Con mi instructor de gym
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto sucedió con mi instructor de gym hace seis meses. Todo comenzó cuando me propuse en inicio de año hacer ejercicio, en el periódico vi una promoción de un gym que está cerca de mi colonia. Un lunes me aliste y me fui a mi primer día de entrenamiento, al llegar me recibió un señor maduro, aproximadamente de 48 años, 1.65, cuerpo ancho, algo calvo, con barba, vestía una camiseta de tirantes y un short corto de licra. Con una gran sonrisa y un apretón de mano me saludo, yo temblaba de nervios, no sé si es por verlo o por mi primer día de entreno. Me explico las promociones, las instalaciones, reglas, horarios y comencé a entrenar.
Como es normal, los primeros días es muy difícil y cansado, después tu cuerpo se acostumbra al ejercicio, bueno eso es lo que me decía mi instructor.
Como pasaban los meses podía ver los cambios en mi cuerpo. En varias ocasiones se acercaba mi instructor y me decía que “estoy quedando buenote” mientras que me tocaba mis brazos, espalda o abdomen y me daba ánimos. En muchas ocasiones se paraba frente al espejo y mostraba su abdomen, o bíceps mientras me miraba y me decía “algún día estarás como tu entrenador “Con solo sentir sus manos en mi cuerpo me ponía nervioso y fantaseaba estar con él.
Por otro lado comencé a vestirme más provocativo. Debido a que comencé a obtener un mejor físico, opte por vestir camisetas de tirantes, shorts muy cortos o los famosos leggins que hacían ver mi definida piernas y glúteos. El primer día que llegue vestido así, mi instructor me miro de arriba hacia abajo. “a entrenar campeón” “ya vi que estas quedando buenote” son las palabras que me dijo, yo solo sonreí.
Los días que siguieron notaba que no me perdía la mirada, a veces en los espejos podía notar que me observaba, yo a su vez hacia movimientos provocativos, más cuando me tocaba hacer piernas.
Un día platicando me comento que se aproximaba un concurso de fisicoculturismo y que yo era su gallo para concursar, es decir yo era el que cumplía con los requisitos, era para categoría novatos, lo más bajo?. Pero para ello me tendría me cambiar mi horario de entrenar. Me pidió que llegara más tarde de lo normal, cuando el gym este casi vacío. Yo con gusto acepte, sabía que estaría más tiempo con él y lo tendría solo para mí.
Los entrenos eran normal, el siempre al pendiente de mis rutinas, a veces me ayudaba para hacerlas y en ocasiones solo estaba frente a mí, observándome. Eso me ponía nervioso y a la vez excitante.
Una mañana que desperté note que estaba lloviendo muy fuerte, pensé en quedarme a seguir durmiendo pero algo me hizo sentir que debía de ir a entrenar. Cuando llegue vi todo vacío, solo estaba mi entrenador en la recepción. Me dijo que por la lluvia nadie llego “hoy si estamos solitos” fue las palabras que me dijo mientras reíamos. Ese día me tocaba hacer piernas, lo que más me gusta, comencé con mis rutinas mientras observe que mi instructor estaba cerrando las ventanas y hasta la puerta principal, le pregunte si ya se iba, a lo que él me dijo que no. El actuaba algo extraño pero no le di importancia.
Estaba haciendo sentadillas cargando una barra cuando siento que alguien se para detrás de mí y pone sus manos sobre las mías que sujetaban la barra. Era mi instructor, el por el espejo que está en frente pudo notar la cara de asombro que puse, justificando su acción me dijo que estaba haciendo mal las sentadillas y que él me iba ayudar. Pego su cuerpo más a mi espalda, podía sentir su pecho y el paquete que guardaba. Comenzamos con las sentadillas, a la misma vez ambos bajábamos y subíamos, podía sentir su respiración sobre mi cuello, cada vez que bajábamos y subíamos el hacía unos movimientos como si estuviera penetrando. Eso me éxito más que llego un momento en que cerré mis ojos y di un suspiro. Él pudo notar lo que hice y colocamos la barra y me dio un apretón mientras me abrazaba por detrás, yo seguía con los ojos cerrados mientras él me besaba mi cuello y metía sus manos dentro de mi camiseta. No sabía que hacer estaba en shock y sentía que era un sueño además que era mi primera vez con un hombre.
“siempre te he deseado chiquito, no sabes cuánto he esperado este momento” son las palabras que me dijo mientras me pone de frente y me da un eterno, profundo y apasionado beso, podía sentir el rose de sus bigotes y barba. No sabía qué hacer, solo deje que el haga lo que quiera con migo, tardamos como diez minutos besándonos, me carga, me sujeto con mis piernas en su cintura y seguimos con el beso mientras me lleva y me recuesta sobre unos tapetes extendidos. Lentamente se quita la camiseta, pude ver ese cuerpo de dios que tenía, el pecho y abdomen lleno de bellos, se quita los tenis y de baja su leggins, salta un miembro enorme grueso y rasurado, le calculo unos 20 cm sin exagerar. Jamás había visto una verga de ese tamaño, siguió besándome mientras me quito mi camiseta, sus labios comenzaban recorrer mi cuerpo, solo escuchaba los gemidos que salían de mí, bajo hasta mi abdomen mientras me quitaba mis leggins cortos que tenía, había olvidado que ese día me puse una tanga que solo cubría mi pene y hacia levantar mis glúteos, pude notar la mirada de asombro de mi entrenador y sin importar me lo quito. Chupo los huevos y subió hasta mi pene, me hizo un oral que sentía me iba desmayar, solo cerraba mis ojos y gemía mientras le acariciaba su cabeza. Subió mis piernas y bajos sus labios hasta mi ano, me hizo el beso negro que jamás me imagine sintiendo el raspón de su barba. De pronto metió un dedo en mi ano, solté un grito “tranquilo bebe aun no has sentido lo mejor” fue lo me que dijo, introdujo dos y tres dedos, yo solo me aguantaba.
Al poco tiempo de para y se dirige hacia los casilleros y saca de su maleta unos condones y lubricante “un buen macho siempre está preparado para toda ocasión” fue lo que me dijo, eso me hizo pensar que no ha sido la única ocasión como la nuestra.
Se coloca el condón, se lo lubrica y lubrica mi ano, levanta mi piernas y comienza introducir la puntita, “por favor no me vaya lastimar” le dije, -no bebe, llegare hasta donde tú quieras- me dijo, me hizo sentir seguro con él. Comenzó a introducir su verga lentamente cuando de pronto me la metió toda, di un fuerte grito, retorciéndome pidiéndole que lo saque. El me sujeto fuerte y mostró una cara muy seria. Permanecimos así unos minutos hasta que comenzó un vaivén al principio lento y cada vez más rápido mientras de plantaba ese apasionado beso que el solo lo sabe dar. Podía sentir el sonido de sus huevo chocar con mi cuerpo, – te gusta?- me pregunto – siiii papi, me encantas- le dije, cada vez el mete y saca era más rápido. Teniendo su verga dentro me voltio y me puso de perrito y siguió con la embestida. Me estuvo cogiendo más de 40 minutos cuando saca su verga y se viene en mi abdomen, soltó un gran grito a la vez esos chorros de leche que se descargaba, no tarde y me vine, unto toda la leche en mi cuerpo a la vez nos besábamos, era un beso tan rico y apasionado que no lo puedo olvidar –me encantas chiquito-, – estas riquísimo- fue lo que me dijo.
Estuvimos recostados en el piso por más de media hora, hasta dormimos. No tardamos y despertamos y nos fuimos a la regadera para bañarnos.
Me vestí y me dijo – tiene tiempo que me encantas, solo podía ver lo buenote que te he dejado por los entrenamientos y por mucho tiempo espere este momento- . Le confesé que el igual me atraía mucho desde el primer día que lo vi y que siempre fantaseaba con él, el solo sonrió y me abrazo.
Abrió la puerta y salimos aún se podía notar nuestro cabello mojado por la regadera, mi entrenador como todo un macho salió sin camiseta y con su mano acomodando su paquete en su apretado leggins. Justo al lado del gym hay un taller mecánico, ahí parado estaba el dueño, le saluda mi entrenador y le dice que por fin terminamos de entrenar y me da unas palmadas en la espalda y sigue acomodando si paquete. Me dio una gran pena que solo corrí y me subí al auto.
Esto fue un viernes, justo comenzaban mis vacaciones de verano y mis amigos me invitaron a la playa, estuve unas semanas con ellos de fiesta. Después ya no regrese al gym, me sentía con una pena o culpable, y no sabía qué hacer y a la vez deje a un lado el concurso que se aproximaba. Ya no lo he vuelto a ver, pero pronto regresare al gym obvio otro, siempre me gusta mantenerme en forma.
Espero que les gusto este relato es totalmente real.
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