Cogiendo con mi vecino en la azotea
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Drakodian.
Esta vez voy a contarles algo que me sucedió cuando tenía 18 años, y viví un tiempo fuera de la casa de mis padres por motivos de trabajo, me mude al costado suroeste de la capital, a un barrio llamado “modelo”, me mude a un complejo de apartamentos muy pobres, las torres tenían 5 niveles pero a causa de daños estructurales por lo sismos eran poco habitadas, de hecho solo vivían 5 familias en toda la torre B, que era donde yo me mude, cada nivel tiene 2 apartamentos, el mío era el 7B nivel 4, justo a la par mía vivía Leo, un tipo de 35 años que vivía solo, era muy solitario los vecinos casi no lo veían pues pasaba encerrado en su apartamento y salía solo de vez en cuando por víveres. Cuando yo me mude tarde cerca de dos semanas en verlo puesto que en efecto no salía mucho de su apartamento.
El tiempo pasaba ya hacían dos semanas que me había mudado, y esa noche regresaba del trabajo, subía las escaleras de la torre de apartamentos, entre el nivel 3 y 4, cuando me percate que un hombre de unos 20 años bajaba por la escalera y se topo conmigo, era delgado, color de piel morena, pelo ensortijado, color negro y tenía un look como patinador, con camisa gris y un suéter azul, pantalón negro “punta yuca” como le dicen aquí, que son ajustados de las piernas y tobillos. El chico bajo rápido con sus manos dentro de los bolsillos de su suéter, y solo alzo su cabeza para decir –Buenas noches– a lo que conteste igual, y continué subiendo por la escalera. Cuando llegue a mi nivel y me dispuse a abrir la puerta, fue cuando vi por primera vez a Leo, bajando por la escalera del nivel superior de la torre, cuando llego al nivel 3 se detuvo por un momento y me miro mientras yo lo observaba curiosamente.
Leo era un hombre ya maduro, un poco alto casi como yo, 1.75 mts., cabello rizado color negro, piel blanca, un poco fornido con espalda ancha, y vestía una camisa negra un pantalón azul y zapatos tenis. Cuando me vio sentí que me observo de pies a cabeza, y luego me dijo:
–Buenas noches, con permiso– mientras camino hasta su puerta.
–Buenas noches– conteste mientras abría la puerta de mi apartamento.
Esa noche, pensé mucho en él, admito que Leo no era un adonis pero había algo en él que me llamaba la atención, y me pregunte por mucho ¿que hacia él en la planta superior? puesto que los niveles superiores están abandonados, la familia que vivía en el piso más alto desmantelo su apartamento al irse y se llevaron hasta el techo, por lo que ese lugar estaba expuesto día y noche a la intemperie.
Al día siguiente, era un sábado, yo descansaba y permanecí en el apartamento todo el día, mientras hacía limpieza por la mañana, yo vestía un pants negro y una camisa centro blanca, dado que en ese tiempo iba al gimnasio no estaba tan mal mantenía la figura. Abrí la puerta para barrer afuera en la zona común del nivel, mientras lo hacía, la puerta del apartamento 8B se abre, y lo vi de nuevo. Solo pensé, como es posible que un hombre que mis vecinos que llevan años aquí lo hayan visto tan poco y yo que llevo dos semanas aquí ya lo vi dos veces en menos de 24 horas. Sin embargo esta vez no pude evitar contemplarlo, Leo salió de su apartamento para fumar un cigarrillo en la zona común, era una mañana cálida de verano, el salió sin camisa y con un short celeste, su cuerpo era muy hermoso a pesar de verse como si hace tiempo no iba al gimnasio, tenía unos hombros grandes, brazos trabajados, sus pectorales eran prominentes pero lucían un poco descuidados, era velludo de su pecho y abdomen lo que lo hacía lucir muy masculino, su abdomen aun dejaba notar el trabajo en el gimnasio. El sol de la mañana rosaba su bella piel blanca con ocasionales lunares, su cuerpo que emana masculinidad era para mí como contemplar un semental posado bajo el sol, era un hombre tipo oso de esos que solo había visto en videos porno.
Cuando me vio, rápidamente hizo contacto con mis ojos y luego de un par de segundos me saludo, y me pregunto si no le molestaba que fumara, a lo que yo conteste que no. El se recostó sobre la baranda del nivel y fumaba el cigarrillo mientras miraba hacia la calle, yo continué barriendo pero no podía evitar ver su espalda arqueada, la luz del sol que tocaba su piel blanca hacia que se viera magnifica, llego un punto que comencé a excitarme y a imaginar que recorría su espalda con mi mano y tocaba su trasero el cual podía contemplar muy bien desde donde me encontraba. Al terminar de fumar se volvió hacia mí y me dijo: –Hace poco te pasaste al depa ¿verdad? – mientras ponía sus manos en su nuca y se estiraba.
– Si, hace como dos semanas me pase¬– le dije mientras guardaba la escoba tras la puerta de mi depa.
– Ah por cierto mi nombre es Leo Acosta– me dijo mientras caminaba y se acercaba a mí para darme la mano. Yo me acerque y nos dimos un apretón de manos, las cuales eran grandes y un poco ásperas, tenía un agarre firme como todo un macho.
–Mucho gusto– conteste, y le dije mi nombre.
–El gusto es mío– respondió mientras sonrío. –Debo regresar al trabajo– me dijo, a lo que no pude evitar preguntar – ¿Trabajo? –
–Si trabajo desde casa, por internet, doy asesoría online– me contesto. –espero verte de nuevo ¿podemos tomar un par de cervezas? ¿Si quieres?
¬–Claro, estaré en aquí todo el día es mi día de descanso– le conteste.
–Perfecto, te veo al almuerzo en tu depa– me dijo, mientras caminaba presuroso a su apartamento y cerró la puerta.
No podía creerlo el tipo me había invitado a tomar unas cervezas, el me gusto mucho, tenía la única cosa que me hace derretirme instantáneamente, su color de piel. Yo entre a mi departamento, y decidí preparar algo delicioso para comer y acompañar con las cervezas. Tenía unas chuletas así que las prepare para almorzar, luego tome una ducha y me dispuse a recibirlo, aun tenía unas cajas que no desempacaba así que las aparte para que la sala no desluciera. Me senté a ver televisión mientras esperaba, para mi infortunio, espere y espere, eran 1pm, las 2pm, las 3pm, 4pm, las 5pm, y Leo jamás llego a tocar mi puerta para almorzar y tomar un par de cervezas. Durante el tiempo que estuve sentado ahí pensaba mucho en él y lo que podríamos hacer si llegaba, no podía evitar pensar que estaría cerca y quizá podría tocarlo y sentir su cuerpo robusto junto al mío. Pero eso jamás paso, Leo no llego, pensé mucho en ir a su apartamento tocar la puerta y ver que sucedía, o averiguar porque no llego, pero no tuve el valor, pensaba que quizá el solo me vio como el vecino nuevo con quien podría tomar una cerveza y ya, y yo imagine todo lo de mas y me hice ilusiones. La noche cayó y me resigne a que no llegaría nunca, era tanta mi inquietud que incluso salía constantemente a la puerta y miraba hacia su apartamento esperando verlo salir a fumar e invitarlo a pasar, pero él no salió nunca.
Ese día me metí temprano a la cama decepcionado, porque Leo no llego y me dejo con ganas de ver que sucedía, su imagen no dejaba de cautivar mi mente, pensaba es su masculino cuerpo e imaginaba como me tomaba, no puede evitar sentir excitación a tal punto que me masturbe esa noche pensado en su cuerpo velludo, imaginando que estaba sobre mí, imaginando su calor y su cuerpo fornido rodeando el mío.
En la siguiente semana, Leo permaneció desaparecido, no lo veía ni salir a fumar, ni entrar o salir de su apartamento, me preocupe mucho pensaba que quizá le había pasado algo. Dos semanas después cerca de la media noche escuche un automóvil llegar a los apartamentos, y escuche que alguien subió hasta el nivel 3, quise espiar por la ventana pero no vi nada, trate de seguir durmiendo, pero no conciliaba el sueño por mucho tiempo. Más tarde esa madrugada, cerca de las 2am, escuche ruidos en el nivel superior del apartamento, en los pisos de arriba donde no habitaba nadie, escuchaba pasos y un poco de ruido, pensé que quizá, algunos pandilleros habían subido por lo que decidí no salir a ver nada. La madrugada llego a su fin me dispuse a alistarme para ir a trabajar, cuando salí vi que la puerta del apartamento de Leo estaba abierta, pero no había nadie afuera intente ver hacia dentro, vi movimiento pero no distinguí quien era, se me hacia tarde así que baje aunque la curiosidad me invadió todo el día.
El viernes de esa semana, yo llegue un poco tarde del trabajo pues el tráfico me detuvo, eran casi las nueve de la noche, cuando subía por las escaleras, llegue a mi apartamento, y mientras abría la puerta escuche un ruido que venía del nivel superior, entre al apartamento, y me puse cómodo, sin embargo escuchaba que alguien andaba arriba en el nivel superior. Decidí entonces ver que provocaba el ruido, tome mis llaves y me arme de valor y salí cauteloso de mi depa y subí las escaleras al nivel 5. Subí en silencio para no ser percibido, cuando llegué al piso 5, la briza nocturna era deliciosa, ya que hacía mucho calor, todo el piso 5 estaba desmantelado, como ya les había dicho la familia que vivía ahí se llevo hasta el techo cuando salieron, el lugar estaba sucio con mucho polvo y escombros de cuando bajaron las tejas y el techo, se podía observar el cerro del sur de la ciudad, la vista era magnifica, y solo se escuchaba el ruido de los automóviles de la calle aledaña, la oscuridad reinaba en ese piso, observaba curiosamente cuando note, que había alguien más al otro lado del nivel, me puse en cuclillas tras un pequeño muro donde antes había una ventana, observe con un poco de temor pues no sabía quién o que estaba ahí conmigo. Para mi sorpresa, pude ver esa espalda que ya había visto en otra ocasión, era Leo quien estaba apoyado en uno de los espacios donde antes había una ventana, mientras fumaba un cigarrillo, podía ver su espalda descubierta que resaltaba un poco por su color claro de piel en medio de la noche.
Leo estaba ahí, fumando y perdido en el paisaje nocturno de la ciudad capital, se veía hermoso su rostro masculino con barba sombrada como si tuviese algunos días sin afeitarse, y su cuerpo velludo que probablemente hacia que guardara mucho calor ya que siempre andaba sin camisa. En determinado momento se movió y salió de mi campo visual, por lo que me moví siempre en cuclillas para que no me viese y me moví al siguiente marco de ventana y entonces me lleve la sorpresa de mi vida hasta ese entonces. Leo se había agachado junto a una cesta de ropa, no solo estaba ahí para fumar, el colgaba su ropa recién lavada en ese lugar, pero no es eso lo que me asombro, sino que él estaba completamente desnudo, su bello trasero estaba expuesto para mi, era velludo y bastante abultado y grande y su color de piel hacia de él un hombre atractivo para mi gusto. Se levantó y continuo tendiendo la ropa en unos cables que había en el lugar, sin embargo se mantenía de espaldas hacia mí, y podía contemplar su exquisita espalda de macho que asemejaba un triangulo por sus hombros anchos y su tórax se adelgazaba a medida descendía hasta su cintura, y terminaba en un par de nalgas hermosamente robustas y velludas como todo macho semental debería tener.
El verlo ahí despreocupado y totalmente desnudo tendiendo su ropa majada y flexionando sus musculosas y gruesas piernas llenas de vellos me puso en seguida la verga durísima, me tenia babeando contemplando su cuerpo.
Permaneció ahí por unos minutos hasta que por fin se giro, y pude ver su delantera, y vaya que era todo un semental; me dejo ver su verga que parecía estar comenzando a ponerse dura, desde donde estaba parecía grande y estaba rodeada de una corona de vellos negros que hacían que resaltara sobre su piel clara, permaneció de pie un momento mientras tomo su celular y lo revisaba, yo pude contemplar la belleza masculina de ese potro velludo. Luego se movió hacia un costado y se puso en cuclillas nuevamente y recostó su espalda en la pared mientras continuaba viendo la pantalla de su celular, yo lo observaba mientras no podía evitar tocarme la verga que ya estaba mojada de ver su cuerpo desnudo. El bajo su celular y lo puso en el piso en inclino su cabeza hacia atrás topándola en la pared y llevo su mano hacia su verga y note que se acariciaba, no pude ver cómo puesto que su pierna obstaculizaba mi visión, pronto se levanto, y se dirigió hacia una esquina contigua, y tomo su verga que estaba un poco erecta y comenzó a orinar, orino mucho, como caballo, hasta en eso era todo un semental. Yo estaba a mil para entonces mi verga luchaba por salir de mi short y me pedía que la acariciara. Al terminar de fumar camino hasta la cesta y tomo una toalla y roseo su cintura con ella, tomo la cesta y se dispuso a bajar. En ese momento note que si no me movía caminaría justo hacia donde estaba y me descubriría, pensé rápido, pero dije “es ahora o nunca”. Me levante y le camine hacia él.
–No sabía que podías hacer esos aquí– le dije mientras caminaba hacia él. Me miro un poco asustado pero sonrío y me dijo:
– ¿Hacer qué? – mientras sonaba nervioso.
–Tender tu ropa– le dije suspicazmente.
Él me respondió sonriendo –Ah sí, siempre lo hago– mientras se detenía frente a mí. Y me observaba muy curiosamente.
– ¿Cuánto tiempo llevas aquí? Me pregunto mientras notó que mi erección aun no cesaba.
– Lo suficiente para ver lo que quería– le respondí
– ¡Jajajaja! – sonrío nerviosamente Leo mientras note como se sonrojaba.
– ¿y te gusto lo que viste? – preguntó Leo. Mientras ponía la cesta en el muro.
– Pues se ve muy bien– le dije mientras lo miraba a los ojos.
Leo se acerco a mí, y me tomo de los hombros muy fuertemente, eso me asusto, y me dijo: – Es de mala educación espiar a las personas–
Con su mano me tomo por el mentón y me planto un exquisito beso, podía sentir como su barba rosaba mis labios y nariz, yo rápidamente respondí, mientras el metía su lengua a mi boca y acariciaba la mía deliciosa pero bruscamente. Rápidamente me tomo en sus brazos, y tocaba toda mi espalda hasta que llego a mi trasero y no vaciló en introducir sus manos por dentro de mi short y me las apretaba firmemente, mientras yo tocaba lo mas que podía de ese robusto y maduro cuerpo de macho lleno de vellos. Era una escena excitante, nos dejábamos llevar por completo por la pasión, en cuanto menos sentí me había quitado la camisa y él se había quitado la toalla y podía sentir que su verga se encajaba en mi entre pierna, era una verga de unos 16 centímetros como la mía pero la superaba por su grosor, el cual comprobé cuando la puse en mis manos, su cabeza palpitaba y estaba muy mojada.
Yo comencé a bajar por su cuello hasta sus tetillas que estaban rodeadas por vello negro y resaltaban porque eran de un tono rosáceo y estaban erectas por la excitación, pase mi lengua por su tetilla izquierda y el reacciono con un pequeño gemido que hizo que inclinara su cabeza hacia atrás y empujara mi cabeza con su mano hacia su tetilla y su otra mano la llevo a su verga la cual froto esparciendo sus fluidos preseminales por toda su glande, y yo continuaba mamando su tetilla cada vez con más intensidad, lo que hacía que Leo abriera su boca y emitiera pequeños gemidos de placer.
Poco a poco empujo mi cabeza hasta su verga, la cual no dude en meter en mi boca, la cual recibió ese tremendo pedazo de carne gruesa y pulsante, esperaba que tuviese un sabor amargo o salado, pero sin embargo no sabía mal, parecía que acabase de ducharse, pero siempre tenía un peculiar olor y sabor debido a que acababa de orinar. Intentaba succionar lo mas que podía y notaba como no paraba de segregar liquido, de hecho salía mucho mas de lo que había visto alguna vez. Continué mamando por un rato, hasta que me empujo y me dijo:
– Para que me harás acabar – me dijo mientras yo me ponía de pie.
Leo me giro y me dijo: –Te voy a hacer lo que viniste a buscar. –
Bajo mi short bruscamente, escupió en su mano y sentí como unto mi culo con su saliva, yo ya conocía la rutina así que solo abrí un poco las piernas, y comencé a sentir como la cabeza de su verga rozaba la entrada de mi ano, la movía de arriba abajo por la raja de mi culo, paso su brazo por mi pecho y me recostó suavemente sobre su pecho velludo, y empecé sentir como mi ano cedía ante la erección de su verga y lentamente mi culo era invadido por la verga de ese semental maduro pero delicioso. Yo gemía un poco por la falta de lubricación pero pronto mi culo se acoplo, y cuando Leo se percato de eso comenzó un movimiento lento de mete y saca, que pronto se torno más violento, me apoye en el muro y deje que el tomara el ritmo de la actividad. El silencio del lugar era perturbado solo por el ruido distante de los autos de la calle y por ese peculiar sonido que se escuchaba cuando su pelvis impactaba mi culo. Sus arremetidas eran constantes e intensas, mi verga estaba full, no la tocaba porque usaba mis manos para apoyarme en la pared pero veía como con cada empujón de la punta de mi verga salía pequeños hilos de líquido preseminal el placer recorría mi cuerpo y realmente disfrutaba estar ahí en ese abandonado lugar a la intemperie bajo el manto de la noche siendo penetrado por ese macho velludo de piel clara, con un cuerpo maduro pero envidiable. No paso mucho tiempo para que yo experimentara uno de los orgasmos más exquisitos de mi vida, sin necesidad de tocarme la verga, sentí como un escalofrió recorrió por completo mi cuerpo, y vi como de mi verga que estaba erecta al máximo y con la cabeza roja y grande se disparaban chorros de leche hacia el suelo mienta Leo no detenía el ritmo de las embestidas, y al sentir como mi ano se contraía por el orgasmo, Leo acelero su ritmo pélvico y exclamo:
– ¡Aah! ¡Fuck! – mientras sentía como su verga se hinchaba y palpitaba dentro de mi dejando su leche en mi culo.
Permanecimos unidos por unos minutos mientras yo me recostaba sobre su cuerpo mientras aun estábamos de pie, podía sentir su calor y sus vellos rozando mi espalda.
Leo y yo nos hicimos grandes amigos desde entonces y tuvimos otras experiencias, junto a un amigo de él. Las cuales les contaré mas adelante.
Espero les haya gustado. Comenten.
Drakodian
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