Con el nuevo dueño. por marcostiento
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por marcostiento.
Ya hacía seis meses que habíamos tenido el último encuentro con el soldado, ya que le habían dado de baja.
No voy a negarlo, ya a mi corta edad extrañaba su cuerpo y su sexo, así que de vez en cuando, me introducía el cabo del cepillo de pelo de mi madre imaginándome que era él.
Un día a mitad de año cuando mi papa vino de vacaciones por 15 días, mis padres me dicen que van a vender la casa y que nos cambiaríamos al norte del país de donde son los dos.
A la semana de poner el aviso de venta llego un señor diciendo que la compraba al contado.
Después de firmar los papeles mi madre le dice que no pensó que la venta seria tan rápida, y le pidió si nos podía dar tiempo para cambiarnos; ya que tenían que arreglar algunas cosas como la compra de una casa en el norte, además yo tenía recién dos meses de clase así que tendría que terminar el año en la escuela.
El hombre acepto diciendo que su familia no llegaría hasta dentro de 8 meses así que tendríamos todo ese tiempo para arreglar nuestras cosas.
Mis padres le dicen que como era el nuevo dueño podía hacer uso de las habitaciones de arriba hasta que nos vallamos.
El hombre acepto con duda para no molestar, así que al día siguiente se cambió al departamento de arriba.
Mi padre se marchó a semana con el objeto de buscar nuestra nueva casa, así que volví a quedar solo con mi madre.
Pasaron cinco días, y todo normal, cuando un viernes a la tarde, me encontraba jugando en la terraza cuando me dan ganas de ir al baño.
Así que creyendo que no había nadie entre al baño del arriba.
Cuál fue mi sorpresa al entrar encontré al nuevo dueño, afeitándose desnudo.
El hombre se llamaba Ernesto G.
creo que era geólogo y tenía unos 40 o 45 años, Ernesto era de contextura delgada, de tez blanca, con el torso quemado por el sol.
Su cabello de color negro era ondulado y bien cortado.
Su pija blanca como el papel, se asomaba entre una maraña de bellos negros.
Continuo, al encontrarlo exclamo sorprendido, perdón no sabía que estaba.
No, no hay problema, ¿querías usar el baño? dijo sonriendo.
Ssi, respondí sin poder de dejar de mirar fijo su cuerpo.
Ernesto que se había dado cuenta que lo miraba dijo, Bueno, pasa, parándose de frente a mí.
Tímidamente mordí mis labios, y con paso lento traspase la puerta, y pasando a su lado no pude resistirme y volví a mirar su sexo.
Después de hacer pis, me di vuelta, y allí seguía Ernesto parado de frente, ya con su miembro semi despierto.
Me miro y con voz suave pregunto ¿Te gusta lo que ves? No respondí, solo agache la mirada.
Ernesto se arrodillo frente mío y levantándome la cabeza, me miro a los ojos, y volvió a preguntar.
Si dije tímidamente.
El hombre sonrió y poniéndose de pie comento ¿Quieres verla mejor? Bueno respondí, y estirando mi mano tome su pija para comenzar a masturbarlo.
Ay, Marquitos dijo mientras envolvía mi mano con la suya.
Su caliente pija ya despierta por completo, lleno mis dedos, al tiempo que unas gotas de líquido transparente caían de su rosado glande.
Ernesto acariciando mis cabellos, pregunto.
Ya lo hiciste verdad? SI, dije con la cabeza, al tiempo que lamia mis labios.
En ese caso me la chupas? Sentencio el hombre.
No respondí y poniéndome de rodillas, comencé a chupar su pija.
Ah, que rico amor, comentaba con voz suave, mientras yo chupaba lentamente como queriendo saborear cada centímetro de su sexo.
Habían pasado unos minutos cuando Ernesto después de acariciar cabeza, comento Vamos a la pieza? Bueno, dije mientras me ponía de pie, y agarrándome de la mano el hombre me llevo adentro.
Fuimos al dormitorio, y después de ponerme en cuatro patas me bajo el pantalón corto, dejando mi cola al descubierto.
El hombre, inspecciono mis nalgas, y sin decir nada comenzó a lamer, morder y chupar mi tierno esfínter.
Ernesto después de deleitarse con mi ano, dejo caer un poco de saliva, para después introducirme uno de su dedo en mi ano.
AYY, MMM, MMM dije cerrando mis ojos.
¿Te gusta? Pregunto al tiempo que comenzaba un lento mete y saca.
AYY, SSIII, SIII, respondí con voz suave.
No había pasado ni quince minutos cuando Ernesto, comento Lo dejamos para otro día tengo que ir a dar clase.
MMM, BUENO, dije medio frustrado.
Mi madre llego a las 18:30 y el resto de la tarde paso normalmente.
Después de cenar como a las 10 de la noche mi madre me manda a bañarme y dormir.
Mañana es sábado, proteste.
No importa yo tengo que trabajar así que nos vamos a dormir, dijo dándome un pequeño tirón de orejas.
El despertador sonó a las 5:30 de la mañana, mi madre después de cambiarse me despertó para darme las recomendaciones de siempre (no salgas a la calle está lloviendo, abrígate está haciendo frió, compra comida en lo Ema, que volvía a las 15, y que me porte bien), a las 6:15 salió de casa para tomar el colectivo en la esquina a las 6:30.
Después de acompañar a mi mama hasta la puerta, volví acurrucarme en la cama, me disponía a dormir cuando escucho tocar suavemente la puerta de la cocina que da al patio.
Salgo a ver y al correr encuentro a Ernesto parado en la puerta.
Con dedos presurosos, quite el pasador y abrí la puerta, cálido Un Hola te desperté?, para después agregar Ya se fue tu mami?.
SI, YA respondí fregando mis ojos.
Qué bien exclamo Ernesto mientras entraba en la cocina, descalzo, vestido con una bata azul.
Me miro a los ojos y dibujándose una sonrisa en su rostro pregunto Seguimos?, al tiempo que ponía un frasquito sobre la mesa.
NO SE, TENGO SUEÑO, respondí somnoliento.
Que lastima si no quieres, no hay problema, exclamo mientras desataba el cinto de la bata, para mostrarme su desnudo cuerpo.
Con ojos dormidos, mire su sexo.
Ernesto sonrió y tomándose la pija volvió a preguntar, Seguimos?.
No lo pensé más, y con voz suave dije BUENO.
El hombre dejo caer la bata, y tomándome en sus brazos me llevo a mi cama donde varias veces me hizo suya el soldado.
Una vez adentro me puso de pie sobre la cama, sus cálidas manos desnudaron mi cuerpo.
Ernesto me miro fijo, y después de comentar lo hermosa que era, comenzó a lamer mi torso, mientras metía sus dedos en la raja de mis nalgas.
Su boca subió por mis hombros, para luego unir nuestros labios en un inmoral beso, mientras sus manos jugaban con mis nalgas.
Yo que temblaba como una hoja, no sé si por el frió o la emoción de ser poseída, mordí suavemente su lengua.
Ernesto zafándola beso mi cuello y acercando sus labios a mi oído derecho me pregunto ¿Con quién lo hiciste? CON UN SOLDADO, dije mientras veía a Ernesto mojar su dedo con saliva.
Y fue el primero? Volvió a preguntar.
SI, respondí al tiempo que sentía el dedo de mi nuevo amante entrar en mi ano.
Y te gusto, verdad? Comento mientras lo metía y sacaba lentamente.
AYY, SSIII, SIII, dije levantando mi pierna izquierda.
Ay sos tan chiquito y tan putito, exclamo para luego agregar Decime que te la meta, dale pedime, dijo clavándome su dedo más profundo.
AYY, SII, METELO, METELO, le dije casi imperceptible.
Mi pedido no se hizo esperar, Ernesto me puso en cuatro y después de lubricarme abundantemente, comenzó a penetrarme lenta muy lentamente.
AHH, AYY, AHH, gemía al sentir como mi infantil agujerito se rendía al paso de su pija de hombre maduro.
Con estocadas lentas pero profundas, comenzó a estremecer mi pequeño cuerpo de 8 años.
Te gusta? pregunto Ernesto con voz suave.
Solo un gemido de placer salía de mi boca, mi nuevo amante no era como el soldado, eran muy diferentes; Ernesto lo hacía despacio muy despacio y profundo, mientras que el soldado lo hacía rápido, alternando estocadas rápidas con estocadas más lentas.
Te gusta verdad? volvió a preguntar.
AYY, SIII, SIIII, dije al tiempo que bajaba mi torso dejando mi cola en punta.
Ernesto acelero sus estocadas para después dejar estallar su pija en esfínter.
Uy amor, exclamo mientras se recostaba a mi lado.
Su mano derecha acaricio mi pierna, y con la respiración aun agitada pregunto, Asi te lo hacia? NO SE, dije recostándome a su lado.
Te la metía toda?, me volvió a preguntar.
AVECES, PERO ME HACIA DAR GANAS DE IR AL BAÑO, respondí.
Ahh, era muy grande? pregunto mientras sus dedos jugaban con mis tetillas.
SI, CREO QUE SI, ERA GORDA Y LARGA, le dije.
Ahh, que tan grande? comento dejando bajar su mano por mi cintura.
UNA VEZ LA MEDIMOS, TENIA COMO 18 CM, respondí mientras pegaba mi cuerpo al suyo.
Ay amor, tan chiquito, exclamo con voz obscena, para luego agregar Chúpala.
En silencio me ubique entre sus piernas, y acercando mis labios devore su semi dormida pija.
Una mezcla de sabores entre mi interior y semen invadieron mi boca.
Su pija lentamente, comenzó a crecer con cada succión de mis labios, hasta llenar mi boca.
El hombre puso sus manos debajo de mis axilas y empujándome hacia arriba hasta recostarme sobre su cuerpo.
Me miro a los ojos, y sin decir nada beso mis labios, al tiempo que una de sus manos llegaba a mis tierno ano.
Yo, presa del deseo de sentir nuevamente su pija dentro mio, me abrí las nalgas, para luego sin dejar de besarnos sentir como el me la metía de una sola estocada.
AYY, AHH, AHH, exclame con mi colita llena de carne.
Te duele? me pregunto Ernesto.
NNO, NOO, respondí separando mis piernas.
Ven mi amor, dijo mi amante, poniéndome sobre mi lado derecho arriba en la cama, Ernesto se ubicó frente a mi y después de levantarme las caderas con mi almohada, me doblo la pierna izquierda a la altura de mi pecho, para después comenzar a cogerme.
AHH.
AYY.
AHH,.
AHHH.
AYY, comencé con voz entrecortada.
Te gusta así, mamita? Te gusta? pregunto Ernesto acelerando sus estocadas.
AYY,.
SII.
MEE .
GUUSSTAAA.
SIII.
dije casi a gritos, mientras sentía como su falo entraba y salía de mi esfínter.
Ay me voy, me voy, dijo Esteban sacando su pija para ponerla dentro de mi boca, descargando su chorro de semen lleno mi boquita.
Bebí, su néctar caliente y espeso, que descendió por mis entrañas quemándome mi garganta y estómago.
Te gusto el desayuno? Pregunto Ernesto sonriendo.
SI respondí mientras terminaba de saborear las últimas gotas.
Decime algo? ¿Qué pija te gusta más, la de él o la mía? Pregunto recostándose en la cama.
NOSE, LAS DOS SON LINDAS, dije mientras comparaba en mi mente.
Está bien, si te gustan las dos, exclamo para luego agregar, Amor anda a lavarte la colita, BUENO, dije bajándome de la cama.
Ya en el baño conocía la rutina, primero expulsar la lechita, para después lavarme muy bien con agua y jabón en el bidé.
De regreso me acuesto de espalda a su lado; Esteban que me había arrimando su cuerpo, me abrazo por atrás, para luego comenzar a besar mi nuca y cuello.
MMM; MMM exclame al sentir sus labios sobre mi piel.
Lentamente sus cálidos labios, bajaron por mi espalda hasta llegar a mis nalgas, donde después de abrirlas con sus dedos empezó a lamerme, besarme y chuparme mi infantil agujerito.
MMM, AYY, AYY, empecé a gemir y retorcerme, ante despiadado ataque de su boca.
Invadido por un placer indescriptible, inconscientemente abrí mis nalgas con mis manos al tiempo que levantaba mis caderas.
Ernesto se arrodillo detrás mío, y posando su sexo en mi ser, lo introdujo lentamente.
AYY, MMM, dije entre dientes.
Te gusta amor? pegunto el hombre mientras comenzaba a moverse.
AHH, SSII, AYY, AHH, dije sintiendo como sus testículos golpeaban rítmicamente mis nalgas.
Ernesto después de un rato, saco su sexo y dándome vuelta boca arriba, puso mis pies sobre sus hombros, para luego clavármelo de una sola estocada.
AYYY, DOONN, exclame con mis ojos cerrados.
No me digas Don, decime papi amor, comento Ernesto lamiendo mis pies.
AYYY, AYY PAAPII, AYYY, dije rozando sus rodillas con mis manitos.
Te gusta? Mi putita, pregunto mientras se movía más rápido.
SSII, PAPII, SSIII, respondí.
Te gusta toda adentro? Me pregunto mi amante.
AYY, SII, SSIII, dije al tiempo que volvía a llenarme con su tibia leche.
Ernesto que se había quieto dejando su latente pija incrustada en mi ano, bajo mis piernas.
Nos recostamos en la cama, un suspiro se escapó de mis labios.
Decime como empezaste con él? pregunto con voz obscena.
Fue en las vacaciones, el me mostro su pito y me dijo que lo tocara.
Después me llevo a la pieza y me saco la ropa y después me la metió dije con mi infantil voz.
Ah, y te la metía toda? Volvió a preguntar.
Creo que si pero me daban ganas de ir al baño, respondí.
Ah, y con la mía no te dan ganas de ir al baño? Me pregunto jugando con mi ombligo.
No, con la tuya no, dije acurrucándome a su lado.
Tienes sueño? Exclamo sonriendo.
SI, respondí.
Bien duerme mi niño, duerme, dijo mientras me abrazaba.
Bien espero que les haya gustado, les recuerdo que es 100% real, y cabe aclarar que esa no fue la única vez, mi amante siempre dispuesto bajaba tres o cuatro veces por semana a visitarme.
Pero esa es otra historia.
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