COGIENDO A LOS HERMANITOS DE 10 Y 11 AÑOS (Parte 2)…
El niño de 11 años por fin se deja penetrar… Llora, grita, gime y finalmente se vuelve adicto a mi verga….
Inicio agradeciendo a todos los que me han escrito para hacerme saber que les gustó la primera parte y como lo prometido es deuda, aquí continuamos la historia.
Antes que nada había olvidado describir a este niño de 11 años (nunca supe su nombre, no lo pregunté): Moreno, delgado, bajito, cabello corto de color castaño oscuro y rizado, ojos color café, labios delgados y unos dientes perfecto; era nalgoncito y algo afeminados.
Entrando en detalles…
Como habíamos quedado, nos vimos al siguiente día a la misma hora y en el mismo lugar. A eso de las 4pm cerré la tienda y me fuí al callejón. Todo inició igual que el día anterior, orinando en el callejón, las miradas, señales de que íbamos a meternos en la zona más apartada y estando ahí:
-Niño: hola! Pensé que no vendrías.
-Yo: te ando muchas ganas, tenía que venir.
-Niño: dame un beso.
De inmediato me agaché y empecé a besarle y aprovechaba para tocar sus nalgas, las apretaba y lo pegaba a mí con lujuria. El niño inexperto, pero dejaba que con mi lengua jugará con la suya y le mordía suavemente.
-Yo: ya estás listo para mamarmela?
-Niño: sí. No dejo de pensar en esa polla.
Me saco la verga, que ya estaba dura y con pequeñas gotas de líquido preseminal. El niño se agacha y empieza a olerla, a tocar mis colgantes huevos y a decir que olía rico.
Sin pensarlo, se metió la cabeza y empezaba a chuparla despacio, haciendo presión con sus dientes y se metía un poco más de la mitad. Desde arriba, yo disfrutaba la visión que tenía de aquella boquita tragando mi verga, hasta sacar sus lágrimas. De vez en cuando, con mi mano hacía presión de la boca del niño contra mi verga y la metía casi toda, provocándole náuseas y arcadas, pero el se la sacaba y respiraba, para luego seguir su majestuosa mamada.
Cada ciertos minutos el paraba y yo lo besaba, momento que aprovechaba para tocar su culito. En un momento metí mi mano en sus short deportivo y llegué a ese culito, pequeño, apretado, sudado y caliente y empecé a masajear ese ano. El niño emitía pequeños gemidos que con mis besos yo reprimí.
Alternándose entre besos y mamadas, mi dedo se iba abriendo espacio en su colita. Cuando logré meter la punta de mi dedo, el niño emitió un pequeño grito.
-Niño: ay! Duele, sácale por favor (lágrimas en sus ojitos).
-Yo: tranquilo, sólo duele un poco al principio (lo besaba). Súbete a esa piedra y déjame te le doy besitos para que duela menos.
El niño obedeció y se bajó short con todo y calzoncillo hasta la rodilla me dio la espalda y se inclinó un poco, dejando ver esas hermosas nalgas, suaves y con mis labios les di besos, pequeños mordiscos y poco a poco fui abriéndolas hasta llegar a ese hoyito oscuro y cerradito. Empecé a besar ese hoyito y poco a poco fui metiendo la lengua, se sentía un poco salado, pero poco a poco fue cediendo a mi lengua y el niño sólo gemía.
Después de unos 10 minutos chupando aquel rico culito, mi verga estaba que explotaba y mi liquido estaba saliendo en grandes cantidades, por lo que lo tomé con mis dedos y empecé a aplicar mi líquido con mi dedo en ese hoyito que ya estaba un poco relajado. Seguí masajeando y logré meter mi dedo índice en el hoyito.
-Niño: ay, metiste algo grueso?
-Yo: tranquilo, sólo es mi dedo. Te duele?
-Niño: no mucho, sólo que se siente raro, como si quiero cagar.
-Yo: es normal, en un ratito te acostumbras a él y te va a gustar.
Continúe metiendo y sacando mi dedo y cuando intenté meter el segundo dedo el niño brincó y gritó.
-Yo: tranquilo, ya pasará el dolor.
-Niño: despacio por favor! La lengua se siente rico, pero esos dedos son guesos y duelen.
-Yo: ya te vas a acostumbrar, igual que con el primero. Cuando sientas la verga, estarás más relajado y te gustará más.
-Niño: la verga? Me dolerá mucho. Es muy gruesa.
-Yo: tranquilo! Sólo disfruta y relájate.
Continué con mis dedos adentro y los alternaba con mi lengua. Aprovechaba para besarle sus huevadas y masturbar su pequeña verga. Él sólo gemía.
Mi verga estaba a mil! Mi líquido salía bastante! Mis huevos querían explotar.
Cuando vi que ya el dolor había pasado y mis dos dedos se movían entraban y salían sin dificultad, consideré que era momento de penetrar.
Me puse de pie y empecé a rozar mi verga contra aquel culo, de tal manera que llenará y lubricara más con mi líquido, para facilitar la entrada.
-Niño: ya me la vas a meter? Me va a doler! No por favor!
-Yo: tranquilo! Tu culito ya está listo! Ya con mis dedos lo abrí! Prueba y toca!
El niño pasó una de sus manos y tocó su hoyito, en el que sus deditos entraron sin dificultad.
-Yo: ves? Ya tienes abierto, no va a doler mucho.
-Niño: está bien! Despacio si.
Puse la punta de mi verga en ese culito mojado y de una vez se metí la cabeza. El niño pegó un grito que reprimí tapándole la boca y quedando inmóvil. Lo tranquilizaba diciendo que ya iba a pasar el dolor. El niño continuaba llorando por lo que decidí soltarlo.
-Niño: te dije que esa polla negra me iba a doler.
-Yo: tranquilo! Las primeras veces al principio duele, pero después te va a gustar.
-Niño: no! Me arde y me duele el culo (se lo toca y ve sangre, continúa llorando).
-Yo: ya, tranquilo. Terminemos esto con una mamada y te tragas la leche.
-Niño: es mejor! La leche me gusta y no duele al sacarla.
Puse mi verga en su cara y él como ternero hambriento mamá mi verga, se metía hasta la mitad y succionaba como loco. Apretaba con sus manos mis huevos y finalmente terminé llenando su boca con mi néctar.
Dejé que mi verga se pusiera flácida mientras el continuaba mamando y dejándola totalmente limpia.
-Yo: tienes que prepararte para una rica culiada. Así que ese culito tienes que prepararlo para meter mi verga en él.
-Niño: pero es que duele mucho, si hasta sangre me salió.
-Yo: Por eso! Vos te tienes que encargar de prepararlo para que mi verga pueda entrar. No quieres sentir a tu primer hombre cogiéndote como una putita?
-Niño: sí quiero, pero no sabía que dolía.
-Yo: pregúntale a alguna de tus amigas si la primera verga que se comieron no les dolió y verás que es lo normal.
-Niño: está bien, yo quiero, pero cómo hago para que no me duela?
-Yo: diario tienes que meterte los dedos para que se vaya acostumbrando, todas las veces que puedas y poco a poco te irás acostumbrando.
Nos despedimos con un beso en la boca y pactamos seguirnos viendo todos los días a la misma hora, en el mismo lugar.
Los días transcurrían y nos veíamos diario. Todo era sólo mamadas y penetración con mis dedos. Ya en esos días to llevaba lubricante para enseñarle cómo debía hacerlo y le di a él para que llevara a su casa, pidiéndole que lo escondiera bien para que nadie se lo encontrara.
El día sábado después de una sesión de sexo oral y de penetración con mis dedos le expliqué que el día domingo sería cuando lo penetre completo. Ese día era menos riesgoso por lo que la afluencia de gente en el mercado era mucho menor por la tarde y habría más facilidad.
-Yo: mañana nos vemos aquí mismo. Practica hoy lo más que puedas para que vengas listo!
-Niño: está bien! Creo que ya estoy preparado para que tu verga me culee bien, porque quiero que seas mi marido.
Nos despedimos con un beso…
Continuará…
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Uuff… que rico… Menuda excitacion me has provocado, tengo la verga húmeda de lo cachondo que estoy. Estoy muy enganchado a esta historia.
Gran relato… como sigue?
Excelente relato… como sigue…?
Que delicia de verdad!!! Ese pequeño es toda una putita, Estoy deseando saber mas.
Que gran relato… me pone muy cachondo tu forma de escribir. Y me encanta el pequeño, ya que con tan poco edad es todo un putito complaciente 💦😋
Como sigue?
Muy buen relato, me encanta como escribes.
Has conseguido ponerme muy cachondo con el relato, así da gusto masturbarse. Aun ahora me dejaste con ganas de mas, ojala pronto subas otra parte.
¿Cómo sigue?
Excelente relato… Espero con ganas la próxima parte.
Uff… Muy buen relato… Me encanta esta historia.
Como sigue? Necesito mas…
Ese pequeño es todo un putito sumiso… Estoy deseando ver cómo disfruta con tu verga desvirgando su pequeño culito 💦🔥