Combates sexuales Cap.2 El partido de futból
El maestro le enseña a Eddy, el chico de 12 años, lo que otros chicos de su edad hacen para ganarse la vida..
Pueden leer la primera parte en mi perfil.
Algo muy común en los muchachos novatos de los combates sexuales era su inexperiencia al estar desnudos frente a un público masivo. Muchos entrenadores primerizos llevaban a sus chicos a luchar en los combates sin antes educarlos y entrenarlos bien, y pasaba que durante el combate, esos chicos no sabían cómo reaccionar, ni cómo comportarse. Algunos incluso tenían ataques de pánico causados por el shock de estar desnudos frente a un público que esperaba verlos luchar desnudos y cogerse otros chicos. En esos casos el público abucheaba y el entrenador se llevaba un muy mal sabor de boca, y lo que era peor, después de una primera mala experiencia era muy difícil entrenar después al chico afectado.
Por eso, el entrenador de Eddy tenía un plan que siempre funcionaba, y ya había aplicado antes a otros alumnos en el pasado.
-Eddy, ven un momento. Necesito que veas algo.
Eddy respondió de inmediato a su maestro, el chico de 12 años iba apenas vestido con un suspensorio y sus botines de boxeo. Su cuerpo adolescente estaba cubierto en una ligera capa de sudor ya que había estado haciendo ejercicio.
Eddy llegó hasta con su maestro y vio que este había preparado la pantalla gigante para un show.
-Siéntate campeón.
Dijo el hombre y señaló un cómodo sillón que estaba frente a la pantalla. Eddy obedeció. Tenía cierta curiosidad de lo que iba a ver en la pantalla.
-Hoy vas a ver un poco de fútbol soccer. Lo conoces no? Es un deporte que a ustedes los chicos les gusta mucho, ya nosotros los adultos nos fascina.
Después de las guerras, y con la llegada de los combates al desnudo entre muchachos, otros deportes poco a poco se fueron adaptando a estos nuevos formatos. Los adultos fueron totalmente reemplazados por jovencitos de entre 10 y 17 años, y al igual que los combates, los jóvenes deportistas iban totalmente desnudos.
El maestro encendió la pantalla, que era enorme y tenía una tecnología tan avanzada que cada color, cada sombra, resaltaba de sobremanera, por lo que todos los detalles eran perfectamente percibidos por los espectadores.
Las mejillas de Eddy se pusieron rojas al ver en pantalla a los equipos preparándose para el partido. En cada equipo había 12 niños, de entre 10 y 13 años. Todos desnudos, calentando para su partido. La única forma de diferenciar el equipo, era por una cinta de color que los muchachos llevaban en sus brazos.
Las gradas estaban repletas de espectadores, que llevaban camisetas del color correspondiente al equipo favorito. Algunos llevaban pancartas, con la fotografía a todo color y en grande de alguno de los jugadores, igualmente desnudo.
Algunas de las pancartas mostraban a un jugador con brazos cruzados sobre el pecho desnudo y una sonrisa y el pene reposando, otras llevaban la fotografía de un jugador con los brazos tras la nuca y el pene infantil erecto, otras tenían la fotografía de otro jugador de espaldas mostrando el culete respingón. Algunas eran más sugerentes, como una que mostraba a un jugador arrodillado en el pasto, eyaculando sobre un balón.
Todos estos detalles estaban siendo captados por la cámara, y cada vez que la cámara enfocaba una de estas pancartas que llevaban los aficionados, a los pocos segundos la cámara enfocaba al jugador correspondiente en el campo.
El comentarista hacia lo suyo y no faltaban los elogios a los cuerpos jóvenes en crecimiento: «Al parecer Joel ya tiene pelos coronado su verga», «por allá va Issac, ese rebote de sus nalgas es inconfundible», «Mario fue el jugador estrella el partido pasado, esperemos volver a ver cómo se para su amiguito por la adrenalina como siempre pasa», «Pobre Iñaki, su ojete tardó en reponerse de la última cogida del partido anterior. Aún recuerdo su caminata de venadito tierno cuando todo terminó».
El maestro se sentó a un lado de Eddy, quién miraba la pantalla con la boca abierta.
-Te gustaría ser futbolista, campeón?
Dijo el hombre con una sonrisa y dándole un pellizco a Eddy en el pezón sacándolo del trance.
-No, no estoy seguro…
Dijo y miró la pantalla nuevamente. Justo en ese momento estaban haciendo un close-up a un pene de uno de uno de los jugadores. Era un pene tierno que rebotaba de una pierna a la otra.
El partido estaba por comenzar. Todos los jugadores tenían que entrar en fila India hasta el centro de la cancha y de ahí pasaban a sus posiciones. Mientras iban saliendo, los entrenadores los despedían con una fuerte nalgada, y no sólo eso, sino que dejaban la marca de su mano en uno de los cachetes traseros de cada jugador. Para ello las palmas de ambos entrenadores estaban cubiertas con pintura de color correspondiente al equipo.
La cámara mostró los culos marcados con manos de colores. Unos azules y otros rojos.
En la tribuna, entre el público, había algunos niños que se habían pintado manos en las nalgas, del color de su equipo favorito. Muchas veces los padres, hermanos, o amigos, les ayudaban con esto.
El silbato sonó y empezó el juego.
Todo iba normal, como un juego de futbol común y corriente, hasta que después de unos minutos entraron al campo unos chicos un poco mayores, de entre 16 y 20 años, totalmente desnudos y con las vergas bien erectas. Tenían en el pecho una marca de un color: azul o rojo. Eran 12 de estos chicos en total. Y lo primero que hicieron fue abalanzarse como leones sobre los jugadores más jóvenes.
-Son los capturadores, su trabajo es evitar que los chicos del equipo contrario jueguen.
Explicó el maestro a Eddy quién se veía intrigado por el juego.
La cámara capturó el momento cuando un chico capturador del equipo azul atrapó a un jugador del equipo rojo. El mayor, de unos 17 años, se dejó caer sobre el nene de 11 y, sin perder tiempo, le clavó la verga completa de un movimiento brusco.
La cámara capturó el movimiento por detrás. Y los espectadores pudieron ver cómo la verga venuda taladraba sin compasión el ojete reventado.
El capturado trataba de sacarse, Pero el mayor era mucho más fuerte y fue imposible.
Así fueron cayendo unos de un equipo y del otro. El maestro miró a Eddy y notó una tímida erección en su entrepierna.
-Qué asco. Les están metiendo el pito por el culo.
Dijo Eddy sin perder la erección. Eddy era un chico heterosexual después de todo. Heterosexualidad que sería probada y desmantelada por su maestro.
La cámara captó cuando uno de los capturadores, que tenía bajo a él a un chico en posición de misionero, se corrió dentro del recto.
-Cuando un capturador eyacula dentro de un jugador, ambos quedan fuera del juego.
Explicó el maestro a Eddy.
La imagen captó a la misma pareja, como el pene era retirado del conducto anal sodomizado y al poco rato ambos regresaban a las bancas. El mayor con una sonrisa y un pene deslechado, y el menor con dolor en el culo y un rostro de decepción por haber defraudado al equipo.
-Te gustaría ser jugador o capturador?
Preguntó al maestro a Eddy.
-Yo…Yo creo que es mejor ser capturador.
-Capturador? Pero por qué? Ellos no tienen fans como los jugadores.
-No lo sé. Creo que no me gustaría que alguien más me metiera la verga. Y mucho menos en un lugar con tanta gente.
El maestro no pudo evitar sonreír al recordar como el culito de Eddy ya había sido suyo, Pero el pobre no lo recordaba debido a las pastillas.
-Preferirías que te metieran la verga en privado, entonces?
-Eddy frunció el ceño y miró a su maestro con cara de «claro que no», Pero al ver la seriedad en el rostro del hombre sólo pudo decir:
-Creo que sí. Sería menos vergonzoso
Dijo y miró en la pantalla como un capturador tenía levantado por los aires a un jugador y le metía y le sacaba el pitote del culo.
La cámara hizo un zoom a estos dos chicos y capturó en primer plano como el mayor impregnaba de su semilla el ojete del jugador. Eddy notó las bolas del mayor, cómo se contraían con cada disparo, y vio como el semen se empezó a escurrir por el tronco de la verga que seguía empalando al niño, el nene se orinó por la intensidad de la cogida.
El juego continuó, los azules ganaron 2 a 1.
-Ahora viene la mejor parte. Pon atención muchacho.
Dijo el maestro.
En el centro de la cancha se formaron todos los muchachos del equipo perdedor. Hombro con hombro. Sus cuerpos estaban sudados y sus pechos subían y bajaban con fuerza. Cinco de los doce tenían semen chorreando de sus culos respingones.
El entrenador del equipo ganador entró al campo y cuando entró el árbitro dio un silbatazo. En ese instante los 12 nenes perdedores de pusieron en cuatro patas en el pasto, bajaron sus pechos hasta que tocaron el suelo, y con ambas manos abrieron sus nalgas, dejando así a la vista los culetes sudados. Cinco de ellos escupiendo semen lentamente.
La cámara no se perdía ni un detalle. En la tribuna el público seguía atento.
El entrenador del equipo ganador se colocó detrás de uno de los muchachos, uno de piel morena y cabello de rulos. Piernudo y de culo de bombón. El muchacho tenía el asterisco intacto.
El hombretón sacó de su pantalón su verga, una verga larga y muy gorda, y empezó a puntear el ojete del chico.
El público gritó entusiasmado. Los otros chicos perdedores salieron del campo.
El entrenador del equipo ganador dejó ir poco a poco su verga hinchada, la cámara captó como centímetro a centímetro iba entrando. Otra cámara captó el rostro del niño, un rostro compungido por el dolor. El muchacho soltaba gritos cortos de vez en cuando.
Cuando la verga entró del todo, el estadio rugió en aplausos y gritos. Las pancartas del equipo ganador hicieron alarde.
Eddy miraba atento como el hombre destruía al pobre muchacho que no sabía que hacer, se revolvía, apretaba los puños, giraba su cabeza de un lado a otro.
La erección de Eddy era ya muy clara.
Al final, el hombre sacó su verga del culete y disparó chorros de espesa leche de hombre en las nalgas y la espalda del chico.
El juego de futbol había terminado. Lo último que pasaron en la pantalla eran escenas del público, del equipo ganador celebrando la victoria, del chico todavía tumbado en el pasto recuperándose de la cogida.
El maestro apagó la televisión, y miró a Eddy
-Y bien, qué te pareció? Ganó el equipo que querías?
Eddy, con la verga erecta en su suspensorio, no supo que contestar.
-Ven conmigo campeón, es hora de tu siguiente lección.
Continuará…
Excelente relato.. como sigue?
Como sigue??
Gran relato… Como sigue???
Estupendo relato sería riquísimo poder ver esos partidos de fútbol, sigue escribiendo