Cómo inicié mi sexualidad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Para contar esta historia, es necesario comenzar por mis años de adolescencia.
Durante mis años de secundaria y bachillerato, fui víctima constante de lo que hoy se conoce como bullyng; puesto que siempre fui diferente a los demás chicos, en el sentido que nunca fui del tipo atlético (deportes como el fútbol me parecen estúpidos, sin sentido y sumamente sobrevalorados); además que mi complexión física era delgada.
Por esas razones, nunca logré encajar en el grupo; pero ello no llegó a representar un verdadero problema hasta entrada la adolescencia hasta terminar mi educación media (hablamos de un período comprendido aproximadamente desde los 13 hasta los 17 años), lapso durante el cual fui blanco de abusos constantes; entre los cuales se encuentran que mis compañeros escondían los útiles de mi mochila, y llenaban esta con basura.
Para empeorar lo anterior, yo no hacía el más mínimo intento por socializar con chicas (supongo que está de más aclarar que soy gay, lo que supe desde que tengo memoria; lo que es un estigma y está mal visto en la mayoría de sociedades).
Como consecuencia de lo anterior, yo mismo me excluía y me refugiaba en la biblioteca de mi escuela; en donde me pasaba la mayor parte de mi tiempo libro devorando un libro tras otro.
Tanta lectura me permitió obtener vastos conocimientos en muchas ramas, entre las que cabe recalcar el tema de la informática; por lo que haciendo uso de mis conocimientos de programación, fui capaz de burlar los filtros de seguridad de la biblioteca; y ello me permitió consumir toneladas de porno gay de todos los tipos.
Como resultará evidente, para el personal parecía que yo me dedicaba como buen estudiante a mis actividades académicas; cuando en realidad me la pasaba viendo horas de videos y leyendo más y más relatos.
El abuso del cual era blanco era tan intenso que en más de una ocasión llegué a pensar en quitarme la vida (a esa edad se es tonto, lo sé); de no ser porque habían 2 ó 3 chicos que me mostraban su apoyo.
De entre estos chicos, había uno que resaltaba por alguna razón que ni yo sabía (a quien apodaban Cam, de quien omitiré su nombre real por obvias razones).
Constantemente me hacía compañía en la biblioteca mientras yo leía, y además platicaba mucho conmigo.
En más de una ocasión fui a su casa y él a la mía a estudiar para los exámenes o dedicarnos a actividades lúdicas (ver alguna película, jugar videojuegos, etc.
).
Como sea, el burlar los filtros me permitió establecer contacto con varios chicos gay, con los que me limitaba a sostener conversaciones eróticas de manera anónima; pero nunca pasaba de ahí, puesto que no me sacaba de la cabeza las ideas de que se me pegaría alguna enfermedad o que me secuestrarían si llegara a concertar alguna cita.
Con el tiempo, encontré a un chico de mi edad que decía estudiar en mi misma escuela; y resultó que hablando con él me sentía a gusto, por lo que lo frecuentaba casi cada vez que me conectaba.
El contacto con éste chico comenzó cuando ambos contábamos con 15 años, y al cumplir 17 habíamos establecido un lazo tan fuerte que decidí dar el siguiente paso al revelarle mi verdadera identidad; para lo cual le propuse hacernos amigos por Facebook, lo cual aceptó de buena gana.
Grande fue mi sorpresa al descubrir que éste chico resultó ser Cam.
Tras ello comenzamos a platicar, y me confesó que siempre se había sentido atraído hacia mí; y era por ello que siempre se mantenía al pendiente de lo que me pasara, a lo cual le respondí que él también me gustaba a mí.
Él era alto (medía 1.
80, rubio, facciones finas y además tenía una musculatura de ensueño ya que diario iba un par de horas al gimnasio).
?Vaya, nunca había tenido la oportunidad de hablar con un gay.
Si acaso he visto alguno, han sido desconocidos en la calle; y obvio no voy a abordarlos así como si nada.
?Me dijo.
?¿De verdad? Siempre pensé que eras el tipo de chico que huiría de alguien que te confiese ser gay.
?Le respondí.
Su respuesta no pudo sorprenderme más, puesto que me dijo ?Oye, ¿acaso no has aprendido nada en las clases de psicología de la adolescencia que nos dan en la escuela? Eres libre de vivir tu sexualidad como te dé la gana, y ello no debería por qué importarle a nadie más que a ti.
?Vaya, me sorprendes.
No esperaba una respuesta tan sensata viniendo de alguien tan joven, gracias
?Sin presiones, viejo.
Y… Nunca has tenido nada con nadie
?¿Yo? Para nada.
?Y le expliqué mis miedos.
?Bueno, en éste caso no tendrías ése problema; ya nos conocemos desde hace ya tres años, y no nunca te haría algo malo.
?¿En serio estás interesado en mí? ?Le interrogué.
?Claro.
¿Por qué no? ?Me dijo.
?Es que nada más mírame.
Soy un debilucho y un alfeñique.
No pudo imaginarme quién en su sano juicio podría llegar alguna vez a fijarse en mí.
?El físico no lo es todo.
Yo me considero sapiosexual, por lo que me enamoro del intelecto de una persona antes que de su físico.
Y la verdad, es que tienes un intelecto hermoso.
Muchos más que la mayoría de los imbéciles de la escuela.
?No paras de sorprenderme.
?¿Entonces?
?Entonces… ¿qué?
?¿Quisieras que nos veamos un día de estos después de la escuela, y vemos hasta dónde llegamos?
?Mmm…
?Vamos, dale.
Puedo enseñarte cómo hacer algunas cosas que te aseguro que te van a encantar.
Además, no vamos a hacer nada que no quieras.
?Bueno, supongo que si es así, entonces aceptaré tu invitación.
Pero… ¿Tienes lugar? En mi casa siempre hay alguien.
?Claro.
Mi papá trabaja hasta noche los sábados, mi mamá va a clases de pintura, y mis Jesse y Rony (sobrenombres de sus hermanos menores) van a sus entrenos de básquetbol y fútbol.
Yo Voy al gimnasio por las tardes, pero puedo ir durante la tarde ése día.
¿Qué dices?
?Está bien.
Iré.
Pero… ¿Qué haremos exactamente?
?Eso depende de ti.
Pero imagino que podemos empezar a tocarnos, quitarnos la ropa, y además te puedo enseñar a mamar una verga-.
¿Te sientes cómodo con eso?
?Sí, creo que sí.
Bien, entonces llegaré a tu casa a las dos de la tarde del sábado.
?Enterado.
Espero con ansias.
Terminada la conversación, no podía creer que había concertado vamos a besar al chico que me gustaba y además para mamarle la verga.
Aquel chico que me hacía sentir que valía algo cuando casi todos los demás me trataban como basura por no ser como ellos.
Aquel chico que en más de una ocasión había sido protagonista de varias de mis sesiones de masturbación hasta hacerme llegar al éxtasis.
La conversación fue un lunes por la noche, por lo que la espera hasta el sábado por la tarde se me hizo eterna; y constantemente mi familia en la casa y los maestros en la escuela, constantemente me sorprendían soñando despierto sumido en mis elucubraciones (claro, ellos no lo suponían, pero me la pasaba imaginando lo que pasaría ése día.
Así transcurrió la semana, hasta que llegó el gran momento.
Salí de mi casa, diciendo que iba a la casa de Cam (evidentemente sin aclarar a qué).
?¿Estás listo? ?Lo llamé antes de salir para confirmar la cita
?Claro.
Acabo de quedarme solo en casa hace unos minutos.
Mi madre me preguntó por qué no fui al gimnasio por la tarde como acostumbro, y le dije que tú vendrías para ayudarme con algunas tareas.
?Está bien.
Yo diré lo mismo por acá.
Voy saliendo justo ahora, así que llegaré en unos 10 minutos.
?Perfecto.
No hubo imprevisto alguno durante el trayecto, pero no paraba de sentir cosquillas por todas partes sabiendo que estaba a sólo minutos de mi primer contacto sexual.
Llegué frente a la puerta principal de la casa, y toqué el timbre.
Cam abrió de inmediato y me invitó a pasar.
Entré y lo acompañé a su habitación.
Antes había recorrido tantas veces ése camino que podría hacerlo con los ojos cerrados, pero a pesar de eso me sentía como un completo extraño.
Llegamos a su cuarto, y paró frente a mí.
?Bueno, puedes empezar.
Soy todo tuyo.
Eres libre de tocar lo que quieras.
?Me dijo.
Hasta ése momento no me había fijado cómo vestía.
Supongo que lo hizo en un intento de calentarme, pero vestía la camisa y el short de licra (spandex) con los que iba al gimnasio; por lo que cada curva de su sabrosa musculatura quedaba marcada y resaltada a la perfección.
Comencé tocando sus pectorales duros como roca, y bajé por sus demarcados abdominales.
Continué bajando por su entrepierna, pasando por alto su bulto.
De ahí baje por sus piernas y llegué hasta sus pantorrillas.
Comencé el camino de regreso, esta vez centrando mi atención en la parte posterior de su cuerpo, hasta llevar a su cabeza.
De no haberlo tenido en frente, nunca habría creído que un chcio de 17 años tuviera una complexión como esa.
?¿Quieres un beso? ?Me dijo.
?SSSí.
?Dije yo como toda respuesta.
Sin previo aviso, pegó sus labios a los míos y entonces comenzamos un duelo de lenguas que duró unos 15 minutos.
Después subió los brazos y me dijo (casi ordenándomelo) ?Quítame la ropa.
?Sin decir nada, lentamente comencé a quitarle la playera; revelando su trabajado torso.
Al ver sus enormes pectorales no pude evitarlo, y tímidamente chupé uno de ellos.
?Vamos, sin miedo.
Más rápido.
Sin pensármelo aceleré el ritmo y pasé la lengua por todo su abdomen.
De ahí, lentamente bajé sus shorts; sólo para darme cuenta que el muy desgraciado usaba un suspensorio que cubría apenas lo necesario de su bulto para dejar algo a la imaginación, quedando al descubierto sus glúteos.
?Bueno, es tu turno.
Quítate la ropa.
?¿De verdad? No tengo mucho para enseñar, a diferencia tuya.
?Vamos, ¿cuál es el miedo?
?Está bien…
Comencé a quitarme mis prendas hasta quedar únicamente en ropa interior.
?Te propongo algo.
?Me dijo.
?¿Sí? ?Le pregunté.
Al contar tres, ambos nos quitamos la ropa interior.
?Bueno… ?Acepté.
?Uno, dos, tres… ?Comenzamos a contar al unísono, y al mismo tiempo nos despojamos de la última prenda; quedando, digamos “en canicas”.
Su verga medía unos 15 centímetros de largo, era un poco más oscura que el resto de su cuerpo; y además estaba completamente depilada.
?¿Lo ves? ?Me dijo.
?Estaba seguro que sí tenías algo que enseñar.
Incluso puedo ver que tienes una verga que es al menos cinco centímetros más larga que la mía, y además más gruesa.
Eso me dio ánimos, y tomando la iniciativa me lancé hacia él para volver a besarnos por varios minutos.
?¿Estás listo para ir más lejos?
?¿A qué te refieres?
?Mámamela.
?…
?Sigo esperando.
?Me dijo, acostándose en la cama.
Lentamente acerqué mi nariz a esa verga, para empezar a olerla.
Su olor me dejó casi hipnotizado, y antes de darme cuenta ya tenía la mitad adentro de mi boca.
Sentí sus manos en la parte posterior de mi cabeza, guiando mis movimientos.
?Empieza lento, y trata de enrollar tus labios alrededor de tus dientes.
Así, perfecto; ahora trágatela toda hasta los huevos.
La sensación me encantó, y él empezó a cogerme la boca con la verga; moviendo hacia arriba y hacia abajo sus caderas.
?Muy bien, ahora ven acá.
Por tercera vez nos dimos un largo beso, esta vez acostados en la cama.
?Supongo que ya sabes lo que sigue.
?Me dijo.
?¿Quieres penetrarme? ?Le pregunté.
?Desde luego.
¿Quieres?
?¿Qué más da? Vamos a darle.
?Muy bien, como es tu primera vez; voy a ir despacio.
Abre el cajón de la mesa de noche, y pásame el tubo azul que hay adentro.
Hice lo que me pedía, y le pasé un tubo plástico que él abrió y al apretarlo salió un gel transparente de apariencia viscosa.
?Es lubricante, como ya sabrás.
Ten un poco y úntalo en tu entrada.
Así lo hice, sintiendo el tacto frío del gel lubricante.
Mientras, él se ocupaba de abrir un sobre conteniendo un condón que se puso en su pene; para posteriormente lubricarlo también.
?Muy bien, ahí vamos.
Ponte en cuanto y relájate.
Una vez en posición, sentí cómo la punta de su verga empezaba a entrar en mí.
Siguió aplicando presión, introduciendo milímetro a milímetro su miembro.
No tardó mucho para hacerme experimentar uno de los dolores más agudos que he llegado a experimentar en mi vida, al punto que le pedí parar.
?Espera un poco.
Si paro ahora, el dolor habrá sido para nada.
?¡¡¡Es que me duele mucho!!!
Entonces, en una última embestida; sentí sus huevos tocar mis glúteos, tras lo cual todo el dolor se convirtió en placer.
Un placer indescriptible, para el que no me alcanzan las palabras.
?¿Todavía quieres que pare?
?No, no.
Sigue.
?¿Ya ves?
Entonces empezó un mete y saca sabroso que nunca olvidaré mientras viva, lo que se expendió por más de media hora; alternando el ritmo entre lento y rápido.
Supongo que eso lo agotó, porque tras unos 45 minutos se recostó en la cama, jadeando.
Llegado ése momento, fui yo quien decidió tomar la iniciativa; preguntándole ?¿Puedo intentar algo?
?Claro.
¿Qué? ?Me dijo.
?Es que, como ya te dije antes; he visto montones de videos porno… Y quisiera cabalgarte como lo he visto en algunos de ellos.
?Me encantaría.
?Me respondió.
Adoptó la posición correcta, al igual que yo.
Me ubiqué sobre él con una pierna a cada lado, ubicando mi entrada sobre su miembro, al cual guié con una de mis manos mientras con la otra mantenía el equilibrio.
Y entonces comencé mi trabajo, sentándome sobre esa verga; alternando de igual manera el ritmo, a la vez que permanecía atento a sus reacciones para tratar de complacerlo lo más posible.
Así seguimos por otra media hora, hasta que sentí que su pene no paraba de palpitar dentro de mí; eyaculando todo su contenido en mis entrañas.
Ambos terminamos exhaustos, cuando nos dimos cuenta que habían pasado casi tres horas; por lo que no debía tardar mucho tiempo más para que alguien de su familia se hiciera presente.
Entonces decidimos que ya había sido suficiente por el momento, por lo que ambos nos dirigimos al baño para darnos una ducha y quitarnos de encima todo ése sudor y demás fluidos; oportunidad que aprovechamos para besarnos por última vez mientras nos aplicábamos jabón.
La ducha se extendió por unos 15 minutos, tras lo cual nos dispusimos a vestirnos nuevamente.
Justo acabábamos de realizar lo anterior, cuando alcanzamos a escuchar abrirse la puerta principal.
Era su padre, que regresaba del trabajo, trayendo consigo a Jesse y Rony.
Nos apresuramos a aparentar que habíamos pasado haciendo las tareas escolares, cuando la puerta de la habitación se abrió; entrando el padre de Cam.
?¿Qué tal la tarde, chicos? ¿Hicieron algo de provecho? ?Nos preguntó.
?Claro, pá.
?Dijo Cam.
?Desde luego, señor.
?Dije yo.
?Quiero agradecerte.
?Me dijo el padre de Cam.
?Gracias a ti, Cam ha logrado elevar su promedio de notas.
?Yo encantado, señor.
?Bueno, los dejo para que sigan con lo suyo.
Dejamos pasar algunos minutos más, y decidimos dar por terminada la sesión; y me retiré a mi casa.
Y esa es la historia de mi primer contacto sexual.
Si quieren que continúe, comenten.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!