CO-CA-CU: Mi primera vez
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy Johannes Francisco, tengo 25 años, hijo de un norteamericano que por un tiempo estuvo residente en mi país en una compañía minera en la cual conoció a mi madre que trabajaba de contadora. A los pocos meses de nacido, se fue a USA y nunca más volvió, mi madre viajó a la capital de la provincia, a trabajar en una compañía exportadora de banano, soy hijo único, al principio no estaba de acuerdo con que mi madre tuviera enamorados pero mientras crecía iba comprendiendo sus necesidades biológicas, sobre todo afirmando lo anterior con lo que me pasó cuando tuve 15 años.
Mi infancia fue normal para un hjo único, en el sentido sexual, hasta que a los 14 años comenzó a picarme el pene y noté que mi voz cambiaba y los bellos que me salían al pene me picaban, de eso se dió cuenta mi vecino Oswaldo, de 20 años, un chico jovial, él siempre me deciá "cocadú" no entendía y me decía que yo era "come-caga-duerme", me reía.
Estabamos unicamente los dos jugando basket en una cancha de la ciudadela, cuando de repente me dijo: vamos a tomar agua a mi casa co-ca-cu le dije "¿No es co-ca-du?" el me dijo nuevamente "no, co-ca-cu" me quedé callado y lo seguí a su cuarto, su familia no estaba, noté que cerró con llave, tomamos agua en la sala, se dirijió al baño, se escuchaba la regadera, salió rápido en toalla unicamente, me sentí incómodo vi su pene sobresalir de la toalla salió con una sonrisa, se sentó junto a mi, mientras acababa de beber lo que quedaba de agua, se sacó la toalla quedando desnudo, me dijo que le coja el pene, que le haga paja, no entendía, cojió con sus manos las mías, las dirijió a su pene y sentí un calor de piel, era mi primera vez, me enseñó con sus manos en mi pene, cómo se hace y que rico se siente, en verdad se siente delicioso, no olvidare ese maravilloso momento.
Oswaldo se inclinó sobre mi dirijiendo la boca a mi pene blanco y notó que era virgen, me dijo "Panchito te la voy a mamar con amor, déjate, es rico", todavía no salía de la sorpresa, sentía el gustito de esxcitación y me dejé llevar, todo era maravilloso, me dijo que la tenía pequeña pero con estas mamadas iba a crecer, tocó mi punto débil psicológico y accedí; me pasó la punta de su lengua en la cabecita de mi pene, algo desforrado, luego chupó el tronco, sentía su paladar por encima de mi cabecita y su lengua cómo lambía la parte inferior hasta llegar a mis pelotitas que se pusieron rojas del deseo, me lambía el ombligo y me volteó bajándome por completo la pantaloneta, dirijiendola a mi culito virgen, le pasó la lengua, succionaba con sus labios logrando dilatarmelo, chupaba los cachetes de mis nalgas, apretaba suavente con sus dientes la piel de mi culo y parte del coxis, yo gemía, todo era rico más aún cuando su lengua penetraba los exteriores de mi huequito, sentía cosquillas, comezón y picazón deliciosa, en verdad, Oswaldo era un artista de estímulos.
Todo lo hacíamos en silencio sin palabras, sólo me dejaba llevar por sus manos suaves, mi piel blanca se excitaba en su también piel blanca. Me puso al filo de su cama abrí mis piernas poniéndoselas en sus hombros, se inclinó, levantó un poco mi cadera exponiendo mi culo y pene, viendonos nuestros rostros frente a frente y transmitiendonos nuestros alientos, rozó su pene de más de 20cm sobre mis pelotas y tronco del pene hasta llegar la raja de mi culito, sus ojos estaban cerrados, sus labios se apretaban, el sudor nos corría, cada vez el movimiento era más rápido, yo quería orinar, pero noté en ese instante un gemido de placer de Oswaldo y sentí entre la raja de mi culo y mis pelotas del pene cómo su tibia lechota se derramaba, me viró boca abajo completamente sobre su cama y el resto de leche refregó sobre mi espalda, le dije que quería orinar, fui al baño y noté un liquido que a futuro entendé que era preseminal, mi primera lechita, a mi edad, pero mi primera lechita, me dije "de lo que me había perdido todo este tiempo".
Oswaldo ingresó y vi que se metía el dedo grande al culo y con la otra se hacía una paja, no le salió leche, creo que lo hizo para demostrarme que por el culo también es rico, se limpió su pene y culo lo mismo hizo conmigo y de repente intentaba darme un apasionado beso, lo hice a un lado, no se por qué, Oswaldo se sonrió y con su mirada leí que me comprendía el asombro.
Le pregunté a Oswaldo por qué me hizo todo esto y él contestó que lo hacía porque cada vez que me veía manosear mi pene se excitaba y quería mamarmelo y chupármelo, que le gustaba. Me dijo que esto sea nuestro secreto, quería seguirme enseñando cosas ricas, para eso, me dejó una revista donde se veían sólo hombres desnudos, "espero que te guste co-ca-cu: come-caga y ahora culea" me reí, la guardé bien doblada en mi pantaloneta y llegué a casa a ver las ilustraciones en secreto.
En las noches cuando dormía se levantaba mi pene porque aún tenía en mi mente lo pegajoso de su leche y la forma en que cómo me mamó y me rozó su pene, fue maravilloso, empecé a rozarme e introducirme mis dedos en mi huequito imitando lo hizo Oswaldo en su culo, me hacía pajas y sentía mentalmente el cuerpo de Oswaldo junto a mi, necesitaba de su olor atlético y sus músculos ríjidos. Pasarían los meses y Oswaldo en ritual de amor y sexo me hizo totalmente suyo.
Espero sus comentarios valiosos, a esta, mi real historia de iniciación.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!