CON 30 AÑOS ENCONTRE PAREJA…HIJASTRO INCLUIDO.(segunda parte)
y empece a conocer de modo mas «profundo» a mi hijastro……
Al primer empellón entro el glande y un poco más, un leve quejido del chico, al segundo, mas de la mitad y con la tercera carga, entero, que sentí sus nalgas tocar mi pelvis. Me quede inmóvil mientras su culito se acomodaba al invasor, sentía como su cuevita palpitaba y apretaba mi pene ya haciéndome disfrutar ¿te duele? Algo, pero sigue….. Empecé a moverme poco a poco, sacando para volver a meter, y así ir aumentando el ritmo, el niño me atraía a su cuerpo y yo lo empecé a besar clavándolo hasta el fondo, metiendo mi lengua en su boca y mi verga en su culo, en una armónica sucesión de ensartadas.
No duré demasiado, mi calentura fue tan a full que en poco tiempo sentí que mi pene se anchaba y que el semen ya recorría mis interiores buscando la salida hasta inundar aquel delicioso agujero infantil con mi leche caliente, que empezó a rebalsar por los lados invadiendo la habitación de ese olor a sexo tan delicioso todo ello entre gemidos, aullidos y todo tipo de expresiones de placer. El niño sonreía, gozoso, y me quedé quieto mientras mi pene salía por si solo lo que hizo entre mucho semen y un poco de materia fecal. Afortunadamente la toalla evitó el manchar el sillón, nos pusimos de pie para dirigirnos a la ducha a asearnos.
Bajo la lluvia tibia de la ducha volví a besarlo y acariciarlo en especial tocando su culito que aun estaba un poco abierto, para empezar a aplicar jabón gel, le pregunte si le gustó y me dijo que le encantó. Al decirlo agarró mi pene y me empezó a masturbar para agacharse un poco y meterlo en su boca. Recobre la erección de inmediato y el ver como lo succionaba con expertiz, me indicaba era real su experiencia previa en el sexo. Luego de unos momentos en esa mamada, lo hice girarse y acomodé mi pene en su cuevita y lo empecé a clavar nuevamente, apretándolo contra la pared, entrando así mi pene por completo sin problemas, lo taladré un poco y lo hice girarse para que me abrace tipo koala para meterle mi verga, así, abrazados, en donde el empezó a saltar auto clavándose, buscando el movimiento a su placer.
Luego de unos minutos y aun chorreando el agua de la ducha me encaminé al dormitorio sin cambiar la ensartada y deposité al chico en la cama de espaldas, acomodando sus piernas en mis hombros para empezar una salvaje follada casi como si quisiera tocar sus amígdalas con mi pene a través de sus entrañas. El chico gemía y sonreía mostrando su gozo, yo lo besaba y lamia su cara de lujuria, sus ojos verdes entrecerrados aumentaban mi excitación. Estaba en el cielo.
Sin cambiar de posición, a ratos me levantaba para mirar su cuerpito y mi pene como entra y sale, disfrutar de esa imagen y guardarle en mi mente para la posteridad, sentir sus gemidos, su sonrisa, todo lo que llamaba a mi excitación. Me volvía a acostar encima suyo, mis manos recorrían todo su cuerpo gozoso. Algunas gotas de sudor caían por mi frente, pero ello no disminuía mis ansias de seguir, más y más.
Ya en algún momento sentí que mi acabada estaba cerca, y le advertí que se preparara, a lo que respondió “dame papi” lo que bastó para que inmediatamente mis descargas de hombría se vaciaran en su interior, entre gemidos ¿gemidos? NO, eran mas bien aullidos que yo emitía al estar acabando en aquella increíble gruta infantil, por su parte, Ignacio repetía, si papi, si papi, dame papi…..
No cansare a mis lectores con detalles, pero comprenderán que los siguientes dos días fueron una constante orgía, apenas salíamos a comprar algunas cosas y volvíamos a nuestro desenfreno sexual, distintas poses y sitios dentro del apartamento, hasta el balcón fue testigo de nuestra lujuria, en una noche e incluso con vecinos en departamentos cercanos charlando que no se imaginaban lo que a pocos metros de ellos estaba sucediendo, yo ya sin ningún remordimiento ni preocupación por la edad del chico.
Pero nada es eterno, Lourdes avisa el viernes por la noche que regresaba a primera hora del sábado, por lo que tuvimos sexo hasta ultima hora para luego revisar cuidadosamente que no hubiera muestras de lo que había ocurrido.
El sábado y domingo fueron un fin de semana normal de familia, playa, arena y miradas con sonrisas cómplices de Ignacio y yo.
Regresamos a Santiago a lo que ya no era normalidad, puesto que el deseo nos acechaba, pero no teníamos oportunidades de algún encuentro que nuestros cuerpos deseaban a gritos. Un par de veces Lourdes salió y me dejo “encargado” a Ignacio en donde aprovechamos para desahogarnos en mi dormitorio, follando como si el mundo se acabara, aparte de eso se hacía muy difícil cualquier acción.
Pensando en lo que antes hablamos con Ignacio y buscando una solución que nos permitiera desahogar nuestros instintos sexuales, es que me decidí y en una ocasión, mientras estábamos en el rompecabezas, le pregunté si estaba dispuesto a dejarse follar por otra persona, estando yo presente. Me miró extrañado, y le explique que tengo un amigo que tiene apartamento solo, de mi edad y que quizás nos podría prestar para nuestros encuentros, pero lo más probable no sería gratis, habría que pagarle y no precisamente en dinero, sino con tu culito. Ignacio no lo pensó y asintió de inmediato, que con tal de poder estar los dos no se complicaba de estar con mi amigo.
Así pues, tome unas fotos con mi cámara instantánea, dos del culo de Ignacio con ropa interior y dos sin ella, una de las cuales mostraba su delicioso agujero al separarse las nalgas con ambas manos. Serían mi carnada para Carlos, amigo de la infancia y de mi absoluta confianza.
Carlos trabajaba en la gran minería en turnos de 14 x 14 días y afortunadamente estaba de bajada así que fui a verle. Luego de charlar un par de cosas, le pasé las fotos ¡guau! Exclamó al verlas, ¿y este culito? Me lo estoy comiendo con tutti, respondí. Y ¿Y yo cómo voy? Pues eso quería conversarte, se trata de mi hijastro y tiene 12 años…¿con ese culo 12 años? Así es, y quiero pedirte que me prestes tu apartamento para venir de vez en cuando a follar, en el mío es muy peligroso que estamos muy cerca.
¿Pero le gusta?, Ufff, ni te imaginas lo goloso que es…¿y yo? Bueno, si aceptas podrás follarlo cuando yo venga y tu estés, siempre yo primero y siempre yo presente cuando esté contigo.
¿Cuándo empezamos?, Te aviso más tarde.
Dos días después estábamos con Ignacio tocando el timbre del apartamento de Carlos que salió a recibirnos rápidamente, miró al chico y le dio un abrazo, junto con un piquito en la boca. Al observar no había nadie aparte de nosotros llevó ambas manos y agarró sin pudor el culo del niño y me miró con una sonrisa de admiración y gozo.
Sin mayor preámbulo nos indicó el dormitorio y nos dirigimos a él, Carlos preguntó ¿puedo mirar? Mmmm si, respondí.
Pronto continua y finaliza……..
Wow, espero con ansias la tercera parte. Sé que dijiste que no te gusta entrar en detalles, pero apreciaría que sí lo hagas a menos de que se sienta algo repetitivo
Guau, qué experiencia. Siempre me he preguntado qué se sentirá conocer a un niño así con experiencia.