Con el profe caliente en el aula 2.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ChicoG21.
Después de la grandiosa mañana que había tenido en el instituto con el profesor, estaba deseando volver a casa para pajearme pensando en él y volver a rememorar todo.
Llegué, comí y me puse con el pc para buscar vídeos porno de profesores cachondo.
Tenía unas ganas tremendas de hacerle lo mismo a J. Mmmmm. Me corrí al igual que hice con J. A cañonazo limpio!
Seguía teniendo la polla dura, mucho después de correrme. Desde entonces, se me mantiene dura bastante.
Miré las redes sociales y el correo. Para mi gran sorpresa, J me había escrito para volver a quedar!!! No podía parar de pensar en cosas que quería hacerle. El corazón se me salía del pecho, la sangre la tenía ardiendo y se me volvió a poner como un mármol. Imposible que se bajara sin otra paja.
Cuando me volví a pajear por tercera vez en el día, le contesté que sí que quería quedar (no era obvio).
Al poco tiempo, me volvió a contestar y me dijo que mañana por la tarde sería todo el día para él.
No podía pensar en otra cosa… Penetración, mamadas, follar como animales salvajes!.
Me acosté muy caliente, pero me contuve en hacerme otra paja para que tuviese más leche el día siguiente. La iba a necesitar.
Por la mañana, fui a instituto como un día normal, pero yo sabía que me esperaban unos ojos acosadores y deseosos de lujuria….
Justo al entrar, no pude encontrármelo, así que tuve que esperar al recreo para darme una vuelta por la sala de profesores y encontrármelo, "por casualidad".
– Hola -le dije.
– hola -me contestó y no hubo más que eso, pero yo sabía que me estaba mirando el culo. Me giré y así era. Solo faltaba que babease por la boca para saber qué quería hacerme. Me lo quería comer como si su vida dependiera de ello. Yo estaba a mil y me fui al baño para relajarme y volver a pensar que me haría falta mucha leche para pintar al muy cabrón! No quería una paja solo, tenía que mamármela.
Sonó el timbre del fin de las clases. Tampoco me lo encontré al salir…
Llegué a mi casa. Comí y salí corriendo hasta el instituto para encontrarme con él.
Mientras estaba a medio camino, me llamaron al móvil.
-Sí? -contesté.
– Soy J, te queda mucho? -no sabía cómo podía haber conseguido mi móvil, pero mientras seguía caminando, pensé que era el profesor y tenía datos sobre mí, incluido el número de teléfono.
Mejor, así tendría (y sigo teniendo) su móvil.
– Estoy a 5 minutos, no tardo.
– vale, te espero en los aparcamientos.
Aceleré el paso y fui hasta los aparcamientos. Allí estaba él, en un coche negro y con la camiseta apretada que tanto me gustaban.
-Buenas- me dijo bajando la ventana del coche- subes?.
Estuve a punto de decirle, llévame adonde quieras… pero solo subí al coche, arrancó y salimos del pueblo.
– Bueno, cuéntame qué tal las notas- casi habíamos terminado las clases y se sabía más o menos las notas de cada uno.
– Bien, no me puedo quejar. y tus alumnos?
– Regular, no son muy estudiosos- yo pensé, si te tuviera de profesor, si que iba a estudiar yo… tu cuerpo entero.
Se me pudo muy dura, pero me pude relajar para que no lo notara del todo, quería reservarme.
– amm. nos volvimos a callar y el coche siguió subiendo la montaña para alejarnos del pueblo y estar solo, por fin!
-Por aquí estará bien- había un pequeño camino que se alejaba de la carretera no más de unos metros.
Metió allí el coche y me dijo.
– Y… qué quieres hacer?-siempre me ha gusto que el otro empiece así que le dije.
-No sé, tú sabrás….
Cogió mi cuello y empezó a besarme desenfrenadamente.
-Vamos a atrás- salí del coche y nos fuimos a los asientos de atrás.
Hacía un poco de frío a esa altura, pero él ya se había quitado la camiseta, dejando ver su gran pecho musculado y rasurado y los pantalones. Pudiendo ver el gran bulto que se escondía tras los calzoncillos.
Estaba loco de lujuria. Me quité también la camiseta y los pantalones. Mi bulto no dejaba atrás al suyo.
Me empezó a tocar la polla, se puso aún más dura y siguió besándome.
Después de unos minutos así, me tumbó sobre los asientos y empezó a comerme el culo. Vaya beso negro! Aún nadie me lo ha hecho así (4 años después).
Me abría el culo como quería, y al tener su polla frente a mí, se la empecé a chupar. Gemía del gusto y con eso me introducía aún más la lengua en el culo. Qué gusto JODER!
Volvió a ponerme en otra postura, contra la puerta y las piernas en alto (el misionero vaya).
Se paró y le pregunté por qué?
-No me he traído condones! Joder.
-Da igual tú, fóllame ya!
Me metió la polla de golpe, un trabuco de unos 18cm, ancha y venosa. Bien rasurada.
No podía parar de gemir, no noté nada de dolor, solo placer intenso.
Me agarré donde pude. Las embestidas de movían de un lado a otro. Ohg, Ahg!
Gemí y gemí hasta que no pude más. Aún así, seguí gimiendo!
Había momento en los que me taladraba el culo, y otros más suaves y profundos!
Deseaba que no terminase nunca. Aún con todo lo que me estaba metiendo en el culo, mi polla nunca bajó y siguió tan dura como al principio.
-ME CORRO! -gritaba del gusto, deseaba que se hubiese corrido dentro, pero la sacó rápido y me preguntó- dónde?
No le daría tiempo a volver a meterla así que le empujé y dije: en ti!
– Grandes chorros le llenaron todo el pecho, pero no fue nada cuando empecé a pajearme y me corrí yo también. Con lo caliente que estaba podría haberle quemado con el semen!
Eché lefa como nunca, en su cara, su pecho, su polla… su torso se había puesto blanco en cuando lo eché todo!
qué gustado me dio tirarte toda esa leche!
El frío había desaparecido, las ventanas estaban empañadas de vaho y yo ardiendo como una perra en celo. Quería más, pero su polla no aguantaba como la mía. Sabía que por hoy habíamos terminado… qué pena!
Nos vestimos, arrancamos el coche y volvimos al instituto, donde me dejó para que regresara a casa, sin antes decirle:
-Hasta otra!
Y así fue, una tercera vez…. pero esa es otra follada aún más descomunal que esta!
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