Cómo Leo me dió el culo 2da parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por manuelcintron.
Después del episodio con leo en su casa, me costó muchísimo volverlo a encontrar solo sería mi desesperación por querer consumar el hecho de que sea mío, pero se hacía eterno el momento. Leito ni siquiera aparecía en MSN, no salía, y yo masturbándome todos los días por lo que había sucedido ese día en su casa. Al fin llego el día que coincidí con su mama fuera del colegio, y me ofreció llevarme a casa. Ambos esperábamos por leo en el auto, la señora me conversaba cosas que realmente ni me interesaban, yo solo esperaba por leo. Al fin lo veo aproximarse al auto. Al verlo caminar hacia el auto me lo imaginaba desnudo, pidiéndome que le lamiera el culito rosa ese que tiene y que desde ese día es motivo de mis masturbaciones diarias.
Al entrar leo al carro, se le noto lo nervioso, saludo a su madre, y volteo al asiento trasero a saludarme. En ese momento no pude intercambiar comentarios con él como yo hubiese querido. Al llegar al edificio e ir subiendo, le pedí que se conectara en vez de despedirme. Me contesto con un efusivo OK. Justo al entrar a mi casa, lo primero que hice fue conectarme, a esperar que leo iniciara sesión, él me supo desesperar, tardó 3 horas para conectarse. ¡HASTA QUE POR FIN LO HIZO!, al ver la notificación que se había conectado, lo primero que hice fue saludarlo:
Manuel: ¡Hola Leito!
Leo: disculpa la tardanza, es que estaba haciendo tarea
Manuel: No vale, tranquilo. ¿Que tal? ¿Porque tan desaparecido?
Leo: Es que he pensado por lo que hicimos el otro día
Manuel: ¿Y qué has pensado? ¿Te gustó?
Leo: De gustarme si me gustó, pero no sé si es lo correcto?
Leo: Pero si te soy franco, quisiera repetirlo, ¿puedes bajar ahorita?
Manuel: ¿estás seguro?
Leo: ¡baja antes que llegue mi madre!
No había escrito eso, cuando estaba bajando escalones como un vendaval y estaba él en la puerta de su casa esperándome. -pasa rápido, no quiero que te vean entrar.
Al entrar, me senté en el sofá, me sentía nervioso, tembloroso, no sé que me estaba ocurriendo. Pero Leo tenía un short súper cortito y no lo dejaba de ver mientras se movía en su apartamento corriendo las cortinas de la sala. Al terminar, se vino a sentar en el sofá. Y sin dejarme hablar me preguntó:
Leo: Por lo que puedo ver, a ti también te gusto mucho lo que hicimos ¿no?
Manuel: Claro, ¡me fascino! no he dejado de pensar en ese instante
Leo: Se te nota, ¡mira como lo tienes! te va a romper la tela de ese jean
Manuel: jajajaja es que no lo puedo controlar. Solo de verte así con ese short se me puso así.
Sin darnos cuenta, abrieron la puerta del apartamento. Era la tía de leo que estaba entrando. Otra vez la magia era rota súbitamente por la llegada de alguien. Menos mal, esta vez no estábamos en otro asunto.
Su tía nos saludo, le dijo que estaba enferma y que por eso se vino temprano del trabajo, Leo le dijo que iba a subir a mi casa y que ya bajaba. Subimos inmediatamente a mi casa, y corriendo nos fuimos a mi cuarto, donde tranque con seguro la puerta. Cuando voltee a ver a leo, estaba quitándose los zapatos para montarse en mi cama, pero el monumento de culo que se le podía apreciar, de inmediato hizo que volviera a tener otra erección. El se quito los zapatos, y se levanto y vio como yo lo observaba con lujuria, Esbozo una sonrisa y me dijo: – El short me queda corto jajajaja y se me mete así porque no tengo ropa interior.
Al decirme eso, no pude resistir mas, me le lance como un hambriento cuando ve comida y le baje el short, le tocaba las nalgas demasiado fuerte, pero estando los dos de pie, de frente, solo tocando las nalgas, había algo que faltaba. El lentamente tomo la iniciativa y me agarro la cara y fue acercando sus labios poco a poco, empezamos a besarnos muy apasionadamente, y yo mientras tanto no dejaba de tocarle las nalgas, le pasaba mis dedos por su caliente hoyo, le daba suaves nalgadas en sus exquisitas nalgas blancas. El tiempo transcurría y seguíamos como hipnotizados pegados de nuestras bocas y yo tocando mi delirio, su precioso y divino culo.
En la continuación de nuestro beso, hice que con su boca, mojara mis dedos de la mano derecha, y volví a su precioso hoyito, donde poco a poco, empecé a meterle mi dedo medio, el intentaba gemir, pero lo tenía ahogado con mi lengua en su garganta, pero era muy divino sentir como se movía en círculos sus caderas para facilitar la entrada de mi dedo, claro, todo esto sin dejar de besarnos. Con mi mano izquierda le tocaba la nalga derecha, y con mi mano derecha, ya intentaba de meterle dos dedos. El se separo en un momento, y me dijo: – ya, para, méteme la lengua, dame lengua en el culo. Eso es lo que me gusta. Y voluntariamente se termino de quitar el short y se puso en 4 sobre mi cama. Sin perder tiempo me arrodille en el suelo y hundí mi boca en el huequito que me tuvo sufriendo tanto tiempo, con mis dos manos abriendo sus nalgas para facilitar la labor. Una vez que sintió mi lengua intentando penetrarlo, empezó a gemir muy fuerte, a lo que tuve que reprenderlo y recordarle que no estábamos solos. Que debía bajar la voz.
Eso como que lo hizo volver en sí, y me dijo: -Cierto, discúlpame ¿si? es que por un momento me deje llevar del gusto. Me doy cuenta que esto me gusta demasiado. A lo que le respondo: -a mi también, pero me gustaría penetrarte la verdad, mira como estoy. Y me bajo mi jean y le enseño mi pene. – ¡Wow Manuel! ¡Mira como lo tienes! está muy mojado, ¿será que así me entra? -¿No se Leito? vamos a intentar, ¿quieres? -Si, si quiero. ¿Cómo me pongo? – Quédate así a ver si puedo
Entonces así mismo él en 4, con el pecho sobre mi cama, parando el culito lo más posible, le pedí que abriera las nalgas con sus manos, mi pene estaba muy mojado de liquido preseminal, yo estaba demasiado excitado. Entonces me dispuse a intentar, leo se quejaba, me decía que parara, pero no se movía, yo notaba que más se abría las nalgas, mientras seguía quejándose, yo lo agarre por sus caderas y lo traía hacia a mí, me sentía como en el cielo, mi glande ya había pasado su arito de exquisita carne, y seguía intentando mas poco a poco. Leito se volteo y me dijo: – para por favor, para ¡ya! ¡No aguanto el dolor! Yo le conteste: – aguanta ¡por favor! anda, déjame un poco más, ya casi entra toda. – No Manuel, sácala ya, no puedo, si quieres te masturbo, pero no puedo más. Decepcionado por la situación, se lo saque, y él se acostó boca abajo como descansando, yo aun lo veía con mi pene enhiesto. Hasta que se volteo y se me quedo viendo, me dijo: – me siento mejor con los dedos y la lengua, tu pene me maltrata mucho. Pero así mismo se volvió a poner en 4 sobre la cama pero esta vez con su cara viendo a mi pene, y de una empezó a mamar. No era el mamador mas experto, pero lo sabía hacer, mejoraba con cada movimiento, hasta que de pronto le dije que iba a acabar, se alejo un poco y siguió masturbándome, y le lance 5 trallazos de semen entre su cuello y pecho, el los agarro con su mano, y se los paso en el culo, y se volteo para que yo viera, y me dijo: – jajajaja para que te imagines que pudiste acabarme dentro.
Ahí mismo nos vestimos y el bajo a su casa. Yo no estaba satisfecho, yo seguía queriendo cogerme ese culo de leo.
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