CON EL NUEVO VECINO RAUL
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Despues de las vacaciones de verano que habia pasado con mi papá regrese a ese apartamento en donde vivíamos todo fue normal, el regreso a clases, la academia de futbol en la que me encontraba, los amigos…
En una ocasión llegando de la escuela, vi que se estaban mudando al apartamento de arriba, esos muebles, muchas cajas, maletas y algunas bolsas de plástico lo delataban todo.
Mi padre siempre fuera por sus negocios y mi madre llegando siempre tarde de su trabajo hacían que yo siempre saliera a comprar comida en un pequeño restaurante que estaba en la colonia, la señora ya me conocía e insistía en que debería de comer como un perro de basurero, me servía demasiado y yo tan delgado…no me cavia mucho.
Esa tarde de la famosa mudanza, fui a comer como la mayoría de los días a ese pequeño restaurante, al estar comiendo la señora Mary (que así le he dicho siempre de cariño), me dijo:
– Parece que ya vas a tener con quien jugar y no estar todo el tiempo aburrido. Yo le dije conteste: ¿por qué?
Me dijo que el matrimonio que se había cambiado al apartamento de arriba tenía un hijo más o menos de mi edad, lo que me dio igual.
Esa noche, tocaron a la puerta de nuestro apartamento mi madre abrió y oh sorpresa! Eran los nuevos vecinos con su hijo Raúl (que aun no sabía que se llamaba así ni nada). Mi madre tuvo la amabilidad de pasarlos y charlar con ellos un buen rato, platicaron de cosas de adultos, trabajo, sus profesiones y claro: nosotros sus hijos.
Ya eran como las 10 de la noche cuando le dije a mi mama: – iré a mi recamara a jugar play station, a lo cual me “sugirió” – Invita a Raúl que se ve igual de aburrido que tu. Lo tuve que hacer más por cortesía que por otra cosa.
Raúl era un niño de mi misma edad, igual de delgado que yo, guapo, pero muy serio, no hablaba, no reía ni nada.
Al meternos a mi habitación jugamos más de dos horas, sin darme cuenta me quede dormido, era viernes y no me importaba trasnocharme.
Por la madrugada, mi pantalón de la escuela, que aun traía puesto, me era incomodo para dormir, medio me desperté y me lo quite, quede es esos bóxers azules que me había comprado mi madre, que por cierto me incomodaban un poco porque eran de licra y me escocía mucho mi pene.
Cuál fue mi sorpresa que Raúl se había quedado dormido también y en mi cama…todo estaba obscuro, sin ruido, al parecer mi madre decidió que él se quedara con nosotros para no despertarlo. Lo mire y lo moví un poco, despertó y le dije: – ¿Te dejaron quedar tus papas o qué? El solo subió los hombros, como diciendo que no sabía nada. Despues de eso lo que hice fue recostarme de lado, dándole la espalada a Raúl. Ya me estaba quedando dormido nuevamente cuando sentí que, ese niño que se había quedado conmigo me echaba el brazo como abrazándome, replegándose mucho a mi, el sueño se me quito, sentía su respirar en mi cuello, su mano buscaba mi mano, el por supuesto estaba muy dormido, eso me éxito muchísimo, de repente sentí su pene erecto en mi trasero, se sentía más por el sierre de su bermuda, mi corazón palpito mucho, me emocione al saber que podía tener una experiencia de ese tipo (nunca pensé que era gay o algo así, simplemente la calentura a esa edad es la calentura y punto).
Mi mano fue sigilosamente a su sierre, lo baje muy despacio, el se movió un poco pero no me importo, sentí su ropa interior mojada, lo acaricie por encima de su trusa, su pene era un más grande que el mío yo lo estaba disfrutando, con esa adrenalina de hacerlo despacio y de aguantar la respiración, de que mis movimientos no fueran tan bruscos para no despertarlo, en eso me dijo: -¿Qué estás haciendo?, mi calentura se bajo a frio absoluto, me puse muy nervioso, mi pene se puso como en invierno, quite mi mano rápidamente y me hice el dormido, Raúl me movió un poco y me insistió: ¿Qué me estabas haciendo?, yo le dije: -Nada, estaba soñando, claro que él no se trago esa historia, a lo que respondió: -¿te hago una chaqueta como la que me estabas haciendo?, me di la vuelta para quedar acostado boca arriba, esa fue mi respuesta.
El metió su mano en mi bóxer, su pierna la encimo en las mías, trataba de besarme mientras me masturbaba, yo no me quería dejar porque solo le había dado besos a mi novia (porque tenía novia), fue tanta su insistencia que deje que me besara un poco, esos pequeños ruidos de los besos que me daba en los labios me pusieron muy caliente, sentía su pene muy erecto en mi pierna, yo lo trate de masturbar pero él no quiso esa noche, Raúl disfrutaba de lo que me estaba haciendo, me bajaba todo el glande, sentía rico, todo ese liquido pre seminal mojo mi pene, sin preguntar, sus besos bajaron a mi abdomen, bajo con cuidado mi bóxer y mi pene lo metió por completo en su boca, recuerdo que se lo metía todo y cerraba su boca para jalarme el glande con sus labios, el era más cuidadoso no sentía que sus dientes me lastimaran, trato de chuparme mis testículos pero me dieron muchas cosquillas y le dije que no, que eso me hacía reír, la calentura subió y solo me pelaba y recubría mi pene con su boca, sus diente rosaron un poco, me queje pero esos quejidos excitaron mas a los dos, sentí esa sensación en mi cuerpo, esos escalofríos, mi abdomen se contrajo y ese placer en mi pene me decían que estaba a punto de eyacular, le tome su cabeza con mis manos, el entendió que no podía para de chupármela, esa sensación de eyacular en su boca fue algo sensacional, su lengua tratando de lamer todo, el ir y venir de sus movimientos para sacar más de mi semen, es algo que aun me excita. Raúl se trago todo, después de eso me puso mis bóxers y me mordió fuertemente los labios y me dijo: -Gracias. Yo estaba con ese sentimiento de gozo, de placer, de confusión, le respondí tocándole el cabello y haciendo esos movimientos que le hacemos a los perritos para acariciarlos.
El me abrazo toda la noche, no encontré ningún problema en eso después de lo que me había hecho. Al amanecer nos vimos frente a frente, aun acostados en mi cama, el trato de darme un beso, pero no quise, no sé por qué. Raúl solo sonrió y me dijo: -¿Te gusto?, yo solo puse mi cara de un gran placer, el entendió todo y me dijo: -por la tarde vamos a jugar fut, le dije que sí sin pensarlo, ese día fue de conexiones mutuas, nunca, hasta esos días de mi vida, había sentido algo especial por alguna persona de mi mismo sexo, el conocernos un día antes, tener esa experiencia, sentirnos amigos, reír con los chicos de la colonia, jugar futbol…Ese fin de semana fue especial, sentí por primera ese cariño por alguien.
Fue algo que me hiso comprender que no tenía nada de malo besar a un chico, que podía querer a alguien más que a mi novia, aun que el miedo de que mis padres se enteraran, me invadía en instantes.
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