Con el morrito II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por DaveRR.
Ya les conté como conocí a este putito en unos baños públicos, como se dio gozo con no sé cuántas vergas aquel día, ahora les relatare que aproximadamente unos 15 días después de aquella excitante experiencia nos volvimos a encontrar, he aquí mi historia:
Nos pusimos de acuerdo en vernos en el centro de la ciudad, he de decirles que fue el morrito quien propuso este encuentro, es por eso que no siento remordimiento de haberme echado a un menor de edad, pues bien sabe el putito que eso es lo que él quería y sobre que no fue la primer ves que lo hacía.
Ese día yo llegue como 10 minutos tarde, pues había algo de tráfico, cuando lo vi inmediatamente me pregunto que como estaba, que que tal me había ido, cosas así, que por naturaleza alguien te pregunta después de cierto tiempo sin verse, yo le conteste y le propuse caminar a lo que el acepto mientras me decía que si podíamos ir a mi casa para estar más tranquilos, obvio yo no acepte, le dije que no era buena idea, qué pensarían mal al vernos con cierta edad de diferencia, puesto que vivo con mi familia, el morrito comprendió y dispusimos a seguir caminando.
Ninguno de los dos sabíamos hacia a donde íbamos, la caminata fue larga y muy provechosa, pues platicamos de todo lo que se nos ocurría, así hasta que llegamos a una zona donde habían muchos sembradíos de maíz y ahí aproveche, le propuse que entráramos a uno de los terrenos.
Yo entre primero y el morrito me seguía hasta que encontramos una zona más o menos cómoda, apenas me iba a sentar cuando el condenado chamaco me comenzó a manosear el bulto y pues yo también comencé a acariciarle ese culito tan sabroso que pronto seria mío, le comencé a tocar todo su cuerpo; sus nalgas, su cintura, su cadera, su pecho, iba tan lento, lo tocaba de arriba abajo una y otra vez, le di un beso que el respondió nuevamente de manera inexperta mientras que metía sus pequeñas manos mi pantalón, jugaba con mi verga como un niño con juguete nuevo, yo no dejaba de acariciarlo ni de besarlo, lo acercaba hasta mi cuerpo de manera que sintiera mi calor y mi deseo de hacerlo mío.
De pronto él se tomó su tiempo de desabrocharme el pantalón lentamente, saco mi verga ya bien caliente y parada y por un lapso de 3 segundos se le quedo viendo tomándola con sus dos manos, hasta que se animó a decirme que estaba bien grandota, acto seguido el muy puto se la sambutió toda en su boca, y así comenzó a darme unas increíbles mamadas, nuevamente se la estaba comiendo completita, no perdía ningún segundo, la saboreaba como si fuera la última verga que se lo trababa.
Oír esos sonidos de placer que daba el morro me ponían a mil, esos sonidos que haces cuando comes algo extremadamente delicioso hoooo siii, sonidos de placer combinados con quejidos provocados por mi gran verga que apenas y le entraban por la boca.
Sabía que tardaría en venirme, pues soy muy aguantador para el sexo, así que levante al morrito que estaba hincado frente a mí, lo voltee y le baje su short, esa fue la primera vez que pude apreciar más mejor ese delicioso culito, tan redondito y durito, era de los mejores, lo acariciaba como loco y lo besaba con desesperación, tan solo tenerlo de espaldas con el culo frente a mi elevaba mi intensidad y mis ganas de darle unas buenas cogidotas, le comencé a dar un beso negro, para que se excitara mas y no costara trabajo penetrar ese hermoso culo.
Ya me urgía ensartarlo con mi caliente verga, rápidamente saque un condón de mi mochila, me lo puse, lo tome de la cintura y woooow, el tenerlo de espaldas, en esa posición, esa escena me calentaba más y más, rozaba mi verga con sus nalguitas mientras acariciaba su espalda, su cuello y todo lo que podía.
hoooowwww… estaba tan caliente, mi miembro estaba listo, se encontraba en la entrada de su culo, ya no pude más y sin avisarle le metí media verga de un solo golpe, no me costó trabajo y el muy puto ni se quejó, ya hacía tiempo que le habían roto el culo, entonces sin miedo, de un empujón le metí toda la verga, hooo, era tan cálido estar dentro de él, el morrito tenía una cara de placer que tan solo me motivaba a acelerar mis embestidas, lo tome con ambas manos de sus caderas y a un ritmo despiadado me comencé a mover de atrás para adelante, hoo sí que estaba intensa la situación, los dos lo estábamos disfrutando, el solo daba gemidos de placer y yo lo agarraba con una mano de su cadera y con la otra de su pelo, sin dejar de darle sus vergazos por el culo lo jale de su cabello hasta quedar junto a mí, le gire su cabeza para que me diera la cara y así poder darle un beso, pues esa es una de mis posiciones favoritas, sí que estaba a mil, no dejaba de cogérmelo, su culo estaba tan rico y cada vez le daba con más fuerzas, el solo cerraba sus ojos mientras escuchaba su respiración agitada, sus gemidos de placer que me decían –Ho sii, cógeme más, mas , más duro, métemela toda.
De pronto me dijo que me detuviera, pues el condón se había roto, estaba tan caliente y tan concentrado que no me di cuenta, saque mi verga de ese hermoso culo y si, se había roto, pude apreciar su ano bien abierto, pero ya no llevaba más condones y fue el mocoso quien me propuso que terminara en su cara.
Woooow, la verdad eso es algo que nunca había hecho, así que volví a hincar al chamaco a que me la mamara más hasta que después de unos 5 minutos que me la estuvo lustrando descargue toda mi leche en su carita, sí que fue mucha, pues lo caliente de la situación provoco una acumulación inmensa de semen, el cual cubrió toda su cara de ese pequeño niño goloso, cuando termine de expulsar hasta la última gota en su rostro, vi como el morro se embarraba todo mi semen en toda su piel, como si se tratara de una mascarilla de belleza, esa experiencia fue una de las mejores que me han pasado, después de ese día nos fuimos cada quien por su lado, y aunque no lo tenía planeado lo hice mío, le di sus buenos vergazos, por el culo y por la boca, me hizo gozar, y sé que el muy puto también lo disfruto
Pero para evitarme problemas lo borre de mis contactos y no lo he vuelto a ver desde ese día, pero no dudo que el muy puto ande por ahí buscando algún chavo vergudo para que le de unas buenas mamadas y le vuelvan a abrir ese hermoso y delicioso culo juvenil, quien sabe tal vez te lo encuentres tu por ahí, en un baño, en un callejón obscuro… con hambre de verga, si lo ves, déjate llevar.
Excelente, es de mis favoritos