Combates sexuales Cap.1 La llegada
Existe un club en el que los hombres mayores pueden comprar a jovencitos y mandarlos a luchar desnudos. Pero primero deben ser seleccionados por su maestro y ser entrenados..
El maestro se acomodó la corbata mientras bajaba por el elevador. Hace algunos años que había dejado de ser entrenador de combates de muchachos pero su vida había dado un vuelco y ahora estaba listo para volver al ruedo. Lo primero que tenía que hacer era elegir a un muchacho, debería ser uno fuerte, ágil, inteligente pero no mucho, y tendría que tener un cuerpo excelente: una verga gruesa, huevos pesados, un culo redondo y firme. Normalmente esos eran los más caros, pero había juntado suficiente dinero como para poder conseguir cualquier espécimen de adolescente.
El elevador se detuvo y fue recibido por una voz metálica que le dijo:
—Bienvenido, favor de sentarse, en unos momentos podrá observar en la pantalla a los luchadores disponibles.
El maestro se sentó en un elegante sillón de espera y puso su vista en una gran pantalla frente a él, todo esto mientras degustaba un buen vino.
Los combates al desnudo eran una forma legal de que los muchachos capturados en la guerra se ganaran la vida, ellos podían elegir entre trabajar en la mina o luchar para entretener a los mayores. Normalmente en la mina morían al poco tiempo, y sufrían hambre y frío, además de condiciones inhumanas. Lo mejor siempre era dedicarse a las luchas. Eso sí, puros varones, ya que a las mujeres las entregaban para realizar trabajos domésticos, bien pagados también. Era el año 2080 y muchas cosas habían cambiado. Cuando había guerra el país vencedor podía exigir un tributo de muchachos al país perdedor, así se perdonaban todas las deudas. Gracias a eso, en todo el mundo, las luchas eran legales.
La pantalla se encendió.
—A continuación le presentamos a los chicos disponibles para compra. Recuerde que si tiene una duda puede hacer clic en el signo de interrogación de su mando a distancia.
El primer chico que apareció en pantalla era un muchacho delgado, de cabello negro casi rapo, ojos soñadores y con algunas cicatrices en el cuerpo. La pose del muchacho era una X con sus brazos y sus piernas, además de que giraba lentamente, dejando ver al comprador cada centímetro de su cuerpo desnudo. A la izquierda de la imagen aparecía una breve descripción técnica del chico como su edad, a qué nación pertenecía, si era virgen sexual, anal y bucalmente, si ya producía esperma, y si ya había sido entrenado antes.
El maestro dio clic en el mando y dio “siguiente”. El siguiente muchacho era un joven rubio, se 17 años, formido y guapo, pero tenía un detalle que el maestro no dejaría pasar, ya no era virgen de su sexo. Había tenido su primera relación sexual con una mujer a los 14 años.
Siguiente.
El chico que se mostró en pantalla era un muchacho de 12 años, de 1.65. Tenía la piel clara y el cabello lacio negro peinado a la moda. Tenía unos ojos de un color café oscuros y unos labios llenos y rosados. Su pecho se notaba ligeramente dividido por la musculatura. Sus pezones eran rosas y estaban con el botoncito bien erecto. No tenía vello en las axilas ni en su vientre, apenas estaba empezando a crecer en sus pantorrillas y apenas tenía pelusa sobre su pene, un pene de 8cm de largo por 3cm de ancho. Su glande estaba completamente cubierto por el prepucio, que se veía ajustado. Sus testículos colgaban detrás del pene. Por atrás el maestro pudo ver un par de nalgas grandes, carnosas y firmes, sin ni un solo pelo. Hizo clic en un botón del mando y apareció una imagen en pantalla, era el culo del muchacho, un agujero rosa pálido, pequeño y apretado como el nudo de un globo.
El maestro no pudo evitar llevarse una mano a los pantalones y darle unas sobadas a su erección. Miró los datos del chico y notó que era virgen completamente, que era mexicano y que nunca había sido entrenado antes. Además de que nunca había eyaculado.
El maestro sin dudarlo más hizo clic en “comprar” y al segundo su compra estaba hecha.
Ahora tenía que decir cómo vestiría su aprendiz. Decidió que llevaría puesto únicamente un suspensorio blanco y unos botines de combate. Por todo lo demás iría desnudo.
Hizo clic en aceptar y la voz mecánica le habló:
-Puede pasar al siguiente cuarto, a su derecha, ahí le será entregada su compra, Eddy, en unos momentos.
El maestro fue y espero. Pasando unos minutos, una puerta se abrió y de ella salió el muchacho, Eddie.
Era aún mejor verlo en físico que en la pantalla, el maestro podría jurar que el muchacho incluso despedía un suave aroma a sudor adolescente.
-Buenas tardes.
Dijo el muchacho casi sin abrir la boca. Tenía las manos a la espalda y su mirada evitaba los ojos del maestro. Tal y como se pidió, vestía simplemente con un suspensorio y unos botines.
-Eddy, verdad? Ahora me llamarás maestro, y seré tu entrenador.
El hombre mayor tomo la barbilla del muchacho y lo obligó a levantar la mirada.
-Hay potencial en ti, muchacho. Te convertiré en una verdadera bestia en combate. No habrá culo que se vaya sin que lo destroces.
Después de la pequeña charla, el maestro llevó a Eddie a su departamento.
Durante la noche, el hombre se escabulló en silencio hasta el dormitorio de Eddy. Eddy dormía plácidamente, boca arriba en su cama, cubierto por una fina sábana.
El maestro destapó lentamente al puberto e hizo la sábana a un lado, dejando a Eddy desnudo en la cama. El maestro se lamió los labios.
Paso sus dedos por el pecho del muchacho, y se detuvo unos momentos en uno de los pezones. Comenzó a hacer movimientos circulares en la aureola y jugueteó con el pezón moviendo su dedo arriba y abajo.
Lo que Eddy no sabía es que su maestro le había echado unas pastillas en su bebida, totalmente legales si se aplicaban en menores de 25 años y mayores de 10. Eddy se había tomado el líquido adulterado y por eso ahora tenía un sueño muy profundo.
El maestro besó lentamente uno de los pezones, endureciéndolo al instante.
Bajó la visita y vio el pene. Una verga aún infantil en su paso a la adultez.
Tomó con sus dedos la verga y la desencapulló, el glande asomó brillante y rosado. El hombre miró atentamente el ojal del pene y le dió un suave toque con la punta de la lengua. Le supo a orina .
Luego besó cada testículo.
Después giró el cuerpo y lo dejó recostado de panza sobre la cama. Las montañas de carne que eran las nalgas resaltaban fácilmente a la vista.
El hombre le dió una fuerte nalgada en una pompa y su mano se marcó en rojo en la piel .
Con ambas manos abrió como pudo el par de nalgas y sintió su textura suave y aterciopelada. Abrió hasta que el ojete y la entrepierna quedaron bien expuestos.
El maestro acercó su nariz a esta parte prohibida y dió una fuerte inhalación. El olor a sudor infantil y un poco de suciedad le llegó directo a la nariz. Era un olor picante que causó que su verga, que ya estaba bien erecta, soltará un buen chorro de presemen.
Se desnudó completamente y la verga venuda de 18cm y de cabeza de champiñon quedó libre y chorreando pre.
Tomó algo de su presemen con sus dedos y con cuidado lo dejó caer en toda la rajada del culo de Eddy. Luego metió su índice entre las nalgas del muchacho y empezó a tocar todo el cañón de carne, desde el comienzo de la espalda hasta el comienzo del escroto. Cada vez que su dedo pasaba por las arrugas del ano su pene daba un brinco.
Colocó su índice en la entrada y empezó a hacer presión, el muchacho estaba extremadamente apretado. Pero al final logró meter el dedo hasta la uña. Eddy soltó un ligero quejido y apretó las nalgas y el culo un momento.
Sacó su dedo y rápidamente volvió a abrir las nalgas con una mano. Con la mano libre llevó su pene a la entrada anal del chico. Empezó a puntear. Poco a poco el culo de Eddy se empezó a llenar de pre.
Sin dejar pasar más tiempo, el maestro empezó a meter lentamente el glande regordete de su pene en el trasero del niño. Eddy se quejaba entre sueños pero no despertaba. El hombre sentía como el esfinter infantil se expandía hasta más no poder, sentía la presión del músculo en su glande, y su pene no dejaba de botar pre, Pero ahora adentro del culo, empapando las paredes anales de Eddy y facilitando la entrada del invasor.
De un rápido movimiento terminó por meter la cabeza completa, y como su glande era más ancho que el tronco de su verga, se ajustó de tal forma que el hombre sintió como el esfinter se cerraba y dejaba adentro del niño la cabeza.
El hombre sintió las palpitaciones del recto en su glande, y las mordidas del esfinter en su verga. Jamás había sentido un culo más delicioso y apretado.
Siguió empujando, obligando a la boca anal a tragar cada centímetro de carne. Lentamente empezó a llenar los intestinos de Eddy con su verga, hasta que sus huevos gordos y peludos toparon con las nalgas regordetas.
Eddy ya no era más un chico de culo virgen.
El maestro empezó entonces a bombear en el culo recién estrenando de Eddy. Sacaba su pene Pero siempre dejaba el glande adentro, luego volvía a meter el tronco de golpe.
Se empezó a escuchar un sonido húmedo debido al pre del hombre y al sudor de ambos varones. Los huevos botaban con fuerza en las nalgas y con cada rebote el semen parecía estar más cerca de salir.
El hombre dejó escapar un grito de placer y dejó ir sus 18cm completos en el interior del ano adolescente. 8 chorros de leche espesa fueron disparados en lo más profundo del culo. El culo de Eddy recibía cada chorro con apretones, cómo mamando la verga de su abusador exigiendo más.
El hombre sacó su verga del culito de golpe, causando un sonido gracioso de «pop». El ano al principio se cerró de golpe, Pero a los dos segundos se abrió completamente dejando ver el interior enrojecido y lleno de leche, para luego volver a cerrarse. Luego se abrió sólo un poco y se volvió a cerrar. Repitió estos movimientos al menos 7 veces, cada vez más lento.
El hombre tomó un buttplug de unos 5cm de ancho, y lo metió con dificultad en el ano recién sodomizado. El ano se cerró en la base, dejando bien cerrado el culo y evitando así la salida de semen.
El hombre miró satisfecho el culo paradito del niño, le dió unas palmaditas suaves y volvió a taparlo con la sábana.
Seguro mañana en la mañana Eddy se llevaría una gran sorpresa.
A la mañana siguiente Eddy se levantó con un fuerte dolor en el trasero. El maestro se dió cuenta cuando el muchacho llegó al comedor, sólo vestido con el jockstrap, sobándose una nalga y con el rostro en una mueca de disgusto.
-Buenos días, hermanito, dormiste bien?
-Sí, creo que sí
-Y esa cara?
-Me duele el trasero
-Déjame revisaste
Eddy obedeció y se dió media vuelta, dejando su parte posterior libre para el hombre.
El maestro se acercó al par de nalgas y las separó con las manos, dejando a la vista el culete taponeado por el buttplug.
-Ya veo, jaja. Tienes un pequeño tapón en el ojete muchacho.
Eddy giró un poco para intentar verse el culo, Pero eso era y es imposible.
-Te voy a pedir que empujes fuerte, te ayudaré a sacarlo. Listo?
Eddy asintió con el rostro rojo de vergüenza.
-Empuja!
El muchacho empezó a hacer fuerza con su abdomen, cómo queriendo hacer popo, y poco a poco el buttplug comenzó a emerger con dificultad del ano estrecho.
El maestro tomó el juguete antes de que saliera del todo, y sin avisar, volvió a introducirlo en el asterisco infantil.
-Aaay!- gritó Eddy cuando sintió el objeto extraño regresar a sus entrañas.
-Creo que lo jalaste de vuelta jaja
Dijo el maestro y le dió un par de palmaditas suaves a Eddy en una nalga.
Eddy estaba colorado por la vergüenza. Era la primera vez que otro hombre le tocaba el trasero, y la primera vez que un hombre le veía tan de cerca las nalgas y el ano.
-Intenta otra vez
Ordenó el maestro.
Eddy acató la orden, Pero esta vez se agachó un poco doblando ligeramente las rodillas y colocando sus manos sobre éstas, sacando su trasero. El hombre mayor ya tenía una carpa en sus pantalones al ver el manjar.
Eddy volvió a empujar y comenzó a bufar. El maestro, y sin que Eddy se diera cuenta, le dificultaba la tarea, ya que con su dedo hacia presión en la base del buttplug impidiendo que saliera rápido.
Llegó el momento en el que la parte más ancha del juguete estaba saliendo del culo. El esfinter se veía rojo y lleno de semen de la noche anterior. De un último empujón Eddy botó el juguete y su culo se quedó sellado. Con mucho semen en los alrededores.
-Listo, buen chico.
Dijo el maestro y nalgueo a Eddy en cada cachete.
-Ahora hay que desayunar que más tarde tienes entrenamiento.
Continuará…
Muy buen comienzo, estare esperando como continua
Como sigue??
Uufff… Me encanta como escribes 🫦 que delicia de relato.
Como sigue?