Como encontré a Tadeo, el hijo de aquel hombresote
Tadeo era el festejado aquella vez que conocí a su papá y me involucré con él, 10 años después ya es un hombre hecho y bien derecho… así lo conocí porque nunca lo había visto en persona..
Tadeo era el nombre del hijo del tipo que me comí en una ocasión después de ir a correr y me invitara a pasar a su casa.
Fui a una fiesta en un rancho, típica comida de boda y baile que terminó en un descampado en donde es casi tradición terminar ahí después de un baile, al menos si te gusta y quieres seguir bebiendo. En el lugar y con unos alcoholes encima; mi amiga y yo comenzamos a hablar con medio mundo, cabe aclarar que quien me invitó fue ella porque yo ni conocía a los novios. Uno de los chicos en el lugar era muy guapo, varonil, barbón, vestido de vaquerito y esos pantalones le resaltaban unas tremendas piernas.
Nos dijo que se llama Tadeo y pues me sacaba platica y yo a él, pero, por el lugar no podía hacer una movida que delatara algo más, no me quería arriesgar a que se ofendiera y me quisieran partir mi madre entre todos por joto, jajajaja, típico pensamiento machista de estas zonas, aunque todoooos sabemos que hay un chingo de gays encubiertos en ese pueblo y que aparte están bien riatudos.
Ya al amanecer y aun con ganas de seguirla mi amiga me dijo de ir a comprar más alcohol e irnos a mi casa porque estaba el clima ya muy fresco y casi no había gente en el lugar, para pronto Tadeo y un amigo suyo se apuntaron al plan y pues ahí vamos, para mi casa con unos chicos que habíamos recién conocido. Llegamos a mi casa y seguimos tomando, pusimos música, nos quitamos chamarras y wow, ese torso de Tadeo… músculos de trabajar, duros, no estaba marcado de gym, eran músculos de macho trabajador.
Mi amiga a medio día le dio sueño y se fue a dormir, yo me quedé con los dos chicos y el amigo de Tadeo a quien llamaremos Vicente (chente para los compas) me dijo:
-Ya se fue a dormir tu amiga… yo que quería darle unos besos…
-Pues a ver espérame, déjame ver que onda…
Le mandé mensaje y le dije que el chico quería robarle unos besos y afortunadamente a penas se iba a dormir y me dijo “dile que se venga”.
-Vas, arriba primera puerta
-¿Neta?
-Si
Se subió todo emocionado y me quedé a solas con Tadeo.
-Jajajaja, parece que alguien ya agarró.
-Si, ¿no tendrás otras dos amigas que se vengan?
-En todo caso sería una amiga y un amigo.
-Jajajajaja, entonces te gustan los vatos.
-Si, ¿no lo habías notado?
-Algo… si, pero pues uno no juzga
Empezamos a hablar de otras cosas y de vez en cuando me preguntaba que si tenia novio, que si era que rol, que muchas cosas.
-Seamos sinceros ¿alguna vez estuviste con un chavo?
-No… del todo, en la escuela había un cabron que varios del salón dejábamos que nos la chupara cuando teníamos un chingo de ganas, siempre me decía que quería que se la metiera y si le iba a calar una vez… pero me embarró la cabeza el wey y ya le dije que ni madres y nunca volví a aceptarle calarle.
-Jajajajaja, por eso al que le guste que le empujen las tripas debe comer bien, mucha fibra y hacerse su lavado.
-¿Cómo que lavado?
Le expliqué lo que era un enema y para que servía, cosa que le hizo preguntar algo más.
-¿Tu lo traes lavado ahorita?
-Si, ¿quieres calarle?
-Pero arriba esta mi compa. No me espanto, hasta eso mi jefe cuando estaba más morro y que se dio cuenta que ya me andaba empinando morritas me dijo que nomás me cuidara, que le calara de todo y que sin pedos.
-Que open es tu papá, pues no haremos tanto ruido y con la música ni van a escuchar, seguro cogen y se duermen.
-Pues va
Se bajó el pantalón que me permitió ver unas piernas gruesas, velludas, duras, hermosas.
-Primero deja y me lavo un poquito el pito que ya me a de saber bien culero. -Esto mientras terminaba de sacarse las botas y quitarse el pantalón totalmente.
-Así mero, ¿Para que quiero un pito que sepa a jabón? Así como debe saber un pito, mecos, orines, sudor, como es.
Pude ver que su pene dio un brinquito al escuchar eso.
-Pues órale, primero dale unos besitos.
Me bajé a sostener ese pene con mis manos, apreciando que no era una bestia, pero con esas piernas daba una vista hermosa, acaricié su pene, sus huevos, sus piernas velludas, olía delicioso a pito y no aguanté, lo devoré y lo hice erectarse casi a penas mi lengua tocó ese glande hermoso.
-Si traías hambre.
-Mjjm
Lo chupé hasta que el delicioso aroma a pito y huevos desapareció, dejé cubierto de saliva todo, sus pelos empapados.
-Listo, ahora si viene lo bueno
-Siéntate con confianza que un buen hombre se para para que se siente su dama.
Me quité el pantalón y todo lo que me estorbara. De frente me dejé caer en ese pene que después de un rato logró entrar en mi y cuando se adaptó mi culito lo saqué por completo mostrándole que salía totalmente limpio. Así de frente le abrí la camisa y estaba a mi vista un abdomen plano pero rígido, pectorales hermosos, unos pezones igualmente bellos, todo cubierto de una capa de vello que era la cantidad exacta, al subir y bajar aprovechaba mi acceso y besaba, acariciaba y en general me deleitaba con confianza de aquel hombre, porque no sabía si habría otra oportunidad.
Estuvimos así un buen rato y en el momento de que se vino sentí como el agarre de sus manos que estuvieron siempre en mi cadera se hizo más fuerte, sujetando como un macho que obtiene un placer genuino.
-Aaaaah, ya… te los eché
-Si lo sentí.
Creo que le dio un poco de miedo por el tiempo que estuvimos en esa faena y que su amigo bajara, así que se vistió y yo igual.
Seguimos bebiendo y después de nuevo me empinó en la mesa de la cocina, solo sacó su pene y me empinó para después entrar de nuevo en mi, terminar y volver a tomar.
Por ultimo y ya casi siendo las 5 de la tarde me agarró junto a la escalera, me quitó todo de la cintura para abajo, con sus brazos me cargo contra la pared, sacó su pene y así cargándome como si no pesara nada me volvió a poseer.
Ya a las 7 bajaron mi amiga y su amiga, ella me pidió que la llevara a su casa y ellos igual, primero dejé a mi amiga, después les pregunté a los otros donde vivían y Chente me dijo que vivía en el pueblo al que fuimos el día anterior, Tadeo en el mismo pueblo pero sobre la carretera, mas o menos a la mitad del camino. Obvio quería quedarme a solas con Tadeo y cuando íbamos llegando al pueblo les dije.
-Aaay te hubiera dejado a ti primero ¿verdad? Se me pasó, bueno ahorita de regreso, pero no me acordaron.
-Es que nos dio pena- Dijeron casi a la par.
Dejé al amigo y de regreso me metí en un camino secundario y le volví a chupar el pene a Tadeo, hice que se bajara el pantalón a los tobillos para poder disfrutar esas piernas hermosas. Después de 15 minutos lo hice terminar, fueron un par de gotitas porque la mayor parte de su lechita ya estaba dentro de mi.
Emprendimos el camino de nuevo y le pedí el número para quedar en alguna otra ocasión, al llegar a su casa le dije:
-Que bonita tu casa…
Pero algo me hizo click… yo conocía esa casa… yo había estado en esa casa… yo había cogido en esa casa… no una vez… varias en los años que su papá y yo tuvimos encuentros, antes de perder contacto hace 2 años cuando dejó de contestar. Afuera de su casa estaban 3 personas y él se bajó para saludar, yo aun medio sorprendido tardé en salir de su entrada y dio tiempo a que se acercara de nuevo a mi carro para decirme que su papá decía que me tomara una cheve, acepté para no quedarme con la duda, estaba oscuro ya y su papá se metió a sacarme una cerveza, cuando volvió y ya a la luz de un foco de la casa me vio, puso cara de sorpresa, no de espantado, solo sorprendido. Estaba más gordito pero se veía que seguía durísimo de todos lados, con más canas, mas líneas en el rostro que no lo hacían ver mal.
-Aquí tiene joven
Estiró su mano y mientras yo tomaba la cerveza me acarició la mano con sus dedos, los otros sujetos no los conocí, pero tampoco me importaban mucho, en algún momento de la platica creo que cayó en cuenta y volteó a ver a su hijo, después a mi y con un movimiento casi imperceptible le hice señas de afirmación, levanté 4 dedos para que entendiera que 4 veces me dio a tomar lechita, por culo y boca, sonrió leve.
Ya para despedirme les pedí pasar al baño y me siguió, en voz baja me preguntó y le conté muy a grandes rasgos lo sucedido, me dio su número, me dijo que el otro lo había perdido y nunca pudo volver a contactarme.
Salí de esa casa a la espera de volver a ver a Tadeo o a su papá, ambos hombretones que no tienen un pitote como se cuenta de todos los de ese rancho, pero son unos machos en todo el sentido de la palabra.
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