavito que tú le habías ayudado a su hijo con matemáticas hace unos meses y quería saber si podrías hacer lo mismo con Rafita.
– Oh, pues… Está bien, solo que yo no soy maestro, mmm…- Le respondía.
– Si, yo sé, Mayra me contó eso, pero dice que pudiste ayudar a Tavito y yo ya he probado metiendo a Rafa a cursos con tutores pero no aprende, crees que me puedas ayudar? Te pagaré el doble de lo que te daba Mayra- Terminó la mujer. Quizás era que me venía muy bien un dinero extra para mejores salidas con Flore, pero al final terminé aceptando y dos días después estaba llendo a mi primer día como tutor de Rafita, habíamos acordado 3 días a la semana para tener tiempo para mí y la escuela y entonces estaba ahí, tocando un miércoles a si puerta volteando a ver si lograba divisar a Tavito en su casa cuando la señora abrió la puerta,
– Buenas tardes- Le dije con una sonrisa forzada.
– Buena tardes, ya viene Rafita, está en su cuarto, Bryan! Ya vámonos!- Grito la señora volteando a la escalera que se alcanzaba a ver terminando la sala, – Pasa, ya viene Rafita, Bryan!- Volvió a gritar la mujer,
– Voy!- Se escuchó desde arriba una voz adolescente y después unos pasos apresurados bajando la escalera, – Ya, vámonos- Dijo el muchacho y entonces se me quedó viendo.
– Hola- Le dije con algo de pena.
– Él es Joel, le va a dar clases a Rafita- Me presentó la señora.
– Ah, ok, mucho gusto- Dijo el muchacho, aunque claramente no le daba tanto gusto como decía el conocerme.
– Bueno, ya vámonos- Dijo Lucía, – Saldré un momento a llevar a mi sobrino a su casa, quedas en tu casa, ehh- Me decía, – Rafa, no hagas esperar al muchacho- Volvió a gritar Lucía.
– Ya voy- Dijo la clara voz de Rafita y entonces lo ví bajando las escaleras, – Ya, hola- Me dijo el niño y yo lo saludé con la mano.
– Bueno, nos vamos- Dijo Lucía y tomó camino con su sobrino saliendo de la casa dejándonos a Rafita y mí solos.
Hubo un momento de silencio entre Rafa y yo y entonces comencé a hablar,
– Bueno, entonces dónde estaremos?- Le pregunté
– Dijo mi mamá que en el comedor- Respondió Rafita alejando la mirada, aún cuando me lo había cogido ya algunas veces le seguía dando pena sostenerme la mirada.
– Ok- Le dije y tomamos lugar en la cocina para comenzar a estudiar. Entre la plática de qué estaban viendo en la escuela y qué se le complicaba le sacaba algo de información a Rafa, su papá era contador y llegaba tarde, su mamá se dedicaba a la casa, no tenía hermanos y su mamá prácticamente no le dedicaba tanta atención, nada tan sorprendente para mí hasta que capté algo que no había notado al principio, el muchacho que se había ido con su mamá debía tener unos 15 años y era su primo, tal vez era el mismo con el que Rafita «jugaba» a las luchas, pero preferí no tocar el tema y concentrarnos en lo que nos interesaba. Llevábamos ya cerca de media hora revisando cuentas cuando Rafita se salió del tema en la conversación,
– No haz visto a Tavito- Me dijo viendo fijamente su cuaderno.
– Si, lo he visto- Le respondí cortante.
– Ah…- Respondió aún con la vista en la libreta.
– Porqué?- Le pregunté expectativo.
– Nada- Respondió simplemente, y yo di por cerrado el tema, quizás era mejor si hacía como que lo que había pasado entre Rafa y yo jamás había sucedido, – Oye- Dijo de nuevo sin levantar la vista.
– Qué?- Le pregunté viéndolo a la cara.
– No… Nada- Respondió.
– Dime- Insistí.
– Quieres…- Rafita miraba a su libreta pero ya no movía el lápiz.
– Si?- Comenzaba a desesperarme un poco la timidez del niño.
– Quieres jugar a las luchitas?- Me pareció notar que Rafa cerraba los ojos mientras me decía eso.
– Ahorita? Pero y si viene tu mamá- Le pregunté con demasiada duda
– Siempre se tarda mucho porque se queda platicando con mi tía- Me respondió Rafita aún si verme.
– Ok, pero… Vamos a tu cuarto?- Le dije. Me daba mucho miedo pero a la vez mucha adrenalina lo que estaba por hacer.
– Sí- Dijo Rafita, podía notar sus mejillas rojas mientras se levantaba de la silla donde estaba sentado y entonces me miró, tenía una sonrisa penosa y los cachetes sonrojados, yo le sonreí de regreso, Rafita caminó lento y yo lo seguí detrás, subió la escalera y dobló a la derecha -Aquí- Dijo Rafita y entró a la primera puerta conmigo detrás, venía viéndole el culo en el camino hacia arriba, seguía pareciéndome menos apetecible que el de Tavito pero ese culito me estaba un poco prohibido de momento, así que porqué no con el de Rafita? Rafita cerró la puerta en cuanto pasé, su cuarto era más grande que el de Tavito y sus muebles eran claramente más caros, Tania una cama muy bien vestida con colcha de toy story y una televisión considerablemente grande para el cuarto de un niño y con un Nintendo Wii conectado, claramente Rafita era de una familia mejor acomodada que la de Tavito, – Vamos a jugar?- Dijo Rafita alejando su mirada y yo simplemente lo tomé en mis brazos y lo arrojé a la cama, Rafita se rió y yo lo miraba emocionado, en verdad me lo cogería ahí en su camita? A ese niño tan supuestamente tímido? Estrujé a Rafita un poco cómo si en verdad quisiera solo jugar a las luchitas y él hacía lo mismo conmigo mientras reía cuando en una de esas lo puse boca abajo en la cama y él río fuerte,
– La llave!- Dijo con emoción, y para gran sorpresa mía el mismo bajó su ropa dejando el culo a la vista, yo no resistí mucho la tentación y estirando mi mano tomé ese culo palpándolo como si no lo hubiera tenido nunca, Rafita se dejó llevar y yo también, como por inercia mi cara se fué acercando a ese traserito rico recogiendo su aroma y comencé a besarlo, unos besos en cada nalga y finalmente las separé con mis manos para llevar la lengua a ese hoyito lindo, el ano de Rafa se sentía un poco húmedo y entonces hubo un sabor que reconocí, no era exactamente igual pero antes yo ya lo había probado, sí, era similar al sabor de mi semen cuando lo había probado del culo y labios de Tavo y entonces relacioné de nuevo las señales, el primo que se acababa de ir con Ia mamá de Rafa lo había conseguido, el hijo de puta había logrado cogerse a Rafita, yo le había abierto el camino enseñándole a Rafa a recibir verga y el primo ni corto ni perezoso aprovechó que ese culito ya estaba abierto a recibir rabo y le empezó a dar verga a su primito. Me chupé un dedo llenándolo de saliva y lo hundí en el ano de Rafa, costó bastante poco, no había duda que ese agujero ya estaba bastante más usado de como lo había encontrado las primeras veces, mojé el segundo dedo y teniendo un poquito más de resistencia al final mis dedos medio e índice acabaron dentro del culo de Rafa mientras yo bajaba la boca y le chupaba los huevos, la verguita de Rafa también esperaba hinchada y dura, así que también me la llevé a la boca mamándola un poco,
– Métemela- dijo Rafa rompiendo mi trance, tenía razón, no podía pedir el tiempo, su mamá podía venir en cualquier momento, me acomodé encima de él colocando mi verga entre sus nalgas, levantó el trasero en cuanto sintió mi carne tocando su culito y me vino a la mente la imagen de que muy probablemente así lo tenía su primo cuando yo llegué. Toqué el ano de Rafa con mi glande y empujé un poco, – Ah…- Exclamó Rafita, entonces preferí colocarme una cantidad generosa de saliva para repetir, volví a empujar y esta vez mi cabezón se perdió entre el anillo rosado de Rafita quién arqueó la espalda levantando más el culo tan pronto comencé a metérsela, sujeté a Rafita de las caderas y seguí empujando con cuidado mi verga hasta tener tres cuartos de esta adentro de su hoyito y entonces esperé unos segundos antes de comenzar a moverme, no había duda que ya le estaban dando más verga a ese culito, porque comparado con las primeras veces que me lo culié, había sido sencillo penetrarlo. Sentí que el cuerpo de Rafa se relajaba y entonces comenzó realmente la faena, al principio me lo cogía suave, pero después incrementé la velocidad, no sabía que tanto tardaba realmente la mamá de Rafa en volver, pero no quería aventurarme a una sorpresa, la camita de Rafa era muy cómoda, era como si simplemente me balanceara mientras sus nalguitas chocaban y chocaban con mi pelvis y Rafita gemía y gemía despacio,
– Te gusta?- Le pregunté inclinándome para hablarle al oído.
– Si…- Dijo él simplemente con un gemido más largo.
– Quién te coje mejor, tu primo o yo?- Le dije, Rafita no respondió, solo enterró la cara en una almohada que tenía al frente y yo reí para mí mismo sabiendo que al putito le encantaba mi verga e incrementé la intensidad de la cogida, mis huevos se encontraban con sus nalguitas y toda la cama se movía junto con nosotros, me acomodé para poder ver el culo de Rafa, me encantaba ver como su ano rosita se comía todo mi pene, incluso pude ver con mis propios ojos el momento en que su agujero comenzaba a extasiar en su orgasmo y sentía en mi pene todos esos apretones de su esfinter, yo seguí montando ese culito por unos minutos más hasta que el cosquilleo en mis huevos me dijo que estaba por acabar, se la saqué a Rafa y lo llevé al borde de la cama, él giró al no saber qué pasaba, yo lo que hice fué dejar su cara frente a mi verga mientras me la jalaba, unos pocos meneos más a mi palanca y empecé a tirarle los chorros de leche en la cara mientras Rafita cerraba los ojos al caerle mi semen por toda su supuesta carita inocente. Me volvía loco ver a Rafita así, tenía un lado de la cara casi completamente lleno de mi semen que se le escurría lento hasta que Rafa abrió los ojos y me miró con aún aparente sorpresa,
– Mamala- Le dije arrimando mi aún duro pene a su boca y le puse la cabeza en los labios, Rafita se me quedó viendo un par de segundos mientras yo apreciaba como tenía las pestañas del ojo derecho embarradas de mi semen, igual que parte del cabello y más que bajaba de su nariz y cachete hacia su mentón. Rafita abrió la boca y aún viéndome a los ojos comenzó a mamármela mientras yo le sujetaba la cabeza desde la nuca y trataba de empujarlo un poco para que se metiera más de mi pinga en la boca y después con mis dos manos en su nuca empecé a follarle por la boca para acabar sacándole mi pene y poniéndole mis huevos en los labios, Rafita había aprendido bien en las pocas sesiones que había tenido con él y mamaba mis huevos con gentileza, pero no había tiempo disponible, en un momento le alejé mi entrepierna y guardando mis partes íntimas dentro de la ropa me alejé saliendo del cuarto,
– Lávate la cara y vamos a seguir estudiando- Le dije sin verlo mientras regresaba abajo. Pasaron unos minutos cuando Rafita bajó lento las escaleras, tenía la cabeza gacha, quizás le daba vergüenza como lo había usado, pero no le presté gran atención, retomamos con normalidad la enseñanza y solo unos minutos más tarde su mamá llegó, había estado afuera poco menos de una hora, ella llegó y preguntó que tal íbamos, le expliqué que Rafita ocupaba poner empeño en las matemáticas, ya que me parecía peor su situación que la de Tavito, después ella se fué a hacer su quehacer y un poco más tarde me despedí por ese día. La mamá de Rafa estaba encantada en que ayudara a su hijo, pero no tanto como yo al saber que recibiría una nada despreciable paga y a la vez había conseguido información útil para poderle dar a su reprimido hijo eso que tanto le gustaba.
Hola Sonic saludos desde Venezuela WoW WoW más guaara hermano ya extrañaba tus relatos uff eres hiper mega genial en tus aventuras espero siguir disfrutando de tus aventuras con tus niños vale me calienta un mundo leer para deleitar mi imaginación y darle rienda suelta a mis fantasías y pajas uff té felicito hermano sigue contando más y no tardé soy tú admirador número 1 chao soy keiber tengo 19 años
Que bueno que estés de vuelta Sonic, aún no leí el relato pero sé que es de los buenos; como nos tienes acostumbrados.