Como me convertí en la putita del señor Elías III.
al pasar por delante de la vieja fábrica de hielo, un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo, todo se veía como de costumbre, pero yo sabía que era engañoso, porque todas las tardes allí era donde me follaba el señor Elías.
Cuando llegó el sábado yo andaba eufórico además de muy nervioso, no me daba pasado el tiempo, por la mañana nada más despertar, luego de desayunar, tuve que ir a buscar el pan, iba como lo hacía todos los fines de semana, a la tienda bar, iba caminando para allí, al pasar por delante de la vieja fábrica de hielo, un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo, todo se veía como de costumbre, pero yo sabía que era engañoso, porque todas las tardes allí era donde me follaba el señor Elías, era también donde vi como Pablito el retrasado, le chupaba la polla al señor Elías, que por cierto ahora que pensaba en ello, no lo había vuelto a ver ir a la vieja fábrica como en ocasiones lo había visto ir. Claro que de aquellas no se me pasaba ni por la imaginación el que fuera a lo que había visto cuando los sorprendí chupándole la polla al señor Elías. Ahora que iba yo todas las tardes a dejarme coger, no lo había vuelto a ver. Tendría que preguntarle al señor Elías, ahora que pensaba en ello, sentía curiosidad.
En eso iba pensando cuando al entrar en la tienda bar, ya vi que estaba el señor Elías junto a el retrasado Pablito y el tío de este que era con quien vivía. Era con quien solía jugar a las cartas el señor Elías, era más o menos de su edad y al parecer se llevaban bien, claro que con el retrasado de su sobrino también se llevaba bien, más que bien, joder si le chupaba la polla de una manera fabulosa, no era la primera vez que se la chupaba, eso estaba claro, ya deberían llevar bastante tiempo haciéndolo. Nada más entrar al verme Pablito, algo les debió decir que los 3 se Giraron para verme.
Bufff, al momento ya me puse todo sonrojado, hasta las orejas me debían estar echando humo de lo caliente que las podía notar. Muerto de vergüenza y nervios, saludé a todos dándoles los buenos días, siendo correspondido al momento por el señor Elías. Dios fue escuchar su voz y ya todo mi cuerpo se estremeció, es como si lo conociera y la verdad es que hasta escucharlo me ponía cachondo, es algo así como si mi cuerpo lo reconociera nada más oírlo, y no sería nada extraño, más lo iba a conocer esta noche, eso que aún no sospechaba la sorpresa que me tenía preparada.
Antes de que saliera yo de la tienda bar, ya se había marchado el señor Elías, escuché como se despedía del tío de Pablito y de este. Luego al salir yo, me fijé como me miraban el tío y sobrino, fue una mirada que me hizo estremecer, es como si supieran mi secreto más oculto, ¿les habría contado algo el señor Elías?
Bufff, no se porqué me vino esa idea a la cabeza, la verdad es que no me gustaba mucho, no me gustaba que se supiera que me gustaban los hombres y menos que el señor Elías me estuviera cogiendo todos los días.
La verdad es que alguna vez alguien podría enterarse, también yo me había enterado de lo que hacían el señor Elías y el retrasado de Pablito. Bufff, fue pensar en esa posibilidad y fue como si me dieran una patada en los huevos, si se enteraba mi padre de lo que me hacía el señor Elías y de lo mucho que me gustaba, estaba seguro de que me daría una paliza que no olvidaría en la vida, eso si no es que me mataba, estaba completamente seguro de que mi padre era homófobo, y lo que son las cosas, va y le sale un hijo maricón, como solía él llamarlos. No, mi padre no me aceptaría, si no me mataba, lo que si era seguro era que me echaba de casa, eso lo tenía muy claro, por eso yo ni siquiera soñaba con salir del armario, era algo que me aterraba.
Justo iba pensando en eso, cuando al pasar por delante de la vieja fábrica de hielo, veo que el señor Elías me hace una seña para que me acerque, me debía estar esperando, así que al saber que me quería decir algo, ya hasta las piernas me empezaban a temblar. Lo seguí a dentro de la fábrica y nada más quedar fuera de la vista de curiosos, ya el señor Elías me abrazó empezando a darme besos en la boca.
¡ay bebé que ganas te tengo! Deja que te sobe un poquito, me decía metiéndome mano a la vez que me mordía los labios. Joder si el cabrón andaba más salido que yo, y a mi aquello me estaba empezando a poner demasiado cachondo, me gustaba, me gustaba demasiado y era peligroso, pero es que era simplemente escucharlo y ya me empezaba a poner como una moto, era como si entrara en celo nada más escucharlo. Me tenía arrinconado y no dejaba de magrear, si me dice de dejarme coger, yo me hubiera dejado, menos mal que no me lo dijo, lo que me dijo es de que entonces a qué hora quedábamos por la tarde, si iba a ir nada más salir de casa o iba a ser luego a la vuelta.
No, mejor al salir de casa, así ya no quedo con los amigos, ya vengo directo para aquí.
Está bien bebé, a las 8 de la tarde ya te estaré esperando y con la misma me dejó marchar, era lo mejor, no nos fueran a sorprender como los había sorprendido yo aquel día.
Salí luego de vigilar que no hubiera moros en la costa, ya llevaba un buen empalme y un sobado y manoseo de culito que no veas, joder si hasta los labios los llevaba enrojecidos y algo hinchados a causa del morreo que acababa de darme.
Al llegar al portal de mi casa, esperé un rato, vamos que hice un poco de tiempo para no llegar tan sofocado, así que luego de unos buenos 15 minutos, subí para casa, no sabía si salir un poco a la calle o quedarme en casa viendo la tele, sería lo mejor, ya acababa de comprobar como cada oportunidad que se nos presentaba al señor Elías y a mí, éramos incapaces de quedarnos quietos y eso podría resultar muy peligroso el estar a todas horas juntos, en eso tenía que ser muy cuidadoso, mis padres no podían enterarse de nada, así que me quedé en casa viendo la televisión.
La verdad es que nada de lo que echaban por la tele me interesaba, solo pensaba en el señor Elías y en cómo me follaba.
Así fue pasando aquel sábado hasta que por fin llegaron las 8 de la noche, cuando ya todo preparado y arreglado, salía de mi casa como si fuera a pasar una gran fiesta con mis amigos, fiesta iba a pasar, pero no precisamente con mis amigos. Era la primera noche que iba a pasar con un hombre, un hombre que me iba a estar follando toda la noche y aquello me tenía excitadísimo.
Luego de despedirme de mis padres, salí de casa todo apurado, iba como alma que lleva el diablo, ya me era hora por estar en los brazos del señor Elías, estaba enamorado de su polla, era algo que me volvía loco.
Al llegar a la altura de la vieja fábrica de hielo, ya vi al señor Elías en la entrada, ya vi como me estaba esperando, seguro que él estaba tan ansioso o más que yo, joder si por la mañana cuando había bajado a buscar el pan, si me descuido ya me viola nada más verme, no le faltó nada para que me follara allí en la entrada con pan en mis manos incluido.
Al verme llegar ya se metió para adentro, lo mismo que hice yo, iba nerviosísimo, y muy pero que muy excitado, el cuerpo me ardía de lo caliente que andaba, Dios, era como una perra en celo, juro que hasta el culito lo llevaba mojado de lo excitado que me encontraba, era como si en lugar de un culito tuviera una panochita toda mojada que no dejaba de lubricar, vamos igual que las perras cuando entran en celo, así me encontraba yo en aquellos momentos.
Así que estuvimos a cubierto de miradas indiscretas, ya el señor Elías me abrazó a él empezando a comerme a besos a la vez que me iba metiendo mano.
¡Ay bebé que ganas te tengo! Me tienes como un adolescente, caliente a no poder más, tengo la polla que no se baja ni a tiros, me decía mientras me comía la boca a besos.
¿A qué hora tienes que estar mañana de vuelta? Me preguntaba manteniéndome abrazado a él.
Con que esté a la hora de comer llego a tiempo, o sea sobre las 2 del mediodía.
Estupendo bebé, así podremos disfrutar hasta mañana cuando te vayas. Ven, ven que te quiero contar sobre la sorpresa que te tengo preparada, no quiero que te asustes ni pienses nada malo, yo solo quiero que disfrutes y sea uno de tus mejores días.
Me llevó para donde solía comer y donde tenía la cocina y luego de hacerme sentar sobre él, fue cuando me empezó a contar sobre la sorpresa que me esperaba y que yo jamás habría sospechado.
¿Te acuerdas del día que nos espiabas cuando Pablito me estaba chupando la polla? Me preguntaba mientras me mantenía abrazado a él teniéndome sentado sobre sus piernas.
Sí, moví la cabeza a la vez que se lo decía.
Pues esa no era la primera vez, ya lo llevábamos haciendo bastante tiempo, a Pablito le gusta mucho mi polla, solo le gusta chuparla, que se la meta por el culo no le gusta, dice que le duele y que no le gusta, le gusta más ser activo, y luego chupar mi polla la que le encanta. A quien se coge Pablito es a su tío, su tío es realmente su pareja además de su tío carnal, viven juntos como tío y sobrino, pero realmente son pareja son marido y mujer, solo que su mujer es su tío.
¿Vas entendiendo lo que te estoy contando? Me pregunta para ver si lo sigo.
Sí, pero… ¿entonces su tío también es… homosexual?
Así es, es un mariconazo de primera, es toda una hembrita, solo le gusta que lo cojan como te gusta a ti, vamos que es totalmente pasivo, tú y el no haríais buenas migas, a los 2 os gusta lo mismo.
¿Tú ya lo cogiste? ¿ya te lo follaste?
Sí, ya lo cogí muchas veces, pero ahora ya no lo cojo, ahora te tengo a ti, ahora a él lo atiende su sobrino Pablito, al igual que yo me ocupo de atenderte a ti, tu eres mi hembrita como él de su sobrino.
¡Entiendes todo lo que te estoy contando?
Sí, creo que sí, y ¿ellos saben que me estás cogiendo? ¿saben que soy tu hembrita y que me coges todos los días?
Sí, ellos saben lo que hacemos los 2, es algo que no podía ocultárselo y es lo que quiero que sepas y estés tranquilo, ellos jamás van a contar nada a nadie, tampoco nadie sabe nada de que ambos son pareja, solo lo sabía yo y ahora tú porque te lo estoy contando, tienes derecho a saberlo al igual que ellos saben lo tuyo.
Por eso esta mañana cuando entré a la tienda bar a buscar el pan, los 3 me mirabais de aquella manera… ¿verdad?
Sí, precisamente estábamos hablando de ti, de lo caliente que eres y de que ibas a venir hoy a pasar la noche conmigo.
¿Entonces ellos saben que estoy aquí?
Sí bebé, ellos lo saben y por eso te tengo una sorpresa que espero que te guste y no te asuste.
En el dormitorio esta Pablito, está enamorado de tu culito, pero sabe que este hermoso culito solo es mío, nadie puede tocarlo sin tu permiso o el mío.
Yo para que puedas disfrutar, voy a dejarle si tu quieres que Pablito pruebe tu culito, tiene una polla enorme, se que te va a gustar, se que vas a disfrutar con ella como nadie, vas a chillar y gozar hasta desmayarte del gusto que vas a sentir, es de grande como la mía o algo más, pero es mucho más gorda, vamos es como la polla de un burro, a su tío le vuelve loco, solo que Pablito es mucho macho para su tío, no le da abasto, es todo un semental, le harían falta 4 como su tío para llevarle el ritmo.
¿Qué te parece la sorpresa que te tenía preparada?
¡Que piensas, te parece bien?
No sé, me da mucha vergüenza, no me gusta que se sepa que me gustan los hombres, le contestaba sinceramente.
No te preocupes, de ellos no saldrá ni una palabra, eso te lo puedo garantizar, pero ¿qué me dices el dejarte coger por Pablito?
No sé, me da vergüenza ya te dije.
Bueno, entonces vamos a hacer lo siguiente, tu solo acompáñame, me dejas hacer a mí, tu solo dedícate a mirar como el día que nos viste y te quedaste espiándonos, luego ya verás como te excitas y participas sin que te de vergüenza. Ya verás como vas a disfrutar, pero recuerda que yo soy tu macho y Pablito es el de su tío.
¿Y su tío también está?
No no, su tío está en su casita, yo ya tengo suficiente contigo.
Bufff, aquello me tranquilizó un poco, pues que me viera su tío era lo que más vergüenza me daba y así se lo dije al señor Elías, mi macho. Bueno su tío es quien más vergüenza me da, le dije a la vez que soltaba un suspiro.
Pues vamos a ver como está Pablito, seguro que se encuentra muy nervioso, ya lleva nervioso todo el día, está ansioso por estar contigo, le gusta mucho tu culito, ya hace tiempo que me lo dijo, al poco de que llegaseis a vivir aquí, ya se había fijado en ti, tu hermoso culito le encantaba, porque es algo tímido y al igual que tú, tiene mucha vergüenza, sino ya te hubiera entrado y te hubiera tocado y manoseado este culito tan rico que tienes.
Y así abrazado a él, me fue llevando al dormitorio que Elías se había montado allí en la vieja fábrica de hielo.
Nada más llegar cuando abrió la puerta el señor Elías, ya me advertía, tu tranquilo, no te asustes de lo que veas, solo disfruta y fíjate en el tremendo pollón que se gasta, ya verás como luego te va a gustar y vas a desearlo.
Dios, sí que era enorme, tenía razón, parecía la polla de un burro, fue en lo primero que me fijé, mis ojos fueron directos a aquella enorme polla, joder, como era posible tener semejante verga. Bufff, no podía dejar de mirar para aquella enorme polla, aquella si que era enorme de verdad y por encima el cabrón estaba bien caliente, menudo empalme que tenía, la polla estaba tiesa, se erguía mirando al techo, era todo un monumento, joder aquella polla debía tener destrozado el culito del tío, no me extrañaba que no le diera llevado el ritmo, aquella verga te debía dejar bien satisfecho, al menos para 2 o 3 días, porque aquella verga te debía dejar el culo bien abierto, vamos que no se te daba cerrado en 2 días por lo menos.
Pablito al vernos entrar, ya se le cambia la cara, ya sonreía y se había puesto sonrojado, era cierto que parecía muy tímido y vergonzoso, pero… joder pedazo de pollón que se gastaba el muy cabrito.
Bueno, pues vamos a quitarnos la ropa, me decía el señor Elías, vamos a ponernos como Pablito así no sentirá tanta vergüenza, que disfrute viendo nuestros cuerpos, así como nosotros disfrutamos viendo el suyo.
¡Te gusta la enorme polla que tiene Pablito? ¿verdad que es grande como te dije?
Sí, movía yo la cabeza en señal de afirmación a la vez que dejaba que oyera mi tímida voz, es como me dijiste.
Pablito miraba para mí, no perdía detalle, no sabía donde ponerse las manos, hasta que llevó una a la enorme polla y muy suavemente se la iba acariciando sin dejar de mirar para mi culito, de verdad que no le quitaba el ojo y eso a mí me empezaba a gustar, me excitaba ver cómo me comía con los ojos y como pasaba su lengua mojándose los labios mientras con una mano se acariciaba la polla, aquel hombre me deseaba, se le notaba en la mirada de lujuria con la que me miraba sin apenas pestañear.
Una vez ya completamente desnudos, sin nada que nos cubriera, Elías me dijo si me apetecía tocarle aquella enorme verga que tiesa como un fierro candente, se erguía como un mástil al cielo.
Ven, no tengas vergüenza, anda que lo estás deseando y a Pablito le gusta que se la toquen y acaricien, ¿verdad Pablito? Le preguntaba a la vez que le acariciaba los huevos con su mano, esperando a que yo me acercara y empezara a acariciársela con mis manos, cosa que hice, la verdad es que lo estaba deseando desde que se la vi, era como si fuese un imán que me atraía hacia él.
Bufff que sensación sentí al tocarle aquella enorme polla, era suave suave, desprendía un calor que parecía que le ardía de lo caliente que se sentía, vi como se estremecía al yo acariciarle con mis manos su enorme polla, como soltaba un ligero gemido apenas perceptible, pero que al estar tan cerca y estar todo tan silencioso, se pudo escuchar.
Mientras yo seguía acariciándole la polla a Pablito, Elías, me abrazaba a él empezando a comerme la boca allí delante de Pablito a la vez que le decía a Pablito que me acariciara el culito sin problema, que sabía que lo estaba deseando y a mi me gustaba que me lo acariciaran.
Y bufff, eso empezó a hacer Pablito, pasaba sus manos acariciándome el culito y poco a poco se iba animando la cosa, ya no solo me acariciaba, ya me lo manoseaba y magreaba a conciencia.
Así fue como empezamos, hasta que caímos sobre la cama y entonces fue cuando ya todo comenzó, ya los 3 estábamos completamente desinhibidos. Ya la calentura y excitación que teníamos encima era insoportable, así que nos colocamos para empezar aquella caliente orgía.
A Pablito le ordenó que se tumbara sobre la cama boca arriba, así yo le chuparía la polla poniéndome de rodillas, mientras él me iba preparando el culito para que luego me pudieran coger los 2. Ahí ya fue cuando fui completamente consciente de que yo era la hembrita, era al que se iban a follar aquellos 2 machos, yo era el que iba a darles el culito para que disfrutaran y me preñaran bien preñado.
La verdad no me disgustaba nada, era lo que me gustaba, solo que tenía algo de miedo por la enorme polla que tenía Pablito, sería retrasado, pero joder tremenda polla que se gastaba el amigo.
Cuando me acerqué para empezar a chuparle aquella enorme verga, ahí me di cuenta de verdad del tremendo calibre de la enorme polla, joder si apenas me cabía en la boca, ni siquiera era capaz a tragarme el glande, así que lo metía en la boca de ahí ya no pasaba, por lo que me limité a succionarle el glande cosa que al parecer era lo que le gustaba y mientras yo le chupaba y acariciaba la polla y huevos a Pablito, Elías ya se encargaba de prepararme el culito.
Al principio me sorprendió agradablemente, pues así que me tuvo a 4 patas, con sus manos empezó a abrir mis cachetes y al momento ya noto como empieza a besarme con su boca, como iba mordisqueándome los cachetes, para luego hurgar con su lengua en mi caliente agujerito, ¡ooohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemí a la vez que me estremecía de gusto. Dios que tremendo gusto me estaba haciendo pasar mi macho, que comida de culito me estaba dando.
Con sus dedos abría mi esfínter a la vez que con la punta de su lengua iba intentando metérmela por el agujerito y Dios aquello me hacía estremecer de gusto.
Así estuvimos un buen rato, ya mi culito estaba bien dilatado, pero luego de terminar de comérmelo, me empezó a echar del lubricante que solía echarme, tenía Lidocaína, cosa que iba a necesitar cuando Pablito me metiese aquella enorme verga por el culo, Elías mi macho no quería que sintiera dolor alguno, además que me ayudaría a dilatar más y disfrutaríamos mucho más teniendo el culito bien dilatado y lubricado.
Listo mi bebé, ya tienes el culito listo para ser enculado, quien quieres que sea el primero en follarte.
No sé, me da igual, les dije, la verdad es que estaba deseando a los 2, pero me daba vergüenza decir que fuera Pablito.
Como si me leyera el pensamiento, mi macho Elías, fue quien lo decidió por mí, pues vamos a ser educados y vamos a dejar que nuestro invitado sea el primero en sodomizarte, ya verás que ricas enculadas te va a dar, ya verás como vas a chillar de gusto, mi lindo bebé, me decía Elías dándome una palmada en mis calientes cachetes.
Sin esperar a que se lo repitieran, Pablito se levantó, y así como ya estaba, a 4 patas sobre la cama, fue que me cogió.
Vi como se lubricaba la polla con la crema que tenía Lidocaína, se la había lubricado a conciencia, como luego de lubricarse bien la enorme polla, se colocó detrás mía, como separaba los cachetes con sus manos, como colocaba la cabeza de su enorme polla en la entrada de mi ano, como me sujetaba por las estrechitas caderas y como poco a poco iba presionando, haciendo que mi esfínter anal se fuese abriendo.
Dios, podía notar claramente como presionaba su enorme verga la entrada de mi agujerito, como cada vez mi culito se abría más y de pronto siento como el glande de aquella enorme verga me empieza a entrar por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Solté un tremendo chillido a la vez que todo mi cuerpo se estremecía a la vez que me estiraba tratando de escapar, pero ahí el Pablito se vio que ya era todo un experto en la materia, me tenía bien sujeto con sus manos manteniéndome bien agarrado por mis estrechitas caderas y no dejó que me moviera, más bien me pegaba más a él a la vez que su enorme verga me entraba por el culo, introduciéndose por completo, Dios, me la había metido hasta los huevos, ya me tenía bien ensartado.
Escuché como Elías mi macho me decía a la vez que me acariciaba la espalda, ya bebé ya, ya tu culito se ha tragado la enorme polla de Pablito, yo ya sabía que ibas a poder con ella, tienes un culito espectacular, bebé, disfruta que ahora viene lo mejor, me seguía diciendo cuando noto como Pablito empieza a mover su pelvis, empezando así a culearme, cuando siento la mano de mi macho acariciándome el abdomen, como pellizca mis tetillas, como va acariciándome el abdomen sigue bajando por mi vientre y al llegar a mi polla y genitales, empieza a acariciarlos, llevando luego sus dedos a la entrada de mi agujerito y pudiendo palpar con ellos lo abierto que tenía mi agujerito, como entraba y salía la enorme polla de Pablito que era el que me estaba sodomizando, como yo temblaba cuando me acariciaba con sus manos por aquella zona y cuando ya la follada que me daba era sin contemplación alguna, ya me estaba follando a saco, Elías se subió a la cama, se colocó de rodillas delante mía, y así como me estaban follando, llevó su tiesa polla a mi boca para que se la chupara.
Así bebé, así, abre la boquita y chúpame la polla que vamos a follarte por los 2 lados, hoy quiero follarte la boquita, quiero llenarte de semen la boca y quiero que te los tragues todos, quiero llenarte esa barriguita con mi lechita, bebé, hoy vamos a follarte bien follado por tus 2 agujeritos.
Y así como me tenían, Elías mi macho empezó a follarme la boca. Dios, no podía ni hablar, pero mis gimoteos seguían saliendo, la verdad es que ya todo mi cuerpo me temblaba de gusto, notaba mi polla goteando y las piernas temblando con cada enculada que Pablito me daba, los 3 gemíamos de gusto, yo estaba que deliraba de tremendo gusto que me estaban dando aquellos 2 machos, ni en mis sueños más perversos y lujuriosos, había soñado con una follada como la que me estaban dando, uno por la boca y otro por el culo y tremendas pollas las que me estaban follando.
Las enculadas que me daban por el culo, eran cada vez más salvajes y profundas, se escuchaba los gemidos de Pablito y los aplausos que su pubis me daba cada vez que me enculaba, Plas, plas plas plas plas, plas plas plas plas, se escuchaba continuamente mientras estaba siendo follado, y por delante se escuchaba a mi macho gritar, así bebé así, abre bien la boquita, así así ¡ay que gusto bebé! ¡ay que gusto! Gritaba una y otra vez follándome la boca, cuando de pronto escucho como empieza a gimotear más fuerte Pablito, como ahora las enculadas son mucho más rápidas y como de repente empieza a gritar, ¡ooohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh! Dios se estaba corriendo, me estaba llenando el culito con su semen, hasta que veo como va dejando de culearme, como sigue con su enorme polla metida hasta la empuñadura, como empieza a acariciarme el culo y espalda con sus manos.
Ya acababa de ser preñado, ya mi culito estaba lleno de esperma calentito del retrasado de Pablito.
Ahora que ya no me estaban enculando, llevé una de mis manos a los huevos de mi macho y mientras él me follaba la boca a saco, yo con mi mano la frotaba acariciándole los huevos para ayudarle a que eyaculara cuanto antes, y así fue, al poco de empezar a acariciarle los huevos con mi mano, Elías mi macho me anunciaba su eminente eyaculación.
Ya bebé ya me viene, ya me viene, ¡ooohhh que gusto!¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Estaba eyaculando en mi boca y apenas daba tragado todo, eran muchos borbotones de leche los que disparaba la polla de mi macho, pero aún y así me pude tragar un buen montón de semen.
Cuando ya por fin los 2 se habían corrido dejándome completamente exhausto, agotado como me habían dejado, me quedé tumbado sobre la cama, tenía que reponerme, aún quedaba mucho, la fiesta acababa de empezar y tenía que recuperarme.
Al igual que yo ellos 2, los machos que me iban a estar follando toda la noche, para recuperarse cuanto antes, se tumbaron conmigo, uno a cada lado, dejándome a mi en medio de los 2.
Así estuve un buen rato y seguiría si no hubiera sido porque el retrasado de Pablito ya volvía a estar a tope, ya su enorme polla volvía a estar tiesa como el mástil de un velero.
Sentí como me abría las piernas, como me empezaba a acariciar el culito, como hurgaba con sus dedos en mi agujerito y como yo no le decía nada y no me quejaba, se colocó de rodillas entre mis piernas, se pegaba a mi culito y teniéndome así tumbado boca abajo, me sujetó por mis estrechitas caderas, me levantaba de cintura para abajo y dejando mi pecho y cabeza tumbada sobre la cama, me montó así sobre él y clavándome la polla por el culo, ya me volvió a tener completamente ensartado.
Dios, me la había clavado hasta los mismísimos cojones, es como si me hubiera empalado.
Yo gemía y chillaba de gusto, pero la verdad es que a aquel ritmo los 2 machos iban a acabar conmigo, me iban dejar para el arrastre.
El cabrón se movía como si fuera una anguila, me sujetaba por las caderas, y así como me tenía me movía a la vez que movía su pelvis, dándome una espectacular follada, de verdad que el Pablito era todo un experto, con semejante pollón que tenía con que facilidad te sodomizaba y en cualquier posición que te tuviera.
Ya llevaba un buen rato follándome, cuando empiezo a sentir un tremendo gusto que me va subiendo poco a poco por el culo, sigue por los huevos y de repente mi polla se empieza a hinchar y comienza a escupir chorros y chorros de semen.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Me corro, me corro, me corro, gritaba yo mientras mi polla no paraba de soltar espesos borbotones de esperma. Dios, el cabrón me había hecho llegar al orgasmo sin siquiera tocarme, bufff, el cuerpo me temblaba por semejante gustazo que me acababa de dar justo cuando yo terminó de eyacular, Pablito empieza a gritar que se corre.
Me corro, me corro, me corro, ¡ooohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh! Me gusta tu culito, me gusta mucho, gritaba mientras seguía con su polla metida hasta el corvejón.
Así que recuperamos el resuello, se separó de mí, se sentó en la cama mientras se quedaba contemplando mi culito el cual era a la segunda follada que me daba, el cabrón era todo un semental, no me extrañaba nada que su tío no diera abasto, este era un portento de la naturaleza.
Luego de descansar un buen rato mientras el retrasado de Pablito no dejó de acariciarme el culito, le pedí a Elías que me llevara al baño, tenía que ir a mear pues ya no aguantaba más, y así hizo vino acompañándome, íbamos los 2 completamente desnudos y luego de estar conmigo en el baño mientras yo hacía mis cosas, que no era otra más que mear y dejar escurrir el semen con el que me había preñado, y antes de ir para el dormitorio le pregunté a Elías mi macho, si iba a ser así todo el tiempo.
No bebé, cuando tu no quieras lo dices, ahora ya son las 12 pasadas, ahora ya se tiene que ir Pablito, ahora nos quedaremos los 2 solos y si tú quieres que Pablito vuelva mañana por la mañana se lo decimos, pero sino quieres, no le decimos nada, hay más días para que pueda cogerte si tú quieres.
Ahora no te preocupes,
Ahora ya se tiene que ir, luego nos acostamos y dormimos un poco y cuando despertemos si quieres te vuelvo a coger.
Bueno porque de verdad que estoy agotado, necesito descansar un poco
Y así fue como me acababa de contar mi macho, cuando llegamos al dormitorio, Pablito ya estaba vestido, nos estaba esperando para despedirse, cosa que hizo sobre todo conmigo, ahora ya no le daba vergüenza mirarme, ya el cabronazo me acababa de dar 2 tremendas cogidas y ahora al despedirse, me agarró la polla y huevos y a la vez que me daba un beso, me suelta, me gusta tu culito, me gusta mucho. Y así fue como se despidió luego de darme 2 tremendas folladas y dejarme con el culo bien abierto y preñado de leche.
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