CON EL MENSAJERO DE LA OFICINA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo luis, tengo 40 años y soy periodista, trabajo para una empresa de publicidad en valencia, venezuela, desde hace seis años; ahí conocí a fernando, el mensajero, un hombre de unos 38 años, moreno, alto, casado con 8 hijos, el típico hombre latino, muy varonil; al presentarme la primera vez quedé enganchado con ese hombre, sus facciones toscas y fuertes, despertaron en mí una profunda atracción, no pude evitar mirarlo con lujuria, cosa que hoy estoy seguro fue advertido por fernando, pero que no me manifestó sino más adelante; su forma de vestir era muy básica, al estilo vaquero, enormes y desarrollados brazos hacían que sus camisas evidenciaran un cuerpo atlètico, y al bajar la mirada podía observarse un enorme bulto escondido en sus ajustados pantalones jeans. todos los días debía pasar por mi oficina a recoger correspondencia;
En cada oportunidad nos saludábamos de manos, los apretones se hicieron más fuertes, siempre que lo veía mi cuerpo temblaba, sentía cosquillas en todo mi cuerpo al imaginar a ese macho desnudo frente a mí, yo no perdì oportunidad de mirar (con disimulo) su paquete, que en ocasiones supe que lo traía erecto; no nos decíamos una sola palabra; así pasó el tiempo, hasta que se dio la oportunidad de viajar con unos compañeros a otra ciudad, en la que debíamos realizar un trabajo especial; y se asignó a fernando la responsabilidad de servir de chofer… durante el viaje, imaginè a fernando dàndome todo el placer que un macho puede brindarme, pero lo asumì como una fantasía como muchas de las que había tenido con fernando desde que lo conocí, sin saber que esa sería la oportunidad de hacerlas realidad. al llegar al hotel donde nos hospedaríamos, nos asignaron habitaciones compartidas, menos a fernando a quien correspondió una habitación solo para él… mis compañeros decidieron salir a recorrer la ciudad; y yo con el pretexto de descansar, decidí quedarme en el hotel; fernando me acompañó a mi habitación para dejar el equipaje, y fue entonces cuando al entrar se generó una fuerte tensiòn sexual que inundó todo el espacio; yo no podía respirar de la emociòn y del deseo; fernando también se puso tenso; me dijo que si quería podía ir a su habitación en media hora que iba darse un baño y se marchó, le dije que ahí estaría. quedé muy excitado, me dí un baño y fuí a la habitación de fernando, muy nervioso, pero a la vez emocionado de poder estar a solas con mi macho soñado;
Toqué la puerta y al abrir estaba fernando con una toalla blanca en la cintura, dejaba ver sus enormes pectorales peludos, y se marcaba detrás de la toalla una enorme verga ya erecta; sin mediar palabras se acostó boca arriba y abrió sus piernas, se quitó la toalla y dejó salir frente a mí su pene grande y grueso, de unos 22 centímetros; al ver aquella escena, me desnudé de inmediato y me acosté junto a él, sin esperar tomé su enorme verga con mis manos y me la llevé a la boca, para darle una deliciosa mamada, pasé mi lengua por esa cabezota, que ya emanaba lìquidos preseminales, me saboreé y seguí chupando su verga, descendía con mi lengua por todo ese gran palo y llegaba hasta sus enormes bolas, sentía el calor que emanaba de su guevo; pude percibir una mezcla de jabón con el olor a macho que tanto había deseado, fernando gemía de placer, solo decía, chupa más mi putica, y yo obediente seguí metiendo su enorme miembro en mi boca hasta mi garganta; en un momento fernando se paró y me volteó, se subió sobre mi dejándome sentir su miembro en mi rajita, hasta el punto que le pedí con súplica que me embistiera, puso la cabeza de su verga lubricada con su saliva en la entrada de mi ano, y lentamente fue dejando entrar todo el palo en mi culo, hasta que sentí sus enormes bolas rozar mi entrepierna, diossss me sentía en cielo, primero poco a poco y luego comenzó a darme embestidas más fuertes
Yo gemía de placer y fernando hablaba de lo bien que se sentía, que rico guevo el de fernando; hasta que lo sacò y me preguntó que si quería su leche en mi boca, le respondí con ruego que me la diera, le dí una nueva mamada, me tragué toda su verga, yo me masturbaba fuertemente, y sentí que chorros de leche salían sin contemplación de aquel miembro caliente, llenàndome hasta la garganta, me la tragué completamente toda y limpié con mi lengua la cabeza de ese enorme guevo hasta dejarla limpia; y con un gran gemido acabé soltando leche en cantidades. me vestí, no quise bañarme, pues queria mantener el mayor tiempo posible ese olor macho que dejó la cogida de fernando en mi culo, en mi boca y en todo mi cuerpo. al día siguiente nos vimos en el desayuno, como si nada, regresamos a valencia, satisfecho de haber cumplido mi sueño con ese semental. aunque no es frecuente, despuès de esta historia, hemos tenido otros encuentros, los detalles los reservo para otros relatos.
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