Como me convertí en la putita del señor Elías.
bufff, cuando me agacho para recoger la pelota, no se como miré para dentro de la fábrica, y allí donde eran los antiguos vestuarios, veo a Pablito agachado, chupándole la polla al señor Elías.
Hacía algo más de 2 años que habíamos ido a vivir a las afueras de la ciudad, era una zona prácticamente desierta, unas cuantas casas de planta baja, y poco más, ni siquiera la calle estaba asfaltada, era como vivir en una aldea. Lo más nuevo que había, era el edificio a donde habíamos ido a vivir.
Por no haber, no había nada, ni tiendas ni ningún negocio, solo estaba una vieja tienda bar, allí era a donde íbamos a comprar el pan, y alguna cosa que se olvidara mi madre de comprar en el centro comercial donde solía hacer la compra una vez a la semana.
En aquella tienda bar era donde solía acudir algunos viejos a jugar la partida de cartas, ver la televisión o simplemente ir a beber algo y charlar con el que estuviera allí.
Además de todo esto, lo que sí había, era una vieja fabrica de hielo, ya estaba medio abandonada, y digo medio abandonada porque aunque ahora no hacía hielo, todavía funcionaba una de las cámaras frigoríficas que allí había, era una fábrica bastante grande, vamos que tenía además de donde se fabricaba el hielo, varias cámaras y un extenso terreno, una parte estaba a cubierto, como donde estaban las cámaras y la fabrica del hielo, y una zona donde apilaban palés de madera, el resto estaba al aire libre, eso sí, cerrado todo por una valla de bloques.
Allí era además donde vivía el señor Elías, al parecer la vieja fábrica era suya, era al menos el único que trabajaba allí, trabajaba y allí vivía, siempre lo veías con su vieja camioneta cargando y descargando palés, palés que también vendía.
Allí en la vieja fabrica y en la tienda bar, era donde solía verlo pues muchas tardes solía jugar a las cartas con otros 3 viejos, uno de los cuales era el tío de un joven de ya unos 30 años que tenía algo de retraso al que llamaban Pablito.
Este tal Pablito, solía estar muchas veces con el señor Elías en la vieja fábrica, de hecho, fue donde los descubrí un día, Pablito le estaba chupando la verga al señor Elías.
Fue una tarde de aquel verano, yo como todos los días, había bajado con una pelota de tenis, jugaba al frontón contra la pared de la vieja fábrica, estaba yo solo como de costumbre no había chicos de mi edad, o eran todavía muy pequeños o ya eran maduros y viejos los que allí vivían.
En una de las ocasiones la pelota de tenis le di demasiado alto y salvó la valla y fue a parar a dentro de la vieja fábrica de hielo, como en otras ocasiones, entraba a por ella, sí veía al señor Elías le pedía permiso y si no lo veía, entraba igual, nunca me había dicho nada.
Solo que, en esta ocasión al ir a buscar la pelota, como no veía al señor Elías, entré igual a por ella, pero bufff, cuando me agacho para recoger la pelota, no se como miré para dentro de la fábrica, y allí donde eran los antiguos vestuarios, veo a Pablito agachado, chupándole la polla al señor Elías. Dios fue ver aquello y las hormonas se me revolucionaron, al momento ya mi polla se puso dura. Para que no me vieran como los estaba espiando, me aparté hacia una esquina y desde allí me quedé mirando como el retrasado le chupaba la polla al señor Elías. No podía dejar de mirar para ellos, aquello me tenía muy excitado, cuando veo como el señor Elías se retuerce de gusto y le anunciaba al retrasado que ya se corría, que abriera bien la boca y que se tragara todo, y así lo hizo el retrasado de Pablito y con que cara de satisfación lo hacía.
Antes de que salieran y me vieran a mí allí, sigilosamente salí sin que pudieran verme, al menos eso es lo que yo creía. Bufff, el ver aquello me había dejado muy pero que muy caliente, no sabía que hacer, si seguir jugando o irme a casa y pajearme, estaba en eso cuando veo salir a Pablito y acompañándolo hasta la puerta, al señor Elías. Dios, no sabía si mirar para ellos o hacerme el que no los veía y seguir jugando al frontón con mi pelota de tenis cuando escucho que me llama el señor Elías.
Miro para él, y al momento ya mi cara se puso sonrosada, me habían pillado, estaba seguro de que de alguna manera el cabrón aquel me había visto. Muerto de miedo y vergüenza me acerqué para ver lo que quería decirme. Al ver que iba hacia él, en lugar de esperarme, fue para dentro de la fábrica, iba despacio para que le diera alcance y una vez estuvimos dentro sin que nadie nos pudiera ver, fue cuando me dijo que me había visto como los estaba espiando.
Ya te vi como entrabas a buscar la pelota, como nos viste lo que estábamos haciendo y como te quedaste espiando hasta que acabamos. Espero que no se te ocurra contar lo que viste, porque si no, voy a decir que te dedicas a espiarnos, que te gusta ver lo que hacen 2 personas adultas y no creo que eso les guste a tus padres.
No, yo yo no voy a contar nada, le decía temblando de vergüenza por ser descubierto espiándolos.
Se acercó a mí y a la vez que me acariciaba la cara, me decía:
Ya sé que tú no eres de esos, ya se que no te dedicas a espiarnos, pero me da que lo que viste no te desagradó, más bien me pareció que te gustaba ser tú el que me estuviera chupándome la polla.
Dios, yo no sabía donde meterme, no era capaz a decirle nada, solo agaché la cabeza sin que me saliera ni una palabra, cosa que le hizo confirmar en que efectivamente aquello que me acababa de decir era cierto así que sabiendo que tenía todas las de ganar, ya vino a mi caza, yo solito me estaba entregando a aquel depredador que era el señor Elías.
Ven, que no te de vergüenza, me decía llevándome agarrado por el brazo a donde los había visto hacía un momento.
Nada más meterme en aquellos viejos vestuarios, ya el señor Elías no me soltó, mientras me abrazaba a él, me iba comiendo a besos, a la vez que sus manos me iban manoseando el culito.
Sabes que desde que te vi me gustaste, eres muy guapo y tienes un cuerpo precioso, cada vez que veo ese culito me muero de ganas por hacerlo mío, me iba diciendo mientras una de sus manos empezaba a aflojarme la correa del pantalón.
Dios, yo estaba que echaba humo por las orejas, estaba con un empalme de campeonato y ver como me abrazaba, como me metía mano y como me iba comiendo con su boca a la vez que me empezaba a quitar el pantalón, me tenía excitadísimo, nerviosamente con mis manos buscaba aquel bulto que se le notaba en medio de las piernas, quería palparlo con mi mano, quería cogerlo y chuparlo como había visto al retrasado hacerlo.
Al ver que mis manos buscaban su polla, ya se dio cuenta de que yo era lo que había supuesto, vio que tenía ganas de verga y verga me iba a dar, no lo sabía bien, porque aquel depredador tenía la intención de hacerme suyo, me quería para él, me iba a hacer su putita, vaya suerte había tenido, a partir de ahora no solo iba a tener al retrasado, ahora iba a tener a un precioso adolescente al que se lo iba coger a diario, lo iba a hacer suyo, iba a ser su hembrita.
Tranquilo, no seas impaciente, no tengas prisa que tenemos todo el tiempo que sea necesario, o tienes que ir a algún sitio, me decía levantándome la cabeza con su mano a la vez que me miraba a los ojos.
No, no tengo que ir a ningún sitio, le contestaba muerto de vergüenza al ver como me miraba a los ojos.
Pues no tengas prisa, me decía a la vez que se abalanzaba sobre mi boca empezando a comérmela.
Dios, yo estaba que moría de lo excitado que estaba, cada vez estaba más caliente, los besos que me daban me gustaban, el cabrón hasta me dejaba sin respiración.
Ya casi me tenía desnudo, ya me había bajado el pantalón y slip, y ahora me estaba sacando la camiseta que llevaba cuando me dijo que me sacara las zapatillas de deporte que llevaba puestas ese día, zapatillas que quité al momento, ni falta me hizo agacharme, apoyando el talón contra la puntera del otro pie, ya me saqué las zapatillas, terminando por sacarme luego el pantalón y slip.
Ya estaba completamente en pelotas, ya me tenía como Dios me trajo al mundo. Se quedó contemplándome unos segundos, pudiendo ver lo empalmado que yo estaba, me hizo dar la vuelta y mientras me contemplaba por detrás, empezó a pasar sus manos por mi espalda y culito.
Joder que culito precioso que tienes, como me va a gustar hacerlo mío, me decía mientras pasaba una mano por medio de los cachetes, se paró en la entrada de mi culito y allí palpó y presionó con sus dedos sin llegar a meterlos.
Me gustas bebé, me gustas mucho, ya verás lo bien que lo vamos a pasar, ya verás como vas a disfrutar siendo mío, me decía sin dejar de acariciarme con sus manos.
Cuando volvió a ponerse frente a mí, fue cuando aflojó su correa, desabrochó su pantalón y al momento ya se lo quitó junto al calzoncillo que llevaba puesto. Luego hizo lo mismo con la camisa, quedándose al igual que yo completamente desnudo.
Dios, yo miraba para la polla que le colgaba y moría de ganas por cogerla con mis manos y acariciarla. Le colgaba un buen rabo del medio de las piernas, ya cuando vi como se la chupaba Pablito, ya pude apreciar que era una buena verga, si no llegaba a los 18 centímetros, poco le faltaría, era una polla bonita, ya la tenía medio morcillona, no la tenía circuncidada, el prepucio le recubría el glande, era de grosor normal, vamos que tenía una polla que me gustaba, me gustaba mucho.
Sin poder resistirme más, me acerqué y agarré con mis manos aquella verga que tanto me estaba gustando, la empecé a acariciar, le bajaba la piel y la volvía a subir, cuando él acariciándome la cara con sus manos, me dice:
¿Te gusta? ¿Te gusta la polla que tengo para darte?
¿quieres probarla? ¿Quieres chuparla como Pablito, verdad? Me decía esperando a ver que era lo que le decía.
Moví afirmativamente la cabeza a la vez que le decía que sí, y al momento ya me agaché y mientras él me sujetaba la cabeza con sus manos, yo empecé a chupar aquella verga que tanto estaba deseando y que tanto me gustaba.
¡Ohhh! ¡ooohhh! Así así, ay que boquita tienes, ¡ay como me gusta! Gritaba sujetándome la cabeza a la vez que me dejaba que yo la fuera chupando a mi ritmo.
Primero empecé a chuparle el glande, luego poco a poco fui bajando más hasta tragarme todo lo que podía, no me cabía toda en la boca, lo intentaba, pero era larga de más y cada vez que me llegaba a la campanilla, ya me daban arcadas.
Así estuve chupándole la polla hasta que ya no pude más, ya las mandíbulas se me desencajaban, hasta las piernas me dolían de estar de cuclillas.
Cuando me puse de pie de nuevo, la baba me caía por la comisura de la boca, los ojos los tenía como idos, no acababa de enfocar, cuando ya me abrazó a él empezando a comerme la boca de nuevo, luego fue bajando por el cuello cosa que me hacía estremecer y temblar del tremendo gusto que me daba, pudiendo apreciar él como aquello que me estaba haciendo me volvía loco, me hacía gemir y temblaba abrazado a él, había dado con uno de mis puntos más erógenos,
Ay bebe como te gusta lo que te estoy haciendo, mira como tiemblas de gusto, bufff como lo vamos a pasar, me decía mientras me seguía mordisqueando el cuello hasta que llegó a mis pequeñas tetillas, tenía los pezoncitos hinchados y erectos de lo excitado que me encontraba, se paró en ellos, los pellizcó, retorció y por último los chupó y mordisqueo, mientras sus manos seguían bajando por mi abdomen.
Ya me tenía que explotaba, no dejaba de gemir y temblar del gusto que me estaba dando.
Cuando llegó a mi polla, la acaricio y palpó, luego hizo lo mismo con los huevos, metió su mano entre mis piernas haciendo que las abriera, buscó la entrada de mi agujerito y fue palpando y presionando, pero yo estaba muy cerradito, cosa que pudo comprobar él al tratar de meterme uno de sus dedos por el culo.
Estás muy cerradito, ¿ya te lo hicieron alguna vez? ¿Ya te la metieron por el culo? Me preguntaba mirándome a los ojos.
Sí contesté moviendo la cabeza en señal de afirmación.
Mientras yo le contestaba, el metió 2 de sus dedos en mi boca a la vez que me decía, chúpalos bien, déjalos bien empapados de saliva.
Así hice viendo luego como él volvía a llevar su mano por medio de mis piernas buscando la entrada de mi agujerito a la vez que me decía que abriera bien las piernas y no hiciera fuerza.
Así hice, me abrí de piernas dejando que pasara su mano por medio de ellas, noté como buscaba mi abertura y como presionaba con su dedo luego de lubricar con la saliva el esfínter anal.
¡Ahhh! Grité al notar como me entraba su dedo.
Estás muy cerradito, vamos a tener que lubricarte bien el agujerito, me decía a la vez que me iba dedeando. Al intentar introducirme un segundo dedo, volví a quejarme y ahí fue cuando sacó el dedo que me tenía introducido, me agarró por la mano, llevándome al fondo de los vestuarios, allí al final en una esquina, era donde tenía sus cosas de aseo. Veo como coge un tubo de pasta de los dientes, era Colgate, no sabía para que lo quería, el caso es que finalmente me puso frente al lavabo, me hizo inclinar, y así con el pecho apoyado sobre el lavabo, me abrió de piernas, veo como abre el tubo de pasta de los dientes, como echa una buena cantidad en sus dedos, como cierra nuevamente el tubo y lleva los dedos a la entrada de mi agujerito.
Dios, me estaba lubricando con pasta de los dientes, la verdad es que empecé a notar un fresquito y como poco a poco mi esfínter anal se iba abriendo cada vez más, aquello estaba funcionando, me estaba lubricando con pasta dentífrica y ya me tenía listo para encular.
Vi como dejaba el tubo en su sitio, como agarraba su polla llevándola a mi entrada anal, como me abría más de piernas y como me decía que me inclinase un poco más y echase el culito para fuera.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Chillé al notar como su polla me entraba por el culo, me la había metido de una, nada más apoyar el glande en la entrada de mi agujerito, de una me la dejó ir toda para adentro.
Dios, cuando quise darme cuenta ya me la había metido hasta los huevos, apenas me había dolido, solo un pequeño pinchazo al entrar y cuando quise chillar ya me la había clavado por completo.
El pudo escuchar como chillaba cuando me la metía por el culo, como yo me erguía al sentir como me iba entrando y al momento ya me tenía completamente ensartado.
Ya bebé ya, ya la tienes toda dentro, ya tu culito se la ha tragado toda, estás muy apretadito, tienes que relajarte y disfrutar, ya el dolor pasó y ahora ya verás como te va a gustar que te folle.
Empezó a moverse poco a poco, iba despacito, me mantenía pegado a él todo lo que podía mientras me iba dando pequeños mordisquitos por la nuca y cuello.
Así bebé, así, deja que te folle, deja que te haga mi hembrita, ya verás como te va a gustar ser mi hembrita, sé que lo estabas deseando, cuando te vi cómo te quedabas espiando mientras Pablito me chupaba la polla, ya supe que la deseabas, querías ser tú el que me chupara la polla, ¿verdad que sí, bebé? ¿Verdad que te gusta la polla bebé? No quiero que se lo cuentes a nadie, es un secreto de los 2, no quiero que te coja nadie, eres mi hembrita y yo te daré la lechita todos los días, quiero que vengas y así que me veas, ya te haré yo una seña para que entres, me iba diciendo mientras me follaba lentamente.
¿Te gusta? ¿Te gusta como te folla tu macho?
Siií, siií, le contestaba a la vez que arrimaba todo lo que podía mi culito contra su pelvis, las piernas me temblaban y el cabrón me estaba dando un tremendo gustazo.
Las enculadas fueron poco a poco incrementándose, ya me estaba follando a buen ritmo, yo no podía dejar de gimotear, aquel cabrón iba a matar de gusto y por encima no se le veía trazas de ir a acabar, ya mi culito estaba abierto a tope, ya lo tenía super dilatado, ya la polla me entraba fácil, incluso ahora la follada estaba siendo una cogida salvaje, ya me estaba enculando sin contemplaciones.
Se escuchaban los gimoteos que daba yo, las cosas que me decía y el plof, plof plof plof plof, plof plof plof, del golpeteo que daba su pelvis al chocar con mi culito.
¡Ay bebé como me gusta tu culito! Ya verás que bien lo vamos a pasar, ya verás como te voy a hacer disfrutar siendo mi hembrita, quiero que vengas para que te folle, quiero cogerte todos los días, no quiero que andes por ahí dando el culito a nadie, ¿de acuerdo bebé? Me preguntaba mientras me follaba salvajemente.
Siií, mi culito es solo para ti, le contestaba, quiero que me preñes todos los días, quiero ser tu hembrita, le decía, cuando noto como apura las enculadas, como empieza a gruñir y de pronto me anuncia que se corre.
Ya bebé, ya bebé ya me viene, ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! Gritaba mientras su polla me iba llenando el culito de semen.
Los 2 estábamos sudando como si acabáramos una maratón, a mí las piernas me temblaban, sentía como su polla seguía soltando leche dentro de mi culito, como él mordía mi nuca, como me giraba la cabeza y empezaba a morder los labios y comer la boca, justo me tenía así, cuando de pronto mi polla empieza a soltar trallazos de semen.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh!
Vio como me estremecía y gimoteaba pudiendo ver como me había acabado de hacer alcanzar un tremendo orgasmo en aquellos momentos. Vio como mi polla soltaba chorros y chorros de esperma y como todo mi cuerpo se estremecía abrazado por él.
Aún tenía su polla metida hasta lo más profundo de mis entrañas y mi polla seguía soltando borbotones de esperma.
Una vez ya nos repusimos de aquella tremenda follada que acababa de darme el señor Elías, me soltó, fue a buscar una toalla para limpiarnos un poco, y una vez lo hicimos, fuimos a buscar la ropa donde la habíamos dejado, nos vestimos no sin que por ello dejara de meter mano y luego nos despedimos hasta el día siguiente.
Bueno bebé, de esto que acabamos de hacer, ni palabra a nadie. Mañana cuando bajes ya te estaré esperando, así que veas que te hago una seña, entra y ve al mismo sitio, por lo demás no te preocupes, si necesitas algo ya me lo dirás, ¿de acuerdo bebé?
Asentí con la cabeza y justo cuando voy a salir, me agarra del culito y me dice:
¿Te gustó? ¿Te gustó lo que hicimos bebé?
Miré para él y moví la cabeza en señal de afirmación, sí claro que me había gustado, todavía me sentía en las nubes, aún notaba como me temblaban algo las piernas, llevaba el semen del señor Elías en mis entrañas, y me sentía fabuloso, ya estaba pensando en que llegase pronto el día siguiente, ya deseaba que me volviera a preñar.
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Como sigue?
Excelente relato. Como sigue?
Gran relato.. Me encanta la historia.
Excelente relato. Todos deberíamos tener a alguien que nos vaya llevando así.
Muy buen relato
Hermoso, lástima que no tuve a mi maduro hasta los 18, pero cuando menos los he disfrutado y este relato me ha dejado caliente y deseoso de una verga madura.