CON EL MENSAJERO DE LA OFICINA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Vivo en valencia, una ciudad de la zona central de mi paìs venezuela, tengo 42 años y soy periodista, trabajo como gerente en una empresa de unos 200 trabajadores. entre esos trabajadores está fernando, un hombre de unos 40 años, moreno, alto, musculoso y sobre todo con un abultado paquete, que sobresale de sus pantalones jean que usa siempre ajustados. desde la primera vez que lo ví, me llamó la atención su porte varonil, de macho criollo, siempre que nos saludábamos, y se generó entre nosotros una especie de atracción, que me producía mucho nerviosismo,
Fernando me miraba de una forma extraña, y al darme su mano al saludar se quedaba apretando más de lo usual, así estuvimos por casi dos años, hasta que en una oportunidad nos enviaron a trabajar a un grupo de compañeros a otra ciudad, y fernando tuvo de conducir el vehículo. es así como al llegar al hotel donde nos alojaríamos, nos asignaron habitaciones compartidas, menos a él, quien debía quedarse solo. mis compañeros de trabajo decidieron salir a conocer la ciudad y yo con el pretexto de descansar decidí quedarme en el hotel. fernando me acompañó a mi habitación a dejar el equipaje, al entrar una tensiòn erótica se apoderó del lugar, yo estaba muy nervioso y no quería equivocarme con ese macho que tenía en frente de mí, así que le dije que si quería nos reuniéramos más tarde a tomar algo, a lo que me respondió que si yo quería podía ir a su habitación, me dijo que se iba a dar un baño y que fuera en una media hora;
Fue el tiempo más largo, me dí también un baño y subí a su cuarto; cuando me abrió la puerta, estaba recién bañado con la toalla en la cintura, me invitó a pasar y se acostó con las piernas abiertas, dioosssss, tenía frente a mí al macho deseado, me quité la ropa y me dijo que haríamos lo que yo quisiera aunque no estaba acostumbrado a estar con hombres…me acosté junto a él, y dejó al descubierto su enorme pedazo de carne, como de unos veinte centímetros, grueso, insaciable comencé a lamer su gran miembro, sus bolas, fernando se volvió como loco de placer, se acostó de frente sobre mí y empezó a moverse, recostando su pene con el mío, era un sueño hecho realidad, me sentí en la gloria, hasta que me levantó y me puso en cuatro patas, se ensalivó su miembro grande y grueso y lo introdujo en mi culo hambriento, tuvo mucho cuidado pues me dolió al prinicipio,
Después empezó a moverse con fuerza, solo lo escuchaba decir lo sabroso que se sentía, y yo estaba en el cielo, con esa enorme verga dentro de mí, yo acariciaba sus enormes bolas, y me aseguraba que fuera lo único que quedara afuera, hasta que me lo sacó, fue al baño a lavarse y volvió para que diera otra mamada, lamí todo ese enorme pene como un bebé con su mamila, y vino entonces un enorme chorro de leche caliente que me llenó la boca, la cara, los oídos y el pecho, fernando gemía como un toro, me tragué la mayor cantidad de leche, y masturbándome fuertemente, también acabé como nunca.
Me limpié la poca leche de fernando que había quedado sin tragar….me fuí a mi habitación, con la sensaciòn de haber disfrutado de mi deseado macho…. al otro día volvimos a valencia, pero esto solo fue el inicio de muchos encuentros posteriores, que serán objeto de otros relatos.
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