Como chupé el culo de aquel chico de 9 años.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, les cuento de como chupé el culo de aquel niño de 9 años, cuando yo tenía 17. Era una tarde de un día escolar, me encuentro al llegar de la calle a Diego jugando con otros niños en el patio del edificio, cuando subo a mi casa no encuentro a nadie y me asomo por la ventana y vuelvo a ver a Diego y sus amiguitos, como él tenía confianza con mi casa, cuando me disponía a cambiarme de ropa, tocan la puerta y mi sorpresa, era Diego, quien venía a pedir agua, claro, nosotros vivimos en un segundo piso y él vive en un trece piso. Ya era costumbre del chico pasar a mi casa a pedir agua.
Yo estaba sin camisa y con el pantalón a medio abrochar, él me dice que si puede pasar a tomar agua y le abro la puerta sin ninguna malicia, le indico que la saque de la nevera y me voy a mi cuarto a terminar de cambiarme, cuando me estoy quitando los pantalones, aparece en mi cuarto, al verlo automáticamente se me paró el pene, él se quedó viendo impresionado y yo solo lo miraba sin decir nada, de repente entro en mí y le pregunto que te pasa, te gusta lo que vez, yo no me tapé en ningún momento, él con su cabeza asentó afirmativamente, me levanté de la cama y me fui hacia él, lo tome de la mano y lo halé a la cama, lo senté a mi lado y lo hice que tocara por encima del interior mi pene que estaba a estallar.
Él con cierta inquietud pasó su mano y cuando la sentí me recorrió el cuerpo una electricidad, quería meterle mi pene de 18 cm a aquel bebé, pero me aguanté. Mientras él tocaba mi verga yo comencé a sobar su espalda hasta que llegué a su culo, metí un dedo hacia su hueco y lo sentí algo húmedo, mala costumbre mía al sacarlo lo olí y su olor era a mierda, el chico no se limpiaba bien o no se lavaba bien cuando se bañaba, aquel olor me volvió loco y me saque el pene para que él lo pudiera apreciar y sobarlo mejor. Cuando él me pasó los dedos por la cabeza del pene solté un chorrito de líquido preseminal, él me preguntó qué era eso y yo le respondí eso es para quiera meterlo en cualquier huequito no duela, él preguntó nuevamente, a que hueco te refieres y yo volví a meter mi mano en su culo y le hice cosquillas en su entrada y le dije, por ejemplo este huequito, a lo él respondió pero eso no debe entrar allí y yo le dije para eso es ese líquido, no saque la mano de su culo y lo levanté de la cama y le quité el short, él no decía nada ni se negaba, entonces lo senté en mis piernas y direccioné mi pene a su entrada, él me dijo eso se siente mojado y le respondí eso es el líquido que viste hace ratito, solo le pasé mi pene por su raja y le pregunté, te gusta lo que hacemos?, él se volteó y se sonrió y me respondió que sí, y yo le dije, te voy a lamer tus bolitas, quieres?.
Has lo que quieras me respondió. Lo acosté en la cama con las piernas guindando y me arrodillé en el suelo entre sus piernas y comencé a lamer aquellas bolitas pequeñas y saladas de sudor, Diego tenía un pene largo, mucho para su edad, aquello me gustó, saboreé sus testículos y pasaba mi lengua por su pene, de repente me lo metí en la boca y descubría su cabeza con mi lengua, tenía un sabor algo ácido, sentía en mi boca bollitos que imagino eran de su poca sanidad, pero aquello me excitaba más que darme asco, después de mamarle su pene, le fui abriendo las piernas y me deslicé desde sus huevos hacia su raja, al principio el olor me desagradó pero me fui acostumbrando y comencé a lamer aquel culo de nalgas redonditas y gordas, el ojete de su culo era naranja, porque Diego es blanco de piel, aquel chico se retorcía y yo tapaba su boca de vez en cuando porque su excitación era tal que gemía con gran fuerza. Metía mi lengua hasta donde daba y lo permitía su esfínter.
Después de un buen rato, ya no sentía olor, le puse tanta saliva a aquel culo que metí un dedo y se fue solo, luego comencé a meter el segundo y allí si sintió dolor Diego y me lo hizo saber, a lo que yo le pregunté, quieres que sigas?, él respondió que sí, pero que le dolía. Yo le decía que se quedara quieto para que no le doliera, volví nuevamente a hacerme de ese culo, seguía mamándolo, ya con mi verga a reventar, le dije que intentaría otra cosa y levanté sus piernas y dejé aquella raja a mi disposición, solo colocaba mi punta en su agujero, que estaba muy caliente y lubricado, hacía presión hacia dentro para meterlo pero cuando comenzaba el dolor paraba y volvía a intentarlo, era tanta mi excitación que en uno de esos intentos me corrí y dejé entrar solo la cabeza, él gritó y yo tapé su boca, mi pene se contraía con la eyaculación, me quedé quieto y él solo lloraba, yo le preguntaba si se lo sacaba y él decía que no, pero que le dolía, así estuve un rato en reposo hasta que hice un movimiento porque me dolía mi pene por la presión y el contener la eyaculación y se salió del culo de Diego, derramé como un litro de semen en todo el suelo.
Diego apretaba su culo y yo para no quedar a la mitad, volví a mamarle su raja mientras me hacía la paja nuevamente, llegué más rápido que nunca, era tanta la excitación que volví a drenar como un litro de semen, al llegar al reposo y entrar en cordura le dije a Diego que no debía decir nada de aquello y que me perdonara si no le había gustado, aquel niño me miró y me dijo que otro día lo haríamos, quedé perplejo con su respuesta, lo llevé al baño y le lavé su culo, le enseñé como asear su pene, se lo pelaba y se lo lavaba con jabón muy delicadamente, mientras lo hacía mi pene recobraba vida y el chico me lo tocaba, luego le hice inclinar hacia delante y lavé su culo indicándole que esa era la forma para que no le oliera tanto a mierda. Cuando terminé de lavarlo lo sequé y lo saqué del baño y yo me quedé y volví a pajearme por tercera vez, que cosa más agradable.
Diego salió del apartamento para seguir jugando con los chicos, volví a tener contacto sexual con él una última vez, pero esa es otra historia.
como continua