COLEGIO PERVERSO. Capítulo 1. Miguelito, la puta del conserje.
Un Colegio con un lado oscuro..
Ya eran casi las 14:00 y la escuela se encontraba vacía, ni un solo niño se veía en el patio, pues todos ya se habían ido a sus casas, o eso es lo que muchos pensarían.
En una covacha al fondo del plantel educativo ocurría algo muy interesante. De esta se escuchaban gemidos, el crujir de madera y el sonido de piel chocando piel.
– ¡Aaah, aaah! – un pequeño de ocho años desnudo en cuatro sobre una cama vieja dejaba escapar gemidos de placer.
– ¡UUUFFF! ¡Gime puta! – bufaba un señor de unos 50 años, también desnudo, mientras enterraba poco más de la mitad de su gruesa verga en el culito del niño.
Miguelito, un niño que cursaba el tercer año de primaria, a sus ocho añitos ya podía aguantar vergas gruesas en su culito, disfrutando de ellas lo más que pudiera. En aquel momento se sentía extremadamente bien, sintiendo 12 de los 22 centímetros de la verga de Roberto, un señor de 55 años, conserje de la escuela y amante de los nenes.
– ¡AAGGH! ¡Qué rico culito tienes, perrita! ¡Mejor que los de tus hermanos!
En efecto, Miguelito no era el único nene del que este hombre disfrutaba. Varios nenes del Colegio gustaban de sentir la vergota de ese macho, entre los cuales estaban los hermanos del nene en cuestión.
– ¡Aaaahh! ¡Máaas! ¡Máaaas! – pedía el chiquillo cual putita en brama.
– ¿Quieres más? ¡Pues toma perra! ¡Ordeña mi verga con este sabroso huequito!
– ¡Aaaaayyy! ¡Aaaaahhh! ¡Aaaaahhhh!
– ¡OOOHHH! ¡Cieeelooos! ¡Ooooh, oooh! – el hombre se encontraba poseso de placer.
La estreches de ese culito era sensacional, y aunque ya tenía cerca de media hora penetrándolo, apretaba como si acabara de ser penetrado.
En un momento, el hombre sacó intempestivamente su gran y obscena verga, haciendo que el chiquillo se acostara boca arriba sobre la cama y levantándole las piernitas para reingresar su miembro en el culito, cogiéndolo esta vez de patitas al hombro y aumentando la velocidad.
– ¡Aaaayy! ¡Aaaah, aaaah, aaaah, aaaah!
– ¡Buuufff, buuuffff! ¡Goaaghh! ¡Uuufff! ¡Mierdaaaa, no voy a aguantar más!
– ¡Aaaah, aaaah, aaaah! ¡Don Beto! ¡Así! ¡Aaaaahh!
– ¡OOOHH! ¡TOMA MI LECHE PERRA! ¡GOOOAAAGH!
Grandes chorros de semen caliente eran expulsados de la verga del conserje. Ocho disparos fueron los que llenaron la cuevita de leche.
Unos minutos más tarde, tanto el conserje como el niño ya estaban con sus ropas nuevamente, ambos contentos.
– De verdad tienes un culito delicioso, Miguelito.
– Gracias don Beto. Usted tiene un pájaro muy bueno. – dijo el niño refiriéndose a la verga del conserje.
– Jejeje. Eso me dicen todos. – dijo orgulloso. – Bueno chiquillo, es hora de irse.
– Sí, voy a buscar a mis hermanos. – le dijo.
– ¿Dónde crees que estén? – preguntó el conserje.
– Mauricio está con el profe de educación física y Juan debe estar con el director.
– Vaya que estás bien informado, bebé.
– Ji, ji, ji. Sí un poco. ¿Sabe quién más sigue en la escuela, don Beto?
– ¿Quién?
– Ponchito, mi amiguito. Él iba a estar con el profe de sexto año.
Y así un día más como de costumbre había transcurrido en aquel Colegio.
Hola que bueno que estés de vuelta ojalá no te vuelvas a perder jejeje
Muy buen comienzo de relato tienes mucho material para continuar que morboso y arrechante ojalá que continúes y no te demores
Una sugerencia el próximo relato que no sea tan corto por fa
Un saludo desde lima peru
Gracias, es una colaboración con un amigo. La primera parte es de él, la cual constará de 4 capítulos. La segunda parte ya correra por mi cuenta. Espero agrade a todos
Por cierto, ya publicaron el segundo capítulo.
Suena como el paraíso estar trabajando en ese colegio. Jijiji.
gran relato como sigue
Ya se publicó el segundo capítulo. Solo que olvidé titularlo Colegio Perverso, solo dice capítulo 2 Miguelito, esta vez con Ponchito y su maestro.
Que rico hay otras partes de este relato está buena
Ya puedes leer el segundo capítulo. Ya fué publicado, solo que olvidé titularlo «Colegio Perverso», solo dice capítulo 2: Miguelito, esta vez con Ponchito y su maestro.
Que paraíso, quiero trabajar ahí