Como me convertí en la putita del señor Elías IV.
Dios que gusto me estaba dando, era una follada suave, podía notar como me llegaba la polla a lo más profundo de mis entrañas y eso me gustaba, me hacía estremecer de gusto cada vez que llegaba a ese punto dulce, me hacía temblar de gusto..
Mientras Elías fue a acompañar a Pablito yo quedaba allí sentado sobre la cama donde me acababan de follar 2 veces por el culo y una por la boca, estaba agotado, el culito me dolía un poco, no me extrañaba, me habían metido una enorme verga por el culo que jamás creí que eso me pudiera entrar por mi estrechito culito, además que aún hacía muy poco que era todavía virgen, y bufff, desde hacía una semana que mi culo no dejaba de ser sodomizado, cada día me gustaba más, ahora que me había convertido en la hembrita del señor Elías, mi culito no dejaba de estar sodomizado, todos los días Elías me sodomizaba y la verdad es que yo estaba encantado, cada día me gustaba más, pero hoy… bufff, ya llevaba 2 buenas folladas, incluso más que buenas porque las folladas que me acababan de dar fueron sin contemplación alguna, vamos que me habían follado a saco. Joder con el Pablito, no creía que fuera así de experto en el sexo, por saber ni sabía que tenía pareja y nada más que su tío y joder menuda verga que tiene el muy cabrón, me parece que aquí el retrasado no es él precisamente, con que arte me sodomizó, menudas folladas que le debe dar al tío.
En eso estaba pensando cuando llegó Elías, ya había despedido a Pablito, no se lo que haríamos ahora, pero la verdad es que a mi me gustaría descansar un poco y como si me estuviera leyendo el pensamiento, Elías abriendo la cama dijo:
Vamos a descansar un poco bebé, o ¿quieres comer algo antes?
No, no quiero comer nada, únicamente beber, eso sí, tengo sed y luego quiero descansar un poco, tengo el culo algo dolorido y estoy muy agotado.
Ven, vamos a beber algo y luego venimos a dormir un poco, y así desnudos como estábamos me llevó a donde tenía la cocina, me preguntó que quería beber y como tenía Coca-Cola, fue lo que bebí.
Suerte que Pablito solo bebe Coca-Cola, sino solo tendría cerveza o agua, la Coca-Cola la tengo precisamente por Pablito, así que ahora deberé tenerte en cuenta, pues yo no suelo beber eso, me decía Elías mientras se bebía una cerveza.
Así que terminamos de beber, así desnudos como estaba volvimos para la cama, me llevaba abrazado a él, cosa que me gustaba mucho, sentir su polla pegada a mi cuerpo me gustaba mucho y él lo sabía.
Al llegar al dormitorio nos metimos ambos en la cama, yo de espaldas a él, así me abrazó a él y así acurrucadito me quedé dormido.
Varias veces desperté en la noche, debía ser por no estar acostumbrado a dormir acompañado y la verdad que Elías me tenía completamente abrazado a él, podía notar su desnudo cuerpo pegado al mío y la verdad es que me gustaba y al parecer a él aún le gustaba más que a mí, pues varias veces desperté porque además de no estar acostumbrado a dormir abrazado a nadie, Elías cuando yo me movía, enseguida me mordisqueaba el cuello y me susurraba a la oreja, vamos o era que tenía el sueño muy ligero o apenas dormía, porque no dejaba de acariciarme y susurrarme.
Serían las 3 o 4 de la madrugada, cuando me despertó por completo, Elías al parecer ya no aguantaba más y me empezó a coger, como me tenía acurrucadito a él, solo tuvo que buscar la entrada a mi agujerito cosa que le resultó muy fácil y así como me tenía, empezó a introducirme la polla por el culo. Mi agujerito todavía seguía dilatado y lubricado, no me había limpiado después de las 2 cogidas que me había dado Pablito, así que mi culito estaba listo para ser enculado y Elías no perdió la ocasión, luego de dejarme descansar un poco, ya no pudo aguantarse más, estaba que le reventaba la polla de lo dura que la tenía y el verme, así como me tenía ya no lo pudo resistir.
Yo justo desperté cuando me estaba introduciendo la polla por el culo, quise moverme, pero él no me dejo.
Quédate así bebé, quédate así que te quiero coger, y así me quedé al escucharlo, saber que era él me tranquilizó, y lo dejé que me follara, a mí también me gustaba.
Dios que gusto me estaba dando, era una follada suave, podía notar como me llegaba la polla a lo más profundo de mis entrañas y eso me gustaba, me hacía estremecer de gusto cada vez que llegaba a ese punto dulce, me hacía temblar de gusto.
Ya llevábamos un buen rato follando cuando ya mi macho se echó sobre mi espalda, me había puesto boca abajo y ahora ya me follaba sin contemplaciones, estaba a punto de correrse y ahora sus enculadas eran mucho más rápidas y profundas, ahora sí era mi hombre, así era como solía follarme, bien duro y muy profundo y la verdad era como me gustaba.
Ya bebé ya, ya me viene, ya me viene, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh ohhh bebé que gusto! Gritaba una y otra vez, preñándome el culito con su esperma.
Yo estaba que deliraba de gusto, mi cuerpo
Temblaba como si fuera un cervatillo recién nacido, no había podido dejar de gimotear, era algo descomunal el placer que sentía, Dios cada día me gustaba más ser follado, era como una adicción, cada día lo necesitaba más.
Así que terminó de preñarme, me estuvo abrazando un rato mientras no dejaba de besarme la espalda y mordisquear la nuca y cuello, me susurraba lo mucho que le gustaba y lo mucho que me quería. Me decía que le gustaría que viviéramos juntos, así como Pablito y su tío, que quería tenerme siempre en su cama para poder hacerme el amor todos los días.
Así bebé, podría preñarte el culito siempre que quisiera, no tendríamos que estar vigilantes por si nos pillan.
Claro que eso también me gustaría a mí, me gustaría ser la hembrita de Elías y no tener que andar a escondidas, pero eso al menos de momento no podría ser, me matarían en mi casa.
Luego de cansarse de tenerme así de espaldas a él, me hizo dar la vuelta y ahora ya empezó con mi boca mientras yo me abrazaba a él, ¡Dios como me gustaba aquel macho! Estaba encantado con ser su hembrita, me gustaba y quería ser suyo para siempre, aquel hombre me hacía feliz, me hacía chillar y retorcer de gusto.
Así me tuvo abrazado a él, mientras me comía la boca y metía mano, hasta que cansados como estábamos, nos volvimos a quedar dormidos.
Cuando desperté, iban dar las 10 de la mañana, Elías aun dormía, debía tener un sueño erótico, porque tenía la polla más tiesa y empalmada que nunca, a saber, que estaba soñando. Al ver aquella cosa, no pude resistirme y la empecé a acariciar con mi mano, cosa que hizo despertar al viejo Elías que al ver como le acariciaba la polla, ya me abrazó a él empezando a darme mordiscos por todo el cuerpo.
¿Ay bebé, vas a acabar conmigo! Eres una putita insaciable, te gusta la polla más que el comer, me decía mordiéndome las tetillas y el cuello pudiendo comprobar que yo también estaba empalmado a tope.
La verdad es que tenía razón a todo lo que me estaba diciendo, me había despertado y al verlo allí en la cama completamente desnudo ya me entraron unas terribles ganas de que me volviera a follar, quería verga y no podía dejar de pensar en ello.
En el momento que dejo de meterme mano y mordisquearme, se giró para coger el reloj que tenía en la mesilla y mirar la hora que era.
Bufff bebé, ya van a dar las 10 de la mañana, me decía.
En ese momento yo al ver aquel enorme rabo, lo empalmado que lo tenía, no pude resistir más y poniéndome en medio de sus piernas, me lancé a por aquella verga que me tenía loco de excitado. La agarré con las 2 manos y me la llevé a la boca, empezando a chupársela.
Primero chupé y lamí el glande saboreándolo, luego poco a poco mientras le acariciaba con una mano los huevos, iba tragando todo lo que podía. No me entraba toda, era demasiado grande y así que me empezaron a dar arcadas, aflojé un poco y me dediqué a succionarle el glande con mis labios, cosa que lo volvía loco.
¡Ay bebé! Así así, chúpala así bebé, ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! Gritaba él mientras me revolvía el pelo de la cabeza viendo como yo le chupaba la polla.
Ya llevaba un buen rato chupándole la polla cuando me dijo…
¡Ay bebé! Si sigues chupándome la polla me vas a hacer correr y yo quería follarte el culito, ¿no quieres que te preñe ese caliente culito que tienes?
Fue escuchar lo que me decía y al momento ya me saqué la polla de la boca diciéndole que sí, que quería que me la metiera por el culo. Me abracé a él a la vez que le decía, métemela, fóllame y hazme tu hembrita.
Dios, la que acababa de armar, ya al momento me sacó de encima del, me puso boca abajo tumbado sobre la cama, me abrió de piernas a la vez que se colocaba de rodillas en medio de ellas, y así como estaba de rodillas se sentó sobre sus piernas, me levantó de las caderas quedándome de cintura para arriba tumbado sobre la cama y así como me tenía como si fuese una rana tumbada boca abajo y abierta de piernas, se pegó completamente a mí, empezando a clavarme en su enorme polla.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gritaba yo mientras estaba siendo ensartado en la enorme polla de Elías.
Así putita así, quieres que te folle ¿eh? Quieres que te abra el culo y te haga mi hembrita ¿eh mariconazo?
¿quieres verga eh! ¿quieres que te dé por el culo eh maricón? Me preguntaba el viejo Elías, metiéndome la polla hasta los huevos.
Siií, sí quiero, ¡métemela! ¡métemela, métemela toda! Le gritaba yo notando como me introducía la polla por el culo.
Así maricón así, toma polla, toma polla maricón, te voy a abrir bien este culo caliente y vicioso que tienes, te voy a preñar bien preñado y te voy a convertir en mi putita, vas a ser mi hembrita y vas a dejar que te coja cuando quiera, me vas a entregar el culito, es mío y yo me encargaré de darte polla todos los días, me decía follándome sin parar.
Yo gemía y me retorcía de gusto sintiendo como aquella enorme polla me entraba una y otra vez por el culo, haciéndome retorcer de gusto, el cabrón del viejo Elías, lo había encendido y ahora era una maquina de follar, me daba sin compasión, me estaba follando a saco y sin ninguna contemplación. Las penetraciones que me daba eran muy profundas, podía notar como su polla me llegaba a lo más profundo de mis entrañas y como mi culo cada vez lo notaba más abierto.
Ya llevaba un buen rato siendo follado, cuando por fin le escucho decir que ya se va a correr.
Ya putita ya me viene, ya te voy a llenar el culito de leche, ¡ay que gusto! ¡Ay que gusto! ¡Ay que gusto! Me corro, me corro putita, gritaba soltando chorros de semen, preñándome el culito de esperma.
Aun me tuvo un rato así ensartado, hasta que poco a poco su polla fue saliendo de mi recién follado culito, luego se tumbó sobre mi espalda a la vez que me comía la boca a besos, y una vez recuperó el aliento, nos quedamos un ratito así, hasta que dijo de levantarnos para desayunar algo y ducharnos.
Y eso fue lo que hicimos, primero nos tomamos un café con leche, era lo que tenía ya que siempre solía ir a desayunar a la tienda bar, pero no era plan de ir conmigo, yo no tenía pensado ir ni de broma, así que nos tomamos el café y luego nos fuimos a la ducha.
Eran las antiguas duchas de la fábrica, allí nos duchamos juntos y antes de salir de ellas, como yo no me había corrido, mientras me abrazaba por detrás pegándome a él, me empezó a pajear a la vez que me mordía el cuello.
Al momento ya me corrí, notar su polla pegada a mi culito y sobre todo los mordiscos que me daba por el cuello, hicieron que me corriera casi al momento.
Yo temblaba de gusto cuando noto como mi polla empieza a soltar chorros de semen, ¡ooohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba yo a la vez que todo mi cuerpo temblaba, viendo como mi polla iba soltando chorros de semen.
Así bebé así, suelta tu lechita, así así, me decía él pajeándome con su mano.
Así ya vas por lo menos con los huevitos vacíos, y no me andas tan caliente.
Luego de ducharnos y haberme pajeado en las duchas además de haberme metido mano toda la que quiso y más, me vestí al igual que él, miramos que no hubiera moros en la costa y salí marchándome para mi casa.
Ese domingo ya no volví a ver a el señor Elías, eso que había salido por la tarde después de dormir una siesta, ya andaba caliente otra vez y aunque no había bajado con la intención de volver a estar con él, en mi fuero interno deseaba verlo y que me hiciera una seña para que fuera a dejarme coger, pero no lo vi, fui al centro a dar un paseo y al volver por la noche, al que sí vi, fue a Pablito, el cabrón me viera salir de casa y coger el autobús, y estuvo todo el tiempo esperando a que volviera para casa.
Fue verlo y ya me di cuenta de que algo quería y no me equivocaba, claro que Pablito quería, quería volver a darme por el culo.
Al verme ya vino a junto de mí, cosa que me hizo poner muy nervioso, pues sabía lo que quería y la verdad es que, aunque yo tenía ganas, no me atrevía a ir con él solo, me metía mano tocándome el culo a la vez que iba tratando de convencer para que fuera con él, que quería darme por el culo, y a mí el que me viniera tocándome el culo y metiendo mano, me tenía de los nervios, porque lo que más temía era el que nos pudiera ver cualquiera.
Viendo que no había manera de que me dejara tranquilo, le pregunté si tenía sitio donde hacerlo.
¿Tienes sitio donde hacerlo?
Bufff, tremenda la que acababa de liar. Al momento ya me mira sonriendo, sabiendo de que ya me había convencido y de que me iba a dejar dar por el culo.
Al momento ya me cogió de la mano llevándome con él, me llevaba para su casa, era una casa antigua, era una casa de 2 plantas, y al ver para donde me llevaba le dije sí íbamos a su casa, me dijo que sí moviendo la cabeza.
¿Y tu tío? Le pregunto todo preocupado.
No importa, no nos ve, además que estaba en la tienda bar.
Lo de que estaba en la tienda bar sí lo había entendido, lo acababa de entender es lo de que no nos veía. Lo supe cuando llegamos, era donde vivía con su tío, pero al entrar en la casa, el bajo no tenía nada, era un bajo vacío y tenía una puerta trasera que daba a una pequeña finca. Allí tenía un lavadero, estaba cubierto y al meternos nadie nos veía, tenían que bajar y entrar allí para poder vernos.
Nada más llevarme allí, ya empezó a querer besarme, era como un pulpo, al momento ya se lanzó a mi correa del pantalón, ya me lo había aflojado cuando yo le empecé a hacer lo mismo con el suyo.
Ya me había bajado el pantalón y slip, se había quedado esperando a que yo hiciera lo mismo con el suyo, mientras se me quedaba mirando a la vez que me agarraba la polla y me la acariciaba, viendo que yo ya me estaba empalmando. Dios así que le liberé aquella enorme polla, el cabrón estaba que reventaba de lo salido que estaba. Fue volver a ver aquel largo y gordo rabo que tenía el carajo de Pablito y ya todo mi cuerpo se estremeció.
Al momento de liberarle la polla, ya me dio media vuelta poniéndome de cara al lavadero, allí me hizo apoyar teniéndome medio agachado, me abrió las piernas todo lo que mi pantalón y slip le dejaron, me escupió el culito lubricándome con su mano, metía 2 dedos en mi agujero para que se abriera y pudiera lubricarlo con el escupitajo que me había echado, y así que me tuvo bien lubricado y con el agujerito abierto y dilatado, colocó su polla en la entrada de mi agujero, me puso una mano en la espalda haciéndome agachar un poco más y empezó a meterme su polla por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gritaba yo notando como aquella larga y gorda polla me iba abriendo el culo. Nada más entrarme el glande, ya me sujetó por las caderas y dándome una enculada terminó de meterme por completo la polla por el culo.
Me sujetaba por las caderas tirando de mi hacía él y antes de empezar a culearme, me dio varios piquetes hincándome bien a fondo la polla.
Dios, el cabrón era todo un experto en abrir culitos, apenas me había dolido, eso que tenía una polla bien grande y gorda.
Así que ya me tuvo bien ensartado, mientras me sujetaba fuertemente por las caderas, empezó con el mete y saca. Empezó poco a poco cogiendo ritmo, y al momento ya me estaba dando por el culo a toda pastilla, era como una locomotora que va a toda velocidad.
Pablito no decía nada, solo se le escuchaba una fuerte respiración y un pequeño gruñido, allí solo se oían mis gemidos y el plof, plof plof plof plof, plof plof plof de las enculadas que me estaba dando.
Yo ya estaba que no podía más, ya mi culo estaba abierto a tope y las piernas me temblaban cuando noto como las enculadas ahora empezaban a ser más rápidas, como ya se escuchaban más los gruñidos que soltaba, y de repente ya siento como su polla empieza a soltar trallazos de semen dentro de mi culo y escucho como gime Pablito mientras se corre dentro de mi culo, ¡ooohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gritaba preñándome el culo de leche.
Tan pronto terminó de eyacular, me sacó la polla a la vez que me daba un cachete en el culo, se guardaba la polla y luego se quedaba mirando como yo me subía el slip y pantalón, no me había corrido, pero había estado soltando gotas de semen dejándome toda la polla pringada y medio morcillona, como estaba Agusto, ya me vestí y salimos de allí los 2 juntos, vino acompañándome hasta el portal de mi edificio, y allí luego de volver a meterme mano tocando y manoseándome el culito, subí para mi casa, tremenda follada que me acababa de dar el retrasado de Pablito, iba que todavía me temblaban las piernas.,
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Me encantó hasta me imaginaba que era don Elias te felicito espero los siguientes relatos 🤩