Con el joven vagabundo 2
Luego de esa primera experiencia con el muchachito de la calle, ahora jugaríamos de local en nuestro departamento en su debut sexual gay.
Esta es la continuación del relato anterior, parte 1, que puedes leer antes de este en el siguiente link (https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/con-el-joven-vagabundo-1/)
Como ya saben, somos una pareja en relación abierta. Yo soy Matías, bisexual activo, dotado, alto, delgado, varonil y con una buena verga cabezona de 19 cm. Mi novio Diego es gay pasivo, buen culo, bajito, algo mas rellenito, femenino y adicto a la verga. Anteriormente en el callejón donde vive Nacho, un adolescente de 17 años (se veía algo mayor de edad) el cual recibió una buena paja de mi novio. con acabada en la boca incluida (a Diego le gusto su leche). Al final del relto anterior lo invitamos a nuestro apartamento para hacer algo mas morboso y aunque en un principio no estaba seguro, las fotos de culo y ollito rosado de mi chico lo convencieron.
Era una noche de domingo y muy aburridos en la habitación comenzamos a charlar que hacer para divertirnos. Pensamos de inmediato en ese puberto del callejón y la invitación que había aceptado no muy convencido. Entonces nos dispusimos a salir a buscar cerca del supermercado donde lo conocimos. Sin muchas personas transitando a esas horas, la sorpresa fue que no estaba en su improvisado hogar y algo decepcionados buscando en los alrededores sin éxito. Cuando caminábamos de regreso a casa lo encontramos fumando marihuana bien escondido sentado en una plaza pequeña. Nos acercamos y como estaba algo oscuro por la poca iluminación nos interrogo de entrada:
– Y ustedes quienes son? Que quieren? – preguntó asustado por no saber quien se acercaba.
– Tranquilo Nachito, soy yo y mi novio papito – le contestó mi novio con voz fina como de chica.
El muchacho se acerco a la luz y nos reconoció, en realidad a Diego porque a mi no me había visto de cerca. Mi chico me presentó y nos dimos la mano. Nos quedamos hablando de algunas cosas triviales y como lo vi fumando marihuana pensé en la etapa que le sigue (da mucha hambre) así que planifique todo en mi mente sucia en unos segundos y aceleré un poco las cosas:
– Saben, se va hacer tarde y hace hambre, vamos por unas papas fritas o algún sándwich a la tienda de la esquina del departamento? – pregunté para incentivar la visita de nuestro invitado a nuestro hogar. Ambos aceptaron (Nachito dijo que si de inmediato, ya que tenía mucho apetito). Fuimos entonces por algo para comer, pero como ya era tarde solo preparaban pedidos para llevar. Fue entonces la mejor oportunidad para decir «vamos al departamento a comer entonces, tenemos bebidas y cervezas en el refrigerador». Nacho estaba dudoso, aunque eso de las cervezas le llamó la atención y decidió a aceptar la invitación. Nos miramos con mi novio y ya con eso estaba cerrada la situación: el trío ya estaba asegurado. Entramos, nos sentamos en la mesa redonda al centro de la sala, sacamos bebidas y cervezas más la comida. Pasaban los minutos y hablando de la vida de Nacho en la calle y detalles de su situación, Diego se animó a algo más con el pendejito ya bebiendo su tercera cerveza. Se le sentó en las piernas, a lo que Nacho no se opuso, sino más bien le salió una sonrisa. Mi novio me hizo una cara muy fácil de traducir: el chico apestaba y necesitaba un buen baño si lo meteremos entre nuestras sabanas. Así que le dije que opinaba si se bañaba bien rico, con agua caliente, para que se probara una ropa deportiva que me quedaba pequeña y podría servirle. Aceptó (creo por lo de tomar una ducha caliente y la ropa deportiva que le prometí) y, de sorpresa, se empezo a sacar la ropa en la sala quedando completamente desnudo. Era moreno, buen físico (muy flaquito que se le marcaba mucho los abdominales y pectorales), con solo pelos en las piernas y un poco en los brazos y esa verga colgando entre sus huevos. Yo me animaría a bañarlo y Diego pondría a lavar su ropa, que apestaba.
– Ya Nacho, metete a la ducha y bañate – le dije mientras aprovechaba de tocarle el cuerpo.
– Y tu no te bañaras? – me preguntó y en un segundo acepte y me quite la ropa, con la verga parada por ver ese rico físico y ese culo chiquito pero firme que tenía el pendejo.
– Buena compadre, que gran verga te gastas eh – me dijo no quitando la mirada de mi pene y dándole como un golpe a palma abierta para que se moviera solo arriba – abajo.
Nos metimos los dos, aunque quedábamos bien junto uno con otro. Nos echábamos jabón y le ofrecí pasarle una esponja en la espalda, algo que acepto sin problemas. Luego me dijo que el quería hacerlo y lo hizo, aprovechando de agarrar una de mis nalgas. No me molestó, porque ya sabía que la ducha lo pondría igual de caliente que el agua. Luego tuvimos un breve dialogo y algo morboso:
– Y tu follas con mi amigo mujer? Le has dado por el culo? – me preguntó curioso.
– Obvio pues, siempre le doy su porción de carne – respondí tomándome el pene mostrándoselo muy parado.
– Y tu crees que le guste el mío, aunque sea mas chico que el tuyo? – dijo midiendo con su mano mi verga y la de él.
– Yo pienso que si, pero por las dudas mejor pregúntale en el cuarto, te quitas la toalla y le dices si le gusta lo que tienes – lo anime para que diera el paso.
– Y podría meterlo por su ano ese que vi en su celular? me das permiso para darle anal? – me preguntó masturbandose.
– No hay problema hermano, lo usaremos ambos, juntos – le respondí y tomamos las toallas para secarnos y dirigirnos a la habitación.
Llegamos ambos con las toallas en la cintura y vemos a Diego en la cama recostado con una tanga muy sensual y femenina color rojo que se escondía entre sus nalgas. El pendejo se saco la toalla y le preguntó de inmediato si le gustaba su pene a mi novio, el que sin responder se acercó a mamarle enseguida el pene ya algo erecto. Lo engullo completo, hasta la garganta le llego, y haciendo eso repetidas veces esa verga quedo erecta en su máximo esplendor. Mientras mamaba Diego a la visita, yo me masturbaba viendo esa morbosa escena. Luego puse mi pene para que me tocara mi parte y mi novio engullía mi pene con más dificultad por ser mas largo y cabezón. Tomo la verga de Nachito y la mía, metiéndose ambas a la boca a la vez, haciendo un rico doble oral, que hacía frotar nuestros penes en un juego morboso que a ambos nos gustaba, mientras el pendejo me miraba con cara de que le gustaba ver los dos penes rozarse y dentro de la misma boca. Luego deje que mi chico mamara tranquilo esa verga adolescente mientras el muchacho al oído me pregunta que debía hacer ahora, ya que la inexperiencia no le daba seguridad. Le dije que yo iría a mamarle el culo a Diego, y que luego cambiaríamos y el tendría que lamerle ese ano con mi saliva ya en sus alrededores. Le gusto la idea y me dijo que fuera hacerlo.
Chupe el culo entre la tanga y mientras lamía ese ano rosado, miraba a mi invitado para enseñarle como debía hacerlo, pasando la lengua fuera primero, luego unos besos en el agujero y en los glúteos, para terminar en ese mete y saca de la lengua en el ano para ir dilatando. Deje muy lubricado el ollito con mi saliva y dije «bueno, ahora cambio» y se puso Nacho a mamar culo y yo recibiría un rico mamón. El muchachito empezó tal cual le dije, lo que no saco quejidos de placer de mi chico, así que lo estaba haciendo no tan bien. Mi novio para ayudarlo le tomo la cabeza y le metió la cara entre la raja del culo y Nacho se animó más y salieron los gemidos de placer de ambos. Yo estaba en las nubes al ver esa escena de un pendejo chupando culo, mi culo, el que me pertenecía. Cuando Diego se sintió preparado para recibir vergas, le ofrecí al chico que el penetrara primero mientras yo le indicaría que hacer. Se animó, aunque claramente estaba nervioso. Para no asustarlo, preferí mejor empezar yo para seguir él, para que viera mas menos que hacer (igual sabia que le gustaba eso de mirar, así que no le incomodaría masturbarse mientras). Me agregue un poco de lubricante en el dedo índice derecho y empecé hacerle circulos afuera del ano y una que otra vez entraba un poco en dedo hasta que terminaba mi uña. así seguí un rato hasta que volví a pasarle al ano nuevamente (el pendejo dijo «oh buena, volviste a chuparle el culo así abierto, que rico») y me vacié mucho lubricante en mi pene para empezar la penetración. Mi novio se estaba masturbando en pose de perrito (en 4 patas) esperando recibir la verga con su culito bien parado mostrándonos ese ano en una hermosa vista.
Entonces me toco tomarle las caderas y fue entrando un poco mi glande, lo que hizo sacar un quejido de dolor de Diego, quien me afirmo con una mano para que no siguiera entrando y quedara inmóvil un poco para aguantarlo un rato. Lo fui sacando y entrando lentamente para ir dilatando el ano. Nacho miraba esa escena y se masturbaba mordiéndose los labios de lo caliente que estaba. Fue entonces que ya dejando todo listo le metí el pene completo, 19 cm de carne dentro entero hasta donde empiezan los huevos sacando quejidos de placer de mi novio. Estuve un poco tiempo así, para darle el lugar a Nacho, que lo veía muy motivado con su paja y estaba desesperado por entrar. No alcance a decirle nada de los condones (que no teníamos y obviamente que él no tendría), cuando veo que ya estaba tomando de la cintura a Diego y lo inserta de una sola vez, con un mete-saca muy brutal mientras mi novio gemía y lo vi como estaba disfrutando. Pero el pendejo estaba demasiado caliente y en un momento, poco rato después de entrar, dice «oooooh estoy acabando por la gran puta…ah ah ah ah». Ni 5 minutos penetrando y el chico había acabado y más encima dentro del culo de Diego. Nuestras caras decían todo (sorprendidos que no aguanto mucho tiempo, así que nos miramos algo decepcionados). El chico notó estas miradas, y rápidamente tomo la ropa que le había mostrado, se la coloco y solo alcanzó a decirle «oye tranquilo, espera» cuando salió corriendo cerrando la puerta rápidamente. Con mi chico no supimos reaccionar y se fue sin decir nada. Miramos después por la ventana y el chico se iba caminando por el callejón. Quizás la vergüenza lo hizo correr así de rápido, el sentirse incomodo de no poder durar bastante y por haber acabado adentro sin avisar si podía hacerlo o no. Fuimos al baño a bañarnos y terminar la follada en la ducha cuando nos dimos cuenta que se le quedaron una cadena plateada, unos anillos y una manopla que llevaba en su bolsillo. Tendríamos que buscarlo otro día para entregarle sus cosas. ¿Tendremos una segunda oportunidad de hacer mas cosas con ese pendejito marihuano? ¿Querrá volver el muchachito a tener sexo con nosotros buscando su revancha durando más tiempo? No te pierdas la tercera parte próximamente. Comenta y evalúa mi relato para seguir mejorando y contando más historias.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!