Con El Primo De Mi Prima
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto paso hace ya cuatro años, mi nombre es Angel tengo 21 años en ese tiempo estaba por cumplir mis 18. Iban a ser los quince años de mi prima y me había invitado a ser su chambelán, también uno de sus primos de parte de su papá iba a serlo, él se llama Manuel, Siempre que estaba con mi prima me platicaba de él, que si tenia novia nueva, que si se iban de revén, que si ya se había vuelto a meter al gym, etc, Tenía vagos recuerdos de Manuel de cuando éramos unos mocosos y por cierto siempre me cayó mal por engreído y presumido, él es dos años mayor que yo y tenía ya como 10 años que no coincidíamos en una reunión o algo por el estilo. Mi prima siempre me enseñaba fotos de cuando salían y yo con indiferencia (claro que por dentro me moría por verlo en vivo y a todo color). Cuando por fin fue el primer ensayo, Dios! yo me quería morir, pues en verdad estaba hermoso, como sólo él podía serlo, de cuerpo no era la gran cosa, pues es muy delgado y a pesar de que tenia forma no era lo suficiente para mí, o, por mi parte también soy delgado, aunque con forma, gracias a que bailo tengo unas piernas muy pronunciadas, de estatura media, no me considero guapo, pero sé que tampoco soy feo, en fin recuerdo que entre Manuel y yo se empezó a hacer una gran amistad, empezamos a salir a convivir y una que otra vez nos llegábamos a quedar en casa de mi prima. De repente él comenzó a faltar mucho a los ensayos ya que por su trabajo se le dificultaba mucho asistir, así es que yo me ofrecí a ir a su casa y enseñarle las coreografías para que no se atrasará.
De repente en los ensayos, él comenzaba a jugar conmigo de una forma no muy particular entre chicos, aunque yo no me emocionaba tanto, pues mi prima siempre me había encargado de decirme lo mujeriego que era, recuerdo que me decía que movía las nalgas muy rico y de vez en cuando me torteaba y me decía que tenia muy buen trasero, yo por mí parte sólo le seguía el jugo pero no me atrevía a hacer más, pues no quería arriesgarme a equivocarme y que mi familia se diera cuenta de mis inclinaciones sexuales, pero un día recuerdo que no le salía un paso por lo cual a mí me ganaba la risa de lo gracioso que se veía, así es que él entre broma y no, se tiro en el sillón y dijo que ya no iba a hacer nada, hasta que no dejará de burlarme, yo fui hacia él y le dije que dejará de estar de sangrón y que mejor nos pusiéramos a ensayar, y que yo, prometía ya no hacerle más burla y el no dijo nada y siguió con la cara clavada en los cojines, así es que yo le dí la espalda y sentado en la orilla del sillón le dije, pues como quieras, yo lo hago en buena onda, pero su tú no quieres, mejor me voy, en ese momento él me abrazo por encima del hombro y me dijo, "no es cierto sólo estaba jugando chiquito" y comenzó a soplarme por el cuello, lo cual a mí comenzaba a ponerme al mil, pero por otro lado, no quería darme a notar, porque si él sólo estaba jugando, me iba a dar el quemón de mi vida, así es que decidí no hacer nada y eso incluía tampoco quitármelo de encima, él siguió con su juego (aun no sé como pude resistirme) hasta que de pronto, se escuchó un ruido y me aventó, pensado que su mamá a había llegado, corrió hacia la puerta y se asomó, pero no había nada, sólo una erección que se veía debajo de sus jeans, él al percatarse que era imposible ocultarlo, en broma me dijo: "ya ves, se me paro todo por estarte excitando", yo sólo me reí y le dije, pues te excitaste tú porque yo estoy igual, él se sonrojo y me dijo que mejor siguiéramos con el ensayo. Ese día hasta así quedo la cosa, y yo pensé que ya no iba a pasar nada más entre nosotros.
La fiesta iba a ser en Puebla, pues es ahí donde vive mi prima y nosotros eramos del D.F. por lo cual decidimos irnos dos días antes del evento para preparar las ultimas cosas. Todo el camino en el camión fue tranquilo íbamos platicando, escuchando música y en un momento, yo decidí acostarme en su regazo lo cual a él no le molesto para nada, ahí comencé a hacerle cosquillitas en su pierna, pues sabía que eso le gustaba mucho. Al fin llegamos a casa de mi prima y mi tía nos dio la recamara donde podíamos dormir, pero ni uno de los dos teníamos sueño, por lo cual nos pusimos a platicar por un largo tiempo, hasta que no recuerdo muy bien como fue, pero yo me ofrecí a darle un masaje en la espalda (soy bueno para eso, tomé clases en un momento de mi vida), así es que él no se opuso, se quito la playera y comenzó todo.
Empecé a masajear su espalda con crema y él sólo se relajo y dejaba que yo hiciera lo que tenía que hacer, yo estaba arriba de él, y al verlo así comenzaban a pasar mil y un cosas por mi cabeza, así es que me dije, pues si algo va a pasar, pues que pase. Entonces le dije que seguiría con sus piernas, que si se podía quitar el pantalón del pijama, a lo que me contesto que sí, pero que yo se lo quitar, así es que ni tarde ni perezoso se lo quité, me unté crema en las manos y comencé a sobarle las piernas, hacia un movimiento de arriba hacía abajo, y un una de esas como que no quiere la cosa, pasaba mis manos por sus nalgas. yo ya no resistía más, y le dije que se pusiera boca arriba que ahora tocaba el turno de hacerlo en el pecho, cuando el se puso boca arriba, lo que mas quería ver estaba frente a mí, tenia una erección marca diablo, yo trate de verme indiferente, como si no provocará efecto en mí, así es que comencé con el pecho y poco a poco fui bajando hasta poner mis manos en su vientre y parte de su pelvis, yo estaba al mil, pero, no quería hacer nada más, porque en verdad estaba disfrutando lo que pasaba, y quería seguir haciéndolo, me baje a sus piernas y de igual manera como cuando estaba boca abajo, subía y bajaba mis manos y en momento ocasionales tocaba sus testículos, cuando eso pasaba, Manuel soltaba unos ligeros gemidos de placer.
Fue ahí donde ya no pude más y entonces me decidí. Era mi momento, jamás pensé que él y yo llegaríamos a estar en esa situación, así es que temeroso comencé a tocar su pene muy suavemente Manuel tenía los ojos cerrados y de vez en cuando mordía sus labios, en verdad lo estaba disfrutando tanto como yo, así es que baje su trusa y comencé a chuparle la verga, el no hacía nada más que disfrutarlo, yo no sabía hasta que momento esto iba a parar y tampoco en que iba a terminar, así es que mientras pudiera tenia que disfrutarlo lo más posible, entonces comencé con movimientos cada vez más rápidos, la metía hasta el fondo y volvía a sacarla, le apretaba el glande con mis labios y de pronto me la dejaba ir hasta la garganta, lo cual lo ponía como loco, él empezaba a soltar sonidos cada vez más fuertes, lo cual me prendía cada vez más, en primera porque me daba cuenta de que le estaba gustando y en segunda, por la adrenalina de que sabía que mi familia estaba en las recamaras vecinas y podían escucharnos en cualquier momento, de pronto empece a sentir como se contraía, cosa que me avisaba que estaba apunto de correrse, saqué su verga de mi boca y comencé a masturbarlo, tan rápido como podía, se puso la almohada en la boca y soltó unos gritos de placer, de pronto, mi mano, su pecho y las sabanas se encontraban llenas de sus semen caliente, recién ordeñado, lo volví a meter su verga a la boca y seguí, él no hacia nada más que soltar gemidos de placer, seguí hasta que se pene comenzó a reducir te tamaño, me acosté a un lado de él y le limpie el pecho con mi playera, él no decía nada, sólo seguía con los ojos cerrados y con la respiración entrecortada y así seguimos hasta que nos ganó el sueños y nos quedamos dormidos.
Pero ahí no terminó la cosa pues, esa misma noche, pasó lo que tenia que pasar, lo que yo más deseaba y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por obtenerlo…
Pero eso, se los platicaré en otro momento.
Esperó que les haya gustado mi relato. Gracias.
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