CON EL PAPÁ DE MI AMIGA

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Desde que tengo uso de razón, me gustan los hombres, no me lo puedo negar. Siempre mi madre me añoñó mucho, y aunque no soy muy afeminado, en ciertos manerismos, algunos hombres o chicos, se dan cuenta que soy gay, desde niño. Mi piel es muy blanca, ojos color miel, pero que depende del color de mi vestimenta se ven verdosos, estatura media, torneadas piernas, dicen que de rostro hermoso y mi trasero prominente, no parece masculino. Muchos dicen que heréde esas carácteristicas de mi madre. Vivo solo con ella, por que mis padres se divorciaron, cuando apenas tenía unos seis o siete años. Él nunca me ha querido y fue de él, que escuché el primer insulto a mi homosexualidad: -pato- como se le llama en dónde vivo a los gays, despreciativamente.

Cuando tenía como siete años, nació en mi el deseo y la inquietud de aprender a bailar, ballet clásico, porque una amiga mía del colegio dónde estudiaba, tomaba clases de ballet y yo la veía con sus ropas y sus calzas, mallas, etc. y eso me gustaba. Mamá me inscribió, aun con la negativa y enojo de mi padre. En esos días mi madre no estaba y mi papá como siempre en momentos que ensayaba en mi cuarto, unos movimientos y pasos de ballet, me insultó. Me dijo cosas muy dolorosas, lo odié en esos momentos, más hizo algo que nunca olvidaré en mi vida: Se bajó sus pantalones y calzoncillos y agarrándose los huevos y su verga, me dijo que si eso era, lo que me gustaba a mi, que si eso era lo que quería. Yo recuerdo que yo temblaba de pies a cabeza, moría de miedo por su furia…pero no podía apartar mi vista de aquella verga, grande y cabezona, ya que yo nunca, había visto una así. Me abofetió, me grito pato, maricón, loca y me hizo agarrarla con mis manos y yo llorando, la tomé con mis temblorosas manos. Fue entonces cuando me empujó a la cama y se me acostó encima diciendome, si quieres un macho aquí, el macho soy yo. Me restregaba su verga en mi trasero vestido. No entendía, no comprendía, nada de eso que me decia, solo tenía unos siete años. Le grité que me dejara, que se lo iba a decir a mi mamá. Entonces se quitó y me pegó más fuerte, rompiéndome la boca, hasta sangrar.

Lo acusé con mi madre, le dije todo lo que me hizo, y se formó un tremendo lío. Ella lo amenazó, con denunciarlo a la policía y lo botó de la casa. En resumen de ahí se divorciaron al tiempo, y yo lo odio, lo aborresco hasta el día de hoy. Así pasaron los años y cuando tenía entre nueve y diez años, conocí a Magaly una bailarina muy buena persona, de mi clase de ballet e hizimos una gran amistad. Su padre es un hombre joven, muy guapo que trabaja en la banca (Banco Comercial), y su madre enfermera de una conocida clínica de mi país. Olvidé decir que desde que le vi la verga a papá, esa inquietud de ver penes, me ha perseguido hasta hoy día. Comenzé a husmear en los baños del colegio, en los de los Centros Comerciales, cuando iba con mamá de compras y ninguna se comparaba a la de él; las del colegio muy pequeñas, me decepcionaban. Me iba a la sección de ropa interior masculina, en las tiendas de caballeros, solo por observar las fotos de hombres en calozoncillos, en las bolsas plásticas cerradas de estos. Siempre he adorado un gran poster del futbolista David Beckman, modelando unos calzoncillos Calvin Klein. Al ver esos montones, paquetes al frente, me encendía, sentía un no se que, en mi espina dorsal, hoy se que era el deseo del sexo.

El papá de Magaly, se llama Harry, yo le comenzé a decir Don Harry y él me corregía, no me digas así, que me siento viejo y yo soy jóven aun y nos echabamos a reir. Hasta que me acostumbré a llamarle solo, Harry. Me facinaba mirarlo desde que lo conicí por su belleza masculina y por que se le notaba un gran paquete en su entrepierna, aun en pantalones de trabajar. Muchas veces, Harry me sorprendió embelezado en su paquete y entonces disimuladamente, se pasaba la mano en el, se lo agarraba, y yo me calentaba a millón. Ya cuando el tiempo pasó y había más confianza entre ambos, un día me presenté a casa de Magaly, un sábado, que mi mamá me llevó, cometiendo el error de no llamar por mi celular antes, a ver si ella estaba o no. Pero en esta vida lo que está de pasar, pasa y ya ese era, el destino obrando. Harry me saludó muy afectuoso y me indicó que Magaly había salido con su mamá, a hacer unas compras y que no volvían hasta la tarde. Cuando me fijé ya mamá, se había ido en su auto. Me invitó a pasar y me dijo que él me llevaría de vuelta a casa. No se pero al pasar de la puerta hacia adentro, y saberme solito con él, el corazón me latía mil y me puse muy nervioso.

Hablamos, nos reimos y fue entonces que enseñandome unas fotos en la pared y diciendome quienes eran, parado tras de mi Harry comenzó a restregarme su bulto endurecido, entre mis nalgas, sobre mi pantalón corto de yersey, (los usaba así para la flexibilidad, al prácticar pasos de ballet, fuera de la Academia) muy ajustado a mi trasero.. Lo sentí, me moría de ansiedad y me dejaba hacer, era la primera vez, que sentía una sensación, tan placentera y rica, desconocida para mi. Todo era silencio, suspiros, gemidos, sus brazos me abrazaron y yo por instinto, paré más mi trasero y me comenzé a mover suavemente, en circulos, llevando a Harry a una total excitación. Rompió el hielo de aquel silencio y me preguntó, si ya yo sabía lo que era gozar, le respondí que no. Entonces, Harry me acorraló diciendome que notaba como yo lo miraba, y que a él se le paraba, que por eso me deseaba, que sentía pena por eso, pero que no se podía controlar. Yo solo atiné a decirle: Dejame verte la verga, por favor! Me hizo prometer que sería un secreto entre ambos, por que era muy peligroso, lo que hacíamos. Total él me calentó, me excitó y luego se acobardó.

Se la sacó. por mi insistencia, y yo me sorprendí por su tamaño y grosor, sin ninguna pena, la tome en mis manos y se puso mas dura de lo que estaba, Harry me pedía que le mojara, con mi boca la cabeza, para que se la subiera y se la bajara con la mano y no estubiera reseca. Lo hice y me gustó tanto metermela a la boca, que cuando me di cuenta se la estaba mamando, solo la parte de arriba por que por mi inexperiencia, no me cabía mucho. Él se volvió como loquito y gemía, gemía y me la metía más adentro, diciendome que le gustaba, que que rico mamaba, y que tuviera cuidado con los dientes. Aprendía rápido y me fascinaba, agarraba sus bolas y sin sacarmela de la boca, nos fuimos poco a poco al sofá de la sala que estabamos. Harry ya tenía todo su short abajo, se subió su camiseta, y ese vientre plano, yo lo exploraba, y sus tetillas, subiendo mis brazos, pero sin sacarme aquella rica pieza de carne de la boca. Harry me pidió ir a su cuarto, allí me pidió quitarme toda la ropa y me atacó, como una fiera a su presa, pero dócilmente, haciendome gemir y desear más, de aquello que vivía por primera vez. No dejaba de elogiar mis nalgas, y mi cerrado agujero; recibió lamidas y lamidas, chupones y chupones, húmedos de saliva y calientes…. cediendo a su lengua, mientras yo culeaba y culeaba. Harry me puso un aceite o no que qué y se puso en su verga, y me la comenzó a pasar entre las nalgas, en mi raja de arriba a bajo…hasta que no pudo más y me asomó la cabeza. Me decía que respirara hondo, que me relajara y no me trincara. Solo recuerdo que sentí, cuando se resbaló toda en mis adentros, yo sentí como un raz! Y grité: Ayyyyyyyy ahhhhhhhhhh. Le suplicaba a Harry que me la sacara, que me dolía muchísimo, pero más me la enterraba y mi esfínter se ceñía a aquel cilindro grande y gordo y duro como piedra.

Cuando el dolor cedió y él me la sacaba y luego volvía a meterla, cosa que mi hoyito se acostumbrara a su barrra de dar placer, todo se convirtió en una delicia, pasaban mil cosas por mi mente y pensaba en lo mucho que gozaría la mamá de mi amiga con aquella verga, y con ese hombre que sí sabía como usarla. Pero de repente el recuerdo de los insultos de mi padre, retumbaban en mi cabeza, pato! eres un pato! Recordaba hasta cuando me enseño su verga y me la restregó en mi trasero. Que diferente hubiera sido todo papá, entre tu y yo, si no hubieras sido tan homofóbico y me hubieras aceptado, tal cual soy. Creo que hata tuyo sexualmente, hubiera sido. Que de echo, no tuve la culpa de salir así, homosexual. Quien en este mundo, quiere sufrir y ser despreciado en esta vida? NADIE!!! Harry siguió con sus arremetidas contra mi hoyito que ahora lo recibía loco de placer y gusto. Mi ejercicios y posturas de ballet, me ayudaron en la flexibilidad, para poder recibir aquella verga en diferentes posiciones, cosa que me entrara, hasta la base de sus bolas. Aquel macho me hizo suyo, y de que manera! Cuando Harry terminó, lo hizo dentro mio y se desplomó encima mio, casi aplastándome. Respiraba fuertemente, y con voz fatigada, me decía que ese había sido el mejor polvo de su vida. Todavía su verga en mis adentros, yo la apretaba trincando mi hoyito, y Harry decía que nunca había experimentado, esa ricura, de un cerrado esfínter, exprimiéndole la verga, que no tenía comparación.

Cuando volvimos a la realidad, él fue al baño y yo le seguí. Nos bañamos juntos y él me enjabonó, me enjuagó y se le volvió a parar, pero no me dejé, clavar nuevamente, por que estaba todo adolorido, de los músculos y por ende del ano. Antes de llevarme a casa, me pidió perdón por lo ocurrido y yo le deije, que perdón por que, si me había echo el chico más feliz del planeta. Han pasado varios años y aun sostengo relaciones con él, por eso este relato no es en tiempo totalmente pasado. Sí no niego que al conocer el sexo, uno se hace adicto a el, y no podemos esperar semanas, en que nuestro amante nos coja. Razón por la cual, ya he estado con otros chicos, del colegio, de por dónde vivo y con un hermoso empleado de una tienda JC Penney, que me fascina y me lo tiré en un vestidor, la primera vez, ahora me busca en su auto y como ya paso de los 16, me voy con él, cuando quiero. Pero Harry para mi ocupa un lugar especial, y nunca lo olvido y lo dejo sin comerme el culo, fue él quie lo estrenó y tiene acciones mayoritarias en el. Gracias por leerme y perdonen lo malo. Agradeceré sus comentarios, sean positivos o negativos. Buen día o noche a todos!