Con el chico del supermercado.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Jesús, tengo 30 años, vivo en Costa Caribe de Colombia, algo calurosa se podrán imaginar y este es mi primer relato.
Todo ocurrió el pasado sábado.
No tenía nada de mercado en mi casa y por ello nada para almorzar, así que decidí ir a un centro comercial cercano y almorzar allí.
Suelo ir con alguna frecuencia así que conozco a muchos de los que allí trabajan, pero ese día me llevé la sorpresa: había un chico nuevo.
Es moreno, mide aproximadamente 1,75 cms, de contextura fornida, buen trasero y lindos ojos.
Nos cruzamos por primera vez cuando llegaba a la cafetería.
Él me miró fijamente y yo ni corto ni perezoso le sostuve la mirada, pero cada uno siguió su camino.
Cuando terminé de almorzar me fui al baño más cercano a lavarme las manos y cuál fue mi sorpresa que me lo encuentro allí, de pie frente a los lavamanos revisando su celular.
Lo miré fijamente, él hizo lo mismo y me dirigí a los orinales.
Me siguió y se acomodó mediando un orinal.
Me miraba de reojo y yo muy de frente pero pendiente de que no viniera nadie más.
Después de un rato me pase al cubículo al lado él y me asomé por encima y allí pude ver ese delicioso trozo de carne morena de unos 17 cms, gruesa y cabezona.
Pasé mi mano, me dejó tocársela y le dije que fuéramos adelante que se la quería chupar.
Allí se puede hacer algo rico mientras uno de los dos vigila que nadie venga a molestar, en especial los guardias; eso es lo más emocionante, el saber que en cualquier momento te pueden sorprender, por lo que él tenía algo de miedo y me dijo que debía conservar su trabajo.
Le pregunté que a qué horas salía y me dijo que a las 9 de la noche pero que en ese momento estaba libre por media hora.
Le propuse ir a mi casa (yo vivo solo) y él aceptó, supuestamente por media hora.
Cuando llegamos pasamos de una al cuarto, se quitó la camisa, se bajó los pantalones hasta los tobillos y se acostó en la cama mientras dejaba escapar su rica verga.
Yo me quité la ropa y me quedé en bóxer.
Comencé a chupar esa rica verga y no que decir de sus grandes huevos, eran grandes y bien redondos.
Olía delicioso, nada de sudor o malos olores.
Chupaba y chupaba y él como si nada.
Fui a la nevera, busqué cerveza, llenaba mi boca con cerveza y así me metía su verga, lo disfrutaba el máximo, su cara y sus gemidos de placer lo decían todo, solo se retorcía disfrutando.
Me preguntó que si no tenía leche condensada, le dije que sí, fui a buscarla y comencé a regarla por su falo y sus huevos.
fue algo genial.
La media hora pasó rápido, me tuvo chupando casi 45 minutos, luego me dijo que quería llevarse en mi cara y yo le dije que no tenía problema con eso.
Se puso de pie, me pidió que me acostara a un lado de la cama, comenzó a masturbarse mientras chipaba sus huevos y cuando estaba por llegarse me avisó, yo comencé a masturbarme mientras me metía el dedo en mi culo.
Se llegó, un gemido salió de su boca, su leche comenzó a caer en mi cara, tibia, corrió hacia mis labios, la saborié, tragué todo lo que calló en mi boca y exploté yo también.
Luego de eso fue al baño, se limpió para cambiarse.
Yo hice lo propio y salimos los dos: él para su trabajo y yo a buscar otra rica verga que tragarme.
Estaba muy caliente ese día.
Sobra decir que disfruto mucho el cruising, mis mejores levantes son en baños de centros comerciales y si este relato les gusta les compartiré muchos más.
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