Con el maduro de Grindr
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Sebastian y tengo 21 años, hasta ese momento nunca había tenido un pene en mi culo y debo admitir que lo disfrute mucho.
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Comienzo por describirme, soy alto 1.75 cm.
Y peso 78 kl No estoy gordo ni marcado, me describo normal, soy moreno de pelo negro y ojos cafés, nada que supere a la media de las personas, lo que si tengo son unas nalgas que son grandes gracias a que iba al gym (antes pesaba 85 y estaba hecho una bola), me encontré con la aplicación y decidí ver qué tal era, al crear el perfil comenzaron a llegar mensajes de muchas personas, entre ellas un señor que se hacía llamar "activo Maduro" y me llamó la atención, era un señor de 51 años alto robusto y brazos fuertes, piel blanca, pelo negro con algunas canas y un abdomen peludo que me calentaba de una manera.
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Haciendo el cuento corto, para llegar a lo que importa, nos pusimos de acuerdo para tener sexo y le expliqué que era virgen a lo que él se éxito de sobremanera y me pidió que si me podía desvirginar, llegado el día de la cita llegue a su casa muy nervioso y salió a recibirme muy cortésmente, me ofreció un jugo para relajarme el cual tome con un poco de desconfianza por qué no lo conocía prácticamente, luego comenzo a tomarme de la mano y pude sentir una mano grande, con dedos gruesos y duros que me comenzaron a exitar con el roze que hacían en mi palma, me dejé llevar y comencé a sobar su antebrazo, podía sentir los músculos, su brazo era gigante muy duro y venoso, con unos pelos suaves que me encanta sobar, así estuvimos haga que se puso de pie y me hacer o a su cuerpo, me beso de una forma muy tierna y sentía su lengua gruesa entrar en mi boca, me inundaba cada parte de la boca y mi corazón comenzó a acelerarse.
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Me arrastro hasta la pieza donde caímos en la cama mientras nos besábamos, podía sentir su cuerpo pesado sobre mí, estaba tan excitado como nunca antes, todo era nuevo, pero quería seguir, no me detendría hasta el final, comenzamos a desnudarnos y sentía su cuerpo ardiendo, sobaba sus brazos duros y esa espalda ancha, podía sentir los pelos de su pecho rozando mi abdomen llevándome a un extasis nunca antes sentida, me pidió que le chupara el pene el cual estaba circuncidado debía medir unos 20 cm era grueso y muy cabezon, tenía un sabor salado comencé con la cabeza, le pasaba la lengua por el tronco hasta llegar a la bace y regresaba hasta la cabeza de nuevo, me la metí en la boca y no podía tragármela entera era muy gruesa y me ahogaba, me pidió que me pidiera sobre su abdomen y que siguiera chupando, y comenzó a hacerme un beso negro, sentir esa lengua pasar por todo mi trasero y entrar en mi año fue una sensación exquisita, sentía una electricidad en mi cuerpo cada vez que el metía la punta de su lengua y luego empezó a meterme los dedos
Yo seguía en mi trabajo y cada vez que me tragaba su pene el metía con más ganas su lengua en mi ano, haci estuvimos un buen rato hasta que ya tenía 2 dedos adentro y me dijo que me sentara encima, le puse un condon, y me acomodé para meterme su pene por el culo, al comenzar a entrar fue un dolor inmenso, no podía soportar y solo llevaba la punta, me dijo que cambiáramos de lugar y me puso boca abajo sobre la cama con el culo parado, puso un poco de vaselina en su pene y me unto un poco en mi ano, comenzó a meterlo y entro más fácil, me dolió pero no como la primera vez, ahora entro más fácil, se quedó ahí por un momento y espero que me acostumbrará, comenzó con el mete saca
Me agarro de la cadera y comenzó a enterrarme su pene hasta que sentí su vello pubico en mis nalgas, ahí ya comenzó más fuerte y comencé a sentir menos dolor y más placer, se dejó caer sobre mi cuerpo y podía sentir los pelos del pecho en mi espalda, me agarro los brazos y empujaba su pene a un ritmo constante pero cada vez más rápido, cambiamos de postura y me puso patitas al hombro, tenía todo mi cuerpo a su merced, yo solo gozaba y me dejaba controlar por mi macho, ahí ya comenzó a metérmela de forma fuerte, yo gozaba y gemía de placer, sentía su pene grueso invadiéndome por dentro, cuando comencé a sentir que su ritmo de incrementaba, su respiración se agitaba y su pene estallaba en una explosión de semen que llenó todo el condon, me sentía satisfecho nos corrimos juntos y nos fundimos en un beso apasionado aún con su pene dentro mío, mis limpiamos mutiamente, yo dejando lo más limpio que pude su pene y él pasaba su lengua por mi ano, fue una experiencia única con un maduro de 51 que superó mis espectativas en el sexo.
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