Con el jefe de mi papá!!!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, soy un hombre maduro que disfruta plenamente de su sexualidad y de los placeres entre hombre y hombre desde el primer día que lo conocí. Tengo 44 años recién cumplidos y tengo muchas historias que contar, pero lo que deseo platicarles ahora es mi primera experiencia sexual.
Yo tenía ya doce años y para ser honesto ya me masturbaba, no pensaba en mujeres, disfrutaba de los cuerpos esculturales que veía cuando iba a nadar a la alberca de un club, hombres de cuerpos delgados, marcados por el trabajo físico y en trajes de baño de corte muy popular en los años 80. Yo en ese entonces un joven en pleno desarrollo, alto para mi edad y pues por mi raza negra podría presumir de una verga ya de buen tamaño en los vestidores, que muchos con morbo ya me admiraban y a mi me encantaba mostrarla.
Mi papá trabajaba en un despacho de abogados, la verdad es que su trabajo le permitía darnos una buena vida a mi mamá y a mi y hasta el día de hoy ese esfuerzo dió grandes frutos. Su jefe era un hombre maduro, tendría tal vez más de cincuenta años, no sabría decirles con exactituda. Un hombre de 1.70 de estatura aproximadamente, delgado, que cuidaba su cuerpo, piel blanca, ojo color azul y cabello platinado. Bastante atractivo y hasta donde recuerdo muy popular entre las mujeres, era casado y tuve la oportunidad de conocer a sus hijos en este viaje que cambió mi vida para siempre.
Este Señor, Raúl, le propuso a mi papá salir en un viaje de "hombres", ya saben, esos tan comunes que se dan en muchas familias o entre amigos. Raúl, mi papá, sus hijos y yo teníamos planeado viajar de la Ciudad de México a Acapulco que ya estaba en auge. Jamás comprendí bien los motivos pero mi papá y yo ya no podríamos ir a este paseo, pues surgieron unos problemas, pero Raúl insistió mucho en llevarme, pues yo ya estaba muy emocionado con el paseo, asi que el amablemente se propuso a cuidarme, -total, mis hijos ya estan grandes, podré cuidar bien de tu hijo- dijo, aunque mi papá y mi mamá no accedieron con facilidad, pero Raúl insistió que no sería problema.
Después de un rato de indicaciones por parte de mis padres (cuídate, portate bien, obedece, no pidas nada, come lo que te ofrezcan, entre otros) mis papás me permitieron salir rumbo a la playa de acapulco con Raúl y sus hijos. El viaje fue largo, pero tranquilo, sus hijos muy amables conmigo y jamás me faltaron al respeto, cosa que era común para mi pues mi color de piel era causa de discriminación, burlas y demás.
Llegamos a Acapulco y yo me sorprendí del lugar, era hermoso el mar, la arena, así que solo quería salir a jugar al agua, Nos metimos al hotel, se repartieron las camas y los hijos como buenos jóvenes tomaron camino por sí solos, dejandonos a su papá y a mi solos en la habitación. Raúl me indicó que para el calor pasara a bañarme y así lo hice, cuando salí para ponerme un traje de baño no los encontré, supuse que los había dejado en la casa, aunque recuerdo que fue de las primeras cosas que eche.
El jefe de mi papá amablemente se ofreció a llevarme a una tienda por unos nuevos, pero por la pena yo no quería. Así que siguió insistiendo que no habría problema por el dinero, que no era gran gasto, que además el también tendría que comprar un par de trajes de baño pues tampoco llevaba los suyos.
Al fin llegamos a la tienda y pues el Señor eligió los trajes de baño para mi, uno en color amarillo y otro en azul, de tela licra y muy pequeños para aquella época, muy parecidos a los speedos de ahora y el selecciono unos similares. Además amablemente me compró un par de shorts cortos para usarlos con el pequeño traje de baño, unas camisetas y un par de sandalias nuevas. Fue muy amable conmigo, pues creo que mi papá no hubiera permitido que hiciera ese gasto. Le pidió permiso a la encargada de que nos pudieramos cambiar ahí mismo después de pagar la cuenta y no hubo problema, pase, me puse el traje de baño que marcaba mi verga y mis nalgas de una forma muy hermosa, cuando me vi en el espejo me excite conmigo mismo, era deliciosa la textura de ese traje de baño en mi pene y trasero. Me puse un short, la camiseta y las sandalias y salí, posteriromente salió Raúl y fuimos a la playa.
Así estuve jugando en la playa, en la arena hasta que me pidió que nos metieramos a la alberca a jugar, yo no quería, pero recordaba las palabras de mis papás -sé obediente- y no podría ser grosero después de que me compro ropa.
En todo el rato que estuvimos en la playa estuvo en short, pero apenas entramos a la alberca, se lo quitó y quedó en aquella prenda tan diminuta, se veía muy bien el señor, un cuerpo muy bien cuidado, se le dibujaba una verga de buen tamaño y lo que más me llamo la atención fueron sus nalgas, redondas, duras, grandes. de verdad se me hicieron agradables, ahora puedo decir que suculentas.
Así pues comenzamos a jugar, ya saben, aventarse el agua empujarse, pero cada que podía, este Señor rozaba con su mano mi verga, cada que podía aprovechaba para jalarme las piernas para tirmarme y tocar mis piernas. En algunas ocasiones aprovechaba la oportunidad y pegaba sus nalgas a mi pene ya semierecto por tanto toqueteo.
Puedo decir que fue mi primer "calentura" sexual, sentía hervir la sangre y quería llegar a más, pero no sabía como o que hacer. Sólo aprovechaba ahora yo el jugueteo para agarrarle las nalgas a Raúl, rozarlo sobre el traje de baño y nada más. Así estuvimos, ya cada vez era más obvio el juego, el rozaba mi verga y yo sus nalgas, hasta que en un momento (supongo que ya tampoco pudo más) me tomo la mano, la verdad es que sentí mucho miedo, pero por el contrario lo que hizo fue muy excitante, me puso la mano en sus nalgas y me dijo -si quieres agarrar, pues ya agarra bien, total, estamos en confianza, sé que eres un jovencito que no dirá nada- y me guiño el ojo, sabía a lo que se refería, lo entendía perfecto.
Sin pensarlo le aprete las nalgas, se sentía muy excitante poder acariciarlas debajo del agua, con personas alrededor sin saber que sucedía y de verdad yo ya no sabía que hacer con tanta excitación. El tampoco pudo más, se giró y rapidamente me dió un apretón de verga, quitó la mano de inmediato -vamos al cuarto, ahí podremos seguir el juego- Salió de la alberca y yo hipnotizado seguía ese par de nalgas sin percatarme que estaba con tremenda erección, sólo sentía algun par de miradas pero nada a lo que yo no estuviera acostumbrado.
Entramos a la habitación, puso el seguro, me sentó en la cama, se hincó frente a mi y acariciaba mi verga, una y otra vez sobre mi traje de baño. Posteriormente comenzó a jugar con su cara sobre mi pene todo duro, pasaba todo el rostro hasta que se detuvo y comenzó a morderlo suavemente sobre aquella fina tela que separaba mi miembro como roca, en ese entonces me mediría ya como 15 ó 16 cms (es un gran regalo que me ha dado la naturaleza), así que Raúl no se cansaba de halagar mi verga -hay chiquito, que gran pene, esta deliciosa esta pija, que grande pajarote- así hasta que ya no hablo más, pues me bajo el traje de baño un poco y senti el primer sexo oral de toda mi vida.
Ahí estaba ese hombre maduro, comiendose la polla de un chico de apenas doce años, yo sentía una gran delicia, sentir esa boca calidad subir y bajar por mi pene era muy excitante, sentía pequeñas cosquillas y al mismo tiempo iba aumentado el calor. Ver como se metía todo el pene a la boca era muy excitante. Así estuvo un buen rato, solo mamando y mamando. Con su lengua jugaba con mis testiculos, mi entrepierna, sentí su lengua en mi ano y fue muy rico. Chupaba mis piernas, tomo mis pies y jugaba con ellos en su verga, sentía su verga dura sobre su traje de baño y parecía que esto le causaba placer así que yo hacía lo que podía.
Despues se levantó y dejo su verga a la altura de mi cara, entendía lo que quería, asi que sin dudarlo le baje un poco el traje de baño para liberar su verga y comencé a chuparla, sólo lo escuchaba gemir, metía y sacaba esa verga blanca de mi boca, incluso su verga no era más grande que la mía, así que no tenía mucho problema para jugar con mi lengua.
Por insitinto comencé a chuparle la verga y acariciarle las nalgas, esas nalgotas que se sentían muy ricas, las apretaba, no sabía muy bien que hacer con ellas, hasta que se me ocurrio meterle un dedo en el culo, se movió y brincó, pense que se había molestado, pero por el contrario me dijo -sigue y abreme la colita- así pues seguí con un dedo, luego dos y luego tres, chupaba y jugaba con su culote.
Al poco rato después de eso se quitó por completo el traje de baño, se acostó en la alfombra boca arriba, abrió sus piernas -méteme tu pajarote- esa fue la indicación, iba por primera vez a penetrar un ano, sólo me deje guiar, pero era muy rico comenzar a entrar en ese hombre, su culo rosadito contrastaba mucho con mi verga negra, mi pene sentía rico, ese calorcito y placer que solo un hombre sabe dar con su culo lo disfruté muchísimo. Comencé a moverme hacia adelante y atrás, no sé si lo hacía bien o no, pero yo lo estaba disfrutando y Raúl solo gemía, ahi estaba yo ensartandolo, viendolo como ponía los ojos en blanco hasta que me tomo por el rostro y me comenzó a besar, mi primer beso, era delicioso, esos labios pegados a los mios, jugar su lengua con mi lengua. -Así chiquito, así, que rico pene tienes, métemela toda-
El jefe de mi papá se dió unos cuantos jalones en la verga y sacó toda su leche, solo sentí como su esfinter apretaba mi verga, lo cual provocó que sintiera más apretado aquel espacio, senti tan delicioso que igual me vine. Fue delicioso sentir esos espamos dentro de él, depositar mi semen en su culo y después sacar mi verga y ver como escurria mi leche.
Me guiñó el ojo y me dijo -¿no será necesario decirte que esto solo debe de quedar entre tu y yo verdad?- seguido de esto solo movi la cabeza en señal de NO TE PREOCUPES y me dió otro beso en la boca. Se puso el traje de baño, salió de la habitación y me dijo -vamos a comer algo, que tanta actividad seguro te ha provocado hambre-
Así salimos de la habitación y fue como concluyó la experiencia que marcó mi vida por completo, el día de hoy disfruto de pasearme en trajes de baño muy pequeños y exhibirme cuanto puedo. El jefe de mi papá me siguió dando clases para ser buen amante en en el sexo, pero esos relatos los contaré más adelante. Espero que hayan disfrutado esta pequeña parte de mi vida tanto como yo he disfrutado recordando y compartiendolo con ustedes
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