Como convertí a mi primito menor en mi putita mamadora CAP 8
Ahora les cuento cómo fue el segundo maratón de mamadas, en donde gracias al alcohol mi primo putito se atrevió a hacer cosas bastante sucias..
Se que llevo varios capítulos, diciendo que está historia está llegando a su fin. Pero es que cada vez que empiezo a escribir, voy recordando sucesos o me da por dar detalles de cómo eran los encuentros con mi primo, y esto hace que la historia se alargue y que no avance mucho en la trama.
He decidido que esto durará lo que tenga que durar y seguiré contando está historia sin presionarme por terminarla.
En el capítulo anterior les conté como fue que gracias a qué los tíos se compraron un departamento, al fin mi primo y yo tuvimos un lugar donde coger sin problemas, no había prisas ni miedo a ser descubiertos.
Durante los primeros meses tuvimos sexo a diario, mi putita rica me deslechaba con la boquita mamadora y el culito tragón, varias veces al día. Simplemente no nos cansábamos ni aburríamos de coger como conejos. Además, esa fue la etapa de mi vida en la que más sexo tuve, pues además de mi primo, mi novia me deslechaba un par de veces a la semana usando su boca y su caliente conchita húmeda.
Mi primo y yo éramos jóvenes, llenos de energía y con el instinto sexual a tope, él tenía 13 y yo 18.
Pero tras unos meses, debimos limitar nuestros encuentros, pues el empezó a tener actividades por las tardes, mientras que yo debí empezar a tener cuidado, ya que, tanto a mi novia, como a mis amigos, les empezaba a resultar sospechoso que yo me desapareciera por las tardes.
De hecho, con mi novia empezamos a tener fuertes discusiones, ella estaba segura de que yo debía tener alguna amante, pero de quien menos sospechaba era de mi primo.
Así que ahora, mis visitas al departamento de mi primo se limitaron a los miércoles. Esto obviamente disminuyó la cantidad de sexo, pero aumento mucho la calidad, pues ahora que pasábamos días sin vernos, los encuentros eran aún más intensos y deliciosos, debido a las ganas acumuladas.
Por aquella época, se dio el segundo mamatón, que para quien no lo sepa, era un término que nos inventamos, que significan una sesión maratónica de mamadas, pues la incansable boquita de mi primo, podía mamar por horas, si se lo proponía.
Ese segundo mamatón, fue el regalo de cumpleaños que me dio mi primo, justamente el día que cumplí 19 años.
Lo planificamos todo muy bien. Pasamos tres semanas sin contacto sexual, para que nuestros cuerpos estuvieran rebosantes de energía y deseo, listos para aguantar el mamatón.
Yo les pedí a mis padres que me prestará la casa para hacer mi fiesta de cumpleaños, cosa que ya había hecho en años anteriores, así que se fueron a quedar el fin de semana a otro lugar.
Tanto mis padres, como los tíos, sabían que mi primo estaba invitado a mi fiesta y que se quedaría a dormir el fin de semana en mi casa. Lo que no sabían es que en realidad él era el único invitado, que pasaríamos todo el fin de semana solos en mi casa, y que la verdadera fiesta, sería la que tendría mi verga dentro de la boquita mamadora del putito de mi primo.
Tras dejarme bien surtido de cerveza, mis padres se fueron el sábado al mediodía, regresarían el domingo por la noche.
Mi primo llegó a mi casa a eso de las 2 de la tarde y de inmediato subió a darse un baño, quería estar bien limpio y arreglado para su macho.
Mientras tanto, yo lo esperaba desnudo en la sala, mi verga ya estaba bien dura, expectante por lo que se le venía, bebía la primera cerveza de la tarde y tenía una película porno en la tv.
No sé en otros lugares, pero en México, al acto de tomar alcohol, coloquialmente se le dice «chupar» así que esa tarde ambos chupamos. Yo chupe cerveza y mi primo chupo mucha, pero mucha verga…aunque también chupo otras cosas jejeje.
Cuando estuvo listo, mi primo bajo bien perfumado, llevaba la boquita pintada de rojo intenso y usaba gloss, lo que hacía que sus labios brillarán, haciéndole una boquita de puta mamadora. Llevaba un muy bonito tanga de encaje nuevo, rojo a juego con sus labios, su culazo lucía increíble con ese tanga metido entre las gordas y firmes nalgonas que tenía. Por último, llevaba puesta esa peluca rubia que tan bien le quedaba.
Cómo siempre, al verlo, uno no podía dejar de creer que era una hermosa nena de 13 años. Con un cuerpecito joven y sensual.
Teníamos muy claras las reglas que seguiríamos queríamos que ese mamatón, fueron lo más largo y rico posible.
La dinámica sería que el me atendería solo con la boquita, chupando con calma, yo debía tratar de aguantar el mayor tiempo posible, pero estaban prohibidas las pausas, una vez que su boca empezará a chupar, no debía parar hasta sacarme la leche, sin importar que yo me viniera a los pocos minutos o si aguantaba una hora. Entonces descansaríamos unos minutos, y tras eso, su boquita volvería a mamar verga. Y así, hasta que ya no pudiéramos más.
Cómo siempre, mi primo empezó por recorrer todo mi cuerpo con sus manitas suaves, acariciando cada centímetro de piel, para luego hacer el mismo recorrido con sus labios y lengüita juguetona. Le gustaba especialmente chupar mis pezones, lo cual me daba escalofríos.
El mamatón, empezó a eso de las tres y media de la tarde. Mi putita se arrodilló entre mis piernas, como había hecho Miles de veces.
-¡Huy, primo! Yo creo que este regalito me va a gustar mucho a mí también jiji ¡Me voy a dar un banquete con este palote, mira nada más como lo tienes! Ya está bien duro, se ve que ya quiere que lo chupe jiji…hay, ya hasta le está saliendo un poco de juguito…
Tras decir eso recogió con la lengüita los jugos de verga, que escurrían desde la punta y se quedó dándole lengua a la cabeza, dibujando círculos. Estuvo lamiendo mi verga por mucho tiempo, no dejo un solo milímetro de verga y huevos sin pasarle la lengua.
Lo hizo por tanto tiempo, que yo pude terminar dos cervezas mientras disfrutaba de esas lamidas. Me puso tan caliente que le ordene que se pusiera en el sillón para darle a su culito.
– no, no, no tu querías un mamatón ¿No? Pues eso te daré, hoy solo mi boquita va a jugar con tu verga…si mañana quieres te daré mi culito, pero hoy relájate y disfruta de tu regalo de cumpleaños jiji.
Procedió a engullir la cabezona de mi verga en su boquita y empezar a darle esas succiones tan ricas, que solo él me sabía dar. Con eso, en pocos minutos me hizo venirme como loco. Él me limpio con unas servilletas, tomamos un descanso y tras eso, comenzó con la segunda mamada de la tarde. Y así seguimos.
La tarde era perfecta, ambos disfrutábamos enormemente de ese mamatón. Además, nunca había tomado alcohol mientras mi primo me atendía la verga y estaba siendo una gran experiencia, pues yo estaba más caliente de lo normal y aguantaba por mucho más tiempo las mamadas de la dulce boquita de ese putito mamador.
Para cuándo me hizo acabar por tercera vez en la tarde, mi primo quiso tomar un poco de agua. Pero le dije que mejor bebiera cerveza, él se negó pues nunca había tomado alcohol.
Pero termino aceptando cuando le dije que así su boca se enfriaría y me haría gozar más, así que él empezó a tomar media lata de cerveza en sus descansos. Y si bien, ciertamente era muy agradable sentir su boca fría mamando, en realidad yo quería que el bebiera para ponerlo borracho, pues quería ver si así se atrevía a hacer más cosas.
Después de un rato, el alcohol empezó a hacerle efecto, se veía más cachondo de lo normal, chupaba verga con más ansias, estaba muy sonriente y juguetón.
Gracias a su borrachera, logré que me hiciera tres cosas fantásticas y muy sucias, esa tarde.
La primera de ellas, fue cuando en un momento se estaba comiendo mis huevos, abriendo la boquita lo más posible para albergar todo mi escroto en su interior, mientras le pasaba la lengua.
– chupa más abajo, dame lengua en el perineo, le ordene al tiempo en que yo mismo levantaba mis piernas y las sujetaba contra mí pecho, exponiéndome por completo ante él.
Sin dudarlo, dejo mis huevos en paz y bajo la carita un poco para hacer círculos en mi perineo, cosa que hacía con cierta frecuencia y siempre era delicioso.
Tras disfrutar un rato de esas caricias le ordene que su lengua bajara un poco más. Él me miró con una sonrisa de complicidad y traviesa, sabía perfectamente lo que le estaba pidiendo.
No sé cómo fue que lo descubrí, pero sé que desde muy pequeño siempre he tenido el fetiche de recibir una buena mamada de culo. Me encanta la sensación de una boquita caliente y húmeda chupándome el ojete. Pero no solo es la sensación, es que me parece un acto sumamente sucio y de sumisión para quien me lo hace. Y al mismo tiempo me hace sentirme poderoso y dominante.
Si recuerdan, desde que éramos niños, mi primo le había dado lengua a mi culo varias veces, pero no era algo que le gustará mucho, lo hacía raras veces para complacerme, y siempre le daba solo unas pocas lamidas por el exterior a mi ojete.
Pero esa tarde fue distinto, gracias al alcohol, mi primito se dedicó a darle lengua a mi culo por mucho tiempo, y ahora se atrevió a meterla hasta el fondo de mi ojete, su boquita hacía sonidos de chasqueo cuando su lengüita iba y venía, dentro y fuera de mi culo, ensalivado su interior y exterior y llevándome al paraíso con lo rico que se sentía.
Y no solo lo hizo una vez, durante el resto del mamatón, su boquita bajaba a atender mi culo con bastante frecuencia. Me dio mucho placer anal con la lengüita. Fue magnífico. Y solo una vez me dio una mejor comida de culo, pero fue más adelante. Ya llegaremos a eso.
La segunda cosa a la que se atrevió esa tarde, fue que, por primera, y tristemente única ocasión, me dejó venirme dentro de su boquita mamadora. Pese a que para ese punto él ya estaba muy tomado, me costó bastante convencerlo, pero finalmente acepto.
– solo por qué es tu cumpleaños primito, para que veas cuánto te quiero.
Cómo recordarán, si bien a mi primo le encantaba mamar verga, el semen le provocaba asco y no me dejaba terminar ni dentro de su boca ni de su culo. Hasta ahora lo más que había permitido era que yo me deslechara sobre sus nalgas o espalda.
Yo esperaba qué al probar mi leche, le gustará o que al menos le fuera perdiendo el asco, pero no fue así, me dejó venirme en su boca y lo sujete para obligarlo a tragar mi leche, pero termino corriendo al baño y casi se vomita.
De cualquier manera, para mí fue delicioso poder venirme, aunque fuera una vez en su boquita.
Se que, en capítulos anteriores, he recibido comentarios en los que se me critica por no decir que a mi primo le gustaba tomarse la leche. Pero les recuerdo que está historia es real y no quiero inventar detalles.
La tercera cosa que hicimos esa tarde gracias a qué mi primo estaba borracho, fue tan sucia, que ni siquiera yo me la había imaginado. De hecho, fue lo más cerdo que hicimos en toda nuestra relación.
Cómo deben saber, el beber cerveza tiene un efecto colateral, y es que empiezas a orinar mucho y muy seguido. Consideremos que esa tarde yo bebí varios litros de cerveza mientras gozaba de la boca de mi primo puto, recorriendo mi verga, mis huevos y hasta mi culo.
Así que mi vejiga estaba constantemente a reventar de orina y eso, más el hecho de que mi primo no paraba de succionar mi verga. Me empezaron a hacer que tuviera que orinar casi que cada 15 minutos.
Si bien iba en contra de las reglas, ya cuando él mamatón iba bien avanzado, tuve que empezar a interrumpir las mamadas para ir a orinar al baño.
Cada que iba al baño, mi primo me esperaba pacientemente y reanudaba la mamada sin problemas, sin siquiera preguntar si me había limpiado la verga.
Pero de pronto me dijo que quería verme orinar, así que me acompaño al baño.
– wooooow primito…hasta para mear eres todo un macho, mira nada más que chorrote te sale, pareces toro jijiji.
Me sorprendió mucho ver qué él tenía una cara de puta cachonda mientras me lo decía. Pero más me sorprendió que la siguiente vez que fuimos al baño me pidió que le dejara sujetarme la verga.
Fue sumamente cachondo sentir su manita tomando mi dura verga mientras orinaba, apuntando al inodoro, mientras me veía con deseo.
Le gustó tanto hacerlo, qué quiso repetirlo durante las siguientes meadas y antes de darme cuenta el muy putito borracho, ya me masturbaba mientras yo meaba, sin preocuparse que su mano quedaba impregnada de orines.
Luego ya no solo era mi verga, también me metía un dedito en el culo mientras meaba. Incluso llegó a arrodillarse detrás de mí, así me agarraba y pajeaba la verga con sus dos manitas, pasándolas por mis costados, al tiempo que me metía la lengua en el culo.
Esas tuvieron que ser las mejores y más ricas meadas de mi vida jeje. Me gustaba ver a mi primo, bien putita servicial y ahora hasta sucia, jugando con mi cuerpo mientras que yo meaba.
Estábamos tan tomados, que francamente no recuerdo cómo se dieron las cosas, pero el siguiente paso era lógico. Me dejó orinar sobre él.
Mi primito que era tan delicado, recatado y siempre estaba limpio y arreglado, disfruto de que su macho lo bañara con una lluvia dorada.
Fueron tres veces, la primera él se puso de pie sobre el suelo de la regadera y dejo que mi chorro de meadas le cayera sobre las piernas.
– hooooo….pero que calientita está tu orina….mmmm se siente bien sabroso jijiji. Me decía de forma muy cachonda.
Me moví un poco para que el chorro de orina le cayera sobre la verguita y huevos, bañando los junto a la tanga roja de mi orina. Y pude ver qué a él le encantó. Lo hice girar, para que los últimos chorros le bañaran esas gordas y bien formadas nalgas de putita culona.
Tras eso abrimos la regadera, para que él se limpiará con el agua, tras eso salió totalmente desnudo, a seguir mamando verga muy feliz.
La segunda vez, hice que se arrodillara y está vez mi chorro le cayó en el pecho, escurriendo por todo el frente de su cuerpo, para irme girando y también mearle la espalda.
La última vez, fue la más caliente, pues está vez le bañé esa carita infantil con meados, quitándole el maquillaje de paso.
Así que esas fueron las cosas que mi putita me dio está tarde, además de las largas sesiones de placer oral. Me comió el culo como nunca antes, se tragó la leche y me dejó bañarlo en mi orina.
El mamatón terminó ya entrada la noche, acabamos ebrios y cansados, nos dormimos desnudos en el suelo de la sala. Yo estaba más que feliz y satisfecho, mis huevos totalmente vacíos y mi verga estaba roja y dolía de tantas mamadas.
Avanzando en la trama, hay que decir que desde que mi primo volvió al país y se convirtió en mi putita, había pasado ya un año y medio. Y hasta ahora yo había omitido cualquier mención a la existencia de mi novia frente a él. Pues sabía que no se lo tomaría a bien.
Pero fue imposible seguir con la mentira, en un desayuno familiar, la abuela me preguntó sobre mi novia y no pude más que contestar a sus preguntas.
Por supuesto que mi primo enfureció, estaba muy indignado y dolido conmigo. Tanto así que perdimos contacto por casi un mes.
Afortunadamente el cariño que me tenía, más su adicción a los placeres que solo mi verga le daba, le hicieron volver conmigo. Y no le quedó más remedio que aceptar ser » la otra» mi amante secreto.
Todavía nos quedaba más de un año de buen sexo por delante. Pero los siguientes meses fueron una verdadera montaña rusa en cuanto al comportamiento de mi primo.
A veces se mostraba enojado, otras más servicial que de costumbre e incluso llegó a ser casi mi novia. Pero ya habrá tiempo de contarles todo eso en otro capítulo.
Gracias por leer.
Uuufff.. que delicia, gracias por s guir contandonos esta excitante historia 🔥😋
Excelente relato como siempre, es una delicia como escribes
Como sigue?
Me ha encantado el relato, que gustazo la paja que me he hecho y menuda corrida 💦
Que fantasía de relato, me encanta como disfrutas del buen sexo con el putito primito, que suertes tienes de tenerlo en tu vida y de poder disfrutar de su boquita y culito 😋🤤
Gran relato, como sigue?
Que buen relato, me excita demasiado lo putita que es tu primito, seria un lujo tenerlo como esclavo sexual 😉
Como sigue…?
Como sigue? Necesito mas.
Que cachondo me ha puesto esta parte…me ha encantado ver cómo tu primito por fin prueba tu leche 💦💦
Delicioso 😋