Club de Universidad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Rafael98.
Y prometimos reunirnos durante tres días, todos los amigos del club de la Universidad, éramos cuatro grandes amigos que nos conocíamos perfectamente; Mauricio era homosexual, él lo confesó; todos lo respetamos, pues no teníamos ningún problema con eso. La cita era en la casa de campo de Alexis, él era delgado de piel clara, ojos azules y tenía pelo rubio, era el más alto de todos. Fui el primero en llegar, Alexis se sorprendió al verme, pues después de la universidad cuidé mi cuerpo, hacía ejercicio y comía saludablemente, tenía el cuerpo marcado, mi tono de piel era claro. Estaba un poco bronceado, pelo castaño, ojos miel y naturalmente lampiño.
-Eres el primero en llegar Rafa-. Me dijo.
Enseguida llegó Javier, era el más moreno, cuerpo ligeramente marcado, con pelo negro y ojos cafés. Y por último llegó Mauricio. En verdad nos quedamos impactados al verlo, había cambiado mucho, tenía piel mate, cuerpo bien formado, con una barba, ligero bigote, ya no usaba lentes por lo que sus ojos verdes resaltaban y tenía sonrisa de modelo. Fue allí cuando sentí algo diferente, y sé que los demás también.
Comenzamos nuestra fiesta, primero comimos algo ligero y platicamos acerca de cómo nos fue después de la universidad. No sabía por qué no podía dejar de ver a Mauricio, nunca me había dado cuenta de lo atractivo que era. Alexis preparó la piscina de la casa. Decidimos cambiarnos para entrar, pero antes dejamos nuestras cosas en los dormitorios, la casa tenía dos habitaciones, Alexis estaba con Javier y yo con Mauricio; él sabía que teníamos confianza entre todos así que se cambió frente a mí. De repente quedo sólo en bóxer y me sorprendió el tamaño de su bulto y el de su perfecto culito, redondito y sus nalgas bien formadas.
Comencé a tener una erección pero la oculte antes de que la viera. Hacía mucho tiempo que no tenía novia, pero él trasero de Mauricio me prendía. Con nuestros trajes de baño nos metimos a la piscina, estuvimos mucho tiempo hasta el anochecer, cansados, decidimos ir a ducharnos para después dormir. Cada cuarto tenía sus regaderas, así que nos despedimos de Javier y Alexis, mientras que Mauricio y yo nos fuimos a la habitación. Y sabía que muchas cosas iban a pasar.Mauricio me pidió que lo dejará duchar primero, le dije que sí. La regadera era visible pues la puerta era de cristal y no había cortina de baño. No pude resistir la tentación de mirar discretamente a Mauricio. Pude verlo desnudo en la regadera, su traserito era el más hermoso que había visto, tenía unas nalgas grandes y duras, estaba muy bien rasurado del abdomen y ligeramente de la pelvis, cuando giró pude ver perfectamente su pene, estaba circuncidado con una cabeza perfectamente rosa estaba demasiado largo, parecía en erección, el vidrio se comenzó a empañar mientras yo tenía una erección que me levantaba los calzoncillos. Estaba en mi fantasía cuando Mauricio termino y salió del baño, corrí rápidamente a la cama y cubrí mi erección con una toalla, pero ocultar 18 cm de largo y 6 de ancho no es muy fácil. Me miró fijamente y luego vio el bulto de mi toalla, sonrió y me dijo:
-Apúrate que el agua está caliente.
Entré a la regadera y me duché con agua fría pero mi erección no bajaba, con miedo a que descubriera mi erección abrí la llave del agua caliente hasta que el cristal se empañó, comencé a ducharme con mi pene erecto; detrás del cristal vi los ojos verdes de Mauricio y sabía que me vigilaba, quería saber si me veía por excitación o por curiosidad así que comencé a deslizar mi trasero por el cristal, comencé a agitar mis nalgas duras como un especie de baile sexual. Cuando salí de la regadera, Mauricio estaba en la puerta con su pene en la mano mientras se masturbaba suavemente. Al instante mi toalla se levantó y él pudo notar mi pene erecto.
-Te pusiste buenísimo Rafa-. Me dijo.
No sabía que decirle, pero él se adelantó:
-Sé que yo también he mejorado bastante y sé que tienes una gran erección, sabes que soy gay, y esas erecciones no las desperdicio.
Sus palabras hicieron que mi pene se hinchara más, así que dejé caer mi toalla lentamente. Al ver mi pene, gimió con deseo y eso me puso cómo loco, se lanzó contra mí y azoté en la pared mientras él me besaba ardientemente, boca, hombros, cuello, parecía una fiera hambrienta de carne prohibida, su labios recorrieron mi cuerpo y yo también lo besaba, sus tetillas estaban paradas por la excitación así que comencé a besarlas y a morderlas, él gemía del placer, sus manos recorrían mi pecho, mi espalda, sus dedos eran la gloria, su mano bajo a mi pene y comenzó a masturbarlo, sus dedos eran delgados pero muy largos, comenzó a masturbarme salvajemente mientras me lamía el pecho y me besaba, yo no soltaba sus tetillas rosadas que estaban duras, el pelo de su pecho se erizaba con cada lamida que hacía, yo estaba al borde que comencé a expulsar líquido pre-seminal, Mauricio se dio cuenta y bajo su boca a mi pene, limpio todo el líquido de una mamada y dijo:
-Está buenísimo.
A penas podía introducir mi pene en su boca, pero sabía mamarlo. Era la mejor mamada de mi vida, su saliva fría pero sus labios calientes tenían a mi pene en el éxtasis comenzó a mover su lengua y chupo todo mi pene, tuve que sacarlo de su boca porque me iba a correr de la excitación, supe controlarme mientras el lamía mis pelotas, sus ojos verdes me voltearon a ver, y su mirada logro que sin control metiera mi pene en su boca y salvajemente comenzó a mamarlo de nuevo. Su saliva escurría por mi pelvis y su pecho. Comencé a gemir como una bestia y le gritaba.
-Maury, mámalo, mámalo como nunca lo has hecho en la vida.
El movimiento de su mamada movía todo mi cuerpo y el suyo, el pene de Mauricio comenzó a expulsar líquido pre-seminal y se me antojo mamarlo. Le dije que se recargará en la pared y baje mi lengua de su pecho a su pene, en erección su pene formaba una cabeza rosa del tamaño de una bellota y una verga tan larga que quería mamarla entera, tenía una que otra vena que se marcaba en su pene que lo hacía más excitante, no perdí tiempo y limpie todo el líquido que había expulsado de una sola mamada, Mauricio gimió de placer, era mi primer mamada pero al parecer lo hacía bastante bien, Mauricio me tomó del cabello y comenzó a marcarme el paso con su mano en mi cabeza y yo con su verga de 19.5 cm en la boca. Él seguía expulsando líquido que me batió la cara, le chupe sus pelotas que colgaban de su pene. Quería chupar todo. Le dije.
-Ponte a gatas, que quiero lamer ese culo que te cargas.
Mauricio obedeció, y se puso a gatas con su trasero en mi cara, mordí sus nalgas duras, y el seguía gimiendo, entonces lo abrí y metí mi lengua en su ano bien rasurado. Sabía espectacular, él comenzó a agitarse balancearse mí lengua entraba más a su ano y comencé a meter mi dedo, su pene expulso un chorro de líquido pre-seminal que agarré para lubricar mi pene, aunque no era necesario porque también estaba tan excitado que escurría de mi propio líquido, sin perder tiempo, metí mi pene en ese anito apretado de mi amigo, el pujaba mientras gritaba.
-Cógeme, duro, duro, hazlo como una bestia.
Quería ser gentil con el pero sentir sus nalgas rebotar sobre mis pelotas ero lo más excitante, que comencé a metérsela con todo.
-Destrózame el ano.- Me gritaba.
Se escuchaba el “flap” de mis 18 cm y 6 cm de grosor contra sus enormes nalgas que rebotaban en mi pelvis, comencé a recorrer con mis manos su espalda, y bajo su sudor frío le gire su rostro y lo bese, mientras el gritaba, gemía y pujaba. Me dijo:
-Déjame hacer que gimas de placer.
Comenzó a mover sus nalgas a un ritmo que no podía creer, toda mi verga estaba disfrutando del ano de mi amigo. Fuertemente se lanzó hacía atrás y quede boca arriba del suelo. Él se sentó en mi verga mientras subía y bajaba, todo mi cuerpo sentía sus nalgas, su ano, desde mi cabeza a los pies, me dijo:
-Quiero ordeñar tu verga a sentones.
Y comenzó a subir y bajar, que sus pechos se movían al ritmo de su culo. Su pene se erecto y azotaba contra mi abdomen. Comenzó a gemir como loco y eyaculo en mi pecho, su semen alcanzó mi cara y comencé a lamer el que cayó en mi labios, él seguía eyaculando a chorros, como si su semen tuviera meses sin salir, llegó al orgasmo y ver su cara de placer y sus nalgas a toda rapidez sobre mi verga hizo que me corriera dentro de él. Los dos seguíamos eyaculando como desquiciados, él en mi pecho, yo en su culo. Él se desmontó de mi verga y yo chupe el semen que le resbalaba en el pene, todavía alcancé un chorro de semen caliente y él también lamió el mío.
Nos mirábamos mientras nos besábamos tranquilamente, entonces escuchamos un ruido, y volteamos hacia la puerta, era Alexis con el pene erecto y nos sonreía mientras se tocaba lentamente.
Y allí comenzó la verdadera fiesta…
Continuará…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!