Como chupé el culo de aquel chico de 9 años (Última Parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después de aquel fogoso encuentro con mi niño Diego, desde aquel día no lo podía ver porque mi erección era automática, quería más de aquel culito paradito de nalguitas redondas, blancas y de aquel agujero naranja y oloroso a mierda.
Al pasar más de un año y viendo diariamente a Diego como su cuerpo iba cambiando. Una tarde me lo encontré a solas en el estacionamiento de nuestro edificio y lo saludé con mucho cariño, lo abrasé y di un beso a su frente, a lo él respondió con una sonrisa hermosa y un abrazo. Le pregunté cómo estaba y él respondió que bien. Me quedé mirándolo fijamente y él me preguntó que pasaba y con mucha malicia le dije que estaba recordando aquello que habíamos hecho en mi casa y él muy vago me dijo, si quieres te acompaño a tu casa. Quedé tieso, aquel niño me estaba tentando nuevamente. Pero recordé que no estaba solo en casa y le pregunté que si me acompañaba primero al estacionamiento, con la excusa de que se me había quedado algo en el carro. Nuestro estacionamiento es de tres niveles y a nosotros nos toca el nivel del sótano por vivir en los pisos bajos, él respondió que sí y bajamos a donde estaba mi carro, una particularidad de ese estacionamiento es que esta parte es oscura, de poca iluminación. Cuando llegamos a mi carro, lo recosté del mismo y me puse detrás de él para hacerle saber cómo me tenía, rozaba mi erección por sus nalgas, sobaba su cuerpo que ya para sus 10 años estaba casi de mi tamaño, metía las manos por dentro de su franela y pellizcaba sus tetillas, yo estaba como loco y él solo sonreía.
Cuando metí mi mano por su penesote ya lo tenía también empalmado y lo acaricié como pude. Le di vuelta y puse mis labios en los suyos, él solo respondía a mis iniciativas, en el espacio de nuestro estacionamiento hay un pequeño cuarto donde se guardan cosas, nosotros allí teníamos una cama de campaña de las que se arman, abrí el pequeño depósito y lo hice entrar por si llegaba algún vecino no se diera cuenta de nuestra presencia. Entramos y cerré la puerta, prendí la luz solo para ver donde podíamos acomodarnos, miré la camita y la abrí a lo que permitía el espacio. Le indiqué que se recostara y apagué nuevamente la luz, la poca claridad que entraba por debajo de la puerta me permitía ver algo. Me arrodillé delante de él y le quité su pantalón y su ropa interior de una vez, acerqué mi cara a su pene y me dio un olor a orina, pero aquello no impidió que lo llevara a mi boca y comenzara a mamar aquel pene que ya para su edad era bastante grande y apetecible, le abrí bien las piernas y las puse sobre mis hombros y me dediqué a comerme lo que el niño me ofrecía, lamía sus bolitas, me las metía en la boca con todo y pene, chupaba su cabecita, la pulía con mi lengua, de la saliva que se dejaba correr le caía en su raja y7 yo seguía dedicado a darle la mayor suma de placer a aquel infante
Con cada succión él se retorcía y gemía cual puta, cuando ya me comí su pene lo suficiente y con el sudor corriendo por nuestros cuerpos, me fui bajando hasta llegar a su hueco aun virgen, allí sentí diferente, mi niño ya se lavaba mejor el culo, el olor a mierda no existía, solo olía a sudor, pero aquello no me interesaba, levanté más sus piernas y me dediqué a aquel culo, chupaba, lamía, metía la lengua hasta donde podía, metía poco a poco un dedo y mi niños gemía. Mientras mamaba aquel culo mi verga estaba a punto de estallar, como pude le puse en su entrada la cabeza de mi gigante e hice algo de presión a ver si entraba, él solo se retorcía de la excitación, empujé nuevamente y dejé entrar la cabeza de mi pene que es de un tamaño regular, cuando entró la cabeza él apretó y dejó salir un quejido pero ahogado por sus propios labios, esa fue la primera vez desde que entramos allí que le hablaba y le pregunté que si le había dolido y si lo sacaba, que solo llegaríamos hasta donde él quisiera, Diego me tomó por las caderas y me hacía hacia él cuando superaba el dolor, así estuvimos un buen rato, él me indicaba que lo metiera y yo empujaba de acuerdo a su sugerencia.
Cuando ya lo metí completo, sentía el calor de su interior y como latía su tripa, aquello hizo explotar en mi la morbo y comencé un movimiento de meter completo y sacar hasta dejar casi descubierto mi pene, pero sin desenfundar de aquel maravilloso culo, mi chico, apretaba sus piernas en mis caderas y eso era mi invitación a meterlo lo más profundo que permitía su estrechez, después de un rato de meter y sacar, bajé mi cara y le dejé un beso en sus labios semi abiertos y cuando le empujaba toda mi tranca él dejaba al descubierto más sus labios y yo dejaba entrar mi lengua dentro de su boca, el sabor de su saliva era dulce, era la primera vez que basaba a alguien de esa edad con tanto deseo, aquello fue el tonel que me hizo explotar dentro de mi chico y dejé dentro de él, más de un litro de mi semen, sentía cada espasmo más largo y los chorros de leche eran abundantes, estuve dentro de él hasta que me escurrí por completo y mi pene se salió solo al rato, lo seguía besando y susurraba a su oído si le había gustado, a lo que él respondió con un abrazo fuerte
Volví a encender la luz para buscar algo con que limpiarlo y le indique que se agachara para que saliera toda la leche, él lo hizo y dejó en el piso una mezcla de leche algo de mierda y uno hilos de sangre, conseguí una franela, lo limpié bien y antes de ponerle su pantalón pasé mi lengua por ese culo nuevamente, él solo reía, mi pene se paró nuevamente, y me masturbé mientras le pasaba la lengua por su culo. Salimos de allí y yo le indique que subiera primero, ya que sus amiguitos estaban jugando y si le preguntaban él diría que esta orinando, me metí en mi carro a esperar y darle tiempo, mientras pensaba en lo sucedido y mi pene no dejaba de latir, cuando salí lo niños jugaban y al llegar a mi casa me fui al baño a ducharme sin antes hacerme otra paja en nombre de David, les cuento que aún lo veo jugar, ya cuenta con 17 años, siempre nos saludamos, de aquello ni una palabra, pero al llegar a casa, no dejo de pajearme. No me atrevo a insinuarle nada el chico tiene novia y él es muy bien parecido y un machito.
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