Como convertí a mi primito menor en mi putita mamadora CAP 4
La noche estaba por llegar a su fin, pero para cerrar con broche de oro, esta vez ya no me atendería con la boca, había llegado la hora de estrenarle el culito a mi primo putito .
«mamatón» fue una palabra que inventamos con mi primito un poco después, para referirnos a esa noche, resultado de mezclar las palabras mamada y maratón.
Y es que no hay mejor terminó que defina lo que esa noche paso en mi cuarto entre la 1 y las 3 de la mañana.
Afortunadamente más adelante hubo otros
«mamatónes» pero no nos adelantemos, volvamos a esa noche, justo donde lo deje en el capítulo anterior.
Pues bien, fue un delicioso mamatón de dos horas, en las que la boquita de mi primo chupo y chupo verga sin apenas descansar. Durante todo ese tiempo yo sentía que me volvía loco de tanto placer ininterrumpido que me había dado y lo mejor de todo era que lo había hecho sin pedir nada a cambio, pocas veces en mi vida me he encontrado con personas dispuestas a hacer algo así, se requiere de encontrar una buena putita para eso, tal como lo era mi primo.
Increíblemente mi verga había aguantado tal mamatón, sin perder dureza, pese a las múltiples veces que había escupido la leche.
Pero el cuerpo tiene sus límites y nosotros ya estábamos alcanzando el nuestro. Me sentía agotado, me ardía el canal de la uretra, y la cabeza de mi verga presentaba un enrojecimiento extraño.
Creo que soy de los pocos afortunados, que saben que, tras muchísimas mamadas, la verga se lastima y duele. Y la verdad que nunca lo habría descubierto de no ser por el putito mamador de mi primo.
Él también se veía cansado y somnoliento, seguramente si le hubiera dicho que durmiéramos, lo habría aceptado sin problemas.
Pero en el último momento, recordé que, desde la tarde, había deseado enterrar mi verga entre esas ricas nalgas de putito de 13 años, tan gorditas, firmes y levantadas. Su culito parecía un delicioso durazno de carne.
Él también lo deseaba, me confesó que desde hace años soñaba con darme la virginidad de su pequeño ojete, llegando incluso a meterse los dedos y hasta algunos objetos pequeños, con la idea de irlo preparando para mí.
Lo que pasó es que disfrutamos tanto de la larga sesión de mamadas, que lo habíamos olvidado. Pero en cuanto se lo recordé el muy putito se puso bien feliz y hasta me dio un bote de vaselina que ya traía preparado para esa tarea.
La idea de tener nuestra primera experiencia anal, nos revitalizó, sacamos fuerzas de la flaqueza para tener un último encuentro, pero está vez ya no sería su boca la encargada de atender mi verga, está vez sería su rico culito….había llegado la hora de estrenar ese agujero.
Solo me puso dos condiciones para entregarme el culo, la primera fue que fuera cuidadoso y no lo lastimara, y la segunda fue que no me viniera dentro de él.
Sigo sin explicarme como a alguien le puede gustar tanto la verga y al mismo tiempo, tenerle asco al semen. Pero así era mi primo.
– supongo que ya se lo has hecho a otros niños ¿No? ¿Ya sabes cómo hacerlo sin lastimarme? Me dijo luciendo un tanto nervioso y preocupado.
Le dije que sí, que no se preocupe, pero solo fue una mentira para calmarlo. En realidad, mis únicas experiencias habían sido justamente con él, cuando éramos niños, pero en ese entonces mi verga era muy pequeña y francamente, ninguno de los dos sintió nada.
Después de eso yo me centraba en meter la verga en alguna boquita y que me la chuparan, más adelante con la única que había cogido era con mi novia, y con ella solo había sido sexo oral y vaginal, ella no había querido ni intentar el anal, pese a que yo le había insistido mucho.
Pero, aun así, tenía mucha teoría del porno y pláticas con amigos, así que tenía muy claro que había que ir abriendo el culito de mi primo de a poco, antes de meterle toda la verga.
Le ordene que se quitará el tanga de encaje negro que había traído puesto desde el inicio. Vi por primera vez su pequeña verga joven, de unos 8 cm y totalmente lampiña, el tanga tenía una enorme mancha de líquido, no sé si mi primo se había venido en algún momento durante el mamatón, o era puro jugo pre seminal, debido a la excitación de haber estado mamando mi verga por tanto tiempo.
Tras eso le dije que se subiera en mi cama, y se pusiera en cuatro, apuntando el culo hacia mí.
¡Madre de dios bendito! La sangre me regreso a la verga en cuanto lo vi en esa posición.
-¡Pero que puto culote más rico tienes primo!
Me seguía costando creer que semejante culo gordo y levantado, era de un hombre, de hecho, su fina espalda, piernas bien formadas e incluso la peluca rubia, ayudaban mucho en la confusión, si no fuera por qué entre sus piernas colgaban unos pequeños huevitos, de verdad que cualquiera pensaría que era una hermosa y culona nena de 13 años la que me ofrecía las nalgas sobre la cama.
Le ordene que recargará la cara y pecho en la cama, parando más su rico culazo y que usará las manos para separarse las gordas nalgas.
-¡Mmmmm pero que manjar! ¡Mira nada más ese culito rico que tienes! Se ve delicioso, no sabes cómo me calientas putita.
Mi primo reía alagado, moviendo el culo de un lado al otro para antojármelo, exhibiéndose como putita ante su macho.
Entre sus nalgas bien abiertas, asomaba su delicioso ojete, Lucia bien cerrado y bonito, me calentaba imaginar cómo iba a acabar bien abierto.
El espectáculo que me estaba dando era tan bueno, y estaba teniendo muy buenos resultados en mi erección que quise ver más.
Cuando se lo dije, le encantó la idea, como a cualquier putita le gustaba calentar a su macho y sentirse deseada. Le pedí que me enseñará como se masturbaba el culito, dándole instrucciones precisas de que cosas debía decir. Él se mostró un poco avergonzado, pero una vez que empezó, no hubo quien lo parara, claramente se calentó muchísimo haciendo lo que le indique.
Quiero describir a detalle ese momento.
Cómo dije él estaba sobre la cama, el pecho contra el colchón, con ese culo gordo y femenino levantado, mecía las nalgas de un lado al otro y se las separaba con las dos manos, sus huevitos se balanceaban entre sus piernas.
– mira primito jijiji, mira el culito que te vas a comer, que vas a estrenar con tu vergota, mira que chiquito está, ya quiero que me lo abras, que me metas todo tu camote hasta el fondo…está putita quiere que le su macho le dé verga a su culito jijiji. Decía muy cachondo con esa vocecita femenina que hacía.
El siempre tan delicado en su actuar, era la primera vez que lo escuchaba decir palabras altisonantes. Pero es que decía justo lo que yo le había ordenado.
Verlo y escucharlo así, me puso muy mal, yo respiraba con pesadez y apretaba las quijadas tanto que me dolían las sienes.
Le acerque el tarro de vaselina, sin cambiar la posición en la que estaba metió el dedo índice de la mano derecha hasta el finde del tarro.
– mira primito, mira cómo voy a empezar a prepararte mi culito para que le metas esa vergota de macho que tienes. Diciendo eso empezó a acariciar con el dedito lleno de vaselina su pequeño ojete de forma circular. Hummmm que rico siento, me encanta jugar con mi culito, así lo preparo para ti.
Una vez que su ojete brillaba por la vaselina, puso la punta de su dedo en la entrada y presiono con cuidado, su culito, dando muestras de que estaba más que acostumbrado a esas caricias, se fue abriendo y sin muchas complicaciones se tragó el dedo hasta el nudillo.
Acerque mi cara para ver mejor ese caliente espectáculo, no todos los días tienes a un putito culon de 13 años metiéndose los dedos en el culo frente a ti.
El empezó a mover el dedo, pero no lo hacía de adentro a afuera, como sería lo normal, en realidad movía el dedo en círculos dentro de su culo, como acariciando las paredes rectales.
– ho…ho…hoooo…mmmm sí, que rico mi culito…que rico mi culito…mmmm bien apretadito….mmmm quiero verga ho…hooooo…mi culito quiere vergaaa…mmmmm, decía bien cachondo mientras que sus nalgas se movían en círculos.
No pude continuar al margen, quería jugar yo también con ese culito, cuando se lo dije el retiro su dedo despacio, pude ver qué su ojete ya presentaba una dilatación de algo así como medio centímetro. Verlo dilatado y lleno de vaselina, lo hacían lucir todavía más apetecible.
Unté uno de mis dedos con la vaselina y con mucho cuidado fui presionando, el ojete se abrió un poco más, pues mi dedo era más gordo que el de él, pero, aun así entro con bastante facilidad, despacito, pero sin pausas, le metí todo el dedo.
¡Que culito más maravilloso, bien caliente y apretado!
Empecé un mete y saca, la vaselina hacía un ruido de chapoteo que me hizo perder la cabeza, mentir la otra mano entre sus piernas y empecé a acariciar sus huevitos.
– hooooo….primitoooo….hooooooo….siiiii
Ese fue el único momento de la noche en la que yo me dedique a darle placer a él, mi dedo entraba y salía de su culito cada vez más rápido y fácil, y la otra jugaba con sus pequeños huevitos suaves. Estuve así unos minutos, escuchándolo gemir como verdadera putita.
– hoooo primoooo, que delicioso….hummmm…me tienes bien caliente, dame tu verga, primito, damela a mamar, mientras me metes ese deditooooo bien ricoooo… hoooo…te quiero sentir dentro de mis dos hoyitos al mismo tienpoooo hoooooo.
La idea me encantaba, me senté sobre la cama, con la espalda contra la pared y las piernas extendidas. Él se acostó en posición fetal dándome la espalda, con la cabeza en mis piernas, así él tenía a su disposición mi verga para mamarla y yo estirando el brazo podía seguir dándole dedo a ese culito.
– mmmmm me encanta esto primo, me encanta sentirte dentro de mí boca y culo al mismo tiempooooo hoooo pero que ricooooo.
A mí también me estaba encantando estar así, con mi verga siendo mamada y mi dedo entrando en su culo, que cada vez se abría más y más.
Le tuve que pedir que succionará con mucho cuidado, pues tenía la verga muy lastimada, el me hizo caso y pronto el placer se apoderó de mí, de haber sabido que esto era tan bueno lo habríamos hecho así desde hace rato.
Pero la cosa se puso todavía mejor, mientras mamaba con cuidado, la mano con el dedo con vaselina me empezó a acariciar los huevos, y entonces llevo ese dedo un poco más abajo y empezó a acariciar mi ojete con el dedo.
-¿Me dejas jiji? Te va a gustar vas a ver.
Le dije que sí y entonces su dedito se fue introduciendo en mi culo, era tan delgado, pequeño y lleno de vaselina, que no le costó nada entrar, el putito de mi primo que ya tenía mucha experiencia dándose placer anal con ese mismo dedo, pronto encontró las partes más sensibles dentro de mi culo y empezó a estimularlas.
Casi me explota la cabeza, era un auténtico delirio sentir su boca succionando suavemente la cabeza de mi verga, una mano subía y bajaba por el tronco, mientras que la otra estimulaba los huevos, con la punta de un dedo en mi culo. Creí desmayarme de tanto placer.
Mientras tanto, ya le había enchufado un segundo dedo en su culito, por lo que el gemía como putita.
Nos abandonamos a ese placer, quedándonos así mucho rato, ambos gozábamos y hacíamos gozar al otro.
Me hubiera encantado quedarme así por horas, era tan rico que no quería parar, pero debí hacerlo, pues no quería terminar sin probar su culo.
Pero me quedo más que claro, que debíamos repetirlo más adelante.
Lo acosté boca abajo, con un par de almohadas bajo su pelvis y le dije que de nuevo se abriera las nalgas, su culito ya estaba unos 2 centímetros dilatado, ya se podía ver si rosado interior. Volví a meterle dos dedos sin problemas y mientras los movía con velocidad le pregunté que sentía.
– siento ricoooo…creo que es lo más abierto que lo he tenido.
– ¿Seguro? ¿Qué es lo más grande que te has metido al culito?
– mmmm una zanahoria….ufff pero era un poco menos ancha que tus dos dedos…
Imaginar a ese putito culon, con una zanahoria entre las gordas nalgas, era algo que quería ver, más adelante lo haríamos.
Mientras le seguía dando con los dos dedos, abriendo su culito, note que el levantó la pelvis y llevo una mano a su verguita, el muy putito empezó a hacerse la paja mientras que yo le metía los dedos.
– hoooooo….que placer….mmmmmm por los dos lados….haaaaa, así primito, así es como tú putita se masturba pensando en tiiii….hoooo…con mi mano en mi verga y metiendo cosas en mi culoooooo….hooooo…
Deje por un momento los dedos bien enterrados en su culo, dejándolo gozar con su paja, pero entonces mi verga empezó a dar pequeños saltitos, desesperada, rogando por sustituir a mis dedos en el culo de mi primo.
Decidí darle lo que pedía, ya eran suficientes preparativos, había llegado el momento de enterrar mi verga en ese culo rico.
Cuando se lo dije, se mostró de nuevo atemorizado, pero al mismo tiempo expectante y muy cooperador.
Me subí sobre él, aplastando su pequeño cuerpo bajo el mío.
Quiero recordarles, pues a mí me calienta cada vez que lo hago, que éramos un par de primos teniendo sexo gay e incestuoso. Uno de 13 años y como 1.55 cm de estatura, bien putito, delicado y bonito, con sus labios pintados de rosa y una peluca rubia puesta, parando un hermoso culito gordo en forma durazno y abriéndose las nalgas con ambas manos.
Sobre el su primo de 18 años, con 1.86 metros de altura, con un cuerpo fuerte y musculoso, sudado y hambriento de sexo, con una verga de 19 cm bien dura y gorda, apuntando al culito del menor, a punto de meterla entre esas gordas nalgas.
Si me lo permiten, era una imagen más que cachonda y sumamente morbosa. Una de la que me siento muy orgulloso de haber formado parte.
Ver cómo su ojete se abría y cerraba como una boca pidiendo alimento, me hizo saber que estaba a punto de sentir uno de los mayores placeres de mi vida.
Esparcí una buena cantidad de vaselina sobre la cabeza de mi verga y recargué la punta en ese pequeño ojete, me concentré totalmente en mi verga, quería saborear cada una de las sensaciones que el culito de mi primito nalgón y putito me iban a dar.
Pude sentir ese culito bien lubricado por la vaselina, aun así, la superficie era rugosa, moví mi verga haciendo círculos por toda la circunferencia de ese círculo. Pude ver qué mi primito ponía los ojos en blanco y respiraba aceleradamente, él también lo deseaba mucho.
Bajé las caderas con mucho cuidado, y mi verga empezó a presionar contra el ojete, esperaba algo de resistencia, pero entre lo dilatado que estaba por mis dedos y la gran cantidad de vaselina, mi verga resbaló muy despacio y sin problemas. Claramente pude sentir en la punta de la cabeza, como un pequeño anillo de carne se iba abriendo a su paso.
El anillo era lo más apretado, una vez superado, me esperaba un canal bien estrecho, suave y caliente.
– hummmm…hummmm mi primo empezó a pujar.
Sin mayor problema, sentí que el anillo se iba abriendo, dejando pasar la parte más gorda de la cabeza. Y la sensación era exquisita.
– no, no,no,no…esperaaaa….hay, que me duele, me abres mucho mi anoooooo….arde muchooo.
Me quedé quieto, un poco sorprendido, mi verga había empezado a abrirse camino con tal facilidad, que no esperaba que a él le doliera. Pero solo esperé unos segundos y empujé un poco más, y así, le enchufé toda la cabeza.
Me invadió una sensación increíble, el cuerpo me temblaba de tanto placer. Jamás había sentido una presión tan deliciosa en la cabeza de mi verga.
El empezó a rogar que por favor se la sacará, que le dolía mucho, sentía el culito tan abierto que creí que se lo iba a reventar. Y de verdad que parecía estar sufriendo mucho, pero yo que estaba recién probando esa ricura de culito, era simplemente incapaz de detenerme, tenía que llegar al final si o si.
– tranquilo primito, le dije acercando la boca a su oído, ya tienes toda la cabeza adentro y ¡Joder primo, es que tú culo es delicioso! ¡Me matas de placer!
Le expliqué que ya la parte más gorda de mi verga había entrado y que su culito no se iba a abrir más, le dije que me quedaría quieto para que se acostumbre.
El pobre de verdad que trato de calmarse, respiraba profundo para soportar el dolor, pero su cara estaba desencajada, la estaba pasando de verdad mal.
– me prometiste que no me dolería…por favor ya sácalo…te la chupo otra vez , pero ya deja mi ano en paz, te lo suplico.
Pero para serles franco, verlo así, soloe excitaba más, y su culito era tan delicioso que no me iba a detener por nada del mundo. Espere un poco más, pero volví a empujar un poco y ahí va, más carne dura y gorda a enterrarse en su culito.
– noooooo…hooooo…no me metas más peneee…haaaaa….arde…
Empezó a retorcerse tratando de escapar, pero estaba atrapado bajo mi cuerpo, no tenía manera de salir de debajo de mi, además sus movimientos solo hicieron que más verga se deslizara por su culo.
Ya tenía una tercera parte de mi verga dentro, me levanté un poco para observar el espectáculo y fue increíble, mi verga estaba tan grande que hasta a mí me espantó, y se veía delicioso como estaba dentro de esas nalgas gordas.
Por más que suplico y chillo, no pudo hacer nada para impedir que poco a poco mi verga se fuera hundiendo más y más, ya íbamos por la mitad, cuando creo que al fin se rindió.
– solo acaba, rápido por favor…acaba y sacamela, que ya no aguanto…
Ya se había dado cuenta que rogarme no servía de nada, que solo se liberaría del suplicio si me hacía venir.
– bueno, pero entonces aguanta un poquito más, voy a empujar otro poco.
– ok…pero con cuidado, con cudaditooooo…hoooooo….me estás matandoooo!!!
Ya íbamos por la mitad y mientras más verga le entraba, más rico era para mi y más doloroso para el. Yo estaba en el mismo paraíso y el en el infierno.
El pobre apretaba los dientes y su frente estaba perlada en sudor.
– ya no te voy a a meter más la verga primo, con esto me basta por esta noche, más adelante, cuando tú culo esté más acostumbrado intentaremos ir más.profindo.
– ok…ok…pero por favor ya no te muevas…
– buenos, me quedo quietooo….hooouummm…primito puto…pero que rico culo tienes, es lo más rico que hay…aprieta las nalgas primo, aprotelad como cuando cagas, haaaa…siiii….asiiiii…
Mi primo me hizo caso, de nuevo era una buena putita comprometida en esforzarse por satisfacer a su macho.
Cada vez que apretaba yo sentía la gloria, pero son queres cuando aflojaba un poco de mi verga se metía por si sola debido a la relajación de su esfinter.
Aunque se quejaba mucho del dolor, seguía dándome apretones y mi verga se fue metiendo hasta casi dos terceras partes.
– haaaaaaaaaaaaaaa…noooooooo!!!
Grito con tanta fuerza la última vez que se le introdujeron un par de centímetros más, que francamente me espanto, tuve que taparle la boca y estuve a punto de sacarle la verga.
Mi miedo no era por haberlo lastimado, era en realidad por qué había gritado tan alto, que pensé que difícilmente mis padres no lo escucharían desde esu cuarto.
– callate pendejo, te van a oir mis papás.
– perdona, es que me dolió mucho…
Nos quedamos quietos, sin hacer ruido, escuchando si alguien venía, milagrosamente nadie nos escuchó.
Más tranquilos empecé a retirar mi verga de su culo, con cuidado para que no fuera a gritar. Mi idea era dar por terminada esa primera enculada, pero conforme me verga iba saliendo, sentía las caricias de su recto y esto volvió a encender mis motores.
Le dejé solo la cabeza y unos cuatro centímetros de tronco dentro y le dije que así me movería, sin meterle mas verga.
Pese a su suplicio estuvo de acuerdo con esta idea, y así empecé a mover mi verga, metiendo y sacando solo unos dos centímetros con cada movimiento. Lo hacía con mucho cuidado para que no le doliera de más.
Curiosamente mi primo acepto esto sin problema, se fue acostumbrando y de pronto empezó a decir que ya empezaba a sentir rico. De hecho llevo su manita bajo su cuerpo y empezó a hacerse la paja.
Pese a que solo era la punta la que estaba dentro de su culito, eso era suficiente para darme mucho placer, yo babeaba su nuca mientras me movía, diciéndole entre dientes lo rico que era cogerme ese culo gordo.
– me duele…pero es rico…y me gusta saber que estás dentro de mi…te prometo que lo seguiremos intentando primito, te quiero mucho y quiero que disfrute
Como sigue??
Gran relato… Como sigue?
Como sigue?? Necesito mas
Excelente relato… Como sigue??
Como sigue??
Menuda excitación… Necesito mas..💦🔥🤤
Muy buen relato
Gran relato…como sigue?