Como inicié en experiencias sexuales con hombres. El primero: Daniel.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me presento, me llamo Manuel y tengo 24 años.
Soy delgado, 1,75 mt de estatura, cabello castaño y ojos oscuros.
Me considero bastante atractivo a pesar de no tener un cuerpo muy atlético; he salido con muchas chicas y he tenido varias experiencias sexuales con otros hombres, uno de ellos y el primero: Daniel.
A Daniel lo conocí en el cumpleaños de mi amigo Javi.
Él iba con otra chica llamada Ana la cual me gustó desde el momento que la vi y me propuse esa noche ligármela (infructuosamente).
Estábamos en un bar, habían varios conocidos míos y otros amigos de Javi, también un primo con su novia y otras personas más.
Temprano, tipo 1:00 am, la gente se empezó a ir y solo quedamos Javi, Daniel, Ana y yo.
Javi propuso que fuéramos a su departamento, ya que el bar se puso aburrido y en cambio en su casa tenía mucho licor y yerba, así que todos accedimos y fuimos hasta allá.
Al rededor de las 3:00 am, y luego de intentarlo demasiado, dejé de acercarme a Ana, era claro que no había onda entre los dos y simplemente dejé de intentarlo, sin embargo seguí bebiendo aun cuando ya estaba bastante subido de tono.
Javi ya muy agotado se fue a dormir y nos ofreció a todos quedarnos porque ya era tarde, así que dispusimos muebles en la sala y nos distribuimos.
Ana se quedó en el sofá grande ya que dijo que no podía dormir con tora persona porque le incomodaba, y a mí me tocó dormir con Daniel en otro mueble.
Yo ya me había enterado en medio de la noche que Daniel era gay, pero hasta ese momento no me importaba porque solo me gustaban las mujeres, pero luego de estar ahí y además muy caliente, por impulso mandé mi mano y lo toqué por la espalda.
Yo tenía mucho miedo porque ni sabía qué estaba haciendo, solo sabía que estaba caliente y que al lado mío había una persona que probablemente me seguiría el juego, y así fue.
Daniel respondió pasando su mano hacia atrás y me empezó a tocar las piernas, luego se dio vuelta y me acercó hacia él tomándome por la cintura.
Para ese momento yo estaba a mil y no dudé en posar mi mano sobre su bulto y el a mi cola, mientras me respiraba en la oreja y la besaba.
Sentía su barba corta como me tocaba la cara, el olor a hombre me encantó y calentó demasiado.
Luego de muchas caricias, Daniel se desabrochó el pantalón para sacar su verga debajo de la cobija, me tomó la mano y la puso sobre ese pedazo de carne que estaba muy duro y caliente.
Yo no daba crédito a lo que sucedía, ni siquiera me detenía a pensar que Ana estaba a escasos metros durmiendo y en cualquier momento se despertaba y nos podría ver, pero a mí solo me ganaba la calentura y empecé a masturbarlo.
Él metió su mano dentro de mi pantalón por la cola y empezó a acariciar mis nalgas y juguetear un poco con mi ano, yo estaba en la gloria.
Así duramos un par de minutos hasta que sentí que acabó casi al tiempo que yo lo hice.
Él se levantó y fue al baño y cuando volvió, fui yo también para limpiarme.
Esa noche terminó todo así y nada más pasó.
Tiempo después, me encontré casualmente con Daniel en la calle.
Hablamos como si nada y me invitó a ir a su departamento que estaba cerca.
Llegamos al lugar y me dijo que sus compañeros de cuarto no estaban en casa porque trabajaban, así que tenía todas las tardes libres, como esa.
Eran aproximadamente las 8:00 pm y estábamos un poco prendidos de beber cerveza y vino.
Llevábamos un buen rato de estar hablando de todo y riéndonos, hasta que llegó el tema del sexo, las chicas, y de cómo se dio cuenta que era gay y esas cosas.
Lógicamente una cosa llevó a la otra por el correcto uso de las palabras y en 2 minutos ya estábamos besándonos muy rico en su sofá.
Yo le agarraba la cara, le tocaba el cuello, los hombros, la espalda, me encantaba sentirme como una mujer.
Él me tocaba la cara suave, agarraba mis nalgas, mis piernas y metía su lengua hasta el fondo de mi boca buscando la mía, la cual no se la negué.
Sorpresivamente me empezó a tocar el bulto que lo tenía ya bastante duro, me desabrochó el pantalón y sin dudarlo se metió toda mi verga a la boca.
La chupaba delicioso, bajaba por todo el tronco y me besaba la punta cuando se la sacaba.
Así estuvimos varios minutos, él chupándola y yo pajeándolo por encima del pantalón, luego sacó su verga y pude agarrarla con firmeza y masturbarlo mientras él me la chupaba.
Al tiempo paró y me preguntó si yo quería chupar, ni siquiera alcanzó a terminar la pregunta cuando yo ya estaba de rodillas frente a él.
Su verga erecta debía medir apróximadamente 17 cms, nada despreciable, y era muy gruesa, yo estaba encantado y me relamía.
Primero empecé besándole la punta al tiempo que lo masturbaba.
Él me agarro la cabeza por atrás y lentamente me llevó hasta su pedazo de carne que fue entrando en mi boca poco a poco hasta tenerla toda adentro, luego me soltó y yo empecé a chuparla como si no existiera el mañana.
Me encantaba el sabor, era tal y como lo hubiera podido imaginar.
Se la chupé el resto de tiempo que estuvimos ahí hasta que me dijo que iba a acabar, así que me la saqué seguí masturbándolo hasta que una gran cantidad de leche salió mojando mi mano y su pecho.
Escurrió hasta la última gota y su pene poco a poco dejó de palpitar para ir debilitándose.
Luego de lavarnos me dijo que ya sus amigos iban a llegar entonces no podíamos hacer nada más ese día, yo igual tenía que irme, así que nos despedimos y quedamos de acuerdo para otros encuentros de los que les contaré después.
Espero que les haya gustado a pesar de ser mi primer relato, poco a poco iré subiendo otros para mejorar, todos 100% reales.
No olviden comentar para saber su opinión.
Gracias 🙂
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