Cogida en el cerro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Fue un día jueves, yo tenía 17 años y cursaba el tercer año medio (actualmente tengo 23 y estudio pedagogía), ese día me tocaba educación física, por lo cual andaba con buzo. Al salir del liceo me fui caminando por el parque que esta en frente de este, hasta llegar a un sitio en donde hay un camino para subir al cerro, recordé que días antes mientras hablaba en un chat, alguien había comentado que en ese lado del cerro había oportunidades de conseguir una cogida con un desconocido al estilo cruising. Me entusiasmo la idea y subí a ver que encontraba por esos lados.
Mientras recorría el camino, con un poco de nervios y de miedo también porque podía ser asaltado, escuche unos gemidos que provenían de muy cerca, me acerque cuidadosamente para ver que pasaba y entre los matorrales veo a una pareja de hombres en la cual uno de mas o menos 50 años se la mamaba a un joven muy guapo por lo demás, metí ruido para que se dieran cuenta de mi presencia, entonces el joven se subió los pantalones y el mayor se levanto y se fue del lugar, paso un par de minutos y el joven me quedo mirando y claro yo sostenía su mirada, poco a poco se me fue insinuando y mostrando su verga, no dude mas y me acerque, me arrodille y comencé a mamarle la verga (debo reconocer que lo hago muy bien, modestamente, al menos siempre me lo han dicho), inmediatamente el joven empezó a gemir, su verga de mas o menos 17 cm estaba aun con la saliva del anterior pero eso a mi no me importo en lo mas mínimo, yo tenia ganas de verga y verga tenia en mi boca. Se la estuve mamando al rededor de 15 minutos y me la saco, lo quede mirando, proteste y el me dice;
– ¿Quieres follar?
– Pues claro, pero debes ser cuidadoso ya que no tengo mucha experiencia, ademas hace mucho que no lo hago.
– Tranquilo, prometo ser cuidadoso.
El joven se saco su abrigo, lo puso en el suelo me pidió que me pusiera boca abajo en el y que levantara la cola, obedientemente hice todo lo que me pidió, entonces siento su lengua en mi raja y en mi ano, el placer era indescriptible, por primera vez me estaban dando un beso negro y lo estaba disfrutando, su lengua entraba cada vez mas en mi ano, mis gemidos eran cada vez mas fuertes, hasta que metió un dedo el cual dolió un poco, lo mismo paso con el segundo y el tercero, hasta que sentí su cabeza en la entrada de mi ano, respire profundamente y el la ensarto completa de una, haciendo que yo diera un grito muy alto, sin piedad el me empezó a penetrar, su mete y saca cada vez era mas violento y rápido, a mi no me estaba dando nada de placer, el me decía;
– Pene buscabas, acá tienes y no te quejes
– Por favor, ¡Me duele! para un poco
– No, a los mocosos como tú, les gusta el pene y eso te daré, ademas tienes un muy rico culo, lampiño y redondo.
Estuvo penetrándome en la misma posicion durante 20 minutos aproximadamente, sentía todo su peso sobre mi hasta que me clavo fuerte y acabo dentro mio, debo reconocer que cuando acabo me gusto y quería seguir con su verga dentro, el se recostó encima mio y aun con su verga adentro, me pidió disculpas .
– Disculpa, pero no follaba hace mucho tiempo y me deje llevar por la calentura.
– Te entiendo, pero fuiste muy duro, me dejaste muy lastimado, me duele mucho
– Perdón, no fue mi intención, a todo esto me llamo Javier mucho gusto
– Me llamo Robert y no se si es un gusto para mi, y créeme si no me levanto de aquí es porque me duele todo.
El se salió de mi, me giro, me miro a los ojos y me beso, esta vez sus manos recorrían mi cuerpo, poco a poco me fue quitando el polerón y la sudadera, me quito la ropa lentamente me dejo desnudo, el también se fue despojando de su ropa y quedamos ambos desnudos. Su boca recorría besando desde mi clavícula hasta mi cintura, sus manos acariciaban mi espalda, mi piel se erizaba en su contacto y poco a poco me fui entregando al momento, su pene nuevamente se erecto, el tomo mis piernas y me puso en posición de misionero, me penetro nuevamente pero esta vez con mucha delicadeza, esta vez yo gozaba, gemía de placer, el me besaba… Nuestra respiración agitada y entre cortada, hasta que nuevamente me llena de semen, me sentí pleno y feliz, el no paraba de pedirme disculpas por haber sido un bruto anteriormente, de decirme que le había agradado y gustado mucho yo y estar conmigo, que no conociéramos y que nos siguiéramos viendo, a mi el también me había gustado y feliz le dije que si, sellamos con un beso nuestro nuevo comienzo, hasta que oímos un aplauso, era un hombre de 30 y tantos que aplaudía irónicamente detrás de un árbol. – Pero que linda escena, que conmovedora. Dice al tiempo que Javier lo queda mirando…
CONTINUARA………………………………………….
(si ustedes quieren, espero les haya gustado y bueno comenten si quieren la segunda parte)
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!