Como te extraño, Tito.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Buen día o noche depende del momento en el que leas mi relato, ya llevamos siete ocaciones teniendo sexo con mi amigo Tito, sólo el y yo, los dos apasionados que nos damos de manera mutua satisfacción anal y oral.
Después de una dieta de sexo de cuatro semanas, nos volveremos a ver, fui unos días a la finca del tío Pedro con la intención de ver a Tito para ponernos de acuerdo para tener sexo un fin de semana, quedamos de vernos el día jueves, no se pudo por cuestiones médicas pero fui a recogerlo hasta el viernes por la tarde, espere que avanzará la tarde para que oscureciera para cuándo llegará a nuestro nicho de pasión, durante la media hora que duró el viaje, fue lo más desesperante, porque ambos estábamos deseosos de sexo, durante el viaje repetíamos las ganas y deseos de vernos, por fin llegamos a la cabaña desendimos de la pickup y nos dirigimos a nuestra sala de sexo que es una cama rústica de madera con un colchón delgado pero muy acogedor.
Súbete tu primero y vete desnudando papi, y te sigo yo mientras que quitó los zapatos, besos y caricias fueron desatando aquellos dos hombre deseosos de sexo, el sonido de la respiración aumento de intensidad mientras aquellos dos cuerpos se funcionaban a uno mismo, rápidamente después de que Tito me pidió a gritos que lo penetrara, procedí a Complacerlo penetrando la zona anal bien lubricada por mi lengua que no se quedaba quieta en ningún momento recorriendo cada centímetro de su cuerpo de piel morena, soltó un pequeño grito cuando llegue a lo más profundo de su ser, ya que lo penetre pies a los hombros así estuvimos moviendo nuestros cuerpos como dos fieras indomables cual si fuera una pelea en cámara lenta, después me pide que cambie de posición que quiere jinetear al caballo, al cual monta siendo está una de las posiciónes que más le agradan, cuando ya casi eyaculaba, cambiamos los roles, ahora es su turno el penetrarme, para lo cual adoptó la misma posición del caballo, al principio sentí dolor, es que realmente no me agrada mucho el ser penetrado, aunque lo disfruto, me gusta más el rol de activo, cuando al fin.
Se relajó mi esfinter, inicio el sexo muy enérgico para posteriormente cambiar a la posición de perrito, me sentía morir de satisfacción, no quería que me tocará el pene para no eyacular, deseaba que ese momento no acabar, así lo disfruté varios minutos, hasta que Tito también quiere sentir la posición de perrito, cambiamos los roles nuevamente y lo penetró de un SOLO golpe y empiezo a bombear enérgicamente como loco, sólo se escuchaba el golpeteo de mi pElvis y sus nalgas a cada choque que dan mis envestidas tratando de llegar a lo más profundo de su ano, después de varios minutos que follamos, sintió los espasmos por eyacular, así que me detuve para cambiar el rol nuevamente, le pido montar y accede, soy penetrado y disfruto unos minutos para posteriormente masturbarme mientras Tito me esta bombeando como loco, mi semen cae sobre su ombligo para posteriormente lamerlo todo y tragarlo, me bajo y Tito se nasturba por su cuenta mientras nos seguimos besando muy apasionados hasta eyacular, platicamos, descansamos para posteriormente seguir nuestro camino a casa y dormir, siendo las doce y media de la noche.
Espero les guste mi relato, porque pronto les compartiré más experiencia con Tito.
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