Con el señor bigotón en el baño de mi trabajo
El señor me esperaba en el baño, con el cierre abajo, su verga afuera: grande (unos 20cm), venuda, blanca y bien parada..
Hola a todos.
Tengo 25 años y vivo en México, Xalapa. En mis años he tenido varias experiencias, sobre todo con hombres, pero la mayoría son poco interesantes para contar, no porque fuera mal sexo, sino porque son encuentros normales, acordados con conocidos o por apps, en las que el sexo es «normal» (aunque no le quita que, en su mayoría, bueno). Así que pretendo contar aquellas en las que tuviera una experiencia distinta, ya sea por probar algo nuevo o por la situación. La mayoría serán con maduros, ya que son los hombres que más morbo me dan.
Esta primera vez les contaré algo que me pasó cuando tenía 18 años y trabajaba en un ciber.
Era un ciber pequeño, pero las computadoras estaban divididas por paredes de triplay, que les daban un poco de privacidad a los clientes. No se confundan, era un internet normal, iban todo tipo de personas a hacer tareas.
Pues entre los clientes habituales, había un señor de unos 60 años. Era alto (cálculo 1,78), delgado, blanco, con un bigote poblado de brocha negro, con una cara de enojon y, si le pusieran un sombrero, se hubiera visto como típico macho mexicano de película vieja.
La verdad, que pesar de que es un tipo de hombre que me suele llamar la atención, no le había prestado mucha atención, tal vez es que entraban tantos clientes al día.
Pues un día como cualquier otro, el señor llegó por la noche, cerca de las 9. Yo cerraba a las 10. Ya era la hora de salida y el único cliente era él. Me acerqué para decirle que iba a cerrar, y me pidió ayuda porque su computadora se había quedado trabada (eran viejas y era posible). Me metí en su cubículo para comprobarlo, y tenía un video porno (hetero) abierto y en pantalla completa. Volteé a verlo y sólo me vio a los ojos. Cambié la vista a su paquete, y se marcaba una verga grande en sus pantalones de vestir.
No supe cómo actuar y sólo cerré las pestañas y le dije que ya había quedado. Pero por suerte, el señor estaba determinado a vaciarse. Él me pidió pasar al baño y yo se lo permití. Aproveché para cerrar el local y quedarnos adentro, pero ya sin riesgo de que alguien llegara.
Pasados unos cuantos minutos, el señor me habló desde el baño y me dijo que la cadena no bajaba. Fui a verlo, ya nervioso y temblando. Me imaginaba que algo podía pasar, pero en ese entonces no tenía apenas experiencia y creí que podía malinterpretarlo.
El señor me esperaba en el baño, con el cierre abajo, su verga afuera: grande (unos 20cm), venuda, blanca y bien parada. Además estaba con las manos a la cintura, a los lados. No sé por qué, pero me prende mucho ver así a los maduros, como si te ordenaran que te inques a chupar.
Yo pasé y le dije cómo bajar la palanca, él lo hizo, todo el tiempo con la verga dura de fuera. Terminó con el agua y se quedó así. Nos quedamos viendo de frente y la verdad esa verga ya me había hipnotizado. Me acerqué y le agarré la verga. Estaba como me encantan: firme, pero blandita, como mordible, además tenía una venotas bien marcadas que se sentían en la mano, una buena mata de pelos, entre negros y canosos, y llena de precum.
Después de unos minutos de tocarla, me inqué para mamarla. Estaba deliciosa, de esas vergas que no dejan de sacar precum. Me gusta mucho hacer oral, pero ese fue el primer hombre que me ponía una verga tan grande en la boca.
En un momento el señor me puso sus manotas venudas y ásperas en la cabeza, eran casi del tamaño de mi cara. Me agarró de entre el cabello y de un solo golpe me sacó toda su verga y me la volvió a meter hasta el fondo de la garganta.
Era la primera vez que hacía eso y me encantó. La sensación de ahogarme con un pito grande y carnoso, mientras el señor me veía apretando los dientes, y me movía fuerte para atrás y adelante, me parecía deliciosa.
El señor se turnaba entre clavarme su verga en la garganta con fuerza, y luego pasar sus manos a su cadera y dejarme a mí hacerlo, mientras él cerraba los ojos y gemía un poco. Me encantaba ver su bigote casi cubriendole el labio superior, cuando abría la boca para gemir.
La verdad es que no duró mucho, habrán sido unos 10min desde que iniciamos. Después de ese tiempo el señor me clavó la verga hasta el fondo y descargó unos 6 chorros en mi garganta. Creo que llevaba mucho sin descargarse, porque cuando estaba retirando su verga, soltó 2 pequeños disparos más en mi boca. Ahí pude probar su semen, era espeso y un poco amargo. Pero me supo delicioso.
Después de terminar. El señor me ayudó a levantarme, se guardó la verga, me dijo gracias y se fue.
Esto se repitió una vez más, pero se los contaré en otra ocasión.
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Ufff, me dejaste caliente y con ganas de que me enculen. Espero que así te haya hecho ese maduro.