Con el novio de mi prima…T_T
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Les cuento que mi tía, la hermana de mi mamá, siempre ha vivido cerca de mi casa. Mis primos y yo nos hemos criado como hermanos. Pues resulta que cuando yo tenía como unos nueve años, mi prima Iliana, tenía un novio llamado Gustavo.
Como yo siempre estaba con ella en su casa, cuando Gustavo iba a hablar con ella, yo también charlaba con él, me parecía muy simpático y lindo. Pero un día soprendí a mi prima, tocando con su mano entre las piernas de Gustavo, ella le acariciaba algo, que a él se le levantaba, entre los muslos y él suspiraba, sobándole a ella los senos. Tan pronto me vieron se separaron, pero como estaban de pie esa portuberancia, que tenía Gustavo entre sus piernas, no la pudo disimular y todo ese paquete se marcaba, en sus ajustados pantalones.
En eso mi tía Rosa, llamó a Iliana y ella aprovechó como asustada y abochornada y se fue corriendo. Ya solo yo con Gustavo, él me dijo que no dijera nada, de lo que vi, que me quedara callado, que eso eran cosas de novios y que me iba a comprar unos dulces luego. Yo que aun en mi inociencia, siempre he sido un poco curioso, le contesté, que yo no le decía nada a mi tía Rosa, pero que a cambio él me tenía que dejar tocar también a mi, eso tan grande que se le veía ahí, y debo aclarar, que yo no dejaba de mirarlo ahí abajo. Pero Panchito, los dos somos hombres, me contestaba Gustavo, y como yo no entendía, que él me quería decir con eso, insistía en querer tocarselo o le decía a mi tía.
Está bien Panchito, pero no digas nada y dále, rápidito, que puede venir Iliana. Yo inmediatamente se la comenzé a tocar, el bulto que ya se había casi bajado, volvió a ponerse duro rápido. Le pasaba mi pequeña mano y lo sentía duro, le pregunté que por que su pipí, se ponía asi de duro. Gustavo entre suspiros me dijo, que el hombre se ponía cachondo y caliente, cuando le tocaban la verga o sea su pipí, como decía yo. Velaba a la vez que nadie viniera, pues se excitó a sobremanera con mis tocadas. Te gusta tocarlo Panchito, te gusta? Y yo le dije que si, que me gustaba por que era muy duro. Y Gustavo me dijo, que si yo no decía a Iliana ni a nadie, de eso que me dejaba hacer, luego mas tarde me lo enseñaría, para que lo viera. Uyyy, yo me sentí el chico más feliz del mundo, como cuando le ofrecen un juguete nuevo y le dije, que no se preocupara, que yo no diría nada. A todo seguí tocando y él me dijo, que ya, que Iliana podía volver.
Yo me fui por allí a jugar, pero no podía dejar de pensar, en Gustavo y su paquete, en eso tan duro, ahí en su pantalón. Como era de día, Tía Rosa e Iliana le pidieron a Gustavo, que fuera en si auto a buscar unas cosas al Supermercado y Gustavo me invitó, ellas me dijeron que fuera con él y yo muy contento, me fui con él, en el auto. Tan pronto salimos a la carretera, Gustavo me dijo, dále Panchito, tócalo ahora, que nadie nos ve. Y yo me pegue a su asiento y lo comenzé a sobar, pero noté que ya estaba duro de nuevo. Buscó un lugar apartado y por dónde no pasaba nadie casi, y me dijo, que me la iba a enseñar.
Quedé perturbado cuando él se saco aquella verga, grande y gorda, bien venosa de cabeza ancha y roja. Ohhhh que grandota!, Exclamé yo… Panchito, que nadie sepa esto, no se lo digas a nadie y menos a Iliana, por que entonces, no nos vemos más nunca y ya no podré volver allá. No, Gustavo, yo no diré nada, pero, dime por que está asi. Y él bien cariñoso me cogio mi mano y la puso alrededor del tronco, toca, asi, Panchito así…yo cogí confianza y lo subía y lo bajaba, Gustavo se agitaba, y me comenzó a tocar mi culito, a sobarme las nalgas, me gustaba mucho todo eso, y yo nunca lo había echo.
Gustavo, me bajó el pantalón y me metía un dedo en el culo,pero sin hundirlo; me pidió que se lo chupara, al pricipio me negué, me dio asco, pero cuando él me convenció y al fin lo hize, me gusto y lo chupaba poco a poco. Pero los masajes de su mano en mi culo y su dedo tratando de entrar ensalivado en mi culito, me tenían arecho, caliente, yo mismo no sabía que me pasaba, y empezé a mamar aquella verga, como si se fuera a acabar el mundo! Gustavo gemía y me decía, que que rico se sentía, que desde ese día; iba a ser mi novio también, en secreto. Yo estaba feliz, feliz! Echó mi asiento para atrás, me quitó todo el pantalón y me acostó boca abajo, pidiéndome que parara bien el culo, yo lo obedecía, pero no sabía que él, me iba a hacer.
Con sus labios comenzó a besar mis nalgas y a lamer mi culo, cuando su lengua trataba de entrar la punta, en mi hoyito, me sentí morir de cosquillas y placer, yo nunca había sentido eso, como me gustaba y cometí el error de gemir y gritar que me gustaba, me gustaba…Gustavo me comenzó a decir cosas feas, que yo no entendía: "Ahora mariconsito, vas a saber lo que es provocar a un macho y ponerlo caliente, te voy a romper ese culito tan rico"….
Yo me esforzaba por parar bien el culo y como desde nene fui bien paradito y nalgón, Gustavo, seguía diciendo que ni Iliana tendría un culo asi de sabroso. En el auto tenía un gel y me untó en el culo y se untó él, en la verga. Sentía yo el chapotear de su pene ahora embadurnado de gel, chaz, chaz, chaz, se oía según él se la jalaba, para mantenerlo bien duro y me dilataba con los dedos mi culito virgen y estrecho. Ya me dolia, mucho al meter dos dedos, y grité, "Ayyyy Gustavo no me metas el deo duro, asi no, me duele", pero aquel joven estaba, bien entregado a poseerme y me decía, que aguantara que yo iba a saber ese día, lo que era gozar con otro macho.
Me fue metiendo la cabeza de a poquito, me decía que respirara hondo, en lo que me pasaba el dolor, yo lo trataba de hacer, pero me dolia mucho, mucho…y de repente, zaz…me la metió casi toda! Grité, lloré, traté de salirme debajo de él y creí que era mi fin, por el dolor tan fuerte que sentía: "Ayyyyyyyyyy, ayyyyy Gustavo que dolor, sacámelo, sacámelo por favor que me muero, ahhhhh ayyyyy". Ya, ya Panchito, ya va a pasar, estáte quieto, ya verás…me decía él, sin moverse dentro de mi, a la vez buscaba como besarme, por detrás del cuello y mis orejas, con su lengua limpiaba mis lágrimas, que bajaban por mi rostro de lado sobre el espaldar del asiento . Nunca hasta el día de hoy siquiera, había yo, sentido tantas emociones y cosas a la vez: dolor, placer, miedo, gusto, desesperación, vergüenza, pero a la vez ganas de seguir!
A medida que el dolor pasó, Gustavo me comenzó a follar lentamente, sin prisa, poco a poco, a meterla y a entrarla, sus manos las metió bajo mis caderas y así yo no tenía opción, de desengancharme de la verga, que había provocado con mi inocencia. Cuando me sintió sereno y que ya no lloraba, solo gemía muy quedo, comenzó a bombearme fuerte, yo echaba el culo para atrás como buscando que la verga, no se mesaliera ahora. Había momentos que entraba tan duro, que yo volvía a gritar y a quejarme, entonces el bien fatigoso, me decía, "Perdóname Panchito, es que estás tan bueno y estrechito, que te quiero atravesar todo"…Me vengo, me vengo en tu culo, que ahora es mio, gritó Gustavo y lo sentí hundir su verga en lo más hondo de mi ser, y quedarse quieto ahi. Me pareció una eternidad, esa chingada que me dió Gustavo.
Cuando terminó muy amoroso, me dijo que detrás del auto, me eñagotara e hiciera fuerza como, cuando uno evacua, para que votara la leche. Le pregunte sin atreverme a mirarlo a la cara, qué, que era eso de leche, leche dentro de mi? Me explicó que es lo que el hombre botaba por la verga cuando terminaba de meter y se venía. Ahora entendí. Me dio un pañuelo, yo me bajé del auto y mientras él orinaba, yo boté toda su leche del culo. Me limpié y entonces él, quizo ver como me había dejado mi culito. Me hizo arrodillarme de nuevo en el asiento y me abrió las nalgas…wow, como te dejé de rojo y abierto ese culito rico, me dijo Gustavo. Me duele mucho yo le contesté y añadí, que si se me iba a quedar, así abierto. Me dijo que no, que al rato se cerraba y que nunca en su vida había gozado tanto, como follándome a mi. Nos fuimos y de un teléfono público, llamó a tía Rosa, para decirle que su auto, se le había averiado, como era viejito. Tía Rosa le dijo, que no se apurara, que ya le extrañaba que no hubieramos llegado. Le preguntó que si yo estaba bien. Gustavo le dijo que sí, que yo estaba bien. Por dentro yo pensaba…bien, que mentiroso, si estoy esbarratado, adolorido, tengo el culo que me arde!
Por el camino de regreso me hizo jurar, que nadie sabría lo que hicimos…o lo que él me hizo a mi. Me decía que ahora él era mi novio también, inocentemente eso me hacia sentir bien emocionalmente y le juré amarlo siempre. Ese fue el comienzo de mis relaciones sexuales, con otro hombre a temprana edad. Me enamoré de Gustavo, si es que era amor, lo que sentía por él. Disfrutaba en mi mente a solas en mi cuarto, al pensar que yo e Iliana teníamos el mismo novio, y era consciente, de que ella no lo podía saber. Cierto es, que ella a veces me decía, que porque yo preguntaba tanto por él.
Y que a veces me daban muchos celos de ella. Gustavo buscaba una y otra excusa, para llevarme en su auto y metermelo por horas. Con él aprendí de todo en el sexo y a besar. Más aprendí a guardar un secreto y las apariencias, a soportar el dolor de mi culo y fingir que me había caído de la bicicleta, etc, si cojiaba al caminar; por que no se si era, por mi edad o lo grande de su verga, tardé mucho en acostumbarme a lo duro que me lo metía y a lo mucho que tardaba en venirse dentro de mi. Quedaba yo extenuado.
Conforme pasaron los años, Iliana y él se dejaron. Dejé de verlo a menudo y sufrí más que Iliana esa ruptura. Lloré a escondidas, lo que nadie sabe. La alegría huyó de mi forma de ser, me quería morir, en aquellos días. Me frustré tanto y comprendí, lo que es el dolor de perder un amor, de no tener con quien hablar o desahogarme por ser una relación prohíbida. Gustavo en los años siguientes, buscó la forma de estar conmigo, pues un día que logré volverlo a ver, le conté de mi dolor y que lo necesitaba, pues yo lo amaba. Así estuvimos juntos nuevamente, una que otra vez, hasta que nos dejamos de frecuentar definitavemente. Pero jamás lo he olvidado y el amor que le juré, siempre esta en un rinconsito de mi corazón. Gracias por leerme.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!