Con el joven vagabundo 1
Quién imaginaria que al pasar por un lugar casualmente encontraríamos a un chico de la calle dispuesto a todo.
Como siempre íbamos mi novio y yo camino al departamento. Tenemos una relación abierta, y como dos jóvenes a veces buscábamos algo con que salir de la rutina. Mi nombre es Matias, soy bisexual activo, alto, delgado, buena verga de 19 cm y varonil. Mi novio Diego es gay, más bajito y algo más rellenito, lampiño, buen culo y más femenino. Cuando teníamos ganas de hacer algo bastaba una mirada cómplice para intentar hacer algo rico. Esa vez íbamos caminando por unas calles pequeñas que no habíamos recorrido antes, y acostado frente a un supermercado estaba un chico joven, de menos de 18 años quizás, con un pantalon corto manchado y polera deportiva algo desteñida. Pasamos por al lado de él y entre dientes se le escucha:
– Rica teni el medio culo si
Se refería a mi chico, que tenía pelo largo, se maquillaba sutilmente y con esa carita fina con rasgos de mujer.
Nos reímos mientras seguimos caminando al depa. En la noche se nos antojaron unos hot dogs que vendían cerca del supermercado. Estaba algo oscuro la calle y de sorpresa nos encontramos con el mismo joven acostado entre unos cartones cerca de un poste de luz. Mire a mi novio con esa mirada cómplice y lo entendió de inmediato.
– Diego: Hola chico, tan solito que estás? (dijo con esa voz fina y sensual)
– Hola, aquí acostado entero aburrido – respondió el joven que dijo llamarse Nacho.
– Te puedo hacer compañía – decía mi novio mientras algo más lejos yo mira la escena, ya que soy algo voyerista.
– Yapo, ponte acá al lado mío entonces si no muerdo na yo – decía Nacho haciéndole un gesto con la mano para que se sentará mi novio a su lado en su improvisada cama.
– Estabas por dormirte parece, porque estás solo con polera y ropa interior – dijo Diego mientras me miraba y yo indicando que le tocará abajo.
– Si, es que tenía mucha calor po cosita rica – respondía Nacho pensando que mi novio era una chica.
– Te puedo ayudar a quitarte ese calor si quieres – dijo mi novio tocándole la pierna al joven de la calle.
– Y tu novio no enojara? – pregunto dudoso Nacho mirando hacia donde estaba.
– No pasa nada, tranquilo, el me deja hacer estas cosas y le gusta – respondió Diego mientras le tocaba la verga por encima del boxer.
– Si querí sácalo y juegas más cómoda con el – en referencia a su pene, que según mi novio era algo más pequeño que el mío, unos 17 cm pero moreno y muy venoso.
Entonces mi novio comenzó un movimiento arriba abajo pajiandolo con maestría mientras el chico solo se quejaba. Mi novio me contó que su pene olía fuerte, al sacar su glande había aroma fuerte pero en el momento era morbo. Le tocaba las bolas, que tenían mucho vello, pero eran grandes y llenas de leche ya que hace rato no se corría, le confeso el chico.
Mi novio era un adicto a la verga y se divertía masturbando al púber y este se animaba con sus manos algo sucias a manosear el culo por encima del jeans de Diego, que por la calentura le tiró un poco de saliva a la cabeza del pena para lubricarlo y pajear más duro.
– Voy acabar, ven pa aca – dijo Nacho muy excitado mientras le empujaba la cabeza a mi chico para lanzarle la leche en la cara. Mi novio abrió la boca y le llegaron tres chorros de ese espeso líquido blanco, probando un poco y el resto escupiendolo a un lado. Yo mientras tanto estaba acabando en un trozo de pañuelo desechable.
– Te gusto mi leche o no, dime la firme – pregunto Nacho limpiándose el resto de semen con un calcetín.
– Si, estaba deliciosa rico deberíamos hacer más cosas, pero no te molesta saber que soy un chico afeminado?
El adolescente se lo quedó mirando, como pensando que se trataba de una broma, pero por lo caliente que estaba dijo:
– O sea eri maricon y te gusta por el culo?
– Si, me encanta el sexo anal y ojalá me lo metas un día si te animas a probar mi ollito – dijo mi novio
– No sé, pensaba que erai mina…igual no lo meto hace rato y nunca he podido ponerlo por atrás.
– Bueno si te quieres sacar las ganas, un día te vengo a buscar y me lo metes con mi novio te parece? – le propuso Diego
– Puta igual no se, porque yo no soy maricón, me gustan las minas no los hombres po – respondió Nacho tocándose el pelo como dudando.
– Mira disfrutarás de un rico culo, te la puedo mamar muy rico que una mujer, no tengo pelos en mi cuerpo y uso lencería femenina – intentaba convencer al adolescente mostrándole fotos de su culo abierto en el celular.
– Bueno ya, pero otro día sipo me vienen a buscar y me sumo – dijo Nacho, que se animó pero eso es para otra historia.
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