Cogido por mi compañero de trabajo después de un viaje de paseo
Ese día no esperaba tener sexo con mi amigo y compañero de trabajo, pero al regresar de un pequeño viaje de esparcimiento me lleno el culo de leche .
Por cuestiones de discreción cambiaré los nombres, mi amigo y compañero de trabajo será Jhon y su servidor Alfred; me describo brevemente soy bajito (1,61) y un poco nalgón, complexión media; mi amigo es un poco más alto que yo (1,68), guapo y tiene una verga deliciosa (un poco gruesa y cabezona, como unos 17 cm), ambos vivimos en la CDMX.
Esto que les contaré, es una de tantas veces que hemos cogido, ya llevamos un tiempo haciéndolo, y la verdad es que cogemos muy rico.
Vivimos relativamente cerca y trabajamos juntos, nuestros días de descanso siempre son variados y entre semana pero resulta que un miércoles coincidimos en que nos descansaron en el trabajo y unos amigos en común nos invitaron a salir (Polo y Leo). Nos fuimos a una parque acuático como a hora y media de la ciudad.P
Jhon y yo quedamos de vernos en un lugar donde Polo y Leo pasarían por nosotros, nos fuimos cerca de las 9 de la mañana, el día estuvo bastante tranquilo (a excepción de un chacal delicioso que nos atendió en el lugar que desayunamos, me hizo calentar un poco) estuvimos nadando, echando cervezas, fumando un poco, en general pasándola bien.
Ya pasadas las 4 de la tarde nos dispusimos a salir del balneario y nos fuimos a un pueblito cercano para comprar algo de comer y regresar a la ciudad, ya que Polo tenía unos asuntos personales que resolver, así que pasamos y dejamos a Polo en su casa y nos fuimos a casa de Leo, ya estando ahí le habló su secretaria por unas cuestiones de la oficina y tenía que ir, así que nos pidió esperarlo en su casa mientras iba a su oficina; al regresar nos iríamos a cenar y ahí nos alcanzaría Polo.
Aunque su oficina está relativamente cerca de su casa, comento que al menos tardaría 1 hora en regresar, así que nos ofreció su recamara y a la habitación de huéspedes para que pudiéramos descansar mientras regresaba.
Jhon se quedó en la habitación de Leo y yo en la de huéspedes, escuchamos salir el carro de Leo de la cochera, yo apague la luz y me recosté, la verdad veníamos tan cansados que no creí ni esperaba que pasará algo con Jhon.
La puerta de la habitación donde estaba yo, quedó entre cerrada, me quite los zapatos, apague la luz, desabroché mi cinturón y me tumbe boca abajo, como a los 10 minutos note que la puerta de la habitación donde yo estaba se abrió muy lentamente.
Jhon: ¿Alfred, duermes?
Alfred: no, que pasó, ¿estás bien?
Agregó ¿Que traes puesto hoy?
La verdad uso suspensorios como ropa interior diaria, y pues siempre traigo un modelito diferente, se me ve un culo muy rico con los suspensorios y pues con frecuencia adquiero nuevos modelos.
Cerró la puerta de la habitación y prendió la luz, yo le levanté, y baje mis pantalones para mostrarle lo que traía puesto, unos suspensorios color verde militar con negro y mientras se los modelaba, el se bajó los pantalones y se recostó a la orilla de la cama, gire para verlo y ya se veía una erección que comenzaba a crecer bajo su ropa interior; y como la ventana de la habitación daba a la cochera entraba suficiente iluminación, apagué la luz de la habitación, y así en tre penumbras me dispuse a mamar ese rico trozo de carne.
Me acerque bajé su boxer y tome su verga que estaba semi erecta, lentamente pasé mi lengua por el frenillo, recorrí todo el contorno de su glande y lentamente comencé succionando su glande, en cada movimiento iba metiendo poco a poco más y más ese pedazo de carne; hasta engullirla toda, sentí como su glande pasó más allá haciendole una garganta profunda, repetí eso varias veces y mientras disfrutaba de su hombría, escuchaba sus gemidos lo que me hacía prenderme más, de vez en vez mi lengua jugueteaba con el contorno de su glande y lo sentía estremecer, baje a sus huevos y aspire profundo, disfrutando de ese olor que me enloquecía, lamí, bese y chupe sus ingles, mosdisquee la piel de su escroto, disfrute de ese hombre como si fuera la primera vez que lo tenía a disposición de mi boca, alternaba entre su verga y sus huevos, mis manos acariciaban sus piernas, disfrutaba yo de aquel manjar como si no hubiese mañana.
Mientras mamaba la verga de Jhon, el acariciaba mis piernas y mis nalgas, (siempre me ha dicho que tengo unas nalgas muy bonitas y ricas).
Lo escuchaba gemir, estaba disfrutando tanto como yo, después de varios minutos de estarle mamando la verga…
Jhon: ven, acuéstate.
Se colocó de lado y me acosté junto a él dándole la espalda, susurrando a mi oído dijo:
Jhon: lubrícate.
Coloque un poco de saliva en mi ano y abrí mis nalgas y el colocó la punta de su verga en la entrada de mi culo.
Empujó un poco y al entrar la cabeza, sujeto mi cuerpo contra el suyo con su brazo derecho mientras que con el izquierdo me ayudaba a abrir mi culo y empujó, entrando de un sólo golpe, sentí dolor y placer al mismo tiempo y sin más comenzó a bombearme el culo, me cogia como animal salvaje, comencé a moverme y nuestros cuerpos se sincronizaron al vaivén del sexo, cuando yo me movía hacia él, Jhon metía a lo más profundo de mi ser su verga, mientras me cogia como loco me susurraba al oído…
Jhon: estás bien sabroso Alfred…, ¿Te gusta mi verga?…, tienes un culo muy rico…
Y entre gemidos yo respondía que sí, me nalgueaba, apretaba mis nalgas, mis piernas, mientras me bufaba en el oído.
Cómo sabíamos que en cualquier momento podría regresar Leo, teníamos que aprovechar el tiempo, sentirlo entrar y abrir los pliegues de mi culo me ponía a mil, comenzó a acelerar sus embestidas y a gemir mucho más, me apretó con fuerza contra su cuerpo y en un grito ahogado lo sentí estallar dentro de mí, nos quedamos así por unos segundos mientras recuperabamos el aliento, lentamente su verga fue perdiendo firmeza hasta que salió de mi culo.
Se levantó con mucho cuidado de no manchar la cama y fue al baño a asearse, yo con el mismo cuidado me levanté pero yo lo hacía para no desperdiciar ni una sola gota de su leche, terminó de asearse y salió del baño, nos abrazamos (después de tener sexo siempre nos abrazamos diciendo: estamos bien locos cabron) y Jhon regresó a la habitación de Leo, me metí al baño y me dispuse a jalarmela, no fue tan difícil terminar de lo rico y caliente que estaba.
Me terminé de asear y me recosté nuevamente, como a los 20 minutos escuché abrirse el portón de la cochera, era Leo que había regresado.
Después de una breve plática con Leo, sobre la situación que fue a resolver a su oficina, salimos de su casa y nos fuimos a cenar, aunque yo ya iba bien cenado y lleno (de leche).
Con Jhon he experimentado cosas muy ricas en el sexo, siempre estamos probando cosas nuevas. Si les gusto el relato comenten, ya después les contaré de otras tantas veces que hemos cogido y lo bien que lo hemos pasado, saludos desde el oriente de la CDMX.
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