Como convertí a mi primito menor en mi putita mamadora CAP. 3
Era hora de que mi putita aprendiera a mamar una verga adulta, le gustó tanto que pasó horas chupando, llevándome al cielo de tanto placer..
Continúo justo donde lo deje en el capítulo anterior.
Regrese al cuarto, aunque acababa de venirme como loco y había expulsado una enorme cantidad de semen gracias a las caricias de la boquita mamadora de mi primo putito. Sentía aún los huevos llenos, mi verga seguía vigorosamente levantada y yo aún tenía muchas ganas de seguir recibiendo sus mamadas. La calentura no se me había bajado ni un poco.
El me esperaba muy sonriente sentado en la cama, seguía con el tanga y la peluca puestos y su boquita aún continuaba bien pintadita de rosa.
– mira cómo me dejaste la cabeza y los huevos, le dije divertido mientras le ponía la verga en la cara.
– hoooo no esperaba mancharte, disculpa, primito te juro que eso no me había pasado antes, supongo que es por el tamaño de tu pene.
– la verdad es que me gusta como se ve, me parece muy excitante, es como la prueba de que una excelente putita la estuvo mamando jajaja. Quiero que me dejes toda la verga pintada, quiero que te la comas enterita, es hora de que hagas una mamada profunda.
Al escuchar eso, él se puso de pie y rápidamente saco el labial que estaba en su mochila y se retoco los labios.
– mmmm pues ven a qué te la siga pintando.
Me senté en la orilla de la cama y lo hice arrodillarse entre mis piernas, cuando éramos niños, esa había sido nuestra posición favorita.
– ufff aún me sigue sorprendiendo de lo grandota que está jiji.
Empezó por pasarle la lengua a la cabeza, comiendo sin saber los restos de la meada que yo acababa de echar en el baño. Dejo la punta bien brillosa de saliva y tras abrir la boquita se tragó de un movimiento la cabeza y unos centímetros del tronco e inició una suave succión que me hizo poner los ojos en blanco.
Con los ojos cerrados y una mueca de placer en el rostro, mi primito chupaba como animalito hambriento, sus succiones eran suaves y delicadas, deleitándose con el sabor, como si estuviera comiendo un manjar.
Estuvo dando ese tratamiento a mi verga durante varios minutos, y si bien sus succiones eran muy ricas, no movía la cabeza, así que quise ayudarlo, lo tomé de la nuca y empujé un poco, haciendo que su cabecita bajara y más verga entrara en su boquita.
Sin muchos problemas pudo aguantar un poco más de la mitad, pero cuando lo hice bajar más, empezó a ahogarse, así que lo solté y lo dejé hacer a su ritmo.
– que rico chupas…que rico chupas…hooooo que rico
Balbuceaba y es que de verdad yo sentía que mi verga se derretía dentro de esa boquita cálida y suave, que chupaba tan delicadamente.
Pero si bien ya tenía buena parte de mi verga dentro, el seguía sin moverme la cabeza ni un milímetro, solo succionaba y movía la lengua por dentro.
Entonces me di cuenta, cuando éramos niños mi verga era pequeñita y le cabía entera en la boca, y era de suponer que lo mismo pasaba con las vergas de sus amigos.
En realidad, mi primito nunca había mamado una verga adulta, así que no sabía que debía meterla y sacarla para aumentar el placer del dueño de la verga.
Así que decidí ayudarle con eso, lo volví a tomar de la nuca y empecé a marcarle el movimiento de cabeza.
– asi, así debes hacerlo putita, métela y sácala…mmmm siiiii muy bien.
El cogió el truco de inmediato, así que ya sin mi ayuda continúo moviendo la cabeza de arriba a abajo, tragando cada vez más verga, los cabellos de la peluca se movían al compás del ir y venir de su cabeza. Gracias a la peluca y a sus labios pintados, desde mi ángulo era imposible no verlo y pensar que era una nena la que me comía la verga con dulzura y pasión.
Si su mamada ya era muy buena, ahora que movía la cabeza, mejoró muchísimo más, unos momentos después yo ya me tenía que tapar la boca pues mis gemidos de placer eran incontrolables. Ni mi novia que ya tenía un par de años de experiencia me la había mamado tan rico, yo sentía que me volvía loco de tanto placer.
Domino muy bien está nueva técnica, su cabecita subía y bajaba a buena velocidad, pero su boca no dejo de succionar y su lengua de moverse en círculos.
Pese a que ya me había venido una vez, apenas aguante ese enorme placer unos poco minutos, antes de rogarle a los gritos que se detuviera, para evitar una nueva venida, no quería acabar tan rápido quería seguir gozando de esa boca.
– ¡Por dios primo, que rico lo haces, que boquita más mamadora la que tienes!
– jijiji esto me encanta, siento muy rico como me llenas la boca de tu penesote ¡Además puedo sentir con mi boca como se te va poniendo más duro y gordo, y como las venas se te marcan cada vez más! No sabía que chupar un pene de hombre fuera tan delicioso…Déjame continuar ¿sí?
Tras un breve descanso, en el cuál ambos reímos al descubrir que el duro tronco de mi verga ya mostraba algunos manchones de su labial, le dije que reanudará su trabajo oral, pero le ordené que está vez debía intentar ir metiendo cada vez más de mi verga en su boquita.
– lo único que te falta para que tu mamada sea perfecta es poder comerte toda mi verga, yo sé que podrás.
– pues…no lo sé, es muy grandote, pero te prometo que me esforzaré primito jijiji. Decía mientras que sus manos volvían a jugar con mi verga moviéndola a todos lados y sin dejar de observarla con excitación.
Una de las cosas que más me gustaban de mi primo, durante esa última etapa de nuestra relación, es que no dejaba de sorprenderme lo muy putita dedicada, que era, dispuesta a esforzarse lo más posible con tal de darme el máximo placer.
Cómo prometió se esforzó en llevarse la máxima cantidad de la carne de mi verga a la garganta. En el primer avance engulló hasta la mitad, para luego ir retirando la cabeza muy despacio, y con la misma paciencia empezó a avanzar, luchando por meter todo lo que podía, me sorprendió ver qué logro albergar unos cuatro centímetros más, aguanto un momento y volvió a retroceder hasta que solo la cabeza de mi verga quedó en su boca, respiro mientras me daba lengua y volvió a avanzar, está vez otro par de centímetros entraron en su boca.
Y así siguió mamando, muy lento y delicadamente, saboreaba mi verga, aunque se había negado a comerse mi semen, estoy seguro que un torrente de jugos pre seminales, eran succionados desde mis huevos por su boquita, como si bebiera de una pajita de plástico.
A cada arremetida más y más verga le entraba en la boca y yo babeaba del placer, llegué a morder las cobijas para callarme, pero aun así mis gruñidos eran muy altos.
Pero si bien él estaba empecinado en complacerme y comer toda mi verga, simplemente no pudo, llegó a un límite, su garganta de solo 13 años era incapaz de aguantar más, pero solo le faltaban unos 3 centímetros para lograrlo.
El seguía intentando, pese a que ya parecía estarlo pasando un poco mal, le daban arcadas, ataques de tos, sus ojitos estaban rojos y le costaba respirar.
Y francamente verlo así me puso como burro de lo caliente que era. Surgió en mi un impulso un poco sádico y quise hacerlo sufrir para mí placer, así que la siguiente vez que su boca bajo hasta su límite, atrapé su cabeza con ambas manos y usando toda mi fuerza lo obligué a mantenerse así.
– así putita, aguanta ahí…huuuuy…siiiii…aguanta ahí…ahogate con mi verga pinche puta…hooooo…que ricooo…mmmm
El trato de mantener la calma unos momentos, respirando por la nariz con dificultad, pero pronto empezó a desesperarse y a luchar para liberarse, pero no había manera la diferencia de fuerzas era mucha y el pobre estaba atrapado.
Comenzó a manotear y a toser, su cuerpo empezó a retorcerse, pera que no escapara empuje con fuerza, llegando al fin a meter todo Ami verga en su boca.
– esoooooo….hooooo….esoooooo…que ricoooo…mmmm cómo te la tragas todaaaaa….hooooo
Fueron unos treinta segundos, yo toqué el cielo y de verdad que era lo más rico que había sentido en mi vida, tener mi verga totalmente rodeada de su garganta. Solo solté su cabeza pues de haber seguido así cinco segundos más me habría venido, además de que él se veía a punto de vomitar.
Cuando al fin lo libere de un rápido movimiento expulsó mi verga de su boquita y dió una fuerte bocanada de aire.
– haaaay…noooo…casi me matas dijo enojado, sentí horrible como no podía respirar y hasta iba a vomitar.
Pero a mí me gustó verlo respirando con dificultad y con los ojos llorosos, además varios hilos de saliva iban de su boca hasta mi verga. Si me haces eso de nuevo ya no lo haré.
– está bien, disculpa, es que me gano el placer, te prometo no hacerlo de nuevo, le dije divertido.
El me miraba ofendido, tardo un par de minutos en recomponerse y respirar con normalidad, el labial se le había corrido manchándole la mejilla derecha.
Afortunadamente el enojo se le fue de inmediato, cuando le mostré que las manchas de su labial en mi verga habían llegado justo hasta la base.
– wooow ósea que si me entró toda jiji con razón me ahogabas. ¡No puedo creer que lo logre!
– yo sabía que podías, ahora solo falta que te acostumbres a tenerla toda, para que no te ahogues ni te den ganas de vomitar.
– pero ya no quiero hacerlo así, no me vuelvas a forzar tanto que me duele y se siente horrible.
– está bien, te lo prometo, ya solo es cuestión de practicar, estoy seguro que en unos días podrás hacerlo sin problemas.
Viéndolo más tranquilo y relajado, le propuse que reanudará la mamada, pero para que tanto su boca como mi verga descansarán, se dedicara a mamare los huevos un rato.
La idea le encantó, pues apenas y termine de hablar y él ya me estaba pasando la lengüita suave por todos los huevos, y no solo eso también mis inglés y muslos recibieron su dosis de besos y lamidas.
Mientras disfrutaba de las agradables cosquillas que su lengua me daba en los muslos, tomé mi verga y empecé a jugar, dándole golpecitos en toda la cara con ella, eso le pareció divertido pues reía y lamía.
– lo tienes tan duro como piedra, primito…prométeme que ya no me vas a volver a empujar tanto.
Me recosté sobre mis codos y lo dejé trabajar a su ritmo, quería ver qué tal lo hacía él solito. Y no me decepcionó para nada, era increíble como sus mamadas mejoraban más y más a cada minuto.
Sin forzarse tanto volvió a subir y bajar la cabeza, comiendo sin problemas 3/4 de verga, su garganta ya se había acostumbrado por lo que no tenía arcadas.
Lo volví a tomar de la cabeza, pero esta vez no lo forcé, solo le hice acelerar el movimiento.
La sensación de placer se volvió indescriptible, me estaba matando a mamadas, era como tener una licuadora caliente en la verga, su cabecita subía y bajaba tan rápido que incluso se le desacomodo la peluca, mi primito mamador parecía pájaro carpintero.
Tuve que soltarlo, pues ya sentía que me venía de nuevo, pensé que el pararía, pero no, se quedó haciendo el mismo movimiento, parecía estar en trance, su cabecita no se cansaba de moverse a tal velocidad.
Era simplemente humanamente imposible soportar semejante placer, mi verga se hincho tanto que me dolía de lo dura que estaba, mi cuerpo entero estaba tenso y bailaba al ritmo de la mamada de mi primo.
– ¡Por dios primo! Hooooo pero que boquita más deliciosa….haaaaaa ¡No mameeeeees! Me vengooooooo…
Cómo el seguía en su trance mamador, pensé que está vez no se pondría a recibir toda la leche en la boca. Pero para mí sorpresa, logro quitarse justo a tiempo y colocar el sucio bóxer tapando mi cabeza, me vine a borbotones entre gritos, dejando el bóxer bañado enas semen.
Fue un orgasmo todavía más grande que el primero. Y es que esa segunda mamada fue muchísimo mejor y más larga que la primera.
Quedé tendió en la cama agotado, me costaba respirar y todo mi cuerpo estaba cubierto de sudor.
El me veía muy sonriente, parecía complacido consigo mismo por haberme dado tanto placer.
– jijiji primito, me gustan mucho tus gemidos de macho, me siento muy bien de hacerte gemir tanto.
Tarde varios minutos en reponerme, mientras tanto él se recostó sobre mí y me besaba el pecho y abdomen. Incluso me dio la vuelta para seguir lamiendo mi espalda y hasta llego a bajar y darle lengua a mis nalgas, era increíble como esa boquita simplemente no se cansaba de chuparme por todos lados.
Me encantó sentir mis nalgas lamidas y besadas, eso hizo que me reactivará y estuviera listo para seguir.
– ¿Seguro que no quieres descansar un poco?
– no, puedo seguir quiero que sigas mamando hasta que me dejes secos los huevos.
– jijiji pues me encanta la idea, yo puedo seguir chupando ese pene rico toda la noche, ni sueño tengo de lo caliente que me tienes primo.
Sin embargo, antes que nada, me hizo ir a limpiarme de nuevo la verga al baño, aunque ya me había venido dos veces, me sabía muy capaz de seguir aguantando varias sesiones más con la boca de mi primo.
Cuando regrese al cuarto, de nuevo el estaba muy sonriente, se acababa de retocar una vez mas los labios y estaba arrodillado en medio del cuarto, sobre una almohada para estar más cómodo
Me pare frente a él, ordenándole que abriera la boca lo más que pudiera y sacará la lengua, lo tomé de la barbilla para ver bien esa cavidad que tan bien se sentía sobre mi verga.
Sin más dilación le apunté la verga a la boca abierta y moviendo las caderas se la fui dando a comer. Le metí un poco mas de la mitad y la retiré con velocidad, repetí la operación varias veces.
Chop…chop…chop.
El cuarto se llenó de el sonido de vacío que hacía la boquita mamadora cada vez que le arrancaba la verga.
Dejé de sacarla por completo y moviendo las caderas empecé a follar le la boquita, el aguantaba viéndome a los ojos, podía ver el placer en su mirada.
Al inicio me movía de forma delicada, pero conforme me el placer me iba embriagando, deje de tener miramientos. Antes de darme cuenta ya me estaba moviendo como loco, follando su boquita rápida y profundamente. Curiosamente él ni se quejo, ni hizo nada por detenerme, por el contrario, el muy gustosamente cooperaba, manteniendo la boca abierta y la cabeza quieta.
Mis movimientos eran tan frenéticos, que empecé a sudar como cerdo, de mi abdomen escurrían gotas que se iban a impactar en la carita de mi primo, pero a él poco le importaba.
Me tuve que detener a descansar tras varios minutos follandole la boquita. El entonces tomo desde el tronco mi verga y me dijo que quería intentar algo que había visto en una película porno.
Engulló mi verga de nuevo, pero está vez en un ángulo en el que la cabeza no apuntaba a su garganta, sino que, a sus mejillas, moviéndola con la mano comenzó a frotarla con el interior de sus mejillas empujándolas hacia afuera.
Era una visión muy erótica. La de ese putito maquillado y con peluca, con sus mejillas infladas por mi verga.
Tras eso nos subimos a la cama de nuevo, pero está vez le dije que se pusiera en posición de 69, así él estaba sobre mí, mamando mi verga dulcemente, mientras que yo tenía un increíble primerísimo plano de su culote casi en la cara.
Me dedique a acariciar esas nalgotas, que, sigo diciendo eran increíbles, era difícil creer que no eran las de una mujer, de la perfecta forma y tamaño que tenían.
Llevado por la excitación del momento, pues era sumamente cachondo agarrar esas nalgas mientras que sentía su boca mamar, que una vez más perdí la cordura y empecé darles azotes a esas nalgas gordas, cada vez más fuertes, hasta que se las dejé enrojecidas.
Ya que estábamos probando cosas, decidí hacer algo que siempre había querido intentar. Tomé a mi primo de la mano y le dije que me siguiera.
El riendo salió del cuarto conmigo, era riesgoso pues nos podríamos encontrar a alguno de mis padres, pero la suerte estuvo de nuestro lado.
Llegamos al patio tracero, el fresco de la noche se sentía muy bien contra nuestros cuerpos calientes y sudados.
Lo arrodille en el pasto y lo puse a mamar de nuevo, mientras que me fumaba un cigarro, no sé por qué, pero siempre había querido fumar mientras recibía una mamada, pero mi novia nunca quiso hacerlo, pues no le gustaba el olor del tabaco.
Pero a la putita mamadora de mi primo, lo único que le importaba era seguro disfrutando de mi verga en su boca y no tuvo reparo alguno en hacerlo mientras fumaba. Él estaba muy cachondo de estar haciéndolo en el patio.
Ahora que lo pienso, en realidad esa noche y durante mucho tiempo, con mi primito puto, pude hacer muchas cosas que a mi novia le parecían impensables, esa era una de las razones que usaba como excusa para ponerle los cuernos a la pobre con ese putito.
Me dió tiempo de fumar dos cigarros mientras que el chupaba y chupaba incansable, pero el frío empezó a molestar, así que volvimos a mi cuarto.
Cómo ya me había venido dos veces y gracias a los descansos entre las distintas cosas que probamos, esa tercer mamada fue la más larga de la noche, quizá duró algo más de veinte minutos.
Al entrar al cuarto le dije que quería volver a follarle la boquita, así que se acostó en la cama con unas almohadas debajo de la cabeza para que quedara inclinado, me subí en el con las rodillas a los lados de su cabeza.
Le gustó mucho tenerme en esa posición, se sentía dominado por mi verga, abrió gustosamente la boquita y me dejó introducir la verga.
Glack…glack..glack emitía su garganta al ser follada, yo me movía a mi gusto y el no protestaba para nada, casi le metía toda la verga a cada embiste y el tan tranquilo, me detenía de vez en cuando para que respirara un poco y él solito me indicaba cuando estaba listo de nuevo, abriendo la boca invitando me a seguir dandole verga.
No tengo idea de cómo lo hizo, pero el se dió cuenta sin que se lo dijera que estaba a punto de venirme de nuevo, creo ya estaba aprendiendo a leer mi cuerpo.
Cómo sea el me volvió a decir que no acabará ni dentro de su boca, ni en su rostro, así que no me quedo de otra que volver a bañar ese sucio bóxer que ya estaba mal oliente de tanto semen que le habia dejado.
De nuevo me fui a limpiar al baño y otra vez y otra vez. Es imposible saber cuántas veces me hizo venir mamando y mamando, yo siempre regresaba al cuarto con ganas de seguir gozando y el con gusto me atendía.
Por dar un número, creo que me hizo acabar unas seis veces. Se que puede sonar muy exagerado, pero recordemos que éramos jóvenes e insaciables, nuestra fuerza y potencia sexual estaba en su máximo nivel. Se que hoy en día sería imposible realizar tal azaña, pero esa noche fui perfectamente capaz.
La última vez que me hizo terminar con la boca, fue placentero, pero sentí dolor, camine al baño a limpiarme mientras sentía cierto ardor en la uretra y punzadas en los huevos.
Ya una vez había experimentado esa sensación, un día que por la mañana me hice tres pajas y por la tarde cogí dos veces con mi novia, recuerdo sentir ese mismo dolor y notar que al venirme apenas y me salía leche. Es decir que ese dolor marcaba el hecho de que mis huevos estaban ya casi vacíos.
Mientras me limpiaba note que el glande presentaba algunas marcas rojas, de tanta succión que había recibido de parte de mi primo, mi verga empezaba a lastimarse.
Note que me costaba un poco mantenerme en pie, las piernas se me doblaban, mi cuerpo ya presentaba señales de cansancio, además el sueño empezaba a ganarme.
Revise el reloj y para mí sorpresa eran las tres de la mañana, es decir que mi primito, había estado mamando de manera prácticamente ininterrumpida por casi dos horas, más allá de las pequeñas pausas para atrasar mis venidas, el solo me había pedido parar un par de ocasiones para beber agua.
Lo cual era más que comprensible, si pensamos que de tanto chupar pene, su boca debía salivar mucho y eso le causaba sed.
Pero lo más increíble es que en todo ese tiempo, yo apenas y lo había tocado, el no me había pedido ni un poco de retribución, el había estado contento dándome placer a mi sin pedir nada a cambio.
Entonces mi cabeza se iluminó, sabía que está maravillosa noche, estaba por llegar a su fin, pero aún me sentía capaz de un último round. Y en esta ocasión le pagaría todo el placer que me había dado, haciendo gozar a su culito
Desde que lo ví en la fiesta, deseaba hacer mías esas gordas nalgas e incluso el me había dicho que también quería probar mi verga en su culito. Solo que de tanto que ambos disfrutamos la larga sesión de mamadas, habíamos dejado de lado su culo.
La mejor manera de terminar es anoche, de cerrar con broche de oro, era darle a mi primo su primera enculada. Esta idea me revitalizó, me sentí aún con fuerzas y mi verga estaba dispuesta a una última vez, pero ya nos sería en lo boca del putito.
Cuando regrese al cuarto me di cuenta que él también lucía cansado, incluso vio con algo de pesar como mi verga medio parada se balanceaba entre mis piernas.
– ya casi terminamos primito, pero como te dije al inicio de aquí no te vas sin que te meta la verga en ese culito divino.
Al igual que yo, esta idea le dió fuerzas, sonrió y levantándose de la cama busco algo en su mochila me lo puso entre las manos. Era un pequeño bote de vaselina.
– si primo, me encanta la idea, ya quería que me lo pidieras, mira como ya estoy preparado para eso.
La putita de mi primo me iba entregar su rico culo, y eso sería un final perfecto para esa noche.
Como sigue? necesito mas.
Excelente relato… como sigue?
Como sigue?
Gran relato… Menudo calentón me has provocado… como sigue?
Que delicia de relatooo, tengo la polla húmeda aun de la excitacion que tengo. Así da gusto masturbarse.
Que delicia de relatoo… Menuda paja me he hecho.
Menudo excitacion me provoca esta historia… necesito mas.
Como sigue? 💦💦
Que maravilla de relato… así da gusto hacerse una paja. Como sigue?
Muy relato…. como continua?
Uufff me encanta lo putito que es tu primo… Y lo adicto que es a chupar verga