Como convertí a mi primito menor en mi putita mamadora CAP.2
Ahora él tenía 13 años, su cuerpo se había desarrollado maravillosamente, estaba más culon y tenía una actitud de putita pasiva, esa misma noche, me dio un placer enorme con la boquita y con su culito virgen .
Pues bien, en resumen, en el capítulo anterior les conté como desde muy pequeño fui muy caliente, lo que me llevo a tener varios encuentros sexuales con amigos de mi edad.
Implique a mi primo menor en estos juegos sexuales cuando él tenía como 4 años y yo como 9, al inicio a él no le gustaba mucho la idea de chuparme la verga, pero con el tiempo le fue gustando mucho hacerlo.
Está relación duro muchos años, para cuando él andaba por los 8 años, ya le encantaba mamar mi verga, disfrutaba mucho hacerlo, él era el que me lo pedía, hasta rogaba para que yo dejara que me la chupara, sus mamadas eran cada vez más ricas y largas, ya era todo un buen putito mamador. Debió hacerlo varios cientos de veces durante esos años.
Aun así, aún era un juego de niños, todavía no tenía mayores implicaciones. Aunque eso cambiaría más adelante.
Lamentablemente sus padres decidieron ir a vivir a otro país, así que se llevaron a mi primito mamador lejos de mi por varios años.
Durante ese tiempo yo sufrí mucho, si bien seguía teniendo algún que otro encuentro con amigos y vecinos, ninguno me hacía disfrutar ni la mitad de lo que mi primito.
A mis 15 años una compañera del colegio, me empezó a atender con manos y boca, era la primera mujer con la que me involucraba y sinceramente lo encontré más excitante que estar con hombres. Para mis 16 tuve una novia y empecé a follar con ella, su caliente vagina me hizo olvidar mis ideas de que yo era bisexual. Me di cuenta que me gustaban solo las mujeres y que mis vivencias anteriores, solo habían sido juegos para calmar mis infantiles calenturas.
Pensé que nunca más me involucraría con un hombre, pero eso cambio, cuando mi primo volvió.
Se hizo una fiesta familiar para darles la bienvenida a mis tíos y a mí primo. Habían pasado muchos años y yo estaba más que nerviosos de volver a verlo, sobre todo ahora que el ya no sería un niño.
Nada me hubiera podido preparar para la sorpresa que fue verlo de nuevo. Él ahora era un jovencito de 13 años, había cambiado bastante físicamente, era más alto que antes, su cuerpo había abandonado la delgada figura infantil, ahora tenía un físico más desarrollado, en plena adolescencia, sus piernas eran gorditas y buen formadas, pero dónde había crecido más era en sus nalgas, mi primito estaba bien culón, sus nalgas eran gordas y firmes, era difícil ver ese par de nalgas y no pensar que parecían un culo de señorita.
Pero su cambio no solo había sido físico, su actitud era muy distinta, se había vuelto muy extrovertido, era sumamente afeminado y delicado, siempre estaba bien arreglado y perfumado. Su homosexualidad era más que evidente.
En cuanto me vio salió corrió a abrazarme.
– ¡Hola primo! Me saludó con mucha efusividad. ¡Mira nada más como has cambiado! Estás bien grandote y bien fuertote jiji
Mientras hablaba me estrechaba con fuerza, pegando nuestros cuerpos, yo ya tenía 18 años y mi cuerpo era ya el de un adulto, su cabecita me llegaba al pecho.
Me soltó después de unos momentos y fue a abrazar a mi madre, dejándome estupefacto, pude sentir que mi verga se había levantado al sentir su cuerpo pegado al mío.
Durante la fiesta mi primo estuvo alejado de mí, solo me lanzaba una que otra mirada cómplice, al inicio trate de negarlo, pero no podía dejar de verlo y sentirme excitado. Tuve que aceptarlo, deseaba a ese putito rico y nalgón, quería ponerlo a mamar de nuevo y no solo eso…la idea de meterle la verga entre sus gordas nalgas me ponía muy mal. Y por las miradas y sonrisas que el me dedicaba, sospechaba que el deseaba lo mismo.
Está sospecha se hizo más fuerte, cuando mi primo les pidió a mis padres quedarse en nuestra casa unos días, incluso venía preparado con una mochila con ropa y cosas.
Por supuesto que mis padres y los suyos aceptaron la idea con alegría. Todos pensaban que mi primo había extrañado mucho a sus tíos y a mí. Pues en el pasado era común que se quedará con nosotros por varios días, por lo que tuvo una relación más que cercana con mis papás.
Solo él y yo, sabíamos que, en realidad, él se quedaba en casa para buscar mi verga con su boquita tragona. Y yo ya estaba más que caliente por qué supuse que eso mismo es lo que estaba buscando ese día.
Se fue haciendo de noche y poco a poco los invitados se fueron retirando, incluidos los padres de mi primito, solo quedamos mis papás él y yo.
Papá se fue a acostar pues estaba muy bebido, yo me quedé en una mesa tomando una cerveza y escuchando música, mientras que mi primo ayudaba a mama a limpiar la casa.
Cuando terminaron mamá se fue a acostar pues estaba muy cansada, mi primo se sentó conmigo en la mesa, le ofrecí una cerveza, pero él se negó.
Empezamos a hablar como si fuéramos primos normales, era la primera vez que platicábamos desde que nos vimos. Él me contaba mucho sobre dos amigos que hizo en el otro país. Yo lo escuchaba, pero en realidad sabía que esa plática era solo para hacer tiempo y esperar a que mis padres durmieran profundamente, seguramente él también lo sabía.
Pasadas las 12 de la noche, le dije que nos fuéramos a acostar, mi mamá le había preparado el cuarto de invitados, así que le dije que yo me iría al mío, pero era una prueba para ver qué me decía.
– ¿Oye primo? ¿Te molestaría si duermo en tu cama? me gustaría que siguiéramos hablando un rato más ¿Te parece?
No pude más que sonreír, la verga me daba brincos bajo el pantalón, ambos sabíamos lo que pasaría si se acostaba conmigo…y ambos lo deseábamos.
Le dije que estaba bien, él se fue a lavarse los dientes, mientras que yo fumé un cigarrillo en el patio trasero, lo hice para calmar un poco mis nervios.
Si bien había estado deseando a mi primo toda la fiesta, en ese momento empecé a dudar.
¿De verdad iba a tener sexo gay e incestuoso con mi primo menor? Deseaba mucho su culo y volver a sentir su boquita mamando mi verga. Pero ya no éramos unos niños, esto ya no sería un simple juego que se sentía rico, como antes. Además, estaba a punto de engañar a mi novia con un putito.
Mi cabeza era un embrollo, pero mi verga estaba dura como roca, deseando introducirse por todas las cavidades de mi primo nalgón y putito.
Decidí que me iría a costar con mi primo y ya vería como se daban las cosas…y la verdad se pusieron sumamente calientes y ricas, esa fue una de las noches más increíbles de mi vida, mi primito estaba a punto de dejarme en claro que sería mi putita y yo su macho.
Para cuándo entre a mi cuarto él ya me esperaba en la cama, en silencio y a obscuras me quedé solo en bóxer y me acosté boca arriba a su lado. Él estaba en posición fetal dándome la espalda.
Durante algunos minutos nadie hablo ni se movió, estábamos calientes, pero nerviosos.
Él fue quien lo inicio todo, moviendo su culote bajo las cobijas, lo fue acercando poco a poco, hasta que hizo contacto con mi brazo y empezó a tallar sus nalgonas contra mí.
Su culo era tan suave, caliente y esponjoso, que el solo sentirlo en mi brazo, hizo que olvidará cualquier duda, bien caliente como estaba me gire hacia él y lleve mis manos a sus nalgas, para empezar a amasarlas con deseo.
El solo soltó una risita por la bajo, y se quedó quieto, me dejó explorar cada centímetro de sus nalgas, conforme fui apretando con más fuerza su respiración se agitó y empezó a gemir. Yo también pujaba pues estaba más que fascinado con la sensación de tener las palmas de las manos llenas de la tersa piel de esas gloriosas montañas de carne.
– ¡Pero la puta madre! ¡Que pinche culón que te cargas! ¡Está bien rico! Dije pensando en voz alta.
– jijiji ¿Verdad que sí? Me ha crecido mucho, estoy muy orgulloso de como tengo el trasero ¿Te gusta primito?
– mucho, me encanta, me tiene loco desde la tarde. Estuve a punto de decirle que tenía mejor culo que mi novia, pero decidí callarme, pues no sabía cómo reaccionaría.
– mmmmm a mí también me traes loquito desde que te vi, ya eres todo un hombre.Tras decir eso, se puso de rodillas en la cama y me destapó ¡Mírate nada más! Ufff me encanta que estés tan peludo y musculoso ¡Me excita mucho tu cuerpo taaan varonil!
– jajaja ¿Que tus amiguitos del otro país no estaban, así como yo?
Note que se sorprendió al escuchar eso. Desde que me habló de sus amigos, sospeche que seguramente, más que sus amigos fueron sus amantes, por la forma en la que me había hablado de ellos. Y no era algo que me molestará.
– jiji creo que me descubriste, si ellos dos me enseñaron muchas cositas, a falta de tu verga, me tuve que conformar con las de ellos…pero, mmmm uno era de mi edad y el otro un año más chico, sus cuerpos eran como el mío, todavía de niños, no como tú, tú ya eres un hombre, solo había visto cuerpos así en el porno ¡Y la verdad me encantas!
Le confesé que yo también había tenido mis aventuras, pero que nadie me la había mamado tan rico como el, lo cual era verdad, le dije que había extrañado muchísimo su boquita mamadora.
– yo también te extrañe mucho primito, no sabes cuántas veces me toque soñando con este momento.
– pues ven, no esperemos más, ponte a mamar como antes lo hacías. Le dije tomándolo de la cabeza y dirigiéndola para que bajara hacia mi verga.
– ¿Quieres que te la chupe bien rico? Jiji, dijo la misma frase que decía de niño.
– sí, hazlo, le ordene ya desesperado.
– espera…si quiero hacértelo, me muero de ganas, pero quiero hacerlo bien, hacerlo como lo soñé muchas veces, espérame un momento ¿Sí? Te tengo una sorpresita que te va a gustar.
No tenía idea de qué rayos hablaba, pero no me dio tiempo a decirle nada, salto de la cama y tomando la mochila donde tenía sus cosas, salió corriendo del cuarto.
– espérame, te prometo no tardar mucho.
Me quedé confundido, con una erección de caballo, el tardo casi 20 minutos en volver, pues se dio una ducha rápida y se arregló para mí. Durante el tiempo que tardo, yo tuve que luchar con el fuerte impulso de masturbarme, pero sabía que era un desperdicio hacerlo, pues pronto tendría a mi primo putito atendiendo mi verga.
Cuando al fin volvió, entro rápidamente al cuarto y se quedó en la puerta, como la luz estaba apagada, solo veía su silueta.
– enciende la luz para que veas tu sorpresa, me dijo con una voz nerviosa.
Me puse de pie para encender la luz, y casi me voy de espaldas cuando lo vi, la quijada se me cayó al suelo.
¡Menuda sorpresa la que tenía para mí!
Él estaba de pie, parado de perfil, con la espalda recargada en el marco de la puerta, estaba casi desnudo, su piel brillaba debido a alguna crema humectante, solo llevaba puesto una muy femenina tanga negra de encajé, que hacía que sus piernas y caderas lucieran sensuales, llevaba la boquita pintada con un labial rosa y tenía puesta una peluca rubia que le llegaba a los hombros.
Tuve que tragar saliva de la impresión, frente a mí tenía a una hermosa y sensual putita, si no fuera por su pecho plano y el bulto que se marcaba bajo el tanga, habría pensado que era una rica nena de 13 años, pero no, era el putito de mi primo, aun así el deseo de poseer ese cuerpecito perfecto era enorme.
-¿Te…te gusta lo que ves? Me preguntó nervioso e incluso algo apenado.
Sentí un calambre en los huevos cuando escuché su voz, y es que hasta fingía la voz para sonar como nena.
– te vez increíble, le dije loco de deseo. Pero de verdad me sorprendes mucho, no pensé que te gustarán esas cosas.
– jijiji ¿Cómo crees? Pues claro que me gustan estas cosas, soy gay y pasiva, tú mismo fuiste quien me enseñó a ser así desde chiquito. Y bueno mis amigos me enseñaron a vestirme así, y me encantó, este es mi verdadero yo…y por eso quiero estar así contigo, sé que la vamos a pasar muy bien, pues ambos nos deseamos, yo soy pasiva y tú activo, así que, seguro que nos divertiremos mucho, y no te preocupes, sé que es ilegal que tengas sexo conmigo por que yo soy menor de edad, pero yo te guardaré el secreto jiji.
Muchas cosas me pasaron por la cabeza, pero decidí no hablar más, quería disfrutar de esa hermosa putita que se me ofrecía.
Lo tomé por los hombros y lo hice adentrarse al cuarto, hice que se inclinada, recargando el pecho sobre mi escritorio, de esa manera su suculento culo quedó en pompa.
Mis manos empezaron a apretar y mover esas nalgas perfectas con brusquedad.
– mmmmm lo escuché gemir.
– ¿Te gusta que te trate rudo, verdad putita?
– hay no me hables tan feo.
– shhhhh putita, tu déjate llevar, disfruta de este juego. Mis dedos se metieron entre la raya de su culo, presionando su culito sobre la tela del tanga. Dime la verdad ¿Tus amigos te cogieron?
– mmnooo dijo gimiendo pues mi dedo empujaba la tela hacia adentro de su culito, si quisieron…pero yo quería dártelo solo a ti.
Mientras yo metía ya un dedo ensalivado bajo el tanga y empezaba a acariciar de forma circular el ojete, el me confesaba que había leído y visto mucho porno sobre el sexo anal, que sabía que podía ser muy rico y que fantaseaba con la idea de que yo le robara la virginidad, incluso confesó que el mismo se había llegado a meter los deditos y objetos pequeños para irlo preparando para mí.
– pero, también leí que puede ser doloroso, así que prométeme que vas a ser cuidadoso ¿Sí?
– claro que sí putita, te prometo que haré gozar mucho a tu culito ¿Quieres que sea tu macho verdad? ¿Que sea el dueño del culito de puta que tienes?
– hoooo….hay creo que me gusta que me hables así…mmmm sí ¡Si quiero!
– ¿Qué cosa? Mi dedo ya empezaba a entrar en su ojete, su interior se sentía sumamente caliente y apretado, se me estaba haciendo agua la boca pensando en lo rico que iba a ser meter mi verga en ese hoyito.
– que seas mi machooooo, quiero que seas mi macho.
– ¿Y tú qué vas a ser?
– hooooo…hay primito, que rico siento tu dedo jugando en mi trasero….yo seré tu putita, primo siempre que quieras me vas a tener, yo soy tuyo, me hiciste tuyo desde chiquitooooo.
Casi me vengo al escucharlo decir eso mientras gemía con mi dedo entrando es su culito.
– llevo desde que te vi llegar a la fiesta queriéndote meter la verga en el culo…pero primero, quiero que me la mames como cuando eras pequeño, quiero ver que has aprendido en estos años mi putita.
– Huy, si, no sabes que ganas tengo de hacértelo, ya quería que me lo ordenaras jiji.
Se dio la vuelta y me empujó hasta la cama, caí acostado y él se subió sobre mi.
Pensé que iría directo por mi verga, pero no, el muy putito estaba fascinado con mi cuerpo y quería recorrerlo entero.
– mmmm primo que rico hueles, tienes un olor a hombre, a sudor y cerveza, me encantas.
Su naricita olfateaba mi cuello y pronto sus labios y boca le siguieron fue bajando de a poco, besando y lamiendo mi piel, se entretuvo un buen tiempo chupando mis pezones, lo que me dio escalofríos de placer, siguió bajando, pero se interrumpió sorprendido pues debido a su postura mi verga hizo contacto con sus nalgas por primera vez en la noche.
– hay primo todo tú estás bien musculoso y duro…pero ya vi que la parte más dura está aquí abajo jijiji
Paso una manita por detrás de su cuerpo y palpo mi dura verga sobre el bóxer.
– ¿Pero que es estooo? Dijo abriendo los ojos como platos. Bajo hasta que mi verga quedó a la altura de su carita y de un rápido movimiento me quito el bóxer, mi verga salto como resorte.
– ¡Hay por dios! ¡Mira que cosota más hermosa! Se llevó las manos a la boca y estuvo contemplado mi verga con sorpresa. ¡Primo! Tienes un pene enorme, antes era del tamaño de mi dedo, y ahora yo creo que no me cabe en la mano.
Siguió viéndola muy admirado, incluso pude ver cierto temor en su mirada.
– jajaja no me digas que le tienes miedo, si ya la conoces muy bien y la has mamado muchísimas veces.
– pero es que…está…¡Dios! Ni sé que decir…es impresionante, solo había visto las vergas de mis amigos, pero está es la verga de un hombre, de verdad que eres todo un macho primo.
Quiero aclarar que no es que yo la tenga enorme, creo que el tamaño es promedio, pero a los ojos de un nene de 13 debía ser inmensa, además de que como él lo dijo, debía ser unas tres veces más grande que la última vez que la vio.
Sin dejar de alabar mi verga, al fin se repuso de la sorpresa inicial y se atrevió a tomarla desde el tronco con la mano, tiro delicadamente hacia abajo el pellejo, para descubrir la roja cabeza que ya babeaba jugos.
– ¡ufff que duro y caliente está, que cosa más hermosa, la punta hasta brilla! mientras hablaba movía mi verga con su manita de un lado al otro, observando cada detalle ¡Huy como se le marcan las venas, y está bien peludo! ¡mmmm huele super rico! pegando mi verga a mi estómago, descubrió mis huevos ¡Caray, que testículos más gordos tienes, se ven bien pesados! Aquí está tu semen ¿Verdad? ¿Ya eyaculas?
– si desde hace años que me sale la leche.
– ¡Quiero verlo! Quiero ver cómo te sale el semen cuando tienes orgasmos ¿Sí? Solo lo he visto en el porno y tengo muchas ganas de verlo en vivo.
– pues si tú me la sacas, te daré toda la leche que quieras mi putita, te daré mi leche de macho.
La idea pareció gustarle, pues tomo mi verga con ambas manos y empezó a darme una buena paja a dos manos, sus movimientos rápidos, pero aun así sumamente delicados y cuidadosos, más que una masturbación cualquiera, parecía que sus manos le hacían el amor a mi verga.
Era la primera vez que mi primo me hacía la paja, durante nuestra infancia solo usaba la boca, y de verdad que me estaba dando una masturbada de ensueño.
Me recosté en la cama y lo dejé trabajar, era tan rico tener a ese putito de 13 años travestido dándome placer con las manos, que de mi verga empezó a brotar un río de jugos pre semanales, sin dejar de trabajar con una mano, la otra recogía el jugo con los dedos y los esparcía por la cabeza, acariciándola de paso.
Le dije que eso me gustaba mucho, así que ahora mientras una mano subía y bajaba por el tronco, la otra acariciaba la cabeza, dibujando círculos por toda la superficie.
Sus manitas se coordinaban bien, ambas trabajaban mi verga de forma deliciosa, cambio las caricias y ahora masturbaba el tronco y la otra sobaba los huevos, mi primito me estaba matando del placer.
Él se veía como hipnotizado por mi verga, tenía una mueca de placer y sonreía, le encantaba ver cómo mi verga se iba poniendo cada vez más dura por sus caricias.
La deliciosa masturbación se extendió por unos 15 minutos y solo paró cuando se lo ordene, pues ya sentía que la leche estaba a punto de salir.
– detente, quiero que me hagas acabar con la boca.
– pero es que quiero ver cómo te sale el semen.
– ok, chúpalo y cuando esté por acabar te aviso, para que puedas verlo.
– bueno…¡Hay primo! Es que si quiero chuparte este pene rico…pero no sé ni por dónde empezar ¡Está tan grandote que no creo que pueda comerme tanta carne! Jiji
Amigos, les tengo que decir que escuchar a tu primo de trece años, con esa peluca y los labios rosas, decirte eso, es una locura.
– vamos a hacer esto, le dije, deja mi verga descansar un poco, quiero sentir esa boquita en mis huevos, empieza por darles besos, como buena putita que quiere leche.
– si mi macho, yo estoy a tus órdenes. Diciendo eso tomo mis huevos con ambas manos, como si fueran un objeto precioso y bajando la carita, empezó a estrellar esos labios pintados de rosa en mi escroto.
Cada beso que daba me hacía sentir corrientes eléctricas, sus besos estaban llenos de amor y ternura.
– ahora saca la lengüita y empieza a lamer, quiero que recorras todos mis huevos con ella.
La lengua de ese putito era increíblemente suave y cálida, sin descanso se puso a lamer toda la extensión de mis huevos.
– hay primo, que rico te saben, están bien sudados, me saben a macho.
Siguiendo mis instrucciones estuvo chupando huevos, mientras que sus manos volvieron a pajearme la verga. Tras eso le ordene que se metiera un huevo en la boca y luego el otro y que succionará con cuidado. El muy putito obedeció mis instrucciones y pronto mis huevos estuvieron escurriendo de tanta saliva que él les dejaba. Yo ponía los ojos en blanco y me retorcía en la cama de tanto placer.
Le dije que ahora lamiera el perineo, y él lo hizo, pajeaba la verga y su lengüita hacía círculos ahí. Se emociono tanto que varias de esas lamidas llegaron a dar contra mí propio ojete. Me gustó tanto esa sensación que le ordene que directamente me lamiera el ano.
– mmmm mejor eso lo hacemos cuando te hayas bañado ¿Sí?
Me decepcionó un poco que no me quisiera lamer el culo, pero lo acepte.
– está bien mi putita, pero es hora de que mames verga.
Siguiendo mis instrucciones empezó a darle lamidas la cabeza, mi cuerpo se convulsionaba y tapaba mi boca para no gritar.
Le ordene que lamiera desde el perineo, pasando por los huevos y subiendo hasta la cabeza, estuvo haciéndolo por varios minutos, su lengüita no se cansaba de recorrer ese caminó. Hasta que el solo, sin necesidad de que yo se lo ordenara, atrapó la roja cabeza de mi verga con su boquita y empezó a hacer una succión enloquecedora, chupaba como becerrito hambriento.
Las succiones eran delicadas y gentiles, ahora era su boca la que le hacía el amor a mi verga.
Apenas y aguante unos segundos de ese tratamiento, sin poder contenerme le grite que estaba por venirme.
El muy putito saco mi verga de su boca, tomo el tronco con las dos manos y pajeo con velocidad, acercando la carita para ver en primer plano como mi verga expulsaba la leche.
Fue una corrida monumental, sentía que el alma se me escapaba por la uretra, casi pierdo el conocimiento, sin poder controlarme empecé a gritar, de milagro mis padres no me escucharon.
Él se mordía el labio inferior, sin dejar de mover ambas manos por el tronco.
– primitoooo ¡Que hermoso fue esto! ¡Mira nada más cuánto semen te salió! Jijiji.
Era verdad, había sido una venida sumamente copiosa, sus manos, mi estómago y hasta la cama quedaron manchadas de leche.
Tarde casi un minuto en reponerme, mientras tanto él jugaba con mi semen con sus dedos, observándolo con mucho interés, incluso se llevó una mano a la cara para olerlo.
– ¿Acabaste rico mi macho? Jijiji
– ¡La puta madre! Claro que sí, fue delicioso.
– qué bueno, me alegra saber que te hago disfrutar…oye hay que limpiar todo este desastre ¿Cómo te limpio?
– hazlo con la boca, debes comerte la leche putita.
– mmmmm mejor con otra cosa ¿Sí? Dijo con una mueca de desagrado.
Me sorprendió mucho que después de todo lo que había hecho para sacarme la leche, ahora no quisiera probarla, pero no me iba a poner a discutir, le dije que limpiará todo con el bóxer que me acababa de quitar.
Cuidadosamente recogió todo mi semen con la tela, desde mi verga y hasta la cama.
– listo ¿Quieres descansar? He leído que un orgasmo puede ser muy cansado, si quieres continuamos mañana.
– para nada, quiero que me lo sigas haciendo toda la noche.
– ¡Que bien! Yo también quiero continuar, hay que averiguar qué tanto de este penesote me cabe en la boquita jijiji
– y no olvides que también me debes dar ese culito gordo primo, de aquí no te vas hasta que te haya cogido.
– ok, lo podemos intentar, pero primero quiero chuparlo más rato…pero, no te molestes, pero ¿Podrías primero limpiarlo con agua en el baño? Ve y te prometo que sigo chupando todo lo que quiero ¿Sí?
Vaya con el putito de verdad no quería nada de semen en su boca. De nuevo no quise discutir y salí al baño a limpiarme la verga.
Me la limpié en el lavadero y eché una meada me lo iba a limpiar de nuevo, pero decidí que no le diría nada y haría que mi primo se comiera los restos de orina sin saberlo, esa idea me calentó de nuevo.
Pude notar qué en varios lugares de mi cuerpo, sobre todo en la cabeza de la verga y los huevos, tenía pequeños manchones del labial rosa de mi primo.
Cuando regrese al cuarto, era la una y media de la mañana. Pero la noche apenas empezaba. El poder de mi juventud mantenía mi verga dura y mis huevos llenos de leche, mi primo también seguía con energías y ganas, su boquita iba a mamar por horas y aún faltaba el plato principal…su culito iba a ser estrenado esa misma noche.
A esa maravillosa noche, llena de placer desenfrenado, de incesto, mamadas y enculadas, en la que no paramos hasta que mis huevos se vaciaron y quedamos exhaustos de tanto sexo. Todavía le quedaba mucho para terminar.
Uuff… que rico… Menuda excitacion me has provocado, tengo la verga húmeda de lo cachondo que estoy.
Gran relato… como sigue?
Como sigue…? Necesito mas.
Uff… que delicia de historia… Me encanta y me calienta muchísimo.
Uff tu primito es toda una putita… Aunque el no querer beber la leche de su macho le quita puntos… Ojalá se deje de tonterías y pruebe tu leche en los próximos relatos
Pues desgraciadamente nunca quiso hacerlo, pero fue una buena putita muchos años